El objetivo de autofinanciación cubierto, en 2014 se abre una nueva etapa en SinPermiso. Carta del Editor de SP

Editor

01/01/2014

Lectora, lector:

El 14 de noviembre  iniciamos una campaña de microfinanciación de 40 días con el propósito de renovar nuestra web. Finalizó el pasado 23 de diciembre. Nos habíamos fijado tres objetivos bastante ambiciosos: 15.400, 16.400 y 17.500 euros, con los que pretendíamos cubrir distintas necesidades, algunas de ellas perentorias. La respuesta de los lectores y lectoras de nuestra revista ha sido espléndida y ha superado nuestras mejores previsiones. Conseguimos ya el primer y más importante objetivo cuando aún no estábamos en mitad de campaña, y el tercer objetivo, cuando faltaban dos semanas largas para finalizarla. Se ha rebasado la cifra de 22.000 euros, una cantidad que nos permitirá en las próximas semanas comenzar a introducir mejoras radicales en nuestra web. Casi 600 son las personas han aportado contribución directamente a Verkami o a la cuenta de la Asociación SinPermiso. ¡Muchas gracias!     

SinPermiso es un proyecto político-cultural de izquierda socialista independiente. Nunca ha recibido subsidios públicos ni privados, y nunca los ha solicitado. Tampoco admite en sus páginas publicidad comercial ni propaganda –expresa o encubierta— de partidos o gobiernos. Todo el trabajo realizado se hace amoris et honoris causa: se llega hasta donde buenamente se puede, y no hay personal asalariado. Siempre nos hemos financiado con las donaciones altruistas de nuestros lectores y lectoras, y cuando hemos precisado de colaboración comercial, siempre hemos buscado –y encontrado— o cooperativas de trabajadores o empresas no regidas por el ánimo de lucro. La generosidad y la fidelidad al proyecto demostradas por tantos donantes nos permitirá seguir así, felizmente libres de la necesidad de tener que pedir permiso a nadie para existir materialmente.

El tipo de territorio propio que queríamos construir y ocupar cuando lanzamos, va ya para 10 años, el proyecto de SinPermiso es el que había caracterizado estupendamente así Edward P. Thompson:

"Los intelectuales socialistas deben ocupar un territorio que sea, sin condiciones, suyo: sus propias revistas, sus propios centros teóricos y prácticos; lugares donde nadie trabaje para que le concedan títulos o cátedras, sino para la transformación de la sociedad; lugares donde sea dura la crítica y la autocrítica, pero también de ayuda mutua e intercambio de conocimientos teóricos y prácticos, lugares que prefiguren en cierto modo la sociedad del futuro."

Sin embargo, el gran historiador marxista escribió esa precisa descripción programática en una época –los 70— muy distinta de la nuestra. Por lo pronto, las ciencias sociales y las humanidades se cultivaban todavía con cierta dignidad en la vida académica y se mantenían, mal que bien, en pie. Pero las últimas décadas de contrarreforma neoliberal del capitalismo han traído consigo por doquiera el desbaratamiento de ese cultivo. Paul Krugman ha hablado con razón de la nueva “Edad oscura” que se ha abatido sobre unas facultades y departamentos de economía grotescamente incapaces de anticipar y de entender siquiera la naturaleza, las dimensiones y no digamos la dinámica de la crisis capitalista mundial que estalló en 2008. Y lo mismo, y acaso peor, podría decirse de la verdadera devastación que, en extravagante –e impía— alianza con la peor derecha neoliberal, ha provocado en las facultades y departamentos de humanidades su rampante colonización por aberrantes programas relativistas antiilustrados a los que ha venido sucumbiendo la parte más puerilmente autosatisfecha de la izquierda académica derrotada en 1968. Una izquierda  “irreflexiva”, en el preciso sentido que Bertolt Brecht dio hace muchos años al término en su soberbio Elogio de la duda:

Los irreflexivos nunca dudan.

Su digestión es brillante, su juicio, infalible.

No creen en los hechos; sólo se creen a sí propios. Si preciso es,

Los hechos deben creerles a ellos.

Su paciencia consigo mismos

Es ilimitada; a los argumentos,

Prestan oídos de espía.

¿Hará falta recordar que hubo quienes casi celebraron el triunfo de la economía financiarizada neoliberal como la inmediata antesala de un proceso “constituyente” de la “multitud” en marcha directa hacia el “comunismo”? Constitutiva e inveteradamente incapaz de comprender, y hasta de percibir, la voraz dinámica política contrarreformadora del tipo de capitalismo triunfante en las últimas décadas, cierta izquierda académica peligrosamente educada durante años en el narcisista ejercicio de descreer de los hechos objetivos y de limitarse a prestar a los argumentos ajenos “oídos de espía” parece ahora ilusoriamente ciega ante la degradación a ojos vista de la relación de fuerzas políticas en desfavor de las clases populares. Y, se diría, sorda también entre el fragor de los terribles escenarios venideros con que amaga el proceso político, abiertamente deconstituyente, a que las clases rectoras se libran por doquiera (particularmente en Europa, y particularísimamente, en el Reino de España) a caballo de una gestión procíclica,  macroeconómicamente desastrosa de la crisis que estalló en 2008. Y no es que el enemigo se prive de hablar alto y claro. Tal vez como nunca: Denis Kessler, exvicepresidente del  MEDEF –la organización de la gran patronal francesa—, por traer un ejemplo entre mil, lo tiene dicho desde 2007: “hay que salir de 1945 y deshacer metódicamente todo el programa [puesto por obra en los primeros diez años de posguerra] del Consejo Nacional de la Resistencia” antifascista francesa.

Necesitamos reconocer clara y distintamente los hechos objetivos como son, no rendirnos vanílocua y confusionariamente al pensamiento desiderativo exigiendo que, al revés, los hechos crean en nosotros. Necesitamos atender a los argumentos con la debida consideración, y no prestarles oídos de espía. Necesitamos hacer también en nuestros propios territorios de reflexión socialista muchas cosas que resultan hoy más difíciles de promover en la vida académica actual que en los tiempos de Thompson. 

Necesitamos, en suma, que en nuestros territorios de reflexión se recupere lo que se ha perdido en buena medida en la vida académica oficial: el entrenamiento en la duda.

Claro que SinPermiso se ofrece, no como un medio de acotada discusión científica, o de pura especulación sin consecuencias prácticas, sino como un espacio político de izquierda socialista en el que las dudas han de ser prácticamente fecundas.  Brecht lo formuló así:

Frente a los irreflexivos, que nunca dudan,

Están los meditabundos,

Que nunca actúan.

No dudan para venir a la decisión, sino

Para desertar de la decisión.  (…)

Cuando alabéis la duda –ni que decir tiene—,

No la confundáis con la

Irresolución sin esperanza.

¿De qué le vale dudar

A quien no puede decidirse?

Quien con razones insuficientes se conforma

Puede equivocarse en la acción;

Inerme siempre ante el peligro queda

Quien demasiadas necesita.

Exactamente eso pretendemos en SinPermiso, y a eso podremos dedicar más precisos empeños a partir del año que ahora entra gracias a vuestra generosa ayuda: a tratar de aportar razones suficientes para la acción. ¡Buen y combativo 2014!

El Editor de SinPermiso

Fuente:
www.sinpermiso.info, 1 enero 2014

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