Quebec: el trasfondo político de la huelga de universidades

Richard Fidler

13/05/2012

Los estudiantes universitarios de Quebec, Canadá, llevan 13 semanas de huelga militante y han rechazado por mayoría abrumadora en referendum una oferta del gobierno que no satisfacía ninguna de sus principales reivindicaciones.

Después de una sesión de negociación de 22 horas, en la que participaron varios ministros del gobierno regional de Charest, rectores y decanos de las principales universidades, y los dirigentes de las centrales sindicales, los representantes estudiantiles acordaron celebrar un referendum en todas las universidades el 6 de mayo, sin hacer por su parte recomendación de voto sobre la oferta del gobierno.

Los términos de la oferta gubernamental eran:

- Mantenimiento de la subida del 75% de las tasas de matrícula (en la actualidad su abono se reparte en siete años, pero indexado) con una ligera mejora del acceso a becas y préstamos, y condicionamiento de la devolución de los préstamos a los ingresos futuros de los graduados.

- Examen por un comité provisional de los presupuestos de las universidades y propuesta de posibles recortes. Cada dólar recortado iría a la reducción de cuotas adicionales no relacionadas directamente con la matrícula (ingreso, registro, servicios de deportes, tecnología, etc.)

- El comité estaría formado por cuatro estudiantes y otros catorce miembros: 6 rectores de universidades, 4 representantes sindicales, así como 2 representantes de las empresas, 1 del ministerio de educación, y una presidencia con voto de desempate, estos últimos cuatro designados por el ministro de educación.

- La comisión presentaría sus recomendaciones en diciembre, aunque si fuera necesario su mandato podría ser prorrogado un año más. Sería entonces reemplazado por un comité permanente por la ley, cuya composición estaría por determinar.

- El pago de los gastos de matricula no relacionados directamente con la enseñanza se aplazarían a la espera de las conclusiones del comité provisional. Sin embargo, estas tarifas se aplicarían con carácter retroactivo a los estudiantes en la medida en que el Comité no sea capaz de recortarlos de los gastos corrientes.

No hay garantías de que el comité propuesto llegue a acuerdos sobre los recortes presupuestarios necesarios para reducir o eliminar la subida de las tasas de matrícula. Además, el comité estaría compuesto en gran parte por personas con un gran interés en oponerse a los recortes de los gastos en investigación de mercado y la financiación de los cursos de gestión empresarial.

Prioridad de los beneficios y no de las necesidades sociales

Lo más importante, si la oferta fuese aceptada, es que quedarían sin sentido las principales reivindicaciones de los estudiantes en huelga: el congelamiento inmediato de las tasas de matrícula, un mayor acceso a la educación de calidad y un debate público sobre el objetivo a largo plazo de cómo hacer efectivo el derecho universal  a una educación gratuita desde el jardín de infancia hasta la universidad. Se obligaría a los alumnos a implicarse en un ejercicio contable mercantil, tratando de justificar los recortes en el gasto en infraestructuras, investigación, cursos y sueldos de los profesores, justo cuando los estudiantes y los profesores han tocado una fibra sensible en muchos ciudadanos de Quebec con su campaña conjunta contra la falta de financiación pública de la educación post-secundaria en la región.

No es de extrañar, por tanto, que esta miserable "oferta" haya sido rechazada abrumadoramente por los estudiantes en todo Quebec. Y miles de ellos siguen manifestándose desde hace unas dos semanas, espontáneamente, durante horas cada noche por las calles de Montreal, en una forma de protesta que surgió  en rechazo a una oferta anterior del gobierno liberal.

Al continuar su boicot a las clases, que ha cerrado la mayoría de los centros universitarios más importantes de Quebec, los estudiantes están arriesgándose con valentía a la pérdida de todos los créditos del semestre. Su lucha es ejemplar, con asambleas democráticas y la adopción colectiva de decisiones desde el comienzo del movimiento. Las tres principales organizaciones estudiantiles: la FEUQ, CLASSE, y la FECQ (1), han mantenido un frente únido a pesar de los repetidos intentos del gobierno para dividir y aislar a CLASSE, la organización más radical, de los otros dos grupos.

Los estudiantes han resistido los ataques hipócritas de unos medios de comunicación que les describían como una élite egoísta, y que no han dudado en utilizar algunos actos aislados de violencia contra la propiedad (a menudo por los anarquistas del Black Bloc) para presentar a los estudiantes como unos vándalos sedientos de notoriedad.

Los huelguistas han desafiado con éxito más de una docena de órdenes judiciales que exigían a las universidades reabrir y a los profesores enseñar.

Y han resistido una represión policial masiva, con la detención de más de 1.000 estudiantes y lesiones graves causadas a alguno de ellos como resultado del uso por parte de la policía de balas de goma, granadas de concusión y gas lacrimógeno.

Falta de Solidaridad

A pesar de esta resistencia heroica, los estudiantes han sido incapaces de crear la correlación social de fuerzas suficiente para romper la oposición intransigente del gobierno y la clase empresarial que representa. Han ganado un importante apoyo comunitario de algunos grupos de base, incluyendo la Coalición contra la privatización y mercantilización de los servicios públicos. La Coalición fue uno de principales convocantes de la masiva manifestación contra el Partido Liberal, que celebro la reunión de su Consejo el 4 y 5 de mayo en Victoriaville con la vana esperanza de evitar las manifestaciones de los estudiantes en Montreal.

Lo que mas se ha echado en falta, sin embargo, ha sido la solidaridad activa de los sindicatos de Quebec que, con su más de millón de miembros, representan la mayor fuerza social con influencia económica capaz de derrotar al gobierno y los empresarios en su ataque a los estudiantes. Las centrales más importantes y muchos sindicatos locales han emitido declaraciones en apoyo de los estudiantes, y algunos han aportado fondos a sus organizaciones. Pero no han hecho ningún esfuerzo para organizar acciones de protesta en los centros de trabajo, incluyendo una huelga general de un día en apoyo de las reivindicaciones de los estudiantes, como les había pedido CLASSE. Y sus principales dirigentes son ahora cómplices de las últimas maniobras del gobierno contra los estudiantes.

En la 12 ª semana de huelga estudiantil, el gobierno estaba  sometido a una enorme presión, no sólo de los estudiantes, sino de las administraciones universitarias, que temían tener este otoño el doble de estudiantes como consecuencia de la falta de exámenes semestrales: un desbordamiento del numero de matriculados que no podían atender. Por otra parte, la legitimidad del gobierno se ha visto erosionada por una serie de revelaciones de escándalos y corrupciones que implican a ministros del gobierno en lucrativos contratos de construcción, financiación ilegal de partidos, e incluso posibles conexiones con el crimen organizado; así como por las críticas generalizadas de las Primeras Naciones indígenas y los ecologistas al Plan Norte de Charest, que pretende abrir el extremo norte de Quebec a las explotaciones mineras. Hasta el punto que corren todo tipo de rumores de que Charest tiene la intención de convocar elecciones anticipadas antes de que los liberales sean desbordados por el Parti Québécois, en la oposición, o los ultra-neoliberales de la Coalitión Avenir Québec. Pero la agitación estudiantil pone en peligro este escenario.

La maniobra de Charest

La respuesta del gobierno fue convocar una reunión los días 5 y 6 de mayo con los rectores y representantes de los estudiantes en un último intento para obligar a los estudiantes a aceptar un acuerdo que, según esperaba, restablecería su credibilidad y el orden en las universidades. En una hábil maniobra, invitó a los presidentes de las tres principales centrales sindicales de Quebec, la FTQ, CSN y CSQ, (2) a asistir a la cumbre, que se celebró simultáneamente a la reunión del Consejo General del Partido Liberal, en Victoriaville.

La fórmula propuesta por el ministro de educación parece inspirarse en parte en una anterior de las dos organizaciones estudiantiles mas conservadoras. La FEUQ y la FECQ habían sugerido que el aumento de las matrículas se podrían evitar mediante recortes equivalentes en gastos superfluos de las universidades.

CLASSE, por su parte, luchó por mantener el foco de atención de la movilización en la subida de matriculas y la perspectiva más amplia del derecho a una educación universitaria gratuita. Sin embargo, su propia propuesta, aprobada unos días más tarde, admitía que se podían encontrar fondos para la educación superior mediante recortes en los programas de investigación de mercados (no la investigación básica o teórica) y las campañas de publicidad de las universidades, una moratoria de la expansión en infraestructura, incluidos nuevos campus satélites, y la congelación salarial y de contratación del personal administrativo y directivo de las universidades. CLASSE también pidió la convocatoria de unos "estados generales" sobre el futuro de la educación en Quebec, donde adelanto que defendería el derecho a una educación gratuita, que podría ser financiada con un impuesto sobre el capital de las instituciones financieras. Y llamó la atención sobre los enormes beneficios declarados por los bancos más importantes, incluso en medio de la crisis económica.

Aunque hubo diferencias significativas en las propuestas de los respectivos grupos de estudiantes, había evidentes coincidencias. La FEUQ y la FECQ comenzaron a ampliar sus reivindicaciones, hasta entonces limitadas a las tasas de matrícula. CLASSE intentaba mantener un frente unido al mismo tiempo que se dirigía a otras fuerzas sociales para que participasen en acción de protesta en apoyo del conjunto de sus reivindicaciones.

El llamamiento a una huelga social apareció en la web de CLASSE, a pesar de que el debate sobre esta propuesta, previsto para dos sesiones en sus asambleas semanales, se aplazó por falta de tiempo. Y, como se ha mencionado ya, no recibió ninguna respuesta de las fuerzas a las que se había dirigido en busca de solidaridad.

Los estudiantes no han sido derrotados

Cabe destacar que los principales dirigentes sindicales de Quebec, negociadores duros y con larga experiencia en este tipo de lides con las empresas y el gobiernos, al parecer aconsejaron a los dirigentes estudiantiles aceptar la nefasta oferta del gobierno Charest. Aunque hasta la fecha poco se ha dicho públicamente acerca de su papel, es difícil no llegar a la conclusión de que su intervención de nada ayudó a la lucha de los estudiantes y puede, de hecho, que los haya debilitado.

Pero a juzgar por los votos de rechazo a la oferta gubernamental en el referendum estudiantil, cientos de miles de estudiantes no han caído en la trampa. Su ira, y una nueva oleada de movilizaciones, podrían estar preparando el camino para un nuevo avance.

Aunque es pronto para especular sobre el resultado final del movimiento de protesta universitario, es evidente que  aunque la huelga terminase sin haber obtenido concesiones sustanciales, los estudiantes no han sido derrotados. Han luchado de forma impresionante, y de la mejor manera que han sabido. Y han provocado un gran debate en la sociedad de Quebec, desafiando prerrogativas neoliberales y abriendo la perspectiva de "otro Quebec" en el que el acceso a la educación sea un derecho social básico universal, independientemente de los ingresos, y no una mercancía cuyos contenidos estén en función de las exigencias de las grandes empresas. Los estudiantes han establecido los parámetros para continuar este importante debate, que tiene aspectos que van mucho más allá del derecho a una educación pública.

NOTAS: (1) Gran coalición de l'Association pour une solidarité syndicale étudiante, Federatión étudiante universitaire du Quebec, Federatión étudiante collégiale du Quebec. También participaron en las negociaciones la TaCEQ (Mesa de concertación estudiantil de Québec), que representa a unos 65.000 estudiantes de las universidades de McGill, Laval y Sherbrooke, que rompió con la FEUQ en 2005. (2) Federación des travailleurs et travailleuses du Québec, Confederación des syndicats nationaux, y la Centrale des syndicats du Québec. También participaron la FQPPU, la Federación de Quebec de profesores y profesoras.

Richard Fidler es un militante socialista canadiense que publica el blog  Life on the Left (http://lifeonleft.blogspot.com.es/)

Traducción para www.sinpermiso.info: Gustavo Buster

Fuente:
lifeonleft.blogspot.com.es, 8 de mayo de 2012

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