Indicadores para un futuro mejor

Carlos Alfonso

Fernando Prieto

07/10/2015

Luces y sombras de los nuevos indicadores mundiales de sostenibilidad

Al comienzo de este milenio los estados miembros de las Naciones Unidas se reunieron para establecer compromisos de lucha contra la pobreza y combatir los problemas que impiden el desarrollo equilibrado. La visión fue plasmada en los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y fue el marco filosófico para el progreso a nivel mundial durante los últimos 15 años. Se mantendrían vigentes hasta este año, 2015, durante el cual saldría a la luz una iniciativa de sustitución más amplia y, confiamos, más eficaz.

Las pasadas semanas se han finalizado y aprobado en Nueva York los nuevos indicadores de sostenibilidad (ODS: Indicadores de Desarrollo Sostenible/SDG en inglés) que marcarán la agenda global durante los próximos 15 años, hasta 2030. La idea final es muy simple: que el 2030 sea mejor que el 2015. Sencillo no?? Estos indicadores, como todo el mundo sabe, sustituyen a los ODM, que estaban centrados en 8 grandes propósitos: (1) erradicar la pobreza extrema y el hambre, (2) lograr la enseñanza primaria universal, (3) promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer, (4) reducir la mortalidad infantil, (5) mejorar la salud materna, (6) combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades, (7) garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y (8) fomentar una asociación mundial para el desarrollo.

1.    ¿Qué ha sucedido con las anteriores agendas?

El grado de cumplimiento detallado de éstas se encuentra en el informe de 75 páginas de NN.UU. Y un buen resumen gráfico en español de las mismas se ofrece en este otro informe, también de NN.UU.. Su análisis permite constatar la desigualdad entre indicadores y entre regiones. La valoración final puede calificarse de satisfactoria con grandes matizaciones, es decir: se progresa adecuadamente pero todavía queda mucho por hacer, como se hace evidente simplemente escuchando las noticias cualquier día.

En la siguiente tabla se muestra la evaluación final de los avances logrados en ciertas metas clave relativas a cada uno de los ocho objetivos. La evaluación proporciona dos tipos de información disponible hasta Junio de 2015. El color muestra el progreso realizado en la consecución de las metas y el texto el nivel actual de desarrollo alcanzado. Para la mayoría de los indicadores se usan proyecciones hacia el 2015 para evaluar el progreso; algunos indicadores que no disponen de datos o proyecciones en 2015 utilizan los últimos disponibles de 2013 y 2014.

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: Naciones Unidas, con información basada en datos y estimaciones provistas por los siguientes organismos: Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, Unión Interparlamentaria, Organización Internacional del Trabajo, Unión Internacional de Telecomunicaciones, ONUSIDA, UNESCO, ONU-Hábitat, UNICEF, División de Población de las Naciones Unidas, Banco Mundial, Organización Mundial de la Salud; según las estadísticas disponibles en junio de 2015. Recopilado por la División de Estadística del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas.
 

No obstante, son muchas las críticas que les llueven a los ODM: hay quien los describe como una iniciativa de Naciones Unidas que se estableció para no ser nunca cumplida; se cuestiona su sostenimiento futuro ya que tras 2015 no se va a movilizar la misma cantidad de recursos a través de los ODS. Para otros, los ODM no son más que un revés a las políticas de desarrollo, ya que luchan contra las consecuencias y no contra las causas del subdesarrollo. Esto es discutible, ya que está claro que en el círculo vicioso de la pobreza las consecuencias se convierten de nuevo en las causas. También se les ha considerado demasiado generalistas o ambiciosos y varios pronósticos ya adelantaron que no se lograrían los resultados esperados. Y se les ha calificado de oportunistas al utilizar algunos indicadores como porcentajes en lugar de números absolutos o por considerar que la pobreza extrema está situada en un dólar al día cuando, por ejemplo, el Banco Mundial utiliza la cifra de 1,25 dólares diarios como límite de la misma. Es curioso e inquietante señalar que hace tan solo 15 años el tema del Cambio Climático no fuera considerado dentro de los ODM.

2.    Qué se propone en Nueva York?

Este nuevo paso de tuerca es mucho más ambicioso e importante que lo hasta ahora diseñado o aprobado. Se pasa de 8 a 17 grandes objetivos y se establecen ¡167 metas! quedando los 8 anteriores objetivos subsumidos en el nuevo marco conceptual.

La negociación ha sido muy compleja, ha durado 3 años y se ha consumado en Septiembre de este año en Nueva York. 194 naciones miembros de la ONU han concluido tres años de conversaciones sobre un modelo que guiará durante los próximos 15 años la toma de decisiones de política global. El modelo ha de proporcionar a cada persona del planeta el alimento necesario, el agua, la energía, la salud, la vivienda, el empleo y la educación, así como asegurar sus derechos, libertades y su acceso a la información. Trata de mantener funcionales los océanos, los bosques, la agricultura, los ecosistemas terrestres y el clima de La Tierra.

El  Centro Mundial para el Desarrollo Sostenible (Centro Río +/ World Centre for Sustainable Development/Rio+ Centre) ha elaborado un mensaje unificado sobre el inicio de la Agenda post-2015. El Centro, una colaboración entre el Gobierno de Brasil y el PNUD, es uno de los seis Centros de Política Global del PNUD. Con sede en Río de Janeiro, la misión del Centro es inspirar e informar sobre políticas y prácticas que conducen a una mayor justicia social, ambiental y económica. RIO + ha publicado hasta la fecha 13 blogs ODS destacando cuestiones a través de cada uno de los tres pilares de la sostenibilidad que refuerzan la necesidad de una acción urgente y poniendo de relieve algunas de las formas en que la transformación ya está teniendo lugar.

El objetivo principal es elevar el perfil de la igualdad en general en todos las ODS e incentivar a una amplia gama de actores a participar en nuevas formas en la fase de ejecución que seguirá. La agenda post-2015 con sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijará la narrativa del desarrollo y orientará el trabajo de los responsables políticos y grupos de interés para los próximos 15 años. La Agenda ODS propone encauzar el desarrollo hacia la reducción de la pobreza  poniendo un mayor énfasis en los enfoques integrados que enlazan dimensiones sociales, ambientales, políticas y económicas del desarrollo y otorgando la debida prioridad a las cuestiones de la desigualdad, los derechos humanos y la dignidad de todas las personas (ver más en http://riopluscentre.org/2015/09/08/rio-centres-sdgs-countdown-a-goal-a-day/ y http://riopluscentre.org/2015/09/09/contagem-regressiva-um-ods-por-dia/).

Los 17 objetivos acordados en Nueva York pueden ser consultados en el siguiente website:

Objetivo 1: Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo.
Garantizar un acceso equitativo a los recursos económicos, tecnológico, y crear medidas de protección social para las personas más vulnerables.

Objetivo 2: Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible.
El acceso a una sana alimentación para todos, asegurando la sostenibilidad y la productividad agrícola, ayudando mas los pequeños productores, invirtiendo también desde las infraestructuras rural a el desarrollo tecnológico.

Objetivo 3: Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.
Reducir la mortalidad materna e infantil a través de una mayor prevención, promoviendo el bienestar para todos, garantizando el acceso universal a los servicios sanitarios con cobertura sanitaria universal.

Objetivo 4: Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.
Llegar a lograr que los niños terminen los ciclos de primaria y secundaria; aumentar el número de personas con competencias superior y técnica, para acceder así a mejores empleos. Sobre todo garantizar el acceso a personas vulnerables (discapacitados, mujeres, pueblos indígenas, etc.), mejorar las estructuras y las instalaciones escolares para responder a todas las necesidades.

Objetivo 5: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.
Poner fin a todas las discriminaciones, violencia, todos los tipos de explotación, y eliminar todas las prácticas nocivas (MGF, matrimonio infantil). Llegar a una participación activa de todas las mujeres, llegando a una mejor formación escolar, mejorando el uso de la tecnología, para llegar a oportunidad de liderazgo.

Objetivo 6: Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos.
El acceso universal y equitativo al agua potable, mejorando su calidad, reduciendo la contaminación a través de un mejor servicio de saneamiento y higiene.

Objetivo 7: Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos.
Aumentar el porcentaje de la energía renovable en el conjunto de fuentes de energía, facilitando también a través de la cooperación internacional, el acceso a la investigación y las tecnologías energéticas no contaminantes, incluidas las fuentes de energía renovables, ampliar y mejorar la infraestructura y la tecnología para prestar servicios de energía modernos y sostenibles para todos en los países, sobre todo para el desarrollo.

Objetivo 8: Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos.
Promoviendo nuevas políticas de desarrollo sostenibles, creando empleo decente, seguro y protegido para todos, garantizando los derechos laborales. Llegar a la plena igualdad para todas las personas, sobre todo las más vulnerables. Eliminación total de todas las explotaciones desde la humana hasta la ambiental, por primera cosa la plaga del trabajo infantil.

Objetivo 9: Construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación.
Aumentar la investigación científica y mejorar la capacidad tecnológica de los sectores industriales de todos los países, en particular los países en desarrollo, fomentando la innovación y la sostenibilidad, fomentando la adopción de tecnologías y procesos industriales limpios y ambientalmente racionales.

Objetivo 10: Reducir la desigualdad en y entre los países.
Potenciar y promover la inclusión social, económica y política de todas las personas. Adoptando políticas fiscales, salariales y de protección social, logrando progresivamente una mayor igualdad entre todos.

Objetivo 11: Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
Asegurando así el acceso de todas las personas a viviendas y servicios básicos adecuados, seguros y asequibles y mejorar los barrios marginales, aumentando así la urbanización inclusiva, sostenible y la capacidad para una planificación y gestión participativas de las cosas públicas.

Objetivo 12: Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles.
Llegar a lograr una gestión sostenible y un uso eficiente de los recursos naturales, y también gestionar de modo racional los productos químicos reduciendo de manera significativa la contaminación. Promover una educación para el desarrollo y un turismo sostenible, y fomentar la producción de productos local.

Objetivo 13: Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.
Crear nuevos planos y medidas (nacional e internacional), y también poner en práctica los acuerdos anteriores entre estados para enfrentar todos juntos el cambio climático y los desastres naturales. Aumentar la capacidad de planificación y gestión eficaz en relación con el cambio climático, centrándose más en las mujeres, los jóvenes, y las comunidades marginales.

Objetivo 14: Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible.
Prevenir y reducir, de manera significativa, la contaminación marina, gestionando y protegiendo los ecosistemas marinos, eliminando la pesca excesiva e ilegal y gestionándola en manera sostenible,  facilitando también la pesca artesanal. Desarrollar una investigación para un mejor conocimiento científico, para conservar la salud de los océanos y potenciar la contribución de la biodiversidad marina.

Objetivo 15: Proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar los bosques de forma sostenible, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y poner freno a la pérdida de la diversidad biológica.
Crear leyes para preservar los ecosistemas a nivel mundial, reduciendo la degradación ambiental y conservar la diversidad biológica.

Objetivo 16: Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles.
Poner fin a todas las violencias, maltrato y explotación en todo el mundo a través de leyes y políticas internacionales, fortaleciendo, también en esto hecho, las instituciones nacionales para una mejor prevención en contra del terrorismo y de la delincuencia.

Objetivo 17: Fortalecer los medios de ejecución y revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible.

La estrategia se articula a través de 5 aspectos fundamentales:

Finanzas: Fortalecer la movilización de recursos internos, incluso mediante la prestación de apoyo internacional a los países en desarrollo.

Tecnología: Mejorar la cooperación regional e internacional Norte-Sur, Sur-Sur y triangular en materia de ciencia, tecnología e innovación y el acceso a ellas.

Creación de capacidad: Aumentar el apoyo internacional a la ejecución de programas de fomento de la capacidad eficaces y con objetivos concretos en los países en desarrollo.

Comercio: Promover un sistema de comercio multilateral universal, basado en normas, abierto, no discriminatorio y equitativo en el marco de la Organización Mundial del Comercio, aumentando las exportaciones de los países en desarrollo.

Cuestiones sistémicas, a través de: Coherencia normativa e institucional, Alianzas entre múltiples interesados y Datos, supervisión y rendición de cuentas, todo esto para mejorar la coherencia normativa para el desarrollo sostenible, fortaleciendo la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible y  mejorar la prestación de apoyo para el fomento de la capacidad a los países en desarrollo.

Los estados ratificarán voluntariamente los objetivos, no vinculantes, pues dejan a su decisión la elección de los medios para cumplir las metas y los indicadores para evaluar el progreso y asegurar una monitorización sistemática.

3.    Sigue habiendo sombras en el documento final

Sin embargo hay voces importantes, entre ellas la de Jan Vandemoortele, impulsor principal de los ODM, que divergen en cuanto a la estructura de los nuevos ODS y a las acciones que priorizan.  Este profesional clave en el proceso ofrece desde dentro estas consideraciones sobre la Agenda post 2015 que referimos completas sin añadir comentarios:

“Premisa falsa"

El texto acordado establece que “la reducción de la pobreza es el mayor desafío global”. El primer objetivo para 2030 es “erradicar la pobreza extrema para todas las personas en todas partes, medida a menos de 1,25 dólares al día". Pero, ¿es esta premisa válida? Muchos científicos y expertos responden que no del todo. Robert Shiller, premio Nobel de Economía, dice categóricamente: “El problema principal al que nos enfrentamos ahora, hoy, es el aumento de la desigualdad". En palabras de The Economist: “La creciente desigualdad es uno de los más grandes desafíos sociales, económicos y políticos de nuestro tiempo". Otras voces afirman lo mismo. Sin embargo, los ODS mantienen la posición de que la mayor lucha que se debe librar es contra la pobreza.

Aunque los ODS mencionan la desigualdad, lo hacen de manera muy superficial. Su meta quiere lograr un crecimiento de ingresos “más alto para el 40% más pobre de la población que el promedio nacional". Para hablar realmente de la desigualdad, la meta debería cubrir todo el espectro de ingresos, no sólo del 40% más bajo en la escala socioeconómica. Es perfectamente posible que el ingreso de los más necesitados crezca más rápido que el promedio nacional, y que la desigualdad siga aumentando por la erosión de la clase media. En resumen, el enfoque en la pobreza extrema es una negación de la realidad de la desigualdad extrema en el mundo de hoy. Una agenda centrada en la desigualdad extrema también resolvería la pobreza extrema.

Global pero no universal

A menudo, se afirma que los ODS son una agenda universal; y que ya no es un programa paternalista establecido por los países del Norte para los países del Sur. Pero fijar unas metas globales es insuficiente para establecer una agenda verdaderamente universal. Tomemos la nutrición como ejemplo. Una agenda que es verdaderamente universal no sólo se ocuparía de la desnutrición, sino también del sobrepeso y de la obesidad –una amenaza creciente para la salud pública en todo el mundo. Sin embargo, los ODS no mencionan estos problemas. Sería ingenuo pensar que esto se debe a un descuido inocente. Los países ricos no están (aún) preparados para comprometerse con una agenda universal de verdad. Para ellos es más conveniente centrarse en la pobreza extrema, el hambre, la mortalidad infantil y materna. En otras palabras, la actitud condescendiente del Norte vis-a-vis del Sur todavía no pertenece al pasado.

No cuantificable

El éxito de los ODM se puede atribuir a sus tres “ces”: claros, concisos y cuantificables. Una agenda global no puede ser concisa y completa al mismo tiempo. Con el fin de mantener las metas mensurables, estas deben tener un cierto grado de objetividad; lo cual no es el caso para la mayoría de los ODS. Datos sólidos son nuestra última defensa contra una política que se basa únicamente (o principalmente) en ideología. El economista francés Thomas Piketty termina su libro (de gran espesor) Le Capital au XXIe siècle con la frase “Le refus de compter fait rarement le jeu des plus pauvres”: Rehusar cuantificar casi nunca sirve el interés de los más pobres.”

4.    Quién paga la fiesta, cómo y por qué?

Es la pregunta del millón. Y existe desconfianza sobre cómo se va a dirigir la operación y si tras ella se ocultan o protegen intereses externos a la misma.  Al tiempo que vencía su vigencia y se procedía a la evaluación de los ODM se preparaba el relevo y la presentación pública de los ODS. La agenda para 2015 consta de tres hitos principales, dos de los cuales ya se han cumplido: del 13 al 16 de julio se desarrolló la Conferencia sobre Financiamiento para el Desarrollo en Addis Abeba; del 25 al 27 de septiembre la Asamblea General de la ONU ya mencionada, celebrada en Nueva York. El tercer evento es la Vigésima primera Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) que se reúne en París entre el 30 de Noviembre y el 11 de Diciembre y en la que se espera que se alcance un acuerdo vinculante sobre estrategias de adaptación y mitigación ante el Cambio Climático.

En la conferencia de Addis Abeba tuvieron enorme protagonismo el Banco Mundial, el FMI y los BMD (Bancos Multilaterales de Desarrollo: (BAfD), BAsD), BERD), BEI), BID)), lo que provoca la reticencia de amplios sectores críticos que exigen un cambio real de paradigma productivo y que temen que la financiación sitúe su carácter altruista y cooperativo en un plano muy inferior al de otros intereses económicos más mercantilistas, traicionando así la filosofía básica que debería impregnar la iniciativa: la existencia de problemas y desequilibrios graves, la admisión de responsabilidades en el estado actual de las cosas por parte de los países más desarrollados y la necesidad de establecer soluciones conjuntas que enfrenten la raíz de los problemas de acuerdo con dichas responsabilidades.

La frase estrella de estos organismos internacionales forma parte del título de la nota que editaron hace ya unos meses “De miles de millones a billones: La transformación del financiamiento para el desarrollo", emitida antes de la Conferencia de Addis Abeba, en la que se propone una visión preliminar respecto de la función colectiva de las instituciones. Las soluciones de financiamiento de los BMD se pueden agrupar en cuatro grandes categorías. Cada una de ellas consta de enfoques e instrumentos específicos que pueden adaptarse a las circunstancias de una meta o programa. No existe una solución única aplicable para todo. Estas categorías se pueden consultar en documentos ya editados y son las siguientes: Agregar, agrupar, facilitar, Instrumentos basados en la deuda y en el tiempo oportuno, Mecanismos de gestión del riesgo financiero y Financiamiento basado en los resultados..

Los resultados de la conferencia de Addis Abeba no han logrado elaborar con claridad la arquitectura financiera ni definir los fondos necesarios para la financiación de los ODS. Aún no hay información sobre si se ha terminado su diseño y si los fondos se han incorporado de manera práctica a las conclusiones de la conferencia de Nueva York. Esto podría resultar desastroso. Un fallo de financiación podría socavar seriamente la confianza de los países más pobres en el compromiso de los países ricos y limitar las posibilidades globales de éxito de la implementación de los ODS. Tal falta también aumentaría drásticamente la presión sobre las negociaciones autónomas de París sobre Cambio Climático y financiación y obstaculizar la firma de cualquier acuerdo vinculante y eficaz.

5.    No podemos seguir haciéndonos trampas en solitario. La situación de España

El “Informe sobre Sostenibilidad en España 2014” del Observatorio de Sostenibilidad/OS (SOS’14) acredita el declive de la mayoría de los indicadores socioeconómicos, medioambientales y sintéticos en el país en los últimos años. Los valores de los indicadores estrictamente sociales (pobreza, desigualdad, nivel cultural, nivel de satisfacción, percepción de la felicidad...) no solo ofrecen una radiografía de la situación socioeconómica (equidad, justicia social) de un territorio sino que van a influir decisivamente en la capacidad de una sociedad para llevar a cabo los cambios necesarios a que obliga la transición hacia un modelo de desarrollo coherente con la realidad que se nos viene encima.

España se encuentra en una posición muy desventajosa para enfrentar los compromisos adquiridos con la firma de los ODS. Las decisiones políticas no han acompañado en el pasado la consecución de objetivos pautados en los principales documentos marco de la UE, de Naciones Unidas y de los países más desarrollados. La gestión política ha adolecido de falta de convergencia e incluso algunas decisiones formuladas mediante leyes parecen elaboradas en contra de las tendencias que ya se expresan en los países de nuestro entorno. Nuestro prestigio no puede limitarse a la firma publicitaria de acuerdos internacionales que más tarde no se van a cumplir.

La consecución de los ODS para 2030 necesita una armadura normativa y presupuestaria que se evidencia contraria a la que se ha establecido en las últimas décadas y que hay que comenzar a diseñar ya. Si no es así ocurrirá con los ODS lo mismo que ocurrió con el Protocolo de Kyoto, que firmamos y al que ni siquiera nos hemos aproximado en cumplimiento: la EEA (Agencia Europea de Medio Ambiente) alerta de que en España la brecha entre lo que se tendría que haber reducido y las emisiones reales es comparativamente muy grande. Supone un 13%, cuando la media de los países europeos es del 1,9%. España, por tanto, deberá comprar “cantidades significativas” de derechos de emisión durante años. Esta enorme diferencia deriva de las políticas global y regional (UE), quizá cuestionables, sobre mercado de emisiones GEI pero también de la nula interposición de medidas reales y razonables a nivel nacional. En pocos años hemos perdido una posición privilegiada en temas de renovables (producción, innovación tecnológica, cuota de mercado...) debido a decisiones políticas ciertamente incomprensibles en el contexto socioeconómico y político y que comienzan a producir llamadas de atención desde diversos foros internacionales, nacionales y medios de difusión.

Las ONG UNICEF e Intermón OXFAM han presentado hace pocos días un informe en el que denuncian que España parte debilitada en la carrera por conseguir los objetivos pactados en la conferencia de Nueva York. Un resumen periodístico de este documento demoledor se puede consultar en http://www.20minutos.es/noticia/2563622/0/espana/ods/2030/#xtor=AD-15&xt.... El documento original recorre los 17 ODS desvelando la situación de los índices descriptores actuales respecto a las “obligaciones” que adquirimos para 2030, señalando el abismo que nos separa de ellos y la necesidad de una verdadera intención de cambio y de una convergencia absoluta de políticas sectoriales que apunten en una única dirección.  

Baste una pequeña muestra de la dificultad del camino que nos tocará recorrer: rebajar la cifra de población en situación de pobreza y riesgo de exclusión desde los 13,4 M actuales a no más de 5 M de personas; reducir la tasa de abandono escolar desde el 21,9% actual al no más del 10% y elevar el porcentaje del PIB en inversión en educación pública desde el 4,31% (inferior a la media de la UE y de la OCDE y con tendencia a disminuir) hasta el 7%; rebajar los conciertos con la sanidad privada desde el 11,62% al 3% y garantizar el acceso universal a la salud; eliminar todas las prácticas discriminatorias en tema de género (actualmente los hombres ganan un 19,3% más que las mujeres, por encima de la media de la UE) y considerar el trabajo doméstico no remunerado en las políticas de pensiones (las mujeres casi duplican las horas invertidas respecto a los hombres); eliminar la violencia de género; conseguir la riqueza asociada al 40% de la población más pobre supere a la acumulada por el 10% de la fracción más rica (el índice de desigualdad de ingresos se situaba en 2012 en 7,2, el más alto de la UE); reducir el peso de los residuos alimentarios hasta un máximo de 3,3 M de Tm y pasar de la tasa de reciclaje (en declive desde hace poco tiempo y por lo cual hemos sido sancionados) del 27% actual al 70% en 2030; alcanzar el 0,7% del PIB en aportaciones para la ayuda al desarrollo en dos legislaturas (en 2014 se destinaba el 0,14% tras reducirse la aportación en un 70% entre 2009 y 2014).

6.    O todos, o ninguno

Y, si bien es cierto que los 17 ODS son mucho más numerosos y complejos que los 8 ODM que los precedieron, esa misma complejidad les ha permitido y casi abligado a abordar las cuestiones desarrollando con mayor amplitud la idea de cooperación y la especificidad intencional. Esto logra el buy-in de una vasta gama de actores del sector gubernamentales, no gubernamentales y privados cuya cooperación activa será fundamental para lograr su implementación exitosa en uno de los momentos, este año 2015, económicamente más complejos y políticamente más turbulentos de nuestra historia.

El documento final de Rio+20 establece que “los ODS deben ser ( ... ) de carácter global y universal aplicable a todos los países, teniendo en cuenta las diferentes realidades nacionales, capacidades y niveles de desarrollo y el respeto de las políticas nacionales y las prioridades”. Una de las críticas mas habituales a los ODS radica en que el carácter universal que se les supone choca con el hecho de que hayan sido diseñados por una minoría de países dominantes que desean aplicarlos a la totalidad. Para redimirse de este hecho, que no deja de ser una realidad, la discusión de la Agenda post 2015 ha realizado campañas de participación a través de 11 consultas temáticas, una consulta global en la que participó un millón de personas, 88 consultas nacionales, informes de personajes eminentes en varios campos, 22 estructuras de sistema y una discusión virtual global.

Los países desarrollados tratan de mostrar así su voluntad de acuerdo y de servicio colaborativo, muy devaluados en términos globales fuera de sus fronteras y ámbitos de cooperación corporativa. En esa fracción minoritaria del conjunto geopolítico del mundo, en la que hasta el momento puede España considerarse incluida pese a los pésimos indicadores descritos, han de aplicarse también de manera coherente los mecanismos que permitan rendir cuentas de los resultados tal y como se les exige a los demás menos favorecidos y a los países denominados “emergentes”. El affaire VolksWagen, más visible que otros quizá más importantes y profundos, ha contribuido al aumento del nivel de descrédito. La denominada “data revolution”, considerada por algunas voces como una de las principales cuestiones necesarias para implementar los ODS (necesidad de computar e interpretar con precisión) puede quedar sin efecto ante las demostraciones de deshonestidad de que hacen gala los mismos que desarrollan las tecnologías que hacen posible “medir”. Y en este importante aspecto, la limpieza y la transparencia, España tiene que hacer un esfuerzo considerable favoreciendo la existencia de instituciones independientes dedicadas a esta tarea imprescindible para mejorar el futuro.
 

Geógrafo, es miembro del Observatorio de la Sostenibilidad
Ecólogo, es miembro del Observatorio de la Sostenibilidad
Fuente:
www.sinpermiso.info, 7 de octubre 2015

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