Libia, la OTAN y el Gran Medio Oriente

José Luis Fiori

06/09/2011

¿Qué ocurrirá en Libia después de la guerra? Habrá un largo período de caos, seguido de la formación de un gobierno de coalición tribal, inestable y autoritario, bajo el patrocinio de la tutela militar de la OTAN. Así se habrá creado el primer “protectorado colonial” de la organización militar en África.

“Si aquí o en el exterior todos perciben que estamos listos para la guerra en cualquier momento, con todas las unidades de nuestras fuerzas en la línea del frente, prontas para entrar en combate y herir al enemigo en el vientre, pisoteándolo cuando esté en el suelo, para hervir a los prisioneros en aceite y torturar sus mujeres e hijos, entonces nadie se atreverá en nuestro camino”. John Arbuthnot Fisher, Primer Lord del Almirantazgo de la Real Marina Británica, (citado en Norman Angell, A Grande Ilusâo, Editora UNB, 2002, p: 275)

Es preciso ser muy ingenuo o mal informado para seguir pensando que la “Guerra de Libia” fue hecha en nombre de los “derechos humanos” y de la “democracia”. Y, todavía más, creer que el gobierno de Muamar Kadafi fue derrotado por los “rebeldes” que aparecen en los diarios, en poses publicitarias. Todo eso, mientras la aviación inglesa comanda el ataque final de las fuerzas de la OTAN a la ciudad de Sirte, después de ser conquistada la ciudad de Trípoli. Hasta el momento, la “primavera árabe” no produjo ningún cambio de régimen en la región, incluso en Túnez y en Egipto, y no hay alguna garantía de que los nuevos gobiernos sean más democráticos, liberales o humanitarios que sus antecesores.

Hasta porque casi todos sus líderes ocuparon posiciones destacadas en los gobiernos que ayudaron a derrumbar, con el apoyo de una multitud heterogénea y desorganizada. En el caso de Libia, no se puede ni siquiera hablar de algo parecido a una “movilización masiva y democrática” de la oposición, porque se trata, de hecho, de una guerra salvaje y sin cuartel, entre regiones y tribus enemigas, que fueron movilizadas y “pacificadas” transitoriamente por las fuerzas militares de la OTAN.

Según Lord Ismay, que fue el primer secretario general de la OTAN, el objetivo de la alianza militar creada por el Tratado del Atlántico Norte, firmado en 1949, era “mantener a los rusos fuera, a los norteamericanos adentro y a los alemanes abajo”. Y ese objetivo fue cumplido plenamente durante todo el período de la Guerra Fría. Pero después de 1991 la OTAN pasó por un período de “crisis de identidad” y redefinición de su papel dentro del sistema internacional.

En un primer momento, la organización militar apuntó hacia el Este para la ocupación/incorporación de algunos países de Europa Central que habían pertenecido al Pacto de Varsovia. Además de eso, decidió participar directamente en las Guerras de Kosovo y Serbia. Y, al mismo tiempo, lanzó en 1994 un proyecto de intercambio militar y de seguridad con los países árabes del Norte de África, el llamado “Diálogo Mediterráneo”.

Diez años después, en su reunión cumbre de 2004 en Estambul, los dirigentes de la OTAN decidieron expandir su proyecto de seguridad y crear la “iniciativa de Cooperación de Estambul” (IC), dirigida a los países del Oriente Medio. Además de ello, en este mismo período, la OTA, que no había apoyado las guerras en Afganistán e Irak, decidió adherir y colocarse al lado de las tropas anglo-norteamericanas, instalando sus fuerzas también en Asia Central.

Fueron los ingleses que acuñaron el término “Oriente medio” para referirse a los territorios situados en medio de su camino, entre Inglaterra y la India, y que pertenecían o estaban bajo la tutela del Imperio Otomano. Incluyendo los territorios que fueron fragmentados y divididos después del fin de la Primera Guerra Mundial, siendo transformados en “protectorados” de Inglaterra y Francia, que ya eran, en aquel momento, las dos mayores potencias imperiales de Europa y que sometieron y colonizaron la mayor parte de África Sub-sahariana y todos los países árabes del norte del continente, hoy incluidos en el “Diálogo Mediterráneo” de la OTAN.

Pero fue el ex presidente norteamericano George W. Bush quien acuñó el término “Gran Medio Oriente”, presentado por primera vez en la reunión del G-8, realizada en Sea Islands, EE.UU., en junio de 2004. La idea era definir y unificar un nuevo espacio de intervención geopolítica, que iría de Marruecos hasta Pakistán, y tendría que ser objeto de la preocupación prioritaria de las Grandes Potencias en su guerra contra el “terrorismo islámico” y a favor de la “democracia” y de los “derechos humanos”. Desde esta perspectiva, se puede comprender mejor el significado geoestratégico de la “primavera árabe” y de la Guerra de Libia.

Asimismo, ¿qué ocurrirá después de la guerra? En Libia habrá un largo período de caos, seguido de la formación de un gobierno de coalición tribal, inestable y autoritario, bajo el patrocinio de la tutela militar de la OTAN. Al mismo tiempo, se habrá dado un paso decisivo en la construcción de una fuerza de intervención “occidental”, capaz de proyectar su poder militar sobre todo el territorio islámico del Gran Medio Oriente. Y, de paso, habrá nacido el primer “protectorado colonial” de la OTAN en África. ¡Triste sino el de África!

José Luis Fiori , miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO, es profesor de política económica en la Universidad Federal de Río de Janeiro.

Traducción para www.sinpermiso.info: Carlos Abel Suárez

Fuente:
SinPermiso/CartaMaior, 5 septiembre 2011

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