Khalida Jarrar, liberada sin cargos después de veinte meses en una cárcel israelí. Entrevista

Khalida Jarrar

25/03/2019

Khalida Jarrar [Jalida Yarrar, en castellano] es una de las dirigentes en Cisjordania del Frente popular para la Liberación de Palestina (PFLP), partido de orientación marxista y fuerza principal de la izquierda palestina. Hace solo unos días [el pasado 28 de febrero] fue liberada sin cargos ni juicio en Israel de un encarcelamiento que ha durado veinte meses. En un céntrico barrio de Ramala nos abre la puerta Ghassan, su marido [la entrevista Michele Giorgio para il manifesto].

“Khalida necesitaría descanso, pero hay tanta gente que quiere verla, entrevistarla y oírla, que nuestra casa está siempre llena”, nos cuenta en el salón. Unos momentos más tarde se nos une Kharrar, con un aspecto que muestra todo lo que ha tenido que pasar.   

Casi dos años en prisión sin juicio. ¿Cómo se puede sentir una después de una experiencia así?

Mal...La cárcel es dura. Y todavía es más dura cuando te meten en una celda sin acusarte siquiera de nada. Saber que estás ahí sólo por tus ideas, por tu compromiso con las aspiraciones de tu gente, esto lo convierte todo en una experiencia todavía más amarga. Y hay todavía más amargura cuando eres consciente de que la detención administrativa [así denominada por el código de justicia militar israelí], que yo he sufrido junto a miles de palestinos desde la Ocupación, constituye una descarada violación del Derecho internacional. Soy fuerte y me recupero poco a poco, pero la tensión física y mental ha sido muy elevada. Por no hablar de la decepción que sentí cuando me soltaron, sabiendo que otras 48 mujeres palestinas retenidas por razones políticas seguirían en prisión, mientras yo recuperaba mi libertad y podía abrazar de nuevo a mi familia y a mis compañeros de lucha.   

El mando militar israelí ha declarado que usted llevaba a cabo actividades subversivas por encargo de su partido, el FPLP, al que se describe como “organización terrorista”.

Es la acusación habitual que lanzan los israelíes a cualquier palestino que rechace la Ocupación. Mi detención se produjo únicamente por razones políticas, para detener mis esfuerzos como figura destacada de un partido representado en el Consejo Legislativo Palestino. Es legítimo luchar por la libertad cuando estás oprimida. Recuerdo la noche de mi detención. Me esposaron los soldados que irrumpieron en mi casa sobre las 2 de la mañana. Me subieron a un jeep y me llevaron a Ofer [un penal al oeste de Ramala]. Tras muchas horas de espera, me trasladaron a la cárcel de Hasharon, adonde llegué tarde, ya de noche. Al día siguiente me llevaron ante un juez militar, sólo unos minutos, y que se negó a decirme nada. Mi abogado inquirió las razones de mi detención, los presuntos delitos de los que se me acusaba. Nada, ninguna respuesta. Sólo se refirieron a la existencia de un archivo secreto sobre mí que mi abogado nunca ha podido leer. Y a santo de ese presunto archivo, si bien nunca se me acusó formalmente de nada, he estado en prisión casi dos años.

En la cárcel desempeñó usted un papel preponderante en una protesta, junto a otros presos.

Ha habido muchísimas protestas. Creo que uno de las que se difundió especialmente fue la que pedía respeto a nuestra intimidad. En una cárcel israelí te vigilan por medio de cámaras situadas casi por doquier. Hasta durante nuestro rato en el patio, el momento que más ansía cualquiera que sea vea obligada a vivir casi todo el tiempo en una celda de prisión. Les pedimos que apagaran las cámaras, porque esas lentes que nos enfocaban nos encerraban, sobre todo al practicar deporte, cuando dejas ver a veces tu cuerpo, cuando vas más ligera de ropa. Algunas presas palestinas son mujeres religiosas que guardan celosamente su intimidad. Durante 63 días nos negamos a salir de nuestras celdas..En castigo por ello nos trasladaron a la cárcel de Damon, donde las condiciones son más duras. Allí también se nos castigó en varias ocasiones porque no seguíamos órdenes que no tenían sentido y eran abusivas. Durante un mes entero no pudimos recibir visitas de nuestras familias. Y nos hablaban siempre en hebreo, un idioma que muchas de nosotras no sabíamos. 

¿Contribuyó su presencia en la cárcel al debate político entre los detenidos palestinos?

Los palestinos encarcelados por razones políticas andan debatiendo muchas cuestiones. Por supuesto, los acontecimientos del día a día, los de los Territorios Ocupados, las detenciones, la demolición de viviendas, el asesinato de manifestantes, la situación de Gaza y otras cuestiones políticas configuran buena parte de los debates. Pero mis compañeras de prisión también hablan de sus derechos como mujeres en la sociedad palestina.

Los palestinos han logrado importantes leyes y protecciones en los territorios controlados por la ANP. Todavía queda, sin embargo, un largo camino por recorrer.

Junto a nuestros esfuerzos contra la ocupación israelí, debemos luchar por nuestra liberación. Demasiadas leyes y demasiados aspectos del condicionamiento social y político bloquean el camino por el que avanzamos. Hay un punto en particular que no quiere tocar la mayoría de las fuerzas políticas palestinas: los derechos dentro de la familia, lo que llamamos “leyes de familia”. Estas leyes se refieren a derechos fundamentales de las mujeres, como la autoridad parental, el divorcio y muchas otras cosas. Los partidos se muestran remisos a tocar este tema porque saben que sus decisiones podrían verse rechazadas y puestas en tela de juicio por una parte de la sociedad y de las instituciones religiosas, y temen perder votos. Y por tanto, la aplicación [por parte de la Autoridad Nacional Palestina] de medidas que se aprobaron [por parte del gobierno] ya hace mucho se encuentra estancada.

Me refiero, por ejemplo, al derecho de las mujeres a conseguir un pasaporte sin restricciones, o a abrir una cuenta bancaria para sus hijos sin tener que esperar la aprobación del marido. La lista es larga y le pido al presidente Mamud Abás que firme cuanto antes los decretos para aplicar estas medidas, que están en punto muerto. Basta de componendas políticas, sociales y religiosas que restrinjan o nieguen a las mujeres sus derechos.  

Hablemos de la izquierda palestina. A finales del año pasado, el FPLP y otras fuerzas progresistas se unieron en la Alianza Democrática (AD), una coalición que es alternativa a los dos principales partidos, Fatá y Hamás, divididos por un conflicto que dura ya doce años. Desde entonces, no obstante, hemos oído muy poco de la AD.   

Desde la cárcel solo pude seguir parte del debate entre el FPLP y el resto de la izquierda. Puedo decir que los debates sobre el programa de la Alianza Democrática van avanzando y que me siento optimista con el papel que desempeñará esta coalición. Al mismo tiempo, no creo que la AD deba limitarse a encontrar el compromiso justo para terminar el conflicto entre Fatá y Hamás, algo que desean los palestinos.

Del mismo modo, no basta con luchar contra la ocupación israelí. La izquierda palestina tiene que volver a hablar como izquierda. Debe luchar por la justicia social evitando tanto como sea posible cualquier componenda con los programas de otras fuerzas políticas que son muy diferentes de las nuestras. Ya no podemos pedirle a la gente joven que acepte decisiones tomadas por la cúpula del partido, por líderes que son, con frecuencia, muy mayores. Por el contrario, tenemos que implicar a la gente joven en el análisis del capitalismo y de los demoledores efectos del neoliberalismo, y en la lucha contra el consumismo, que es también resultado de los modelos ofrecidos por el sistema dominante. Es la única ruta para poder revivir: ser de izquierdas, pura y simplemente.

feminista y activista de derechos humanos, licenciada de la Universidad Birzeit, ha sido encarcelada en varias ocasiones por las autoridades militares israelíes. Miembro del Frente Popular para la Liberación de Palestina y diputada del Consejo Legislativo Palestino (para el que lleva siendo elegida desde 2006), es también la representante palestina en el Consejo de Europa.
Fuente:
il manifesto global, 12 de marzo de 2019
Temática: 
Traducción:
Lucas Antón

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