El indicador de privación material. Un instrumento mejor para el estudio de la pobreza

Shawn Fremstad

Stephen Crawford

26/09/2010


Los datos sobre pobreza recientemente publicados dibujan una cuadro nefasto. El año pasado 43,6 millones de estadounidenses (más del 14%) recibieron ingresos por debajo del umbral regional de pobreza. Pero esos datos sólo ofrecen un retrato parcial del problema. Y eso porque la pobreza real no se limita al ingreso, sino que consiste también en activos y pasivos. Las cifras oficiales sólo consideran el ingreso y un cálculo irrealistamente bajo de la cifra mínima para llegar a fin de mes. Es hora de considerar las herramientas de que disponemos para el estudio de la pobreza. Como han escrito los laureados premios Nobel Joseph Stiglitz y Amartya Sen junto con el economista Jean-Paul Fitoussi en su nuevo libro Mis-measuring Our Lives, "el ingreso y el consumo son decisivos para evaluar el nivel de vida, pero en última instancia éste sólo puede analizarse de consuno con la información sobre la salud". Esta cuestión es tan importante para el cálculo de la pobreza como otros criterios mensuradores del nivel de vida. Para entender el porqué, consideremos dos familias: una dispone de un ingreso que la sitúa unos escasos miles de dólares por debajo del umbral de pobreza, establecido en 2009 en 22.050 para una familia de cuatro miembros; la otra lo tiene unos pocos miles de dólares por encima. Considerando únicamente el ingreso, la primera está peor que la segunda. Añadamos ahora a la mezcla lo que cada familia posee y debe. Digamos que la primera tiene un patrimonio neto considerable en su hogar y una cantidad razonable de ahorros en líquido para tiempos difíciles, mientras que la segunda carece de ahorros en líquido, tiene unos pasivos que empequeñecen sus activos, tales como una hipoteca "bajo el agua". Empleando este más completo método, la segunda familia, a pesar de su ingreso modestamente mayor, es realmente pobre. Una reciente investigación del Urban Institute considera el papel que juegan los activos líquidos en la reducción de la privación material. La investigación muestra que, entre las familias de ingreso bajo y medio, aquellos con bajos niveles de activos líquidos sufren mayor privación económica, incluyendo inseguridad alimentaria, problemas para pagar facturas y otras formas de privación. Otra investigación de las universidades de Washington, Kansas y de otros lugares indica que los activos líquidos pueden facilitar las oportunidades económicas mediante el aumento de la esperanza de un futuro mejor, incrementando el acceso a la educación y, si se utilizan con prudencia, permitiendo a las familias obtener otros activos que pueden revalorizarse andado el tiempo. En los presupuestos de este año, la administración Obama ha incluido la petición de crear un fondo que permita a la oficina del censo realizar un cálculo complementario de pobreza (SPM), añadido al cálculo actual. Si el Congreso aprueba el modesto fondo solicitado, la oficina del censo publicará el primer SPM en 2011, que mejorará el cálculo actual en varios aspectos. El más relevante es que tomaría en consideración importantes prestaciones, incluyendo el crédito fiscal sobre la renta y la ayuda alimentaria y significativos gastos no discrecionales, como la asistencia sanitaria y la de niños. Con todo, el SPM propuesto, como el cálculo oficial, sigue siendo un cálculo de pobreza basado únicamente en el ingreso y, por ello, no puede captar el decisivo papel que juegan los activos en la seguridad económica. Además, en la medida en que los activos y el ingreso no constituyen compartimentos estancos, la oficina del censo debería integrar los activos y los ahorros en el SPM. El nuevo enfoque para calcular la pobreza que se ha utilizado este año en el Reino Unido ─apoyada por fuerzas que van desde los conservadores hasta los liberales─ puede considerarse como modelo. El enfoque británico emplea dos medidas distintas: una para calcular la pobreza en el ingreso y otra para calcular la privación material. A diferencia del cálculo actual de los EEUU o del propuesto SPM, los dos indicadores de pobreza del método británico consideran algunos activos importantes y factores relativos al ahorro. En el cálculo de la pobreza de ingreso, tanto los ahorros como los planes de pensiones y los pagos del préstamo para estudiantes se restan del ingreso que constituye el umbral de pobreza. El indicador de privación material británico mide la privación económica de modo similar al Urban Institute. Se considera pobre a una familia si sufre dos o más formas de privación material. Los criterios incluidos en el índice son los que la mayoría de británicos creen que son los correspondientes a las necesidades vitales, tales como la capacidad de ahorrar regularmente al menos 10 libras (en torno a 15 dólares) al mes para los tiempos difíciles o la jubilación, que aproximadamente dos tercios de los británicos consideran necesaria. Este enfoque capta mejor el efecto global que tienen sobre la pobreza tanto el ingreso cuanto los activos. En efecto, el nuevo método británico de cálculo de la pobreza considera los ahorros básicos más como necesidad que como expresión de lujo. Para obtener un cuadro mejor sobre la pobreza, los Estados Unidos deberían hacer lo mismo. Stephen Crawford es el vicepresidente de política e investigación de la Compañía para el Desarrollo Empresarial. Shawn Fremstad es el director Iniciativa Económica Inclusiva y Sostenible del Centro para la Investigación Económica y Política.

Traducción para www.sinpermiso.info: Daniel Escribano


Fuente:
http://blogs.reuters.com, 17 de septiembre de 2010

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