Italia: La mutación genética del PD

Rossana Rossanda

12/10/2014

 

Ni siquiera una incorregible aguafiestas como yo habría imaginado que Matteo Renzi trataría de llevar rápidamente al PD hacia una mutación genética, aunque lo llevara rumiando desde hace tiempo, tal vez desde que Achille Occhetto, en calidad de secretario, pidió beneficio de inventario al vindicarse no de la toma del Palacio de Invierno de 1917 sino de la Revolución Francesa de 1789. La Constityuente, sí, la Convención, no. Viva el abate Sieyès, abajo Robespierre. Pero en la Declaración de derechos estuvieron todos de acuerdo, y es eso lo que los socialistas Giacomo Brodolini y Gino Giugni llevaron al interior de la fábrica con el Estatuto de los Trabajadores. [1]  

Ya me había dejado estupefacta que de toda la dirección del PD sólo D´Alema y Bersani hayan declarado no estar de acuerdo con la abolición del artículo 18 y el contrato único, llamado de tutelas crecientes, que forzaría a cualquier trabajador nuevo a tres años de precariado antes de ser regularizado (y ya veremos si la creatividad de los empresarios italianos no encuentra algún ardid para que aparezca como "nuevo y primero” todo tipo de contrato), con el fin de hacer transitar a toda la mano de obra de un aprendizaje a otro.

¿Por qué los actuales chicos y chicas del PD rechazan incluso que los derechos de un empleado se confíen a un tercero como es un juez, en caso de resolución de un punto delicado como un conflicto de trabajo. antes que a un arbitraje entregado a la parte social dominante? Si no defiende las relaciones laborales un partido como el PD, que habla de reformas cada media hora, ¿de qué sirve?

La verdad es que tal vez la Jobs Act deba leerse, sugería ayer maliciosamente Melania Mazzucco, como un acrónimo de "jump our business", avante toda con nuestros negocios, ahora que se ha quitado del medio el estorbo de un derecho de los empleados de lo que quedaba del PCI. Tal vez aproveche Renzi la ocasión para declarar, como ya hizo Veltroni, "Nunca he sido comunista". Sin embargo, el núcleo duro del PCI, la base que ha confluido en sus sucesivas transformaciones, ha estado siempre constituida por gente que trabaja a las órdenes de un patrono. Pasada al PD como sus dirigentes, había creído razonablemente que aquel al que mandaba al Palazzo Chigi [sede del Gobierno] la defendería. Cuando ha empezado a dudar de ello, el partido se ha ido derritiendo. Hoy lo vemos, el famoso 40% de los electores de las europeas es un millón menos de los que votaron a Veltroni en 2008, por no hablar de Berlinguer. La cifra cada vez más imponente de abstencionistas modifica evidentemente las proporciones entre una fuerza y otra, pero lo que queda es que los votos efectivos que tiene cada uno de los partidos son cada vez menos, muchos menos de lo que era la costumbre italiana. Haría bien en Renzi en mirar a la cara al partido del que es secretario y despreciar un poco menos a sus afiliados, que han sido y siguen siendo la parte más activa del electorado de Italia.

 

Nota del t.:  Giacomo Brodolini (1920-1969) y Gino Giugni (1923-2009), miembros ambos del Partido Socialista Italiano (PSI), fueron los padres del Estatuto de los Trabajadores aprobado en 1969. Brodolini, miembro del Partito d´Azione tras la caída del fascismo, se adhirió enseguida a los socialistas y llegó a presidir la federación de trabajadores de la construcción de la CGIL, la principal central sindical sindical italiana, de la que sería además vicescretario general en 1955. Senador y diputado, Impulsó, junto a otras medidas de atención social e incremento salarial, el Estatuto desde su puesto de Ministro de Trabajo y Previsión Social (1968-69) en el segundo gobierno del democristano Mariano Rumor. Giugni, ya entonces uno de los mayores expertos en Derecho laboral y sindical de Italia, fue designado por Brodolini presidente de la comisión de nueve notables que elaboró el Estatuto. Posteriormente sería diputado y senador del PSI y llegaría también a Ministro de Trabajo y Previsión Social (1993-1994) en el gobierno de Carlo Azeglio Ciampi. En 1983 sufrió un atentado de las Brigadas Rojas a manos de una pistolera que le disparó en una pierna.     

 

Rossana Rossanda es miembro del Consejo Editorial de SinPermiso 

 

Traducción para www.sinpermiso.info: Lucas Antón

 

 

 

 

Fuente:
Sbilanciamoci.info, 7 de octubre de 2014

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