Súper-buitres: los milmillonarios y cómo quieren al futuro presidente de Estados Unidos

Greg Palast

08/10/2011


La historia no contada de las fuentes del botín controlado por Paul "El Buitre" Singer, Ken Langone y los Koch, y por qué necesitan comprar la Casa Blanca.

[05 de octubre 2011] A Paul Singer le gusta desayunar cadáveres en descomposición. Su comida es repugnante, pero igual de nauseabundos son sus nuevos compañeros de mesa: Ken Langone y los hermanos Koch, Charles y David.

Singer ha convocó a una reunión del club de chicos millonarios con el propósito de escoger a nuestro próximo presidente por nosotros. La antigua forma de elegir presidentes –democracia y el conteo de votos– nunca ha sido la favorita de este grupete. Y les puedo decir esto a partir de mis investigaciones de cada uno de estos señores para The Guardian. Cuando la Estatua de la Libertad tiene pesadillas, sueña con que estos tipos se coluden para apoderarse de los Estados Unidos a través de un golpe de estado mediante la compra de conciencias.

Bienvenido a la pesadilla. El mes pasado, Singer, Langone y Koch decidieron elegir a Chris Christie por nosotros. La seudo-campaña del gobernador de Jersey se fue a pique antes de zarpar. Pero eso es irrelevante. Desde que la Corte Suprema puso fin a los límites de financiamiento de campaña y permitió las contribuciones secretas a través de "corporaciones", esta nueva combinación de ultra-ricos no puede ser vista solo como una amenaza política para los demócratas, sino una amenaza para la democracia.

Déjenme hacerles un recorrido por los archivos con olor a azufre de estos hombres, que quieren ser hacedores de reyes.

Multimillonario 1: Ken Langone

A Langone le gusta ser reconocido como el fundador de Home Depot, un simple ferretero local con delantal azul y una bolsita de tornillos.

Pero también era el hombre, con sus socios de extrema derecha, detrás de DBT, Database Technologies. En mi primera investigación de Langone en el año 2000, descubrí que DBT había creado una lista de varios miles de "delincuentes", la mayoría de ellos negros, todos ellos inocentes, todos ellos purgados de las listas de votantes de Florida por la cliente de DBT, Katherine Harris. Y la compañía de Langone sabía exactamente lo que estaba pasando.

¿Qué califica Langone para escoger a nuestro siguiente presidente? En sus propias palabras: "Soy loco, soy rico".

Multimillonarios 2 y 3: David y Charles Koch

¿Crees que lo has leído todo acerca de los hermanos multimillonarios? Pues hay más:

En 1996, un agente del FBI, Richard Elroy, le comentó a mi equipo que habían robado petróleo de la reserva india de Osage en Oklahoma. Él y otros hombres G filmaron el robo, dicen los testigos, ordenado personalmente por Charles Koch. Unos cuantos barriles por aquí, otros tantos por allá.

Todo sumó alrededor de mil quinientos millones de dólares en petróleo saqueado, lo que a decir de un experto, equivalía a un tercio de la fortuna de los Koch en esa época. David y Charles compartieron el botín a través de su empresa privada, Koch Industries.

Multimillonario 4: Paul Singer

Este es el verdadero rey de la carroña, Paul Singer, conocido como El Buitre Singer. Yo no le puse el apodo. Se lo puso, a él y a sus colegas especuladores, el Primer Ministro de Gran Bretaña y el Banco Mundial. Recientemente, el ex Secretario General Adjunto de la ONU, Winston Tubman, me sugirió que le preguntara a Singer o a sus socios comerciales "¿Sabe Ud. que está causando la muerte de miles de bebés?"

Lo que este tío hace no es poner veneno en la leche de los chiquillos. Es peor aún: les quita la leche.

El modus operandi de Singer es encontrar alguna deuda olvidada de una nación muy pobre (el Perú y el Congo están en su menú). Él espera que los contribuyentes estadounidenses y europeos condonen las deudas de los países pobres. Entonces Singer se hace de todos los papeles de esas deudas por una fracción de su valor nominal y detiene el comercio, congela los fondos y las economías en su conjunto son tomadas como rehenes.

Singer entonces exige que los países que prestan la ayuda paguen monstruosos rescates para permitir que el comercio se reinicie. En Newsnight de la BBC TV, nos enteramos de que Singer exigió US$ 400 millones de dólares del Congo por una deuda que compró por menos de US$ 10 millones. Si no obtiene su ganancia de 4000%, puede, de hecho, hacer morir de hambre a la nación. No lo digo en sentido figurado, me refiero a hacer morir de hambre, quitándole la comida. En la República del Congo el año pasado, una cuarta parte de todas las muertes de niños menores de cinco años fueron causadas por la desnutrición.

Para la BBC, intenté hacerle al Buitre Singer la pregunta que me sugirió el diplomático sobre la muerte de los bebés, pero no pude pasar a George Gershwin (en la torre de oficinas en la que se esconden estos multimillonarios, hay un sujeto parecido a George Gershwin con sombrero de copa que toca un piano de cola para anunciar la entrada triunfal de Singer).

Y no sólo los cadáveres de los pobres de África tientan a Singer. De hecho, durante mi investigación para mi nuevo libro, Vultures' Picnic, descubrí que el primer ataque del Buitre Singer fue contra las víctimas del amianto en los Estados Unidos.

Antecedentes: Los ejecutivos de algunas compañías de amianto, WR Grace, USG y Owens Corning, sabían que sus fábricas de amianto estaban matando a sus trabajadores. Cuando las detectaron y demandaron, las empresas se declararon en quiebra, y aceptaron pagar casi todos sus ingresos a los moribundos y los afectados heridos por su asbestos.

Pero Singer tuvo una mejor idea. Estas empresas, como pueden imaginar, no valían casi nada, y Singer compró Owens-Corning por una canción.

Si pudiera disminuir la cantidad a pagar a las víctimas, Singer podría incrementar en poco tiempo el valor de Corning. Entonces, mediante una campaña de relaciones públicas comenzó atacando a los trabajadores moribundos, diciendo que todos estaban fingiendo.

Uno de sus bufones era un tipo llamado George W. Bush.

En enero de 2005, el presidente Dubya (apodo de Bush) celebró una reunión televisada para promover a un "experto" que declaró que más de medio millón de trabajadores que habían demandado a la empresa de Singer eran unos mentirosos. Si los trabajadores no podían respirar, le dijo al sonriente presidente, no era culpa del amianto.

El "experto" no era un médico, pero interesantemente, su "investigación" fue financiada en parte por... Paul Singer. Y así también lo fue la campaña de Bush. Desde la muerte del presidente de Enron, Ken Lay, Singer y sus buitres del Elliott International se han convertido en los principales contribuyentes del Comité Nacional Republicano. Es difícil medir su generosidad, precisamente porque parte de esa ayuda llega a través de la puerta trasera. Por ejemplo, el dinero de Singer estuvo detrás de la campaña de desprestigio que se lanzó contra el opositor de Bush, John Kerry.

Los ataques jurídicos, políticos y de relaciones públicas a los trabajadores cincelaron la compensación que se esperaba tuvieran que pagar las empresas del amianto, aumentando así su patrimonio neto. Singer luego vendió Corning, levantando en la transacción la poco nimia suma de mil millones de dólares.

Es legal, es genial, está enfermo, es Singer.

Uno de mis favoritos logros de Singer fue su eficiente plan para saquear legalmente al Tesoro del Perú. El abogado estadounidense del país suramericano me dijo, horrorizado, cómo Singer le permitió al desaforado presidente de Perú, Alberto Fujimori, huir de su país para evitar acusaciones de asesinato. Singer se había apoderado del avión de escape de Fujimori. El Buitre nombró su precio: uno de los últimos actos de Fujimori como presidente antes de huir fue ordenar a su paupérrimo país a pagarle a Singer  US$ 58 millones.

¿Por qué los multimillonarios necesitan  comprar la Casa Blanca?

Un ejecutivo de Koch Industries (sin saber que estaba siendo grabado) me dijo que le había preguntado a Charles Koch, que ya había recibido mil millones de una herencia, que por qué ‘Koch quería embolsarse unos cuantos dólares a la semana de los pobres indios’. Koch le dijo: "Sólo quiero lo que me corresponde, o sea todo".

Y ese "todo", por supuesto, incluye la Casa Blanca.

Poner a Bush en la Casa Blanca les valió su peso en oro a estos caballeros; de hecho, les valió mucho más. Y ahora los Koch, Singer y Langone se han unido para escoger a un candidato que, ellos ruegan, les recupere su casa en el 1600 de la Avenida Pennsylvania.

El beneficio para Langone.

La lista de “delincuentes” de la empresa de Langone, DBT, sólo incluía a personas inocentes, por ciertamente el nombre "Langone" no estaba en ella. En 2004, el fiscal general de Nueva York, Eliot Spitzer, acusó a Langone de conspiración, por interferir en la investigación de un regulador de la bolsa de valores de los negocios sospechosos del banco de inversiones de Langone.

Un detalle técnico puso fin a la acción civil por el cargo de conspiración.

Pero ahora, las nuevas reformas de la banca y la bolsa de Obama, aunque débiles, dan a los reguladores nuevos poderes y proporcionan un ojo independiente extra sobre las ‘traviesos’ del mercado de valores. Para Langone, escoger al Presidente significaría cerrar ese ojo regulador.

El beneficio para los Koch.

El agente del FBI, Elroy, le dijo a nuestros investigadores que el Departamento de Justicia iba a permitir que el FBI arrestara a Charles Koch por cargos relacionados al robo del petróleo de los indios Osage. Pero entonces, lamenta Elroy, los bien financiados amigos de Koch, los senadores Bob Dole y Don Nickles, entraron en la escena y Koch salió libre de polvo y paja. No se presentaron cargos.

El senador estadounidense, Dennis DeConcini, quería saber por qué nunca se presentaron cargos criminales o civiles contra los Koch. Esa no era la pregunta correcta. El senador me dijo que los Koch lo amenazaron con destruirlo políticamente, si la Comisión del Congreso que presidía continuaba investigando el asunto del robo del petróleo nativo. Él continuó, pero su carrera política se acabó.

Durante la presidencia de Clinton, Koch Industries fue acusada de violaciones penales de la Ley de Agua Limpia. Bajo la presidencia de Bush, los cargos, pero no el agua, fueron limpiados.

En otras palabras, el crimen si paga, si uno escoge al sheriff.

El beneficio para Paul Singer.

Paul Singer había realizado una apuesta grande en la industria del amianto; después se lanzó al negocio de los casinos, ayudando a instalar Bush en la Casa Blanca. Es decir, había un presidente dispuesto a castigar a los trabajadores del asbesto y presionar para que se instaurara la llamada "reforma de agravios" que socavara las reclamaciones de estas víctimas. Lo que perdían las víctimas era ganancia para Singer.

Pero hay problemas en el horizonte de Singer. En 2007, Gran Bretaña prohibió a Singer y a todos los especuladores Buitre de la deuda de los países del Tercer Mundo a cobrar ganancias de sangre en el Reino Unido. Otros países europeos están siguiendo su ejemplo.

Varios congresistas estadounidenses están empujando una prohibición al estilo de la del Reino Unido sobre las actividades de Singer (incluso la Chevron Corporation se queja de los ataques del Buitre. Para que la Chevron llame a los banqueros inescrupulosos, es que realmente carecen de escrúpulos). Sin la pluma del veto sobre el Congreso, Singer se arriesga a perder cientos de millones de dólares.

Singer juega de defensa, pero es mejor en la ofensiva: para cobrar  algunas de sus demandas contra la Argentina, sus grupos de presión han impulsado un proyecto de ley en el Congreso para poner en jaque económico al comercio con la nación sudamericana. Obama y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, bloquearon el insensato ataque a nuestro aliado. Como resultado, Singer no es un gaucho feliz. Deberá correr sangre. Obama tendrá que pagar.

El beneficio para todos ellos.

Hay una cosa que todo milmillonario quiere: otros mil millones. Y eso es amenazado por el plan de Obama de gravar los "intereses trasladados" de la postergación de impuestos.

Los tipos como Singer y Langone no pagan impuestos como tú o yo. A pesar de que pagan impuestos sobre la renta, los beneficios de la especulación rapaz y el arbitraje se registran a menudo como "intereses trasladados", que no pagan impuestos. Es un beneficio de mil millones de dólares para los multimillonarios, y todos los candidatos republicanos ha la presidencia han jurado mantener esta brecha legal abierta y asegurarse de que tú y yo paguemos impuestos por ellos.

Por desgracia para los Singer, los Koch y los Langone, los candidatos del Partido Republicano que están dispuestos a besarles el culo no parecen elegibles.

Por lo que el Club de Chicos multimillonarios empujaron la candidatura del Gobernador Christie, un matón de Jersey, para meterlo a la fuerza a la Oficina Oval. La candidatura de Christie no voló, cosa que no sorprende. Pero ya sea que elijan al próximo candidato del Partido Republicano o que se retiren a sus viejas tácticas de desprestigio, el frágil modelo llamado democracia tiene pocas posibilidades contra los poderes sunámicos de las chequeras combinadas de este cuarteto.

Greg Palast, economista y periodista, es el autor de The Best Democracy Money Can Buy y Weapon of Mass Destruction, que puede verse en www.GregPalast.com

Traducción para www.sinpermiso.info: Antonio Zighelboim

Fuente:
Truth-out.org, 6 de octubre de 2011

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