Hong Kong: 20 años después de la reunificación con China

Au Loong-Yu

01/07/2017

Robin Lee entrevista a Au Loong Yu, un veterano activista, escritor y miembro de Pioneer, una organización socialista de Hong Kong, sobre la situación política en Hong Kong veinte años después de la reunificación con la República Popular de China. Este 1 de julio, la manifestación anual de conmemoración de la reunificación de Hong Kong con la RP de China ha congregado a más de 60.000 personas. El éxito de la convocatoria se ha debido en buena parte a las declaraciones amenazantes de Xi Jinping, en el sentido de eran "totalmente intolerables" las reivindicaciones de autogobierno y autodeterminación de la población de Hong Kong. Los manifestantes han expresado también su solidaridad con el movimiento democrático en China, en especial con el disidente Liu Xiabo, Premio Nobel de la Paz, condenado a once años y excarcelado como consecuencia de un cáncer de higado terminal.

Robin Lee - En el momento de reunificación, ¿ cuales eran sus expectativas y en que medida se han visto realizadas en el Hong Kong actual?. ¿Cuales de ellas se han satisfecho?

Au Loong Yu-- Sí y No. En 1997 ya había una división entre los pan-demócratas y el movimiento social porque los partidos pan-demócratas se negaron a organizar acciones o manifestaciones para recordar al Partido Comunista Chino que queríamos que la gente de Hong Kong gobernase Hong Kong y que queríamos una reunificación democrática. Los pan-demócratas se negaron a hacer nada para ello. Y los demás grupos sociales involucrados -más de cien grupos, como sindicatos, organizaciones de barrio, grupos, iglesias, etc.- organizaron una coalición para convocar una manifestación para exigir que la soberanía debería volver al pueblo. De manera deliberada organizamos una manifestación en la medianoche del 31 junio de 1997, para simbolizar que lucharíamos por la democracia más allá de la dominación colonial británica. Hubo algunos pequeños enfrentamientos con la policía, pero no fueron importantes. Aunque muchas personas estaban muy descontentas con el comportamiento de los pan-demócratas y fue bueno que se organizase una manifestación independiente, no se consiguió ir más allá de esta única acción y construir partidos más progresistas y radicales después de 1997. Fue una protesta que quedó aislada. Hablé hace poco con una de las organizadoras de la manifestación y me dijo que lamentaba no haber hecho más hace veinte años. Ahora piensa que los activistas políticos de Hong Kong deberían haberse apartado de forma decisiva de los pan-demócratas hace veinte años, en lugar de hacerlo ahora, cuando ya es un poco tarde de más.

Una razón más interesante de por qué esta coalición no se mantuvo es que se cayó en la trampa táctica del Partido Comunista de aplazar el enfrentamiento o la represión. Antes de 1997 muchas personas, por supuesto, se sentían muy inseguras y no sabían si el Partido Comunista acabaría con las libertades políticas en Hong Kong rápidamente. En retrospectiva, creo que el Partido Comunista fue muy inteligente de no hacer nada drástico en la primera etapa de la reunificación. A pesar de que inmediatamente después de 1997 hubo una legislatura provisional no elegida que se impuso a la gente de Hong Kong, esta legislatura provisional fue también bastante prudente y no aplicó el artículo 23 de la Ley Fundamental (que estipula que Hong Kong debe incluir en su legislación la salvaguardia de la seguridad nacional, según la definición de Beijing) de inmediato, como la mayoría de nosotros habíamos temido, por lo que el Partido Comunista, en retrospectiva, adoptó una táctica de aplazar las cosas. El problema es que muchos activistas de Hong Kong quedaron hipnotizados por este tipo de táctica y pensaban: 'el PC no es tan malo y no hay urgencia para ser más radicales, para organizarse más y ser más firmes', y esto explica por qué no se discutió como reformar el movimiento democrático y crear un nuevo partido democrático más radical. No hubo discusión alguna.

Esto demostrar dos cosas: por un lado, que las tácticas del Partido Comunista funcionaron,  y por otro, que la mayoría de los partidos políticos y los movimientos sociales eran demasiado ingenuos. Muchos creían que las libertades de Hong Kong se mantendrían indefinidamente. Incluso en 2003, cuando el Partido Comunista trató de presionar al gobierno de Hong Kong para que aprobase el art. 23 de la ley de seguridad nacional, y 500.000 personas salieron a la calle y se bloqueó todo el tráfico a lo largo de las carreteras principales en la isla de Hong Kong en protesta, el Partido Comunista retrocedió. Todo volvió a la normalidad y ello creó la ilusión en la gente de que aunque el Partido Comunista había tratado de imponerse, había retrocedido muy rápidamente. Esto, por tanto, en realidad reforzó todo tipo de ilusiones de que la formula de “un solo estado, dos sistemas” se podría mantener.

Ahora que han pasado 20 años, es interesante ver porqué somos más débiles. Creo que es deprimente que un buen montón de gente espere una baja participación en la manifestación del día del aniversario de la reunificación. En general, hay una sensación de pesimismo entre los activistas. En realidad este pesimismo se ha acentuado desde el Movimiento de los Paraguas. No sólo porque no hemos conseguido nada, sino también porque desde el Movimiento de los Paraguas, el Partido Comunista ha intervenido de forma más abierta y más agresiva en Hong Kong. Pero el campo democrático no sabe cómo ajustar sus estrategias y tácticas y no sabe cómo reaccionar ante el fortalecimiento de la intervención de Beijing. Este es el problema ahora. Mientras que 20 años atrás había un cierto tipo de militancia detrás de la organización de aquella manifestación, en la actualidad, después de 20 años, nos encontramos en una situación mucho más débil y mucho más deprimente. Este es el mayor contraste.

Usted ha mencionado el Movimiento de los Paraguas de 2014, cuando miles de personas participaron en protestas y ocupaciones durante muchas semanas para exigir el sufragio universal. Sus comentarios parecen ser bastante pesimista sobre él. ¿Podría explicar un poco más su análisis sobre el movimiento y el impacto que ha tenido en la política en Hong Kong desde entonces?

Creo que a la larga, se demostrará que el Movimiento de los Paraguas fue muy importante, aunque no logró nada. Yo lo describiría como el primer gran movimiento que refleja un anhelo muy popular de autogobierno democrático y democracia. Sin duda, la voz de un Hong Kong democrático, la voz de una descolonización acompañada de una verdadera autonomía y democracia siempre ha estado ahí desde hace mucho tiempo. En 1989 tuvimos un movimiento de solidaridad muy grande con el movimiento democrático en Beijing, pero esto también fue un hito muy importante para el desarrollo político aquí en Hong Kong. Representó un paso más adelante y que realmente queremos apoyar al movimiento democrático chino. Sin embargo, este movimiento también se vio limitado por el hecho de que se trataba de un movimiento de solidaridad con China, pero no un movimiento que también, al mismo tiempo presionase por la reforma democrática aquí en Hong Kong. Tras el trágico fin del movimiento democrático en Beijing, irónicamente, el mayor movimiento aquí en Hong Kong, a finales de 1989 y 1990, fue para presionar al gobierno británico para darnos el derecho de residencia. No fue sobre que forma de democracia necesitábamos y queríamos, o cómo queríamos gestionar  nuestro propio auto-gobierno. Los partidos democráticos realizaron una campaña muy popular para presionar al gobierno británico para conceder el derecho de residencia en el Reino Unido y, al final, el gobierno británico sólo dio pasaportes a 50.000 familias en Hong Kong antes de que terminara la campaña. Los partidos se mostraron satisfechos con esto porque en realidad en sus corazones sólo querían que la clase media obtuviese los pasaportes y no les importa si la gente común no conseguían uno.

Al menos en el año 2014, por primera vez en la era de la post-guerra, tuvimos un verdadero movimiento masivo pro-democracia. Sin embargo, a medio plazo, el movimiento no llegó a nada y los estudiantes y grupos sociales que apoyaron el Movimiento de los Paraguas eran tan inexpertos que permitieron a la extrema derecha atacarlos en la última etapa y eran reacios a defenderse a sí mismos, adaptándose políticamente, si no capitulando, finalmente a esta extrema derecha. Y así, al final, fue la extrema derecha localista la que cosechó los frutos del Movimiento de los Paraguas. Después del Movimiento de los Paraguas, la extrema derecha fue capaz de romper la Federación de Estudiantes de Hong Kong (HKFS), que había sido quién había dirigido del Movimiento de los Paraguas. En menos de un año, los localistas de extrema derecha hicieron algo que el Partido Comunista no había conseguido: se desmanteló la HKFS a través de la agitación y haciendo que los sindicatos de estudiantes universitarios afiliados se retirasen de ella. Ahora somos testigos de una de las secuelas de la derrota y la mayoría de los sindicatos de estudiantes están ahora en manos de los localistas. Puede que no sean de extrema derecha, pero son nativistas y no les importa la justicia social o la defensa de la democracia y la lucha contra el Partido Comunista, aunque en su retórica condenen al Partido Comunista. Y así, los localistas de extrema derecha destruyeron una de las fortalezas más importantes del movimiento democrático, sobre todo entre los estudiantes. A corto plazo el impacto del Movimiento de los Paraguas es deprimente.

Volviendo al aumento del localismo y la extrema derecha desde el Movimiento de los Paraguas. ¿Podría explicar más las razones de ello? Y ¿se está haciendo algo desde la sociedad civil o los movimientos sociales para hacer frente a esto?

Sí, hay que reconocer que objetivamente hay un anhelo de un sentimiento localista. En realidad, en su forma más rudimentaria es muy variado. Es una mezcla de oposición al Partido Comunista, un sentimiento de nostalgia, y de protesta también ante la situación de deterioro a todos los niveles de la sociedad. Hay cada vez más problemas de pobreza y vivienda, un sistema de educación en decadencia y por lo tanto es una mezcla de muchas cosas y la gente cada vez se preocupa más por las cosas locales. Esta es una respuesta ante la clase de Hong Kong que el Partido Comunista y las elites dominantes quieren convertirlo. A sus ojos, Hong Kong no debe ser una ciudad política; sólo debe ser una ciudad económica. Esta es una idea típicamente colonial. El gobierno británico ya pensaba que Hong Kong simplemente debería seguir siendo un puerto de libre comercio al servicio del Imperio Británico. Cualquier cosa más allá de esto no era el papel de Hong Kong. Esto siempre enfureció a los jóvenes. En la década de 1970 esto nos irritó también. Así que hay que reconocer que hay un cierto resentimiento en contra del punto de vista de la clase dominante de Hong Kong. Queremos un Hong Kong al servicio de la gente. Lo que no es necesariamente un punto de vista de derechas, también podría ser de izquierdas.

El problema es que en Hong Kong no hay partidos de izquierda, y todos los partidos pan-demócratas son de centro-derecha. Como resultado, el llamado régimen ‘librecambista’ de Hong Kong ha producido una mentalidad social darwinista muy fuertemente competitiva. Una vez que este sentimiento localista comienza a fermentar siempre es más fácil para la derecha capturarlo y dirigirlo en una dirección xenófoba.

Pero también hay un tercer elemento en juego. Toda las evidencias circunstanciales apuntan sin duda a que algunos de los portavoces localistas y políticos de extrema derecha están actuando en colaboración con el Partido Comunista. Los informes en el periódico Sing Pao lo demuestran. Sing Pao siempre ha sido un periódico muy conservador que apoya al Partido Comunista. Desde el año pasado, sin embargo, de repente se convirtió en un oponente muy decidido de CY Leung (el Jefe del Ejecutivo de Hong Kong). Esto rompe las reglas del campo pro-Pekín en Hong Kong en el sentido de que cualesquiera que sean sus diferencias internas deben apoyar al Jefe del Ejecutivo. Pero Sing Pao no sólo formuló acusaciones contra CY Leung, sino que lo consideró responsable del ascenso del movimiento independentista de Hong Kong. Lo acusó de apoyar en secreto a estas personas. También escribió, además, que el responsable de la Oficina de Enlace con China también había jugado en secreto un papel en el apoyo al movimiento pero-independencia. Además de las acusaciones de Sing Pao, también está el hecho de que durante las elecciones del año pasado muchas personas muy jóvenes, recién graduadas, de repente tenían un montón de dinero para financiar campañas electorales muy costosas. De hecho, hace un año, en las elecciones de las juntas de distrito, algunos candidatos localistas fueron condenados a prisión por fraude en la campaña electoral. Durante el interrogatorio revelaron que estaban subvencionados por el Partido Comunista para presentarse en las elecciones contra los pan-demócratas.

Es esta interacción de varios factores al mismo tiempo la que ha dado lugar al reforzamiento de los localistas de extrema derecha y los ha convertido de repente en un movimiento pro-independencia. También se puede ver que el ascenso del movimiento pro-independencia ha dado un muy buen pretexto al Partido Comunista para atacar la autonomía de Hong Kong vetando a dos independentistas miembros del Consejo Legislativo y ahora está pasando a la ofensiva contra otros miembros del Consejo Legislativo por la misma razón .

En realidad creo que  la xenofobia, la extrema derecha localistas y los sentimientos anti-China son la misma cosa. No hay que olvidar que en Hong Kong mucha gente se identifica como china. La mayoría de las personas no ven su identidad china como necesariamente opuesta a identidad hongkonita. ¿Y los jóvenes? hay una gran brecha generacional y aunque los jóvenes no necesariamente se identifican como chinos esto no significa necesariamente que sean anti-chinos. Los que son explícitamente anti-chinos son los localistas de la extrema derecha. Por supuesto, tienen eco entre ciertos jóvenes. Debido al primitivismo de la educación política aquí en Hong Kong muchas personas no pueden distinguir entre ser anti-PCCh y ser anti-chino. Pero la mayor parte de esta simpatía hacia los localistas de extrema derecha no se canaliza uniéndose a su partido; su partido es muy pequeño. En internet y las redes sociales parecen muy grandes, pero también hay un montón de wumaodang (personas pagadas para defender a Beijing a través de sus comentarios en Internet). Pero en base a lo que se dice de forma explícita en Internet y en los mítines, podemos decir con seguridad que este sentimiento anti-chino se fusionó con los localistas de extrema derecha en general.

¿Que se ha hecho para desafiar esto? Desafortunadamente, muy poco. Los pan-demócratas, a veces tratan de contrarrestar esta mentalidad anti-china, pero contraponen la identidad de Hong Kong con su propia identidad china. Todavía defienden el nacionalismo chino, incluso si se trata de una versión más débil. Pero esto sella su destino, ya que rompe totalmente sus vínculos con la generación más joven. Esto choca directamente con las aspiraciones de la generación joven,  por lo que creo que es un intento auto contraproducente tratar de oponer la identidad de Hong Kong con la identidad china. El único intento sensato es respetar el hecho de que muchas personas se ven a sí mismas como hongkoneses, y ver que esto no necesariamente se contrapone a la identidad china. Contraponer las dos identidades es una falsa dicotomía en primer lugar. Debemos resolver el dilema oponiéndonos al Partido Comunista y defendiendo la identidad de Hong Kong y hay que insertarlo en un marco democrático más amplio. Esto significa que necesitamos una alternativa democrática real. Esta es la única alternativa que puede contrarrestar a los localistas de extrema derecha; la combinación de la defensa de la autonomía de Hong Kong y la transformación democrática en China.

El problema es que, entre la gente corriente y los activistas aquí en Hong Kong, las aspiraciones democráticas son también muy poco profundas. Es muy difícil para ellos concebir una estrategia democrática que nos puede guiar hacia adelante las próximas dos o tres décadas. Afortunadamente, hay intentos de buscarla. Ahora tenemos a tres miembros del Consejo Legislativo que son pro- autodeterminación que están tratando de explorar una estrategia no xenófoba, al mismo tiempo que tratan de oponerse al Partido Comunista. Pero solo están en la primera etapa de su búsqueda y es muy obvio que fácilmente pueden ser presionados por la derecha, y a veces se adaptan a la presión localista de la derecha. Así que todavía es pronto para decir hasta que punto están comprometidos con una estrategia de autodeterminación democrática.

¿Cómo caracterizaría las demandas recientes de autonomía y autodeterminación?

Creo que uno de los aspectos más positivos es que hay un número creciente de personas que escuchan este llamamiento a la autodeterminación. Todavía recuerdo cuando propusimos la idea hace 35 años y nos quedamos absolutamente solos. Esto se debe a que los pan-demócratas están satisfechos con la reivindicación del sufragio universal dentro de los límites de la Ley Fundamental. Pero esto es contraproducente. Nunca habrá sufragio universal real dentro de la Ley Fundamental, porque la Ley Fundamental da la facultad de interpretación exclusivamente a Beijing. En una de sus cláusulas es muy explícita en el sentido de que el gobierno central puede hacer que el presidente ejecutivo haga cualquier cosa mediante una orden ejecutiva. Así que desde el primer momento no ha habido ninguna autonomía real en Hong Kong. Los pan-demócratas sólo están engañándose a sí mismos cuando piensan que la disfrutan. Con esta mentalidad ingenua y esta actitud conciliadora hacia el Partido Comunista, al final los partidos pan-demócrata han engañado al movimiento democrático de Hong Kong durante más de 35 años y no se ha conseguido nada. El sufragio universal no está a la vista en absoluto. Lo que está sucediendo ahora es exactamente lo contrario y estamos perdiendo nuestra autonomía rápidamente. Yo diría que Hong Kong ya ha caído en el agujero negro del dominio del Partido Comunista. Es sólo una ilusión que no hayan cambiado las cosas en Hong Kong.

En los últimos cinco años la gente lo ha comprendido; que han sido engañados por el Partido Comunista y que no hay “un país, dos sistemas” o autonomía real en Hong Kong. Y hay gente que ahora están recogiendo la reivindicación de la autodeterminación de nuevo. Esto no significa necesariamente la independencia; se trata de tener el derecho a decidir nosotros. El Partido Comunista identifica la autodeterminación con la independencia. Esto no es cierto, pero la gente tiene miedo. Así que podemos presenciar una situación muy contradictoria; por un lado, más personas pueden ver la necesidad de luchar por la autonomía y la autodeterminación, pero por otro lado, debido a la asimetría absoluta en la correlación de fuerzas, muchas personas son muy pesimista sobre la posibilidad de conseguir algo. Así que diría que es el mejor y también el peor momento para luchar por la autodeterminación.

Reflexionando sobre esto, ¿cuáles son los principales desafíos que enfrenta en Hong Kong la sociedad civil y el movimiento democrático en los próximos veinte años? ¿Cuál es la perspectiva para el futuro?

El mayor desafío para el movimiento democrático es en primer lugar encontrar una base social sólida. Durante los últimos 35 años nos han estado diciendo que el movimiento democrático de Hong Kong depende de la clase media. Los pan-demócratas están en absoluto acuerdo con Lipset y la teoría de la modernización; que con la modernización hay crecimiento de la clase media y que la democratización de la sociedad depende de esta clase media en crecimiento. El movimiento democrático del pasado se basaba en esta tesis. Pero esta es una tesis que ha fracasado y que no ha sido probada por la vida real. Después de 35 años, el Partido Demócrata sigue siendo muy pequeño y en realidad sigue siendo muy capitulador y lo que es muy evidente es que no tiene mucho recorrido. Esto nos lleva a la pregunta: ¿en qué parte de la sociedad debe apoyarse el movimiento democrático? Por desgracia, esta cuestión no se ha planteado seriamente. Pero creo que tiene que ser contestada muy rápidamente.

Es evidente que el movimiento democrático de Hong Kong sólo puede encontrar una base social en las personas que trabajan y la generación joven. Sin embargo, el segundo reto es que no vamos a encontrar un estrato políticamente preparado para ello. No vamos a encontrar una base sólida en este momento en las personas que trabajan, en los sindicatos o entre los jóvenes. No existe porque durante los últimos 35 años el llamado movimiento democrático ha sido en realidad sólo un movimiento electoral. Los pan-demócratas no han proporcionado una formación política seria ni han intentado cambiar la mentalidad de la gente. No se han preocupado realmente de trabajar entre las masas para construir una fuerza democrática que esté muy arraigada en la comunidad. Lo único que quieren son los votos y atraer a los electores cuando llega el momento de las elecciones.

Por lo tanto, lo que los partidos democráticos y los electores entienden sobre la democracia es muy poco. Entre los trabajadores y los estudiantes y otros hay un deseo de democracia, pero no tienen una visión real de lo que significa. No pueden entender cosas básicas, como que democracia necesariamente significa desafiar a la actual constitución. Por eso tenemos un movimiento democrático que siempre gira en torno a un solo tema. No desafiamos la Ley Fundamental; sólo queremos sufragio universal para el legislativo y la elección del presidente ejecutivo. Nunca cuestionamos el hecho de que tanto el presidente ejecutivo como el legislativo no tienen poder real. El verdadero poder está en manos de Beijing o la Oficina de Enlace. Y así al final tenemos un movimiento democrático errático y la gente común y los sindicatos independientes tienen poca comprensión de lo que está en juego. Por esta razón, no es sorprendente ver que en ciertos sindicatos independientes también son localistas de extrema derecha.

Tenemos una situación difícil y el desafío es construir este espacio social para el movimiento democrático de la nada. Hay un medio que puede ser nuestra base potencial, por ejemplo los afiliados de los sindicatos, pero el problema es que no tienen ninguna formación política y son mayores. Una de las cosas perores en la actualidad es que los viejos líderes sindicales están cada vez más aislados y no atraen a los más jóvenes. En cuanto a los jóvenes, el desmantelamiento de la HKFS es la expresión de la fragilidad del llamado movimiento de estudiantes democráticos. No existe tal movimiento en absoluto. Incluso durante el Movimiento de los Paraguas ya era muy frágil. Aunque eran capaces de movilizar el boicot a clase de diez mil estudiantes, sólo era una burbuja. En el día a día de la ocupación sólo podían movilizar a cuatro o cinco docenas de estudiantes. Siempre carecían de activistas. Ahora, con el desmantelamiento de la HKFS no hay fuerzas organizadas en absoluto. Por lo que el mayor desafío es cómo construir algo desde cero. No va a ser fácil.

veterano activista, escritor y miembro de Pioneer, una organización socialista de Hong Kong.
Fuente:
https://borderless-hk.com/2017/06/29/on-the-20th-anniversary-of-the-handover/
Traducción:
G. Buster

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