Irán: Unas elecciones entre la dictadura y la 'democracia'

Yassamine Mather

19/05/2017

El recuento de votos de las elecciones iraníes del 19 de mayo han dado, finalmente, una victoria superior a la esperada – casi 7 puntos más que en 2013- al actual presidente “reformista” Hassan Rouhani (57%), que le permite evitar la segunda vuelta. Su principal contendiente, el candidato “ultra-conservador” Ebrahim Raisi, ha logrado un 38%. El millón de votos casi testimonial de los otros dos candidatos (de un total de 41 millones), también conservadores, no hubiera alterado sustancialmente los resultados en una segunda vuelta, a pesar de la fuerte movilización de los Guardias Revolucionarios y de los sectores islámicos que defienden la intervención iraní en Siria. El sector islámico reformista, reforzado con esta victoria, tiene ahora una ventana de oportunidad para poder aplicar su programa político y defender el Acuerdo nuclear, que es el eje de su política exterior para una flexibilización de las sanciones que acogotan la economía iraní. El artículo que reproducimos es una descripción de la dureza de los debates presidenciales en el último tramo de la campaña electoral. SP

En los últimos días, mientras los iraníes se preparan para votar en las elecciones presidenciales del 19 de mayo, la atmósfera en Teherán y las principales ciudades ha cambiado drásticamente. Las fuerzas de seguridad - algunos de civil - han aparecido una vez más en las calles. Los partidarios del 'reformista' presidente Hassan Rouhani están advirtiendo a la gente que si el clérigo conservador Ebrahim Raisi – el favorito del líder supremo Ali Jamenei - es elegido, o el resultado es ambiguo y Raisi puede ser declarado presidente (lo que implica un pucherazo en el proceso electoral), la derecha religiosa no podrá ser desbancada.

La pregunta es, ¿por qué el actual presidente no hace nada ante esta situaciónn amenazante? ¿Es incapaz de enfrentarse a ellos? En cuyo caso, ¿por qué molestarse en reelegirle? ¿O es que no quiere enfrentarse a ellos? Lo que a su vez plantea la pregunta, ¿para qué un presidente 'reformista' si no puede frenar los peores aspectos de la represión?

Cuando el elaborado proceso de elegir al próximo presidente de Irán comenzó hace unas semanas, se suponía que Rouhani permanecería otros cuatro años. Después de todo, con la excepción del primer presidente de la República Islámica, Abolhassan Banisadr, que huyó a Francia después de poco más de un año en el cargo, y de Mohammad-Ali Rajai, que fue asesinado con una bomba al mes de su elección en 1981, todos los restantes presidentes han servido dos términos. El controvertido ex presidente Mahmoud Ahmadinejad ha sido informado por el líder supremo que no puede presentarse y los conservadores no parecen capaces de unirse en torno a un candidato viable.

Esta situación ha cambiado una vez que Raisi - conocido por ser un aliado cercano del líder supremo - se sumó a la campaña electoral y ahora, unos días antes de la primera vuelta, el titular, Rouhani, afirma que se enfrenta a una tarea difícil para ganar un segundo mandato.

Aunque la constitución iraní deja claro que el líder supremo tiene el control en general, el presidente desempeña un papel en la definición de las políticas económica y exterior del país en un sistema que no debe ser confundida con una mera dictadura. El sistema político es 'plural' - pero dentro de los confines del régimen de la República Islámica, y las elecciones son reales y competitivas con las mismas limitaciones.

Asuntos importantes

En un país que enfrenta a sanciones severas, la economía interna y la política exterior son cuestiones importantes y, en cierta medida han dominado las dos últimas elecciones – la que Rouhani ganó frente al aislacionista Saeed Jalili y Ali Akbar Velayati en 2013, y la actual. Como consecuencia, Rouhani ha sustituido la política internacional de confrontación directa con las potencias del grupo 5 + 1 en relación al programa nuclear de Irán por la búsqueda de acuerdos negociados. El problema es, sin embargo, que el Acuerdo y el posterior levantamiento de las sanciones europeas aún no ha producido resultados tangibles para el pueblo iraní.

La tasa de inflación, que se disparó al 40% durante la presidencia de Ahmadinejad, se ha reducido al 7,5%. Sin embargo, el país se enfrenta a un problema importante de desempleo masivo, mientras que las nuevas sanciones impuestas por Donald Trump son una burla del acuerdo nuclear. Ahora Rouhani podría tener problemas, ya que muchos de los votantes que lo apoyaron en 2013 (cuando ganó más del 50% en la primera vuelta) están desilusionados tanto con la política exterior del presidente (el fracaso del acuerdo nuclear a la hora de suponer una mejora económica) como con las promesas incumplidas de liberalización. El historial de la administración Rouhani en lo que respecta a la libertad de prensa, la tolerancia de la oposición política y el número de ejecuciones (principalmente por delitos penales, pero también algunos casos políticos) no es mejor que el de las administraciones anteriores. Tampoco ha podido cumplir otras promesas - el levantamiento del arresto domiciliario de los líderes 'verdes' Mir-Hossein Moussavi y Mehdi Karroubi: ni siquiera ha logrado levantar la prohibición de nombrar o publicar la foto del ex presidente Mohammad Khatami en los medios oficiales.

Irónicamente, los seis candidatos presidenciales que participaron en tres debates en vivo durante tres horas fueron inflexibles a la hora de mantener el acuerdo nuclear. Sin embargo, no hay ninguna duda de que el lenguaje estridente de un presidente más conservador, como Raisi, podría ser utilizado por una administración estadounidense como la de Trump, que ya ha decidido una línea de confrontación con Irán.

Si los ganadores del primer debate habían sido Es'haq Jahangiri y Mohammed Baqer Qalibaf, en el segundo quedó claro que al final esto sería una confrontación entre Rouhani y Raisi, que utilizan cualquier oportunidad para atacarse personalmente.

Durante el segundo debate Rouhani llamó a sus oponentes de las facciones conservadoras de la República Islámica peones ambiciosos de poder de la Guardia Revolucionaria, apoyándose en lo que él y su equipo creen que es popular entre los votantes más jóvenes: evitar confrontaciones en el extranjero, más libertad dentro de Irán .

El tono del segundo debate fue feroz, con ambas partes denunciando los defectos de los otros - a tal punto, que el líder supremo, Ali Jamenei, posteriormente pidió a los candidatos rebajar el tono de su lenguaje - después de todo, el “enemigo” “prepara una conspiración” contra el pueblo iraní. Los comentarios de Khamenei fueron recibidos como una advertencia a Rouhani, en particular, que se lanzado acusaciones no sólo contra sus rivales, sino también contra el sistema judicial islámico y la Guardia Revolucionaria.

Dirigiéndose a Raisi, Rouhani dijo: “Usted me puede calumniar tanto como desee. Como juez de los tribunales islámicos incluso puede emitir una orden de arresto. Pero, por favor, no abuse de la religión por el poder“. Y agregó: ”Algunos grupos de seguridad y revolucionarias llevan a gente en autobuses a sus actos de campaña. ¿Quién los financia?

Los ataques contra la Guardia Revolucionaria impresionaron más allá de las fronteras de Irán, en particular en los Estados Unidos e Israel. El periódico israelí Ha'aretz informó:

“Rouhani señaló el lanzamiento en marzo 2016 de un misil balístico que llevaba pintadas las palabras “Israel debe ser borrado” en hebreo, acusando a la Guardia de tratar de sabotear el acuerdo nuclear. Rouhani reiteró sus críticas durante una visita de su campaña esta semana a la ciudad occidental iraní de Hamedan: “Decid a los extremistas y los que utilizan la violencia que su era ha terminado”,declaró". 1

Por su parte, Raisi atacó el balance económico de Rouhani como presidente, afirmando que 250.000 pequeños negocios habían cerrado y exigiendo que se incrementasen los pagos en efectivo a los pobres. Rouhani respondió acusando a Raisi de no pagar impuestos y, en una referencia a la Guardia Revolucionaria, dijo: “Si queremos una mejor economía, no hay que dejar que los grupos con apoyo de seguridad y respaldo político se involucren en la economía”.

En relación con la represión, Rouhani ha sido aún más contundente. Dijo en un acto la semana pasada: “Estoy sorprendido. Aquellos de ustedes que hablan de la libertad de expresión en estos días ... son los que cortaban lenguas y cosían bocas.” Fue mordaz con Qalibaf, quien como alcalde de Teherán está orgulloso de su historial de represión del movimiento estudiantil, y con Raisi , que fue uno de los cuatro jueces que ordenaron las ejecuciones masivas de presos políticos en la década de 1980. Por supuesto, el problema de Rouhani es que su propio ministro de justicia, Mostafa Pourmohammadi, fue también una figura judicial crucial en la matanza de los presos políticos. La prensa conservadora y los medios de comunicación se apresuraron a publicar unas declaraciones que hizo en 1980 exigiendo ejecuciones públicas: “Los conspiradores debe ser ahorcados tras las oraciones del viernes, donde la gente pueda verlos, para tener más impacto.

Corrupción

Si el segundo debate fue duro, el tercer y último debate, sobre la 'economía', fue bastante revelador - sobre todo porque, en contra de los deseos del líder supremo, los candidatos no mostraron moderación alguna a la hora de acusarse mutuamente de corrupción, de haberse beneficiado de sus cargos para enriquecerse ellos mismos y sus familiares, así acusarse mutuamente de implicación personal en la represión.

¿Qué hemos aprendido de este último debate? Bueno, todos los candidatos están a favor de ayudar a los pobres, sin embargo, sus oponentes exponen aspectos dudosos relacionados con su propia riqueza personal o la de sus familiares cercanos. Todos ellos están en contra de una economía rentista, sin embargo, todos se acusan mutuamente de ser beneficiarios de grandes 'rentas'. Los documentos florecieron durante el debate y fueron publicados en los sitios web de los candidatos sobre la riqueza y los privilegios que disfrutan los Rouhani, Jahangiri y Qalibaf, lo que nos da una idea del nivel de corrupción que envuelve al paraíso islámico, que se supone debe estar al lado de los pobres y los desfavorecidos.

Todos ellos son defensores de más privatizaciones para atraer inversión extranjera, al mismo tiempo que apoyan  la 'economía de resistencia' - versión de Jamenei de un tercermundismo nacionalista. 2 Sin embargo, la realidad es que, contrariamente a lo que imagina el líder supremo, la economía de Irán está inserta en la economía global. No hay duda, y nunca la ha habido, acerca de la participación 'reformista' en operaciones económicas globales, ni de las industrias y servicios propiedad de la Guardia Revolucionaria que se dedican al comercio internacional. Se vieron afectados por las sanciones de Estados Unidos y fueron un factor para que el líder supremo cambiase su posición en las negociaciones nucleares.

Al parecer, algunos incluso tienen relaciones con el imperio global de Trump. Refiriéndose a un hotel de cinco estrellas en Azerbaiyán, que tiene el nombre de Trump en su fachada. De acuerdo con Business Insider:

“La Organización Trump firmó el contrato con la poderosa familia Mammedov [que] mantiene lazos con la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán ... El ministro de Transporte de Azerbaiyán, Ziya Mammadov supuestamente “otorgó una serie de contratos multimillonarios” a una empresa constructora controlada por el CGRI en 2008, cuando se construyó la Torre Trump-Bakú”.3

Las afirmaciones de Raisi de que defiende los derechos civiles, y se preocupa por los pobres y marginados, son una broma si tenemos en cuenta el hecho de que los ex ministros de Ahmadinejad son sus aliados más cercanos. Cuatro años después del fin de la presidencia de Ahmadinejad el pueblo iraní no ha olvidado las sumas astronómicas mencionadas en las acusaciones de corrupción formuladas contra su administración y el lavado de dinero realizado por un aliado financiero de Ahmadinejad, Babak Zanjani, que posteriormente fue condenado a muerte por corrupción. Zanjani jugó un papel clave ayudando a Irán a burlar las sanciones para vender petróleo en el extranjero durante el gobierno de Ahmadinejad. Este multimillonario controlaba una red global de más de 60 compañías - el tipo de "economía de resistencia” que nuestro líder supremo aprueba.

Aunque, por supuesto, las elecciones llevadas a cabo bajo una dictadura - incluso un sistema dictatorial de múltiples facetas como en Irán - siempre pueden ser manipuladas, sin embargo, no tengo ninguna duda de que la participación en las elecciones presidenciales será alta. Es posible que la primera vuelta determinará el resultado - si ningún candidato obtiene el 50% de los votos el 19 de mayo, una segunda vuelta tendría lugar una semana después.

Independientemente de quién gane, podemos estar seguros de que el nuevo presidente no va a cumplir sus promesas. Rouhani no tiene intención de hacer frente a los Guardianes de la Revolución o al líder supremo, mientras que Raisi no tiene ninguna intención de emancipar a los pobres y desfavorecidos. Lo que se ha dicho durante las últimas semanas ha sido propaganda electoral y nada más.

Notas:

1. www.haaretz.com/middle-east-news/iran/1.788534 .

2. Ver http://www.sinpermiso.info/textos/iran-predicciones-de-nowruz-en-medio-de-las-incertidumbres-de-la-economia-de-resistencia .

3. http://uk.businessinsider.com/donald-trumps-azerbaijan-hotel-linked-with-corruption-iran-2017-3 .

es una socialista iraní exiliada en el Reino Unido, profesora de la Universidad de Glasgow y Directora de la Campaña "Fuera las manos del Pueblo de Irán" (HOPI).
Fuente:
http://weeklyworker.co.uk/worker/1155/dictatorship-and-democracy/
Traducción:
Enrique García

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