Cómo debatir con la derecha, pasando a la ofensiva. Entrevista

George Lakoff

07/05/2006

El lingüista y científico cognitivo George Lakoff publicó hace ya más de una década un libro de gran originalidad científica que no tuvo mucha repercusión fuera de la pequeña comunidad académica interesada en la lingüística, la psicología y la ciencia social cognitivas (Moral Politics, Chicago University Press, 1996), a pesar de su llamativo subtítulo: "Lo que sabe la derecha que ignora la izquierda". Se trataba de una investigación sobre la organización lingüístico-cognitiva de los discursos políticos de la derecha y de la izquierda, que según Lakoff pivotaban sobre dos "metáforas radiales" de todo punto distintas: la del "padre estricto", en el caso de la derecha; la de los "padres nutrientes", en el caso de la izquierda. Lakoff venía a sostener que los avances de la derecha norteamericana desde los tiempos de Reagan derivaban en buena parte de la autoconsciencia y la coherencia con que ésta se servía retóricamente de su metáfora central del "padre estricto". La izquierda, en cambio, estaba lejos de comprender ese juego, y parecía incapaz de articular su propia retórica sirviéndose congruamente en el debate político, y aun en el discurso académico –la devastadora crítica cognitiva que hizo Lakoff de la filosofía política del liberalismo de izquierda académico norteamericano es memorable—, de los recursos de la metáfora de los "padres nutrientes". Resultado: en los debates políticos, cada vez más, la derecha lograba imponer su marco cognitivo de referencia, poniendo a los progresistas a la defensiva y obligándoles a categorizar la vida político-social en su propios términos. Tal vez cansado de la poca resonancia que sus ideas tenían fuera de los recintos académicos, convencido de la relevancia práctica de su descubriento científico, y desde luego espoleado por el extremismo de la Administración Bush a partir del año 2000, Lakoff se lanzó al ruedo. Escribió para un público más amplio, asesoró a movimientos políticos y sociales y a candidatos progresistas o liberales (incluido el propio Kerry) y cofundó con otros colegas de la Universidad de California un think tank progresista, el Rockridge Institute. En 2004 publicó una especie de panfleto que logró una vasta audiencia: Don't Think of an Elephant: Know Your Values and Frame the Debate (No pienses en un elefante [el símbolo del partido republicano]: sé consciente de tus valores y enmarca tú el debate), al que él mismo llamó "guía esencial para progresistas". Reproducimos a continuación la entrevista que Bonnie Azab Powell le hizo para NewsCenter a propósito de la aparición de ese opúsculo. SP.

¿De qué va su nueva "guía esencial para progresistas"? El mismo partido demócrata parece tener dificultades para definir lo que es hoy progresista, de izquierda, liberal [en senido norteamericano].

Por eso mismo escribí un capítulo sobre lo que une a la gente progresista de izquierda: un sistema moral, ciertos principios políticos y lo que yo llamo directrices políticas, que es distinto de las políticas. Una directriz política es algo así como: "Necesitamos un medio ambiente sostenible", o "Los trabajadores no deben vivir en la pobreza", o "Todo el mundo debería poder tener asistencia sanitaria". El problema es que los Demócratas se han empeñado en hablar de programas, más que de directrices políticas, y los programas precisan de distinciones, las cuales tiende a separar a las gentes. Por ejemplo, Kerry debería haber hablado de asistencia sanitaria para todos, y limitarse a poner en su página web los detalles del programa. Los valores, los principios y las directrices generales son las cosas que interesan a las gentes, y lo que las mantiene unidas. No tiene objeto argüir sobre detalles de políticas, porque no tendrán el menor efecto.

En otro capítulo, explico a los progresistas cómo tienen que discutir con los conservadores. No se trata de ciencia de altos vuelos: deberíamos mostrar respeto, conocer sus valores, no desmayar en la reconfiguración del marco del discurso y decir lo que creemos. Lo importante es no aceptar su marco de discurso, no sólo negarlo, porque esto no hace sino reforzarlo. Confrontarlos sólo con hechos, no sirve de nada. Los marcos esquivan los hechos. Los meros hechos no te dejan el camino expedito. Tienes que reconfigurar los marcos en que se discuten los asuntos, antes de que los hechos puedan resultar significativos y hacerse contundentes.

Algunos conservadores son ideólogos, y no les sacarás de ahí. Pero muchos conservadores son gentes agradables. Lo que tienes que hacer es activar cognitivamente su modelo nutriente, despartar su empatía. Preguntarles por quién se preocupan, qué cosas les inquietan, y por qué. Descubrir sus empatías. Conectar con la parte de ellos que comparte tus valores, y servirse de eso para pasar a otros asuntos.

Dijo Usted el pasado octubre [de 2003] que los "progresistas no tienen ni idea", que ni siquiera se percatan de que los conservadores controlan los términos del debate. ¿Han mejorado entretanto, en punto a reconfigurar el marco de su discurso?

Ha habido bastantes mejoras. En nueve meses hemos conseguido llegar a un montón de gente. Pudo Usted verlo en la Convención Demócrata, en los discursos de Bill Clinton, Ted Kennedy, Barack Obama y John Kerry. Todos hablaron de valores. Un enorme cambio, y no por casualidad. Hablaron de unidad, no de cultura de la guerra. Empezaron a explicar por qué los valores Demócratas son los valores tradicionales americanos: un paso importante. La idea es muy sencilla: miren las cosas de las que más orgullosos nos sentimos en este país, desde la Declaración de Independencia hasta el día de hoy. Había esclavitud. La abolimos. Sólo varones propietarios podían votar. Ahora los no propietarios y las mujeres pueden votar.

El New Deal, la Ley de Derechos Civiles, la Ley de Derechos de Sufragio: todo eso son productos de valores progresivos, de izquierda. Representan avances del modelo parental "nutriente" sobre el modelo conservador del "padre estricto". Esos movimientos se ven también como derivados de valores americanos tradicionales, parte de la herencia común. De manera que, cuando empiezas a observar las cosas de que está legítimamente orgulloso este país, lo que ves es el despliegue de los valores progresistas. Es tiempo de decir esto alto y claro.

Uno de los valores que los Demócratas en Convención parecían querer instilar en casi cada afirmación era el de la "fortaleza". ¿Cuadra ésto con el canon progresista?

Tienes que responder a la fortalea con fortaleza. Eso deriva directamente de mi Moral Politics: el padre estricto tiene que ser fuerte, pero los padres nutrientes tienen que serlo también. Sin embargo, los Demócratas se han equivocado a la hora de trazar la distinción en el tipo de fortaleza preconizada por Kerry, porque evitaron usar la palabra "débil" en referencia a Bush. Querían hacer una campaña totalmente positiva –que de todas formas no lo fue— , pero no querían decir que Bush había hecho al país más débil. El asunto de la debilidad despierta el esteoreotipo de los progresistas, de manera que, en vez de eso, dijeron: "Mirad, lo que nosotros queremos es una América más fuerte".

Pero "más fuerte" no necesariamente implica que lo actual sea débil. Tendrían que haber hablado más directamente de todos los puntos en que Bush ha debilitado al país. Teniendo como tienen buenas razones, fundadas en una pauta de conducta, no tienden a usar una gramática que realmente afirme el mensaje, como: "Somos más débiles en educación; he aquí por qué. Somos más débiles en seguridad; he aquí por qué". Podría escribirse ese argumento en media página. Pero los Demócratas no están por la labor, de ningún modo.

¿Por qué les gusta tanto a los conservadores usar la frase "elite liberal" como epíteto?

Los conservadores han estigmatizado a los liberales, y los liberales les dejan el camino expedito: la "elite liberal", los "liberales de latón", los "liberales de limusina". Lo divertido es que la elite son los conservadores. La idea central de la doctrina conservadora es que algunos son mejores que otros, que algunos merecen más que otros. Para los conservadores, si eres pobre es porque te lo mereces, porque no eres lo bastante disciplinado para despuntar. La doctrina conservadora require que haya una elite: la gente que se desempeña bien en el mercado libre tiene más dinero, y es justo que lo tenga. Los progresistas dicen: "No, eso no es justo. Tal vez algunos tengan que tener más dinero, pero nadie debería vivir en la pobreza. Todo el que trabaje merece tener un nivel de vida razonable a cambio de su trabajo". Se trata de ideas liberales o progresistas, y los progresistas no las explicitan lo suficiente.

Lo que los progresistas promueven no es en absoluto una elite. Los progresistas deberían hablar de la elite conservadora. No deberían lamentarse de los "recortes fiscales para los ricos"; deberían quejarse de los "recortes fiscales para la elite conservadora", porque eso es lo que toca nervio.

Hablando de impuesos, los Demócratas parecen al menos haber dejado de caer en la trampa de servirse de la locución "alivio fiscal", con lo que caían de cuatro patas en el marco conservador, según el cual los impuestos son un agravio del que los ciudadanos necesitan ser rescatados. Pero no han logrado presentar un marco alternativo para los impuestos.

Una y otra vez meten la pata y hablan de "alivio fiscal para las clases medias". Pero sí, parece que están aprendiendo. Entretanto, los Republicanos han incrementado el uso de esa locución.

Hace poco, estuve hablando sobre los impuestos como inversiones en el bien común. En el pasado, el gobierno hizo determinadas inversiones sabias en cosas como la red de autovías interestatales. Tu simplemente subes a tu automóvil y manejas; no piensas que, cada vez que usas las autovías, estás cobrando un dividendo de esa inversión previa, y lo mismo ocurre con cualquier empresa que tenga un camión de transporte circulando por la red interestatal de autovías. Internet es otro ejemplo. Comenzó como una red subvencionada por el Departamento de Defensa, con el dinero de los contribuyentes invertido por el gobierno. Ahora, cada vez que navegas por internet, estás cobrando un dividendo. Los fármacos y los avances médicos subvencionados por los Institutos Nacionales de Salud han sido financiados también por los contribuyentes. Los chips de nuestras computadoras y de nuestros autos existen gracias a anteriores inversiones gubernamentales de dinero de los contribuyentes en la investigación de los semiconductores.

¿Y no dirían aquí los conservadores lo mismo que dicen sobre la seguridad social, que los individuos invierten mejor su dinero que el gobierno?

Eso es mus sencillo. ¿Prefiere que el gobierno construya y mantenga el sistema de autovías, o hacerlo Usted mismo? ¿Preferiría acaso que una compañía privada poseyera el sistema de autovías e internet y le cobrara a Usted Dios sabe cuánto por usarlos? A Usted le gusta el ejército, ¿pero querría Usted construir su propio ejército? ¿Y qué hay de su propia policía, y de sus propios bomberos? No. Usted quiere un gobierno que pueda hacer cosas que a Usted le resultan necesarias en áreas en las que las empresas privadas no pueden hacerlas o no quieren hacerlas o no resultan confiables a la hora de hacerlas bien. Uno de los objetivos básicos de los progresistas es un futuro mejor para todos. Para lograr eso, hay  centenares de razones que hacen necesario un gobierno sabio y eficiente.

En lo que hace a las inversiones gubernamentales de tu dinero de contribuyente, las empresas y el mundo de los negocios se benefician aún más que la gente común y corriente. Para arrancar un negocio, no necesitas inventar la ciencia computacional o la red telefónica, no tienes que construir un sistema de autovías. Están aquí, a disposición del mundo de los negocios, como la Reserva Federal, como el Departamento del Tesoro, como la SEC [la agencia de control del mercado de valores], como el Departamento de Comercio y como los tribunales. Cuando una empresa entra en disputa con otras, no necesita abrirse camino por su propia cuenta para que se haga justicia; ya pagamos todos antes para ello.  El noventa por ciento de los tribunales se ocupa de disputas entre empresas. Las empresas sacan enormes ventajas y beneficios de eso, que sufragan los contribuyentes y que ellas han dejado de sufragar. Los impuestos pagados por las empresas representaban normalmente el 38% de todos los impuestos en EEUU. Ahora representan menos del 10%. Los contribuyentes comunes y corrientes están haciendo ahora las inversiones en infraestructura, y los accionistas de las compañías reciben los dividendos. Lo cual es, sencillamente, injusto.

En alguna occasion, ha dicho Usted que los progresistas no deberían usar jamás la locución "guerra al terror". ¿Por qué?

Hay dos razones. Empecemos con "terror". El terror es un estado general, y es interno a la persona. El terror no es la persona a la que estamos combatiendo, el "terrorista". La palabra terror activa tu miedo, y el miedo activa el modelo del padre estricto, que es lo que los conservadores quieren. La "guerra al terror" no pretende que dejes de tener miedo; pretende, precisamente, que lo tengas.

Vengo ahora a la "guerra". ¿Cuántos terroristas hay"? ¿Cientos? Desde luego. ¿Miles? Tal vez. Ello es que los terroristas son gente real, un número relativamente pequeño de individuos, si tenemos en cuenta las dimensiones de nuestro país y de otros países. No es un problema de un estado-nación. La guerra es un problema de estados-naciones.

¿Y qué me dice de la "guerra a la droga" y de la "guerra a la pobreza"?

Son metáforas. Las guerras reales son guerras contra países. Y en la "guerra al terror" estamos atacando a países. Pero esos países no son lo mismos que los terroristas. Estamos actuando en el plano equivocado. Por lo demás, al usar ese marco, lo que conseguimos es un comandante en jefe, como a los Republicanos les gusta llamar a Bush: un "presidente para la guerra", investido de "poderes de guerra", lo que implica que las garantías y protecciones corrientes no deben ser observadas. Un "presidente para la guerra" tiene poderes extraordinarios. Y la "guerra al terror", obvio es decirlo, no termina nunca. No hay tratado de paz con el terror. Es una receta para mantener indefinidamente a los conservadores en el poder. Con tres palabras –"guerra al terror"— han logrado poner por obra grandes cambios políticos.

Bush planteó la guera contra Irak como parte de la "Guerra al terror". ¿Cómo pueden los progresistas configurar el marco de su oposición a la guerra en Irak, sin ser tachados de antipatrióticos o de aliados de los terroristas?

Criticando a Bush por hacernos más débiles. Diciendo bien alto, y sin dejar de enarbolar la bandera, que la guerra de Irak nos hizo más vulnerables a los terroristas de muchas formas. Irak nada tenía que ver con el 11 de septiembre, ni con al Qaeda. Al desplazar tropas de Afganistán a Irak, puede que Bush haya dejado escapar a Bin Laden, y desde luego permitió reagruparse a al Qaeda y a los talibanes. Además, la guerra de Irak ha reclutado más terroristas. Los 200 mil millones de dólares que hemos gastado allí, podrían haberse gastado en aumentar la seguridad nacional, que ha sido campanudamente ignorada. Podrían haberse usado también para poner remedio a las causas profundas del terrorismo, que la Administración Bush ignora. Además, al concentrar sus esfuerzos en Irak, que no tenía un programa de desarrollo de armas nucleares, Bush ha permitido que Corea del Norte e Irán dieran pasos en el camino de convertirse en potencias nucleares. Permitir la proliferación nuclear ayuda al terrorismo.

La respuesta de Bush es siempre evasiva: que estamos mejor sin Sadam Hussein. Clinton dio la mejor réplica a este argumento. En el mundo hay otros chicos malos como Sadam Hussein: en Corea del Norte, en Irán, en Sudán. Hay malos chicos por doquier. ¿Vamos a invadir todos esos países? Como dijo Clinton, es imposible que podamos atacar, encarcelar o matar a cualquiera que esté contra nosotros. Lo que tenemos que hacer es ganar amigos.

También puedes adoptar un enfoque patriótico, y criticar a Bush por ineficiente. Tenemos que ir a la ofensiva. ¿Cómo se puede invadir Irak sin un plan de paz, sin equipar debidamente a nuestras tropas, sin contar con nuestros aliados?

¿Cómo puede reconfigurarse el marco de este asunto de Irak? Tu dices: "Vamos a la guerra cuando es realmente necesario, cuando somos atacados. No vamos a la guerra como instrumento de política económica. No vamos a la guerra como instrumento de ventaja geopolítica. Vamos a la guerra cuando no tenemos mejor opción. Vamos con un plan para ganar la paz, y vamos con tropas bastantes para ser eficientes. Éstas son las condiciones mínimas." En una palabra: de ninguna manera tienes que quedar en una posición defensiva.

La definición clásica de un conservador era la de alguien favorable al mantenimiento del statu quo, es decir, partidario de conservar la tradición y opuesto a grandes cambios en las leyes y en las instituciones. Bush, Cheney, Rumsfeld, Ashcroft et alteri ¿son propiamente conservadores?

Como digo en mi último libro, son radicales extremistas. No tratan de conservar nada. Tratan de imponer a América y al mundo entero un modelo de padre estricto sacado de un esquema de paternidad terrible y desastroso, presidido por el uso abusivo del poder y de la fuerza. Si eres lo suficientemente disciplinado como para ganar el suficiente dinero para pagar una buena asistencia sanitaria cara, lo mereces, como mereces poder pagar una buena educación a tus hijos. Si no, no lo mereces, y no lo tendrás.

Eso es contrario al igualitarismo americano y a la idea de equidad ecnómica, a la idea de que, si la gente trabaja duro y observa las reglas, tiene que tener un nivel de vida decente cuando la economía nacional en su conjunto tiene dinero suficiente. Hay dinero suficiente en esta econmía. Negar la asistencia sanitaria y la educación al pueblo trabajador va contra la mejor tradición de la política americana. Es extremista, y es antiamericano.

George Lakoff es catedrático de lingüística y ciencia cognitiva en la Universidad de California en Berkeley. Su famosa investigación lingüistico-cognitiva sobre las metáforas en la vida cotidiana, coescrita con Mark Jonson está traducida al castellano: Metáforas de la vida cotidiana, Madrid, Cátedra, 2001 (primera edición en inglés, 1980). Puede accederse a la página web del Rockridge Institute pulsando aquí: website.

Traducción para www.sinpermiso.info: Amaranta Süss

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Fuente:
NewsCenter, agosto 2004

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