Grecia: la reestructuración de la deuda del tercer memorándum y el saqueo del país

Alejandro Nadal

Paul Craig Roberts

28/05/2016

Grecia: regresa la tragedia

Alejandro Nadal

Hace un año el gobierno de Alexis Tsipras a través de su ministro de finanzas, Yannis Varoufakis, presentó a las organizaciones de la troika (Banco Central Europeo, Comisión de la UE en Bruselas y el Fondo Monetario Internacional) un paquete de política económica para la economía griega. Lo más importante del conjunto de propuestas era el plan para restructurar la deuda griega. El documento buscaba salir del círculo vicioso de extender nuevos créditos a Grecia para sobrellevar la crisis y pretender que en el futuro cercano el endeudamiento iría reduciéndose.

La propuesta de Varoufakis contemplaba la generación de un superávit primario que pasaría de 0.8 por ciento del PIB en 2015 a 2 por ciento a partir de 2018 para estabilizarse durante la siguiente década. El superávit primario es lo que queda cuando a los ingresos del estado le restamos los rubros del presupuesto programable (antes del servicio de la deuda). No es otra cosa que la métrica del abandono de los rubros necesarios para el desarrollo social y económico.

La tasa de crecimiento que proyectaba la propuesta del gobierno de Tsipras era modesta para los primeros años y después se estabilizaría alrededor de 3 por ciento en promedio durante la siguiente década. Esta combinación de medidas permitiría reducir la proporción de la deuda con respecto al PIB para llevarla de 180 por ciento en 2015 a 127 por ciento del PIB para 2025. Los pagos por servicio de la deuda se irían reduciendo del 18 por ciento del PIB a niveles mucho más manejables.

Pero la troika propuso un plan distinto: nuevo rescate pero acompañado de nuevas y más fuertes medidas de austeridad fiscal. El gobierno de Tsipras sometió el nuevo plan a un referéndum general. El resultado del histórico ejercicio democrático del 5 de julio fue clarísimo: 62 por ciento de la población se manifestó en contra del plan propuesto por la troika.

Pero las urnas para el referéndum no fueron los únicos lugares en los que la gente podía manifestarse. Al mismo tiempo que la población rechazaba el plan de austeridad acudía ansiosa ante los bancos y los cajeros automáticos para retirar lo que quedaba de sus cuentas.

La troika decidió castigar a Grecia: el BCE restringió sus líneas de crédito de emergencia (para los bancos) y la Comisión en Bruselas exigió todavía más reformas y más austeridad. Por su parte, el FMI jugaba un doble juego. En efecto, mientras la retórica de la señora Lagarde hacía alusiones a la inefectividad de las medidas de austeridad y al hecho de que la deuda era insostenible, el FMI siguió (y ha seguido) insistiendo en las privatizaciones y demás reformas estructurales. Al día siguiente del referéndum Varoufakis renunció y apenas cuatro días después Tsipras dio a conocer un paquete de medidas que esencialmente recogía las condiciones de la troika. La capitulación del gobierno de Syriza frente a los poderes de la troika fue total.

¿Cómo se ha desempeñado la economía de Grecia desde que Tsipras decidió acatar el diktat de la troika? Las medidas de austeridad impuestas por la troika no han permitido crecer y tampoco han conducido a una reducción de la carga de la deuda. El PIB griego sufrió una contracción de 1.2 por ciento en el primer trimestre de este año (con respecto al primer trimestre del año anterior) y Grecia acumula ya tres trimestres consecutivos de sufrir una contracción económica.

Es decir, las cosas siguen empeorando. Los pronósticos del propio FMI indican que la deuda permanecerá en el rango de 180 por ciento del PIB hasta 2020 y que a partir de ese año volverá a crecer hasta llegar a 250 por ciento del PIB en 2055. Los requerimientos financieros del sector público para hacer frente a esta masa de endeudamiento ascenderían a cerca de 70 por ciento del PIB. Esta es una cifra escandalosa: la economía griega estaría destinando más de dos tercera partes del producto para pagar deudas.

Estas son las razones por las cuales el FMI considera que la deuda en Grecia no es sustentable y por las cuales se necesita un programa de restructuración de la deuda que sea más realista. Sin embargo, y aquí está el meollo de la cuestión, el FMI sostiene que Grecia debe mantener las metas de superávit primario de 3.5 por ciento anual. De este modo, la propuesta del Fondo significa ahogar a la economía griega al mismo tiempo que habla un lenguaje en apariencia más realista sobre la deuda. Es un doble juego absurdo en sus negociaciones para decidir si forma parte del tercer paquete de rescate o se mantiene al margen. Pero ese paquete es otro capítulo más de esa política del avestruz que consiste en extender el martirio de la economía griega y pretender que algún día vendrá la solución.

La tragedia en Grecia se va a volver a repetir. Los vencimientos que enfrenta Grecia para los próximos meses y la insolvencia de facto que ya existe son la prueba fehaciente de que el camino impuesto por la troika y el FMI conduce a una espiral deflacionaria y a una crisis más prolongada en la que el pueblo griego perderá todo.

La Jornada, 25 de mayo 2016

 

Grecia y el capitalismo en su fase de saqueo: el asalto alemán al FMI

Paul Craig Roberts

Después de haber utilizado con éxito a la UE para conquistar al pueblo griego dándole la vuelta al gobierno griego "de izquierda" para convertirlo en un peón de los bancos alemanes, Alemania se encuentra ahora con que el FMI se interpone en su camino para saquear a Grecia hasta que desaparezca.

Las reglas del FMI impiden a la organización conceder préstamos a los países que no puedan devolverlos. El FMI ha llegado a la conclusión sobre la base de hechos y análisis que Grecia no puede pagar. Por lo tanto, el FMI no está dispuesto a prestar a Grecia dinero para pagar a los bancos privados.

El FMI dice que los acreedores de Grecia, muchos de los cuales no sean acreedores, sino simplemente compradores de deuda griega a saldo con la esperanza de sacar provecho, deben cancelar parte de la deuda griega con el fin de reducir la deuda a una cantidad cuyo servicio la economía griega pueda pagar.

Los bancos no quieren que Grecia sea capaz de afrontar su deuda, ya que los bancos tienen la intención de utilizar la incapacidad de Grecia de pagar el servicio de la deuda para saquear los activos y recursos griegos y recortar la red de seguridad social levantada durante el siglo XX. El neoliberalismo tiene la intención de restablecer el feudalismo: unos pocos plutócratas y muchos siervos, el 1 por ciento y el 99 por ciento.

Alemania cree que el FMI debe prestar a Grecia el dinero con el que pagar a los bancos privados alemanes. A continuación, el FMI debe ser reembolsado obligando a Grecia a reducir o suprimir las pensiones de vejez, recortar los servicios públicos y el empleo, y utilizar los ingresos obtenidos para pagar al FMI.

Como estas cantidades serán insuficientes, se imponen medidas de austeridad adicionales que exigen a Grecia vender sus activos nacionales, como las empresas públicas de agua y puertos y acabar con las medidas de protección de las islas griegas frente a inversores extranjeros, sobre todo los propios bancos o sus principales clientes.

Hasta ahora, los llamados "acreedores", sólo se han comprometido a alguna forma de alivio de la deuda, aún por decidir, dentro de 2 años. Para entonces, la parte más joven de la población griega habrá emigrado y será sustituida por inmigrantes que huyen de las guerras de Washington en Oriente Medio y África que habrán hecho estallar el sistema de bienestar sin financiación de Grecia.

En otras palabras, Grecia está siendo destruida por la UE a la que se unió de manera tan imprudente e incauta. Lo mismo está sucediendo a Portugal y también ha comenzado en España e Italia. El saqueo ya ha devorado Irlanda y Letonia (y varios países de América Latina) y está en marcha en Ucrania.

Los actuales titulares de prensa que informan de un acuerdo entre el FMI y Alemania sobre una cancelación parcial de la deuda griega para hacer factible su servicio son falsas. Ningún "acreedor", se ha comprometido a cancelar un centavo de la deuda. Todo lo que el FMI ha conseguido de los llamados "acreedores" son "promesas" inconcretas de cantidades sin especificar de cancelación parcial de la deuda dentro de dos años.

Los titulares de los periódicos no son más que un truco para proporcionar cobertura para que el FMI ceda a la presión y viole sus propias reglas. Una cobertura que permita que el FMI diga que en un (futuro no especificado) la cancelación de una parte de la deuda permitirá a Grecia poder dar servicio al resto y, por lo tanto, el FMI podrá prestar a Grecia dinero para pagar a los bancos privados.

En otras palabras, el FMI es una institución occidental más sin ley, cuya carta fundacional tiene el mismo valor real que la Constitución de Estados Unidos o la palabra del gobierno de Estados Unidos en Washington.

Los medios de comunicación persisten en llamar el saqueo de Grecia un "rescate".

Llamar “rescate” al saqueo de un país y de su gente es orwelliano. El lavado de cerebro ha tenido tanto éxito que incluso los medios de comunicación y los políticos de la Grecia saqueada llaman al imperialismo financiero que Grecia está sufriendo un "rescate".

Por todas partes en el mundo occidental, la aplicación de una serie de medidas, tanto corporativas como gubernamentales, han dado como resultado el estancamiento del crecimiento de los ingresos. Con el fin de seguir contabilizando beneficios, los mega-bancos y las corporaciones globales se han lanzado al saqueo. Los sistemas de seguridad social y los servicios públicos son privatizados, y el endeudamiento, que describe de manera tan precisa por John Perkins en su libro, Confessions of an Economic Hit Man, se utiliza para permitir que países enteros sean saqueados.

Hemos entrado en la etapa de saqueo del capitalismo. La desolación será su resultado.

http://www.counterpunch.org/2016/05/26/the-looting-stage-of-capitalism-germanys-assault-on-the-imf/

Economista. Miembro del Consejo Editorial de Sin Permiso.
Ex vicesecretario del tesoro de EE UU y editor asociado del Wall Street Journal. Su libro How the Economy Was Lost puede obtenerse gratuitamente en formato electrónico en Counterpunch. Su libro más reciente es The Neoconservative Threat to World Order.
Fuente:
Varias
Traducción:
Enrique García

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