Estrangular la economía palestina

Nur Arafeh

20/11/2015

La Unión Europea ha hecho públicas esta semana sus muy esperadas directrices sobre el etiquetado de productos de los asentamientos, producidos en los asentamientos ilegales que Israel ha construido en el territorio que ocupó en 1967. Incluso antes de la publicación de las directrices, el gobierno israelí criticó la medida, alegando que socava la paz y que discrimina en contra de Israel.

Incluso afirma que el etiquetado será perjudicial para los trabajadores palestinos en los asentamientos israelíes. Esta posición intenta crear deliberadamente confusión y desviar la atención internacional de los daños colosales que la ocupación israelí y la colonización de Palestina causan a la economía palestina.

Es cierto que algunos palestinos trabajan en los asentamientos israelíes. Pero, ¿cuántos? Y ¿por qué trabajan en los asentamientos? Para responder a estas preguntas, es útil comenzar con un rápido vistazo a los efectos en la economía palestina de la ocupación israelí.

Israel ha explotado la economía palestina - directamente y a través de sus empresas en los asentamientos ilegales - desde que comenzó la ocupación. Ha confiscado tierras y propiedades palestinas para la construcción de asentamientos y la agricultura; ha incautado recursos hídricos (los más de 600.000 colonos utilizan actualmente seis veces más agua que los 2,6 millones de palestinos de Cisjordania); se ha apoderado de los lugares turísticos; y explota las canteras y minas, el Mar Muerto y otros recursos naturales no renovables palestinos.

Además, los asentamientos son apoyados por una infraestructura de carreteras, puestos de control, y el muro de separación, lo que lleva a la creación de bantustanes aislados. Según un estudio del Banco Mundial, el 68% de la denominada zona C - que representa el 60% de Cisjordania y que es rica en recursos naturales - se ha reservado para los asentamientos israelíes, mientras que menos del 1% se ha destinado a uso de los palestinos.

Esta fragmentación física, junto con las restricciones israelíes a la circulación y el acceso, ha dado lugar a la aparición de economías diferentes en el territorio ocupado, perjudicando enormemente las perspectivas de desarrollo económico. En general, se estima que el costo total de la ocupación fue casi el 85% del PIB total estimado para Palestina (alrededor de $ 7 millones de dólares) sólo en 2010. Las empresas de los asentamientos ilegales han severamente estrangulado la economía palestina. No puede sorprender que una economía que sufre debilidades estructurales y una base productiva debilitada sea incapaz de generar suficiente empleo e inversión. También es ninguna sorpresa que los palestinos dependan actualmente de la ayuda extranjera, en especial de los contribuyentes de la UE y sus estados miembros.

Es esta dura realidad económica la que impulsa a algunos palestinos - estimado en el 3,5% de la fuerza laboral total de Cisjordania en 2013 - a trabajar en los asentamientos israelíes, donde son sometidos a condiciones de trabajo duras, a veces peligrosas. La mayoría no tiene seguro de salud para protegerlos en caso de accidentes de trabajo y se estima que el 93% no tiene sindicatos que los representen: están sujetos a despidos arbitrarios y la retención de sus permisos si exigen sus derechos o tratan de sindicalizarse .

A veces se argumenta que los trabajadores palestinos en los asentamientos reciben salarios más altos que en el mercado de trabajo palestino; Sin embargo, vale la pena señalar que se les paga, en promedio, menos de la mitad del salario mínimo israelí. Por ejemplo, en Beqa'ot, un asentamiento israelí en el valle del Jordán, a los palestinos se les paga el 35% del salario mínimo legal. (La planta de embalaje de Mehadrin, el mayor exportador israelí de frutas y verduras a la UE, se encuentran en este asentamiento.) Más del 80% de los trabajadores palestinos dejaría su puesto de trabajo en los asentamientos si pudiera encontrar una alternativa en el mercado laboral palestino.

Mientras Israel protesta que el etiquetado de la UE perjudicará a unos pocos miles de trabajadores palestinos, en realidad, millones de palestinos han sido desposeídos de sus recursos económicos. Y la ocupación de Israel perjudica a los palestinos mucho más que lo que pudiera afectarle el etiquetado de la UE de los productos de los asentamientos. Lo que los palestinos necesitan es el fin de la ocupación, no más puestos de trabajo en los asentamientos ilegales. Sólo entonces podrán fortalecer la base productiva de su economía, generar empleo, garantizar la independencia y la autosuficiencia y dejar de depender de la ayuda de la UE.

La UE ha reconocido la ilegalidad del régimen colonial de Israel, que es una violación del Reglamento de La Haya de 1907, de la Cuarta Convención de Ginebra de 1949, y del derecho de los palestinos a la autodeterminación. Pero, en tanto que el mayor socio comercial de Israel, las directrices de la UE sobre el etiquetado no cumplen plenamente sus obligaciones morales y legales. Los terceros Estados están obligados a no proporcionar ninguna ayuda que mantenga una situación ilegal. La UE debería prohibir todos los productos de los asentamientos y poner fin a sus relaciones con todos los sectores de la economía israelí involucrados en el desarrollo de los asentamientos ilegales de Israel.

Consejera de Al-Shabaka: Red de estudios políticos palestinos e investigadora en el departamento de Estudios Internacionales de la Universidad de Birzeit, Palestina.
Fuente:
http://mondediplo.com/blogs/strangling-the-palestinian-economy
Traducción:
Enrique García

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