Fondos buitres, “son sólo negocios”

Rolando Astarita

06/01/2013

 

El 22 de octubre, la presidenta Cristina Kirchner dijo: “Mientras yo sea presidenta, se podrán quedar con la Fragata, pero con la libertad, la dignidad y la soberanía de este país, no se va a quedar ningún fondo buitre ni nadie”.
 El 31 de octubre Lorenzino fue terminante: “Argentina no va a cambiar de posición: no le vamos a pagar un solo dólar a los fondos buitre. No hay nada que negociar con ellos”.
El 12 de noviembre, en un discurso en Villa Constitución, CK repasó palabras de Néstor Kirchner, en 2004, sobre los fondos buitres, que terminaba con la frase “no vamos a aflojar”. “Y no lo vamos a hacer”, prometió. “Si él hubiera cedido, si él se hubiera inclinado, nada de esto existiría. No habría clase media, no habría nuevas universidades, no habría becas. Es bueno tener memoria, no para refregarle nada a nadie, sino para no volvernos a equivocar más argentinos”.
“No existe margen para recurrir a ajustes ni a endeudamiento. Por eso cuidamos las divisas que necesitamos para las importaciones y para pagar la deuda que otros gobiernos contrajeron”.
“No pagaremos a costa de que cada vez más argentinos vean postergados su acceso a la salud, a la vivienda y a la educación”. 
El 27 de noviembre CK pidió que en la Unasur se tratase el “colonialismo judicial”, en referencia al fallo de Thomas Griesa. Junto al presidente de Perú, Ollanta Humala, dijo: “Tendremos que debatir algunas cuestiones, problemas que nos son comunes, problemas que está teniendo la Argentina respecto de cierto colonialismo judicial”.

“Patria o capital financiero”

¿Qué conclusiones sacó de esto la izquierda “nacional revolucionaria”? Pues que estábamos en presencia de un choque entre la Patria y el capital financiero, entre los caranchos y el pueblo, entre los globalizadores y la América Latina unida, solidaria y anti-imperialista. “Liberación o Dependencia”, “País soberano o fondos buitres”, “Movimiento nacional o colonia judicial de EEUU”, “Monopolios o pueblo”, fueron algunas de las consignas avanzadas.

En definitiva, un enfrentamiento bien definido, de un lado el capital financiero, apátrida y buitre, con sus socios locales (en primer lugar, el grupo Clarín) y del otro todo el pueblo, con Cristina a la cabeza. No había lugar a dudas acerca del lugar a ocupar en la trinchera. Lo del colonialismo judicial estaba más que claro. Los menemistas nos habían entregado atados de pies y manos, ya que durante la década de los 90 emitieron bonos de deuda en los que constaba la renuncia irrevocable del Estado a oponer la defensa de la inmunidad soberana. Que los Kirchner hubieran sido menemistas en aquella década, por supuesto, es un detalle. Otro lógico detalle era que Néstor Kirchner también hubiera renunciado a la inmunidad soberana (decreto 319/04) cuando reestructuró la deuda, en 2005. Problemitas irrelevantes, que solo pueden suscitar los agentes del desánimo y el escepticismo. Lo esencial es que el pueblo estaba unido detrás de las banderas de la liberación.

Precisemos que incluso la asociación del término carancho con los fondos buitres era precisa y contundente. Es que en la película Carancho un estudio de abogados busca víctimas de accidentes de tránsito entre gente de bajos recursos, con el objetivo de abrir pleitos con pruebas falsas o plantadas. El estudio está protegido por la policía, y tiene un comportamiento mafioso. De todas maneras, se impone una aclaración: la metáfora vale para los fondos buitres, o para los jubilados que hacen juicios contra el Estado porque no les alcanza la mínima de 1800 pesos. Pero tiene limitaciones: no se considerará “carancho” a los abogados-financistas que en los años 80 se hicieron de muchas propiedades ejecutando hipotecas de gente de bajos recursos. Hay formas y formas de ser “carancho”, como todos sabemos. La burguesía nacional y patriota nunca integrará el lote de “caranchos”.

El curso anti-imperialista

Con este enfrentamiento con el capital financiero en desarrollo, rápidamente el gobierno K adoptó temibles medidas anti-imperialistas. Una de las primeras fue pagar a los tenedores de bonos que habían entrado en los canjes. El 2 de noviembre CK explicó la táctica. Ya que la conspiración internacional procuraba que el Estado argentino no pagara, la lucha era por pagar: “El negocio es que no paguemos. Pero, ¿saben qué? Les tengo una muy mala noticia. Vamos a pagar y vamos a pagar con dólares”. ¿Se puede concebir mayor desconcierto y desesperación en las filas del capital financiero internacional? En medios bien informados se comenta que algunos banqueros pensaron en suicidarse después de escuchar el discurso de CK.

Por eso, a partir de ese momento los patriotas anti-imperialistas (los verdaderos, los que no se andan con remilgos) pasaron a festejar los pagos de la deuda externa. Incluso aplauden los pagos inflados por el inflado índice de crecimiento del PBI. La idea es que cuanto más paga el Estado, más profunda es la herida que se abre entre los chupasangres financieros internacionales. Sabemos que esto puede sonar un poco raro, pero las lumbreras económicas de La Cámpora, versadas en Keynes y demás yerbas heterodoxas, ya lo van a explicar. Como sea, lo cierto es que CK presentó, el 8 de diciembre, como un gran triunfo del pueblo argentino el último pago del Boden 2012 con reservas del Banco Central.

En segundo término, y tal vez más importante, Cristina K estableció, de hecho, una unidad de acción anti-imperialista con la Reserva Federal, el Departamento de Estado y el Tesoro de EEUU, el Grupo de Tenedores de Bonos (Exchange Bonholder Group) liderado por el Gramercy Funds Managements, el fondo estadounidense Fintech, la Compañía Depositaria Fiduciaria y las casas de clearing Clearstream BanKing, Euroclear Bank y el Sistema Euroclear. Todos ellos se presentaron ante el juez Griessa para que no diera la razón a los fondos buitres, y se pronunciara a favor de nuestra querida Patria. A lo que se sumó el Bank of New York Mellon, preocupado por mantener su rol de agente de pago. En este punto podría ser interesante alguna tesis de nuestra intelectualidad K- progre acerca del poder de CK para operar “transformismos”, pero al revés, a favor de la lucha contra la dependencia. La clave es que se mantenga vivo el espíritu de lucha. Nunca debe olvidarse el norte: “Liberación o dependencia”, “Patria o capital financiero”.

Y ahora, en el punto más alto de la lucha

Pues bien, así es como hemos llegado a la cumbre de la lucha anti-imperialista: el viernes 28 de diciembre el gobierno argentino presentó en la Cámara de Apelaciones del Segundo Circuito en Nueva York un escrito en el que afirmó que si se aplica el fallo del juez Griessa se perjudicarán reestructuraciones futuras de deuda, y se afectarán los intereses de los bonistas que entraron en los canjes (obsérvese el filo anti capital financiero del argumento). Pero además, y aquí vino la estocada maestra, el escrito afirma que si la Justicia fallara en favor del país, el Gobierno sometería a consideración del Congreso la reapertura del canje, en las mismas condiciones que había propuesto en la reestructuración del 2010. Destacados economistas del “establishment” como Daniel Marx, Martín Redrado y Carlos Melconian manifestaron rápidamente que se había avanzado por el camino correcto, De nuevo, en los próximos días seguramente serán de esperar clarificadores escritos del anti-imperialismo militante.

Conclusiones sin ironías

La ironía que recorre la nota nace de la incongruencia que existe entre los discursos y las acciones concretas. Después de todo, como explican algunos filósofos, se trata de una estrategia posible del conocimiento. Es cierto que muchos “se la creen”, pero hay que tragarse demasiados “sapos” para ello. En otras notas del blog (la más cercana aquí) he propuesto una interpretación alternativa (y pienso que más realista) de la que pretende el mito de la lucha anti-imperialista. No están en juego “la Patria”, ni la preocupación “por el pueblo argentino”. El asunto es mucho más prosaico y material. Como lo dicen varios personajes de El Padrino, “sólo son negocios”, no están involucradas las emociones ni los sentimientos “elevados”. Se trata simplemente de explotadores discutiendo qué tajada les corresponde del botín.

Rolando Astarita es profesor de ciencia económica en la Universidad de Buenos Aires

Fuente:
http://rolandoastarita.wordpress.com/2012/12/31/fondos-buitres-son-solo-negocios/

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