Romper el decadente Estado británico. Sobre la independencia de Escocia

Tariq Alí

07/09/2014

Escocia es una nación desde hace mucho tiempo. No tardaremos en saber si la ciudadanía quiere que esta nación se convierta en un Estado. Deseo que lo hagan. No sólo va a abrir nuevas oportunidades para su propio país, sino que se romperá el atrofiado y decadente Estado británico y debilitará su eficacia como un vasallo de Estados Unidos.

De ahí los llamamientos de Obamay Hillary Clinton a votar 'No', un sentimiento que Blair comparte plenamente, pero no se atreve a admitirlo por temor a que su intervención podría inclinar la balanza en la dirección opuesta. No hay ninguna cuestión de principio aquí, sólo intereses imperiales.

Los EE.UU. aceleraron la desintegración del viejo Estado soviético, primero las repúblicas bálticas, a continuación Ucrania y Asia Central. Le siguió la destrucción de Yugoslavia. Si Letonia y Eslovenia, ¿por qué no Escocia? Después de todo, el SNP decidió (por desgracia) permanecer en la OTAN.

Fueron intelectualmente muy regocijantes los dos viajes a Escocia que hice este verano para presenciar y participar en los debates serios que tienen lugar en salones, iglesias, calles, bares y casas. ¡Qué contraste con la lúgubre vieja Inglaterra, donde los tres grandes partidos y todos los medios de comunicación están en contra de la independencia de Escocia!

La campaña del "No" carece de sentido y sutileza, y se basa exclusivamente en el miedo. Pero son las fuerzas del conservadurismo pesimista en Escocia que se demuestran superficiales y parroquianas. El SNP, y aún más la Campaña de Independencia Radical, miranuna Escocia independientea través de perspectivas internacionales. Su miradase fija en el modelo noruego y más allá. Hace unos meses, en una carta abierta al pueblo de Escocia publicada por el Herald, algunos de los principales escritores e intelectuales de Escandinavia alentaron el nacimiento de un Estado independiente, recordando a los escoceses que la ruptura de Noruega con Suecia en 1905 también fue precedida por alarmismo, pero mejoró la calidad de vida y la política en ambos países.

El notable crecimiento del movimiento pro-independencia es el resultado del desmantelamiento que hizo Thatcher del Estado de bienestar, con los aplausos y continuación de Blair-Brown por su obra destructora. Hasta entonces los escoceses habían decidido seguir con el laborismo, haciendo la vista gorda a la corrupción y la trapacería que caracterizaron la maquinaria del partido en Escocia.

Se acabó.

Cuando un gran número de personas deja de creer que puedan ejercer la autodeterminación política dentro del orden social existente, empieza a mirar más allá de los partidos de gobierno tradicionales. En el continente (y en Inglaterra) esto ha llevado al crecimiento de la derecha. En Escocia lo que se pide es la autodeterminación nacional, social y política: en términos concretos, esto significa una democracia social, humanista.

Aunque el miedo desemboque en una mayoría unionista, todos están de acuerdo en que las cosas nunca volverán a ser lo mismo.

Y si Escocia gana, quizá la calma somnolienta de la política inglesa será alterada.

Tariq Ali es miembro del Consejo Editorial de SinPermiso

Traducción para www.sinpermiso.info: Daniel Raventós

 

Fuente:
Counterpunch, 4 de septiembre de 2014

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