Francia: El atraco Fillon

Matthieu Croissandeau

08/04/2017
¿Un atraco? ¿Qué atraco? Desde que se desencadenó el asunto Fillon, la derecha derrama cálidas lágrimas. De una eminencia a otra, resuenan los mismos elementos de lenguaje, dando crédito a la idea de que la eliminación de François Fillon en la primera vuelta volvería a ser “un robo de las elecciones presidenciales”. Esta pretendida “negación de democracia” esconde en sí otra: desde la derrota de Nicolas Sarkozy, la derecha considera que  2017 le corresponde por derecho, que es su turno, en resumen, que se le debe el poder. Cualquier otro vencedor que no sea el que ha escogido sería, por tanto, un impostor…
Esta concepción como poco singular del sufragio universal no es nueva. Se inscribe en una retórica bien conocida que quiere que el acceso de la izquierda a la cima del Estado no pueda ser más que producto de un accidente de la Historia, incluso de un forzamiento. Un paréntesis que conviene cerrar lo antes posible, peroraban ya los mismos, hace más de treinta años, en las primeras horas del mitterrandismo.
Entendámonos: es normal y fundamental para el debate democrático que la derecha llamada “republicana” pueda concurrir a las elecciones presidenciales. Pero en ninguna parte está escrito ¡que tenga que figurar en absoluto en la segunda vuelta! Para llegar a esto, le toca como a todos los candidatos, presentar un proyecto que congregue más allá del núcleo duro de su electorado. ¿Ha emprendido ese camino? Nada es menos seguro. Después de seis semanas de una tragicomedia tan inaudita como grotesca, los republicanos no han encontrado finalmente otra solución que unir fuerzas detrás de François Fillon. Con pleno conocimiento de causa. Saben que está echado a perder por el escándalo, sometido a un calendario judicial muy complicado, portador de un proyecto de sacrificios para los franceses completamente desajustado con la imagen que  ahora nos devuelve. Pero he aquí que persisten y refrendan. Los mismos que difundían en las ondas sus dudas, sus inquietudes o su cólera explican hoy doctamente que no tienen nada mejor disponible que Fillon para llevarse la carrera. 
Podríamos sonreír ante estos volantazos absurdos si no se apoyaran en un conspirativismo deletéreo. Recordemos aquí a los efectos oportunos que François Fillon es el único responsable de lo que le sucede. Él es quien remuneró sin rechistar a su mujer e hijos durante años con dinero público. Es también él quien ha optado por esta línea de defensa tan torpe como objetable. Él quien ha escogido en todo momento  ponerle guión a su próxima imputación con acentos facciosos y populistas. Y él, por último, quien lleva a su partido y a su electorado al suicidio político.  
Pues, finalmente, ¿a quién se puede hacer creer que representa el mejor baluarte contra Marine Le Pen, cuando por el contrario la está aupando, zarandeando a la institución judicial o invitando a partidarios del gran acercamiento al Frente Nacional a las primeras filas de sus mítines? El único atraco que amenaza a la derecha es un robo frentista con allanamiento. Y la Historia retendrá que eligiendo mantener a Fillon con y contra todo, los republicanos han dejado la puerta grande abierta…   
periodista de L´Obs, revista de la que es director desde 2014 y en la que fue, bajo la rúbrica de Le Nouvel Observateur, reportero de economía entre 1997 y 2003. Como colaborador de televisión, ha moderado numerosos debates entre candidatos y participa en el programa 28 minutes de la cadena Arte.
Fuente:
L´Obs, 9-15 de marzo de 2017
Traducción:
Lucas Antón

Subscripción por correo electrónico
a nuestras novedades semanales:

El responsable de tratamiento de tus datos es Asociación SinPermiso y la finalidad del tratamiento es hacerte llegar nuestras novedades. Puedes ejercer tus derechos en materia de protección de datos contactando con nosotros*. Para más información consulta nuestra política al respecto (*ver pie de página).