El Front de Gauche después de las elecciones europeas. Dossier

Pierre Khalfa

Raphaëlle Besse Desmoulières

08/06/2014

 

“El fracaso del Front de Gauche es ante todo responsabilidad propia”. Entrevista

 

Tras las elecciones europeas del 25 de mayo en las que el Front de Gauche [Frente de Izquierda] no ha obtenido más que el 6,33 % de los votos, su coordinación nacional se reunía el lunes, 2 de junio, para hacer un primer balance. Pierre Khalfa, copresidente de la Fundación Copernic y uno de los dirigentes de Ensemble, tercera fuerza de la coalición junto al Parti de Gauche (PG) y al Partido Comunista (PCF), analiza las dificultades actuales del movimiento en declaraciones recogidas por Raphaëlle Besse Desmoulières, periodista del diario Le Monde que sigue habitualmente a esta formación política.  

¿Cómo explica usted los resultados del Front de Gauche en las europeas?

Pierre Khalfa: El fracaso del Front de Gauche es ante todo responsabilidad propia. ¿Por qué, ahora que el PS está totalmente desacreditado, una gran parte de sus electores se ha abstenido, en lugar de votarnos a nosotros? Esta gente se ha resignado, pues ven a un gobierno que se llama de izquierda llevar a cabo una política de derechas. Se han abstenido también porque no les hemos infundido ganas de votar por nosotros. Hay varias razones para esto. En primer lugar, la confusión que tuvo lugar en las municipales con la actitud del PCF, que prefirió bien llegar a alianzas con el PS, cuya política, por otro lado, denunciaba, bien aliarse con las demás fuerzas del Front de Gauche. Luego, la dramatización con la que actuó en este asunto el PG y la imagen desastrosa de división que eso entrañaba.

Denuncia usted también un problema de línea política con las declaraciones, retomadas por Mélenchon, sobre la salida del euro…

Nos pusimos de acuerdo sobre una línea precisa: el rechazo de la Europa actual, pero en una perspectiva de refundación de la Unión Europea con la desobediencia a los tratados como método. Indicamos claramente que nos oponíamos a la salida del euro. Ahora bien, la línea que defendíamos ha sido invisible. A la vista de los sondeos, ha habido un efecto de pánico con la tentación de tomar atajos y creer que lanzando consignas de esta naturaleza se podía congregar a una parte del electorado. Esto demuestra la incapacidad de mantener una orientación política firme en situaciones difíciles.

¿Se pone en cuestión la naturaleza misma del Front de Gauche?

La campaña presidencial de Jean-Luc Mélenchon en 2012 permitió comprometerse en ella a decenas de miles de personas. Habría sido posible abrir de par en par las puertas y ventanas del Frente de Izquierda para que esta gente se adhiriese directamente, pero rechazamos eso. A partir del momento en que hemos continuado en la lógica del cártel electoral, cada fuerza ha defendido sus propios intereses a expensas del interés general del Front de Gauche.

¿Por qué no logra aparecer el movimiento como  alternativa?

Eso nos remite a su perfil político. Creer que, por expresar la cólera de la gente, se nos va a considerar automáticamente como alternativa supone un profundo error. Tenemos que ser capaces de aportar soluciones concretas y creíbles, y que éstas últimas queden vinculadas a un imaginario de transformación social. Las soluciones las tenemos, pero no hemos sido capaces de adelantar algunas medidas de urgencia para dar visibilidad  política al Front de Gauche. A este respecto, no hemos estado a la altura.

¿Hay un «problema» Mélenchon en el Front de Gauche?

No se trata de poner en cuestión a fulano o mengano: se trata de una responsabilidad colectiva. No hemos sabido discutir la postura política que debía adoptar el Front de Gauche. Los que, como yo, eran escépticos sobre lo que estaba a punto de pasar no han sabido hacer oír su voz.    

¿Hay voluntad del PCF y del PG de ponerse en cuestión?

Las europeas han sido una sacudida para todo el mundo: no se trata solamente de los resultados del FN sino también de los nuestros, que nos han revelado el precio de lo que supone hoy el Front de Gauche. Hace falta tener discusiones de fondo. Nadie podrá impedirlo.

¿Está la coalición en peligro?

El Front de Gauche es una construcción frágil, en el sentido de que ha permitido aglutinar corrientes políticas que habían estado históricamente enfrentadas. Su fuerza estriba en su diversidad, pero ésa es también su debilidad. Hace falta un proceso de refundación que permita adhesiones directas y vaya más allá de sus propias fuerzas. Una gran parte de los Verdes, pero también Nouvelle Donne [1], el NPA [Nuevo Partido Anticapitalista] y la izquierda del PS se han opuesto a la política ejecutada. Debemos debatir un marco amplio de alianzas que permita que exista una alternativa a izquierda que rebase el marco único de los partidos. Que detenga esta multiplicación de capillitas, que es nefasta.

Notas:

 [1] Nouvelle Donne, cuyo nombre evoca el New Deal de Roosevelt, es una reciente formación política francesa creada en noviembre de 2013, en la que se reunen exmilitantes del Partido Socialista, de los Verdes y del Front de Gauche, amén de gaullistas sociales y figuras intelectuales reconocidas, con un programa económico de cariz keynesiano. Entre sus miembros se cuentan teóricas y activistas como Susan George o el sociólogo Edgar Morin. Cuenta con una representante en la Asamblea Nacional, Isabelle Attard (que proviene de los Verdes), por una circunscripción de Calvados, y dos diputadas en el Parlamento Europeo, Malika Benarab-Attou y Françoise Castex.

Pierre Khalfa es sindicalista, miembro del Consejo Económico, Social y Medioambiental francés, copresidente de la Fundación Copernic y miembro del consejo científico de Attac.

 

 

 

Al Front de Gauche le espera un buen trabajo de introspección

¿Cómo remontar tras este fracaso? Para el Partido Comunista y el Partido de Izquierda [Parti de Gauche (PG)], hay urgencia en hacer balance de las municipales y las europeas. Lo que está en juego es que la coalición de la izquierda radical no vuelva a quedar marginada en los resultados que le eran propios antes de la creación del Front de Gauche [Frente de Izquierda].

Desde luego, está esa evidencia que se ha impuesto el 25 de mayo: un FN en cabeza en las municipales con un 24,95 %. Para Jean-Luc Mélenchon, que había hecho de la lucha contra la extrema derecha uno de los ejes mayores de su campaña presidencial de 2012, el golpe es duro. «Es un acontecimiento considerable», ha declarado, visiblemente conmocionado, el domingo [25 de mayo, jornada electoral] por la noche. «Testimonia de hecho que la hegemonía cultural, la idea dominante no es que los financieros son los responsables de la crisis. Hay quienes han conseguido imponer por toda clase de medios la idea de que los que planteaban problemas eran los inmigrantes, las costumbres, la naturaleza del matrimonio».

Y también está este resultado, el del Front de Gauche (6,33 %), casi idéntico al de 2009 (6,05 %), año de su creación. Sólo tres parlamentarios, en comparación con los cuatro de la última vez, se sentarán en el Parlamento Europeo. Un golpe a modo de reprimenda para los que querían «romper y refundar Europa».

La progresión de Jean-LucMélenchon es en sí misma débil: elegido, pasa de un 8,16 % en 2009 a un 8,57 % cinco años más tarde. Peor: en 2009, el Nuevo Partido Anticapitalista recogió cerca del 5 % de los votos cuando no tiene hoy más peso que el 1,60 % de los sufragios con Lutte Ouvrière [Lucha Obrera]. Y la diferencia no se ha ido al Front de Gauche. «Cuando se dice que la gran mayoría de sus militantes se ha venido a nuestras filas, hay razón para inquietarse», hace notar André Chassaigne, presidente de grupo de la Izquierda Demócrata y Republicana en la Asamblea Nacional.

El domingo por la noche los dirigentes del Front de Gauche han tratado de limitar el impacto de la crisis. «Nuestros resultados muestran una fuerza de izquierda que mantiene sus resultados, aunque nos esperásemos más», ha subrayado el número uno del PCF, Pierre Laurent. «El PS arrastra a toda la izquierda en su caída», ha afirmado igualmente Corinne Morel Darleux, una dirigente del PG. «No hemos sabido distanciarnos suficientemente para no vernos arrastrados».

Para Clémentine Autain, portavoz de Ensemble [Juntos], tercera fuerza del Front de Gauche, el argumento se queda un poco corto. «Hacer que recaiga la responsabilidad sobre el PS no bastará para responder a la cuestión que se nos plantea», avisa. No sólo la coalición de la izquierda radical no ha logrado rebasar al PS, tal como se había marcado el PG, sino que los electores la devuelven a sus resultados iniciales, como si el 11,10 % de las presidenciales no hubiera existido jamás.

La constatación es sencilla: desde hace dos años, el Front de Gauche no ha logrado atraer a los decepcionados de François Hollande. «Al contrario que el FN, pagamos el pato de estar fuera del sistema», hace notar Morel-Darleux. «Y tenemos un discurso demasiado radical para los electores del PS y de EELV[los ecologistas]: perdemos en ambos tableros». Las divisiones internas que han aparecido en las municipales han obstaculizado asimismo una dinámica que, en el contexto de euroescepticismo, habría  podido encontrar eco. Eric Coquerel, responsable electoral del PG, remite a la responsabilidad de los comunistas, que han optado por alianzas de geometría variable en las municipales con el PS. «La falta de una estrategia global no nos ha ayudado en términos de legibilidad», tercia. Chassaigne tiene otra explicación. «Hemos aparecido como replegados sobre nosotros mismos», se aflige, «y como organizaciones que compiten entre ellas».

«Arquitectura nueva»

El mensaje que acaban de infligirles los electores es tanto más áspero cuando en otros lugares de Europa la izquierda radical ha llegado a conseguir una penetración nada desdeñable. En Grecia, Syriza ha acabado incluso en cabeza en las votaciones. En el Front de Gauche, el objetivo sigue siendo, pues, congregar más allá de sus propias fuerzas, volviéndose hacia los socialistas y ecologistas críticos. «Si no somos capaces de aliarnos con quienes rechazan esta política, vamos directos a estrellarnos», insiste el secretario nacional del PG, Eric Coquerel.

Pero para lograrlo, le Front de Gauche debe ya «empezar por barrer la casa» subraya Autain. «No hemos sabido transformar el impulso de las presidenciales y hemos tenido un Front de Gauche que se ha replegado al tú a tú entre el PCF y el PG», insiste quien defiende una «arquitectura nueva» y adhesiones directas. «Mientras pensemos que bastan un pequeño ejército en campaña y la magia del verbo, no avanzaremos», juzga igualmente un responsable del Front de Gauche.

En el PCF han comenzado a dirigirse las críticas hacia Mélenchon. Chassaigne estima así que «el Front de Gauche no puede encarnarlo una sola persona, por talentosa que sea». «El mejor aliado de Hollande es Mélenchon», deja caer otro dirigente comunista. «Su estrategia de jugar al hundimiento del PS para substituirlo por un Front de Gauche dominado por él mismo es contraproducente».

Hay ya fecha reservada: el 4 y 5 de junio, la dirección del PCF se reunirá para discutir el futuro del Front de Gauche. Una ocasión que algunos no dejarán pasar para asestar sus golpes.

 

Raphaëlle Besse-Desmoulières es periodista del diario parisino Le Monde, en el que escribe el blog “Rouges et verts” dedicada a la actualidad de la izquierda y los ecologistas.

 

Le Monde, 27 de mayo de 2014

 

 

Selección y traducción para www.sinpermiso.info: Lucas Antón

Le Monde, 2 de junio de 2014

Fuente:
Varios

Subscripción por correo electrónico
a nuestras novedades semanales:

El responsable de tratamiento de tus datos es Asociación SinPermiso y la finalidad del tratamiento es hacerte llegar nuestras novedades. Puedes ejercer tus derechos en materia de protección de datos contactando con nosotros*. Para más información consulta nuestra política al respecto (*ver pie de página).