Reino Unido: la reforma electoral, la crisis y la izquierda

Alex Callinicos

07/06/2009

Después de  la Segunda Guerra Mundial los partidos conservador y laborista dominaban completamente la política británica, compartiendo entre los dos alrededor del 96% del voto popular. Según algunas encuestas podrían estar satisfechos si en las elecciones europeas de esta semana consiguieran más de la mitad del total de votos.

Pero el sistema político continúa estando dominado por los dos principales partidos. Esto hace mucho más difícil el tratamiento de la crisis causada por las revelaciones sobre los gastos de los diputados. A pesar de que está siendo un revulsivo contra todos los partidos convencionales, la respuesta continúa estando condicionada por ellos.

La primera etapa de dicha respuesta ha consistido en la competencia entre laboristas, conservadores y liberal-demócratas para minimizar el daño que les han causado las revelaciones. En conjunto, esta etapa la ha ganado el líder conservador David Cameron.

Ello ha sido debido en parte  a que se movió rápidamente para deshacerse de algunos de los principales culpables conservadores. Pero Cameron se ha visto ayudado por la incompetencia de Gordon Brown.

El que Brown no haya despedido a Hazel Blears, la reina del chanchullo inmobiliario, es un hecho extraordinario. Probablemente se explica por el miedo de que la podredumbre esté tan extendida en el gabinete que sería duro contrarrestar las quejas de Blears de haberla tomado como cabeza de turco por los crímenes de otros, además de los suyos propios.

Ahora estamos entrando en la segunda etapa, que consiste en un juego de apuestas sobre la reforma constitucional. Aquí, los liberal-demócratas tienen cierta ventaja porque disponen desde hace tiempo de una serie de propuestas, la más importante de las cuales es la introducción de la representación proporcional (RP). Gracias a ello su líder Nick Clegg está cosechando una inusual atención mediática.

Pero Brown y Cameron también deben aparecer ofreciendo reformas. Mi pronóstico es que tendrán dos escollos.

Uno de ellos es la facultad del primer ministro de convocar elecciones generales cuando él quiera. Cameron ha dicho que la combatiría, pero apuesto a que no va a hacerlo.

El otro es el sistema de escrutinio uninominal mayoritario a una sola vuelta, que permitió tanto a Margaret Thatcher como a Tony Blair obtener mayorías electorales con dos quintos del voto popular.

Dominio

Estas dos instituciones son  puntales clave que sostienen el dominio de los partidos laborista y conservador. Solamente si uno de los dos perdiera la esperanza de ganar una mayoría parlamentaria bajo este sistema, pensaría seriamente en combatirlo.

Pero Cameron espera ganar las próximas elecciones por lo que no tiene ningún interés en cambiar realmente el actual sistema. Probablemente copiará la táctica que utilizó Blair en la carrera hacia el 1997 y trampeará con la idea de la reforma electoral, quizás incluso prometerá una Comisión Real al respecto para luego abandonarla, una vez en el 10 de Downing Street.

El caos del laborismo está propiciando llamamientos desde la izquierda a la RP, tal como sucedió con las victorias conservadoras de los años 80 y 90. Varias personalidades han firmado un llamamiento para la reforma electoral, que fue publicado en el Observer del pasado domingo.

Creo que la izquierda debe estudiar seriamente la RP. Pero las propuestas más populares – el Alternative Vote Plus (1) y el Single-Transferable Vote (2) - apuntalarían el sistema de partidos existente. El argumento más fuerte para la reforma electoral es terminar con el dominio de dos grandes partidos, que cada vez son menos representativos.

Pero el colapso del sistema de partidos existente podría empeorar las cosas si las únicas alternativas provienen de la derecha radical – United Kingdom Independence Party y el British National Party. Actualmente la izquierda radical en Gran Bretaña está profundamente fragmentada y electoralmente muy debilitada.

Es una ironía, ya que la crisis de los gastos está emparentada con la corrupta influencia que el neoliberalismo ha ejercido en la política convencional. Es importante que la izquierda no se vea atrapada en un debate sobre la reforma constitucional que en muchos aspectos sirve a los intereses de los grandes partidos.

La tarea más importante de la izquierda radical es conseguir actuar de forma conjunta a fin de ofrecer una alternativa coherente y unida a los carcomidos partidos convencionales. Será una tarea muy importante después de las elecciones europeas. 

NOTAS T.: (1) Bajo este sistema la mayoría de los candidatos son elegidos en circunscripciones de mayoría simple pero un pequeño número de candidatos son elegidos bajo el sistema de listas regionales. Se trata de corregir la desproporcionalidad creada por el sistema  de circunscripciones de miembro único y conseguir un cierto grado de representación proporcional. (2) Sistema de voto preferencial que trata de minimizar los votos perdidos y proporcionar representación proporcional garantizando al mismo tiempo la expresión del voto para candidatos individuales en vez de para listas de partido. 

Alex Callinicos es miembro del Socialist Worker Party (SWP) británico, editor del semanario Socialist Worker (www.socialistworker.co.uk) y catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad de York (Reino Unido).

Traducción para www.sinpermiso.info: Anna Maria Garriga

Esta
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Fuente:
Socialist Worker, 2 junio 2009

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