En los EEUU tenemos una economía a punto de asfixiarse. Entrevista

Dennis Kucinich

21/11/2010

Aunque las elecciones de EEUU ya se realizaron, hemos creído interesante traducir esta entrevista con Dennis Kucinich, exdiputado de la Cámara de representantes, excandidato a las elecciones presidenciales estadounidenses, y el representante acaso más interesante del ala izquierda del Partido Demócrata. La entrevista la realizó pocos días antes de las elecciones de medio mandato Bruno Odent, corresponsal en EEUU del diario comunista francés L'Humanité. S.P.

Entrevista con Dennis Kucinich, exdiputado de la Cámara de representantes, uno de los jefes de fila de los demócratas progresistas.  Se ha reunido con l'Humanité unos días antes del escrutinio de este martes mientras hacía campaña en su circunscripción de la periferia de Cleveland.

¿Cual es el ambiente en el que van a votar los habitantes de Cleveland este martes para las elecciones de mitad de mandato? ¿Cual es el impacto de la crisis en la ciudad?

Dennis Kucinich. Cleveland es el epicentro del seísmo de los embargos inmobiliarios. En algunos lugares, una de cada tres o cuatro viviendas ha sido embargada. Con frecuencia estas viviendas se dejan luego abandonadas y entonces, lo que ocurre es simple, el barrio a su alrededor se muere.

El origen de todo esto ha sido la posibilidad de que los bancos pudieran vender créditos hipotecarios sin ninguna regulación de la Reserva Federal. Además, el proceso de titularización de estas deudas ha permitido una extensión fenomenal del casino de Wall Street.

No había ninguna protección digna de este nombre para los subscriptores. Con frecuencia, personas modestas  o de clase media, que pensaban poder acceder de este modo a unos recursos que les permitirían  aumentar su nivel de vida, cosa que nunca podrían haber hecho con sus ingresos salariales que se estancaban desde hacia años.

Esto ha funcionado, bien que mal, durante todo un período en que los precios de las casas no cesaban de apreciarse. Hasta el día en que el valor de las viviendas, en base al cual estaban indexados los préstamos, se hundió con el estallido de la burbuja inmobiliaria. Miles y miles de personas se encontraron en la imposibilidad de pagar sus obligaciones contractuales y fueron literalmente echadas a la calle, mientras los bancos confiscaban la casa en la que habían vivido, a veces durante años. Imaginemos el grado de sufrimiento que esto significa.

Desde hace algunas semanas un "forclosuregate" (escándalo de ejecuciones inmobiliarias) sacude la actualidad después de las revelaciones sobre los errores monstruosos cometidos por los bancos para acelerar los procedimientos de ejecución. Y hoy ha irrumpido un debate sobre si tiene o no fundamento el congelar estas ejecuciones ¿Cual es su posición?

Dennis Kucinich. Claro que hay que congelar las ejecuciones. En primer lugar para impedir que la gente sea echada a la calle. Esto es lo primero.

También es en interés de la economía, puesto que si precipitas en dificultades a miles y miles de personas  estás reduciendo las salidas.

Pero el Secretario del Tesoro, Tim Geithner, se ha comprometido fuertemente contra cualquier moratoria de las ejecuciones, aduciendo que ello retardaría el restablecimiento del mercado inmobiliario, crucial, según él, para la recuperación.

Dennis Kucinich. Creo que no hay que dejarse llevar por los estados de ánimo. Si los bancos cooperan y aceptan hacer la luz sobre los procedimientos que han utilizado, muy bien. Pero si lo rechazan no hay alternativa: hay que congelar los procedimientos. Tim Geithner debe ser capaz de comprenderlo. Tanto más cuando ha sabido reaccionar positivamente al decidir crear un fondo especial de varios millones de dólares para ayudar a los millones de personas afectadas por las ejecuciones, proporcionándoles los medios para conocer todos sus recursos o consejos en materia de renegociación de préstamos.

Estos esfuerzos son útiles, pero haría falta una intervención de un carácter totalmente distinto. El trabajo de la administración consiste también en aceptar responsabilidades y establecer reglas para proteger a las personas.

En este país hay quince millones de personas en el paro. Otros doce millones están subempleados. Tenemos una economía que se está asfixiando debido a nuestros gigantescos déficits comerciales. El éxito de la recuperación no puede continuar midiéndose únicamente en términos del retorno a los rendimientos financieros de Wall Street.

Las transacciones en papel no son productivas. Crean valores pero son valores de papel. No son valores que generen empleo, permitan acceder a una vivienda, hagan aumentar el bienestar o faciliten la vida a los ciudadanos.

Hay otro escándalo que afecta al Pentágono y que, aquí, llena las crónicas, es el asunto WikiLeaks.  ¿Piensa Ud. que estas revelaciones pueden hacer progresar la verdad sobre la verdadera cara de la guerra en Irak?

Dennis Kucinich. Me he comprometido mucho, desde el principio, contra esta guerra de la administración Bush. Y he iniciado muchas investigaciones parlamentarias respecto a la misma. Mi estimación es que ha habido cerca de un millón de víctimas civiles debido a la invasión de Irak. Se han movilizado miles de millones de dólares en esta guerra – lo que, a su vez, pesa actualmente sobre la situación económica. Y todo se ha desencadenado a raíz de una mentira a propósito  de unas armas de destrucción masiva inexistentes.

Este asunto Wikileaks confirma cosas terribles respecto a la naturaleza de esta guerra. ¿Por qué nos han enviado allá abajo? El pueblo americano tiene derecho a saber la verdad sobre todo lo que ha pasado. De lo contrario, ello va a acechar largo tiempo a esta nación.

Otra guerra, la que se está llevando a cabo actualmente contra Afganistán ¿es más útil o más justa?

Dennis Kucinich. No, en absoluto. Estados Unidos tenían derecho a responder al 11 Septiembre. 3·000 personas fueron víctimas de estos ataques. Hacía falta demostrar al mundo que no dejaríamos impunes estos crímenes. Podríamos haber golpeado los campos de entrenamiento de los terroristas, técnicamente ello habría sido perfectamente posible. Pero una invasión no era la respuesta apropiada. Y una ocupación, todavía menos.

No había ninguna razón estratégica que pudiera conducirnos a esta opción. Se ignoraron las lecciones de la historia. Se ignoró la experiencia rusa. Debemos retirarnos de Afganistán. No tenemos derecho a ser una nación por encima  de las naciones. Debemos ser una nación entre las naciones.

Debemos trabajar con la comunidad internacional para reforzar la seguridad de la humanidad. ¿Por qué no imaginar una fuerza militar aérea global, encargada de vigilar, prevenir y eventualmente combatir al terrorismo con un objetivo claro? La guerra no es la respuesta a este desafío. Por el contrario, lo que hace es alimentar al terrorismo que pretende combatir.

¿Existe un peligro de retorno de los neoconservadores? Si es así ¿por qué, si la Administración Bush tiene un enorme descrédito?

Dennis Kucinich. Desde luego existe el peligro. Los neoconservadores continúan teniendo una gran influencia sobre la política norteamericana. Por supuesto, el hecho de que George Bush y Dick Cheney no hayan tenido todavía que rendir cuentas por una guerra desencadenada a partir de una mentira constituye ya en si mismo una ilustración de ello.

Un pequeño grupo formuló el proyecto "nuevo siglo americano" y ello desembocó en la invasión de Irak y en un programa para la hegemonía global. Esto está anticuado. Corresponde a visiones estratégicas del siglo XVIII o XIX que se basan en la fuerza y en ningún caso en los desafíos del siglo XXI.

Pero esto existe y persiste. Por lo tanto hay que afrontarlo, mostrar que debemos ir en otra dirección, la única posible, la del respeto de todos los pueblos. La humanidad es un hecho. Estas guerras niegan esta realidad cuando cada vez es más evidente que en este planeta todos somos uno.

El principal riesgo para los demócratas en las elecciones de mitad de mandato ¿no reside quizás en la decepción de quienes ayudaron a Obama a llegar al poder?

Dennis Kucinich.  Comprendo las frustraciones pero la gente también debería tener en cuenta que podría ser mucho peor (risas). Y en una elección como ésta, si la abstención permite que gane la oposición, se pasará de un tiempo en que se podía tener cierta esperanza a otro en que habrá menos.

¿Confía usted en su reelección?

Dennis Kucinich. Aquí, quizás todavía más que en otros lugares, la gente lucha para sobrevivir, para encontrar un empleo, para conservar su vivienda, para alimentar a su familia.  Pero con estas dificultades tengo una relación todavía más fuerte con ellos. Saben que pueden confiar en mí. Especialmente respecto a este asunto tan sensible de las ejecuciones inmobiliarias.

Lo que hoy se vive aquí no es la imagen que seguramente se tiene todavía en Europa de la vida en los Estados Unidos. Es una América con enormes sufrimientos, una América donde millones de personas que anteriormente habían pertenecido a las clases medias se encuentran empobrecidas,  por no decir arruinadas.

¿Se ha evaporado el sueño americano?

Dennis Kucinich. No  sé si se ha evaporado. Pero para muchos la vida se ha vuelto muy dura. No hay suficiente democracia en la esfera económica. Y una democracia económica es la precondición de una verdadera democracia política. Cuanta menos gente tiene trabajo, mas se concentran el poder y las riquezas en las manos de una minoría y se hace más difícil preservar el funcionamiento de un sistema democrático. Esto abre la puerta a los miedos, a la puesta en entredicho de los derechos civiles, refuerza el papel de los cuerpos de mantenimiento del orden, de la policía...

¿Es también la causa del éxito del Tea Party?

Dennis Kucinich. Sí, los neoconservadores o la gente del Tea Party explotan miedos, sufrimientos y desazón de forma demagógica, cuando son ellos mismos los máximos responsables de la situación en la que nos encontramos.

La gente tiene toda la razón de encolerizarse. Pero se equivocan cuando piensan que van a poder cambiar las cosas simplemente castigando al gobierno saliente, pensando que es suficiente con cambiar el equipo en Washington. Es todo un sistema el que está en entredicho. El desafío actual es mucho más amplio.

Dicho esto, este gobierno debería haber creado más empleos, hacer lo que antaño hizo Franklin Delano Roosevelt para relanzar la economía, dando nuevos derechos sociales a la población e invirtiendo masivamente en las infraestructuras y los servicios públicos, de lo que hay gran necesidad actualmente.

¿Cual es su opinión de lo que está pasando en Francia actualmente para defender la jubilación a los 60 años?

Dennis Kucinich. La gente tiene razón de luchar contra las agresiones a los derechos sociales adquiridos. ¿Sabe usted? en Estados Unidos hay un debate paralelo Después de nuestra entrevista debo ir a un interview para una cadena de televisión nacional sobre la reforma prevista de la Seguridad Social (nombre que se da en Estados Unidos a la pensión básica garantizada por un sistema de reparto – NDLR). Se ha lanzado un debate, en nombre del rigor presupuestario, sobre la necesidad de elevar la edad de la jubilación a los 70 años y de recortar las pensiones. Esto no tiene ningún sentido económico. Al contrario, habría que bajar la edad de jubilación. Para crear empleos para los jóvenes y tener jubilados jóvenes disponibles para la formación, para actividades sociales paralelas útiles.

Algunos reclaman incluso a grandes voces con Wall Street, una privatización de la seguridad social. Hace algunos años Bush ya había intentado hacerlo. Por suerte fracasó. Pero imaginemos lo que habría pasado si hubiera tenido éxito....Después del desastre de las guerras y del crac financiero, las pensiones de la gente se habrían evaporado totalmente. Actualmente han perdido en muchos casos una parte de sus ahorros, puesto que las apuestas bursátiles, que se han jugado con el dinero que ellos habían colocado en sus pensiones complementarias, han ido mal. Pero si la seguridad social se hubiera privatizado lo habrían perdido todo.

Dennis Kucinich ha sido congresista y fue  candidato a las elecciones presidenciales estadounidenses. Es el representante acaso más interesante del ala izquierda del Partido Demócrata.

Traducción para www.sinpermiso.info: Anna Maria Garriga

Fuente:
L’Humanité, 2 noviembre de 2010

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