Bolivia: ¿elección o invasión?

Emir Sader

11/12/2005

"Chile pretende consolidarse como una especie de Israel de la América Latina, el aliado fiel de los EEUU, con quienes acaba de firmar un vergonzoso tratado de libre comercio. Chile es el país del continente con el mayor gasto militar per capita, gastando en armamentos un 4% de su PIB"

"Bolivia debe ser borrada del mapa."
(Marc Falcoff, asesor del vicepresidente de los EEUU, Dick Cheney)

EN BOLIVIA se celebrarán elecciones generales el próximo 18 de diciembre. En caso de que ninguno de los dos candidatos consiga obtener el 50% de los votos, habrá una segunda vuelta, en la que decidirá el Congreso boliviano. Las situaciones explosivas vividas por el país hacen prever que las elecciones estarán dominadas por un clima tenso, que afectará también, en caso de que se llegue a la segunda vuelta, a la elección quien habrá de realizar el Congreso. En los últimos cinco años, Bolivia vivió, primero, las movilizaciones de los movimientos campesinos e indígenas, que impidieron la privatización del agua. Luego, la marcha del presidente Sánchez de Losada, y luego, la de su vicepresidente, quien perdió legitimidad al tratar de mantener un programa de privatización de la producción de hidrocarburos y de regreso de la empresa francesa que buscaba privatizar la exploración del agua, además de oponerse a la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, exigida por los movimientos sociales.

La integridad territorial boliviana y el poder soberano de este país para decidir sobre sus destinos está seriamente amenazada, ya por una intervención extranjera, ya por un proceso de división del país que acabaría teniendo consecuencias no menos funestas. Esto, si el candidato de los movimientos campesinos e indígenas, Evo Morales, llega a triunfar en las elecciones, confirmándose su actual condición de favorito. Podría ocurrir que se intentara, en primera instancia, impedir su confirmación por parte del Parlamento, para luego, frente a las previsibles manifestaciones de descontento de la población, proceder a una de las dos alternativas mencionadas.

Se apelaría a la "ingobernabilidad" –elemento de la nueva doctrina de seguridad nacional de los EEUU, según la cual habría países en el mundo incapaces de autogobernarse, lo que implicaría la necesidad de que tengan que ser imperialmente gobernados desde fuera—, valiéndose de tropas chilenas, ya estacionadas en la frontera con Bolivia, y de las tropas de los EEUU "deslocalizadas" recientemente hacia Paraguay. Las fuerzas empresariales que abogan por la separación de la región de Santa Cruz de la Sierra del resto de Bolivia saludarían esta intervención y se valdrían de ella para poner en marcha sus planes.

Chile se prestaría a eso, en primer lugar porque invadió Bolivia en la Guerra del Pacífico, en 1879, apoderándose de una parte de su territorio y dejando a Bolivia privada de salida al mar. Chile tiene dificultades para justificar la no devolución de esos territorios a Bolivia, por lo que está siempre tratando de descalificar a Bolivia como país. Además de eso, Chile pretende consolidarse como una especie de Israel de la América Latina, el aliado fiel de los EEUU, con quienes acaba de firmar un vergonzoso tratado de libre comercio. Chile es el país del continente con el mayor gasto militar per capita, gastando en armamentos un 4% de su PIB. Recientemente, Chile realizó una gigantesca compra de armamento a los EEUU, incluidos componentes fabricados por Israel.

La acción trataría de identificar un nuevo tipo de "enemigo" en la guerra terrorista permanente del gobierno de los EEUU, los indígenas: en este caso los aimaras, los quechuas y los mapuches. Serían factores de desestabilización política, acusados de ser agentes del narcotráfico y descalificados como una suerte de "musulmanes de Sudamérica".

El gobierno brasileño y los demás gobiernos de la región, así como los movimientos democráticos y populares,  están obligados a comparecer en apoyo de las decisiones que el pueblo boliviano, libre y soberanamente, tome en las elecciones del 18 de diciembre. El lugar estratégico ocupado por Bolivia, además de los recursos fundamentales que el país produce y exporta, así como la fuerza de sus movimientos sociales y políticos, hace de este país un epicentro decisivo del futuro de Sudamérica. De estas elecciones depende en gran parte el destino de Bolivia, con grandes repercusiones sobre el conjunto del continente

Emir Sader, miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO, es profsor de la Universidad de Sao Paulo (USP) y de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERI), y coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de UERI. Autor, entre otros libros, de La venganza de la historia

          Traducción para www.sinpermiso.info: Casiopea Altisench

Fuente:
Carta Maior, 9 diciembre 2005

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