Irán: El “fin de la lapidación” al estilo de la República Islámica

Shadi Sadr

18/03/2012

El  relator especial sobre la situación de los derechos humanos en la República Islámica de Irán se congratula en su último informe (1) de la omisión del castigo de lapidación en el nuevo código penal islámico iraní, que ha sido recientemente ratificado, pero expresa su preocupación de que otros castigos igualmente graves pueden ser dictados por los jueces de manera discrecional de acuerdo con la ley islámica, sharia, o anteriores pronunciamientos jurídicos, fatuas, del mismo carácter. 

Irán parece haber superado así uno de los aspectos más controvertidos sobre los derechos humanos con el resto de la comunidad internacional. Pero lo ha hecho al estilo de la República Islámica. Hace unas dos semanas, el portavoz del poder judicial iraní anunció que la lapidación había desaparecido del nuevo código penal. Pero quienes conocemos de cerca la complejidad del funcionamiento y aplicación del sistema legal iraní y hemos estudiado cuidadosamente el nuevo código “revisado” no tenemos mas remedio que advertir que puede que sea sí en apariencia, pero que la realidad es otra. Hay un matiz que ha escapado a la atención de los medios de comunicación occidentales que se han hecho eco de la buena nueva como una victoria y un paso adelante para los derechos humanos en Irán, entre ellos el Financial Times (2) y el Telegraph (3).

En comparación con el anterior código penal, la lapidación ha desparecido de la sección del código que trata de las penas por “adulterio”. Sin embargo, las relaciones matrimoniales fuera del matrimonio siguen siendo un crimen.

Es más, la palabra “lapidación” figura dos veces en los artículos 172 y 198 del nuevo código penal, aunque han desparecido los detalles de cómo proceder a aplicar la pena, es decir, el tamaño de las piedras a usar, el envolver a la persona convicta en un sudario blanco (kafan) y enterrarla hasta la cintura si el adultero es un varón y hasta los hombros si es una mujer. Pero esta omisión sobre las circunstancias prácticas de cómo llevar a cabo correctamente la lapidación no son motivo suficiente para celebrar el fin de la misma.

De hecho, mientras que el adulterio siga siendo un crimen, los jueces deberán imponer penas a los acusados así convictos. Pero como el castigo por adulterio no aparece explícitamente en el nuevo código penal, de acuerdo con el artículo 221, los jueces están obligados a pedir al Guía Supremo, actualmente el Ayatollah Jamenei que emita una fatua. Y ello implica que Jamenei, que nunca ha emitido una fatua sobre la pena por adulterio ni sobre ningún otro aspecto criminal, tendrá que decidir sobre cada uno de los casos. Aunque un parlamentario iraní ha declarado recientemente que el guía Supremo buscará una pena alternativa para el crimen de adulterio, no es una tarea fácil. El Guía Supremo puede que tenga un gran poder político, pero muchas veces carece del poder religioso y la credibilidad necesarios para emitir semejante fatua, porque hay otros muchos dirigentes religiosos con mayor estatus jerárquico que él. Lo que complica aún más este asunto es el consenso existente entre los juristas islámicos (maraaje) de que el único castigo adecuado por adulterio es la lapidación y nada puede sustituirlo. Por ello, si el Guía Supremo de Irán decide un castigo distinto, muchos dirigentes religiosos lo considerarán inválido, aun si se trata de la horca o formas menos inhumanas de ejecución. La pregunta es si el Ayatollah Jamenei está dispuesto a asumir las consecuencias de semejante fatua revolucionaria.

Sin embargo, si el Guía Supremo está dispuesto a desafiar a los juristas chiís, aun tendrá que lidiar con el problema implícito en los artículos 172 y 198 que aceptan en el nuevo código penal la lapidación como posible castigo por adulterio.

Como mucho, lo que podemos celebrar como defensores de los derechos humanos es la posibilidad de que el Ayatollah Jamenei se atreva a emitir una fatua, a pesar de la presión de los dirigentes religiosos más conservadores, que sustituya la lapidación por otra forma de ejecución, librándose así de la creciente presión internacional debida, en buena parte, al caso de Sakineh Mohammadi Astiani pero también de otros casos. En un país en el que se ejecuta cada año a cientos de condenados a muerte – en un número solo inferior al de China- no puede representar problemas graves para los que están en el poder unas cuantas ejecuciones “normales” de más. Pero por otro lado, dado que la República Islámica de Irán y su Guía Supremo son ambos impredecibles, no hay que descartar la posibilidad de que la omisión de la pena de lapidación quiera ser utilizada como una señal de mejora de los derechos humanos, desviando la atención sobre este tema de la comunidad internacional para poco después restablecer la misma pena mediante una fatua del Guía Supremo, volviendo a la casilla de partida de este siniestro juego.

Como defensora de los derechos humanos creo que es mejor esperar a celebrar nuestra victoria hasta que estemos seguros de la misma y continuar nuestros esfuerzos para acabar con la pena de lapidación para siempre.

Notas

[1] http://www.ohchr.org/Documents/HRBo...

[2] http://www.ft.com/intl/cms/s/0b17bd...

[3] http://www.telegraph.co.uk/news/wor...

PD: LA LAPIDACIÓN EN UN CONTEXTO MUSULMAN

Las organizaciones Mujeres viviendo bajo las leyes musulmanas, La Violencia no es nuestra cultura y Justicia para Irán se complacen en anunciar  una nueva publicación: Cartografiar la lapidación en un contexto musulmán (http://www.wluml.org/resource/mapping-stoning-muslim-contexts ). En ella se sitúa en el mapa donde se practica aun la lapidación, de manera judicial o extrajudicial.

Muchas religiones y culturas han hecho uso históricamente de la lapidación como forma de ejecución o justicia comunal: los griegos antiguos mataban a pedradas a las prostitutas, adúlteros o asesinos; la Torah y el Talmud establecen la pena de lapidación para el asesinato, la blasfemia o la apostasía. Aunque la lapidación no se menciona en el Corán, se ha asociado esta practica con el Islam y la cultura musulmana. La lapidación como un castigo jurídicamente aceptable volvió a aparecer a finales del siglo XX de la mano del renacimiento del Islam político. Pero la lapidación también se practica en contextos en los que no existía precedente jurídico alguno.

Aunque los casos de lapidación documentados son pocos, es una amenaza real para hombres y mujeres que viven en algunas culturas musulmanas. La sharia codifica como criminales las relaciones sexuales fuera del matrimonio o las practicas homosexuales. Cualquier relación sexual fuera del matrimonio es castigada como un crimen según su estado civil: 100 latigazos para los solteros y la lapidación para los casados. En las últimas décadas, los defensores de los derechos humanos y de la mujer han luchado para acabar con estos castigos bárbaros y crueles.

Como señala el informe, las mujeres suelen ser las victimas más probables y frecuentes de la lapidación. Aunque no exista ley alguna que confine este castigo a las mujeres, la interpretación misógina y machista de la legislación islámica hacen que sean las mujeres las acusadas con más frecuencia de “adulteras”.

Otras lecturas sobre la lapidación:

Stoning is Not Our Culture: A Comparative Analysis of Human Rights and Religious Discourses in Iran and Nigeria: 
http://www.violenceisnotourculture....

No Justice in Justifications: Violence Against Women in the Name of Culture, Religion, and Tradition 
http://www.wluml.org/sites/wluml.or...

“Frequently Asked Questions about Stoning”. Available on ESSF (article 18021)

Control and Sexuality: The Revival of Zina Laws in Muslim Contexts: 
http://www.wluml.org/node/6869

“Stoning and Islam” 
http://www.violenceisnotourculture....

“Stoning and Human Rights” 
http://www.violenceisnotourculture....

Shadi Sadr es una abogada y periodista irani, directora de la ONG Justice for Iran. En marzo del 2007 fue detenida en las afueras de Teheran acusada de haber participado el 12 de junio del 2006 en una manifestación a favor de los derechos de las mujeres iraníes. Fue de nuevo detenida el 18 de julio del 2009, interrogada y maltratada durante varios días. Ha recibido numerosas distinciones en su labor en defensa de los derechos humanos en Irán.

Traducción parawww.sinpermiso.info: Mayed al-Maliki

 

Fuente:
http://www.huffingtonpost.com, 12 de marzo de 2012

Subscripción por correo electrónico
a nuestras novedades semanales:

El responsable de tratamiento de tus datos es Asociación SinPermiso y la finalidad del tratamiento es hacerte llegar nuestras novedades. Puedes ejercer tus derechos en materia de protección de datos contactando con nosotros*. Para más información consulta nuestra política al respecto (*ver pie de página).