La causa palestina nunca ha tenido suerte

Meir Margalit

04/10/2015

¡Que mala suerte tienen los palestinos! Cuando parecía que el mundo occidental comenzaba a tomarse en serio el tema palestino, y la contraofensiva diplomática a tomar cuerpo, viene ISIS y de un cuchillazo le roba el protagonismo.  El penoso discurso del presidente Abbas (Abu Mazen) en la Asamblea General de Naciones Unidas ha tenido como objetivo central  recordar al mundo que todavía el tema palestino no ha sido resuelto; que si bien en Siria muere mas gente en un mes que en los Territorios Ocupados en todo un año, eso no es motivo para olvidarse de Palestina. 

La causa palestina nunca a tenido suerte y esta vez no es Israel la razón de sus desgracias.  Las carnicerías del mundo árabe han monopolizado la atención internacional  y  el mundo tiene  prioridades mas urgentes que el problema palestino. No es solo la cantidad indescriptible de sangre derramada. La ola de refugiados sirios e iraquíes que intentan llegar a Europa a llevado el conflicto de Oriente Próximo hasta la puerta de sus casas. Mas grave todavía para Occidente es  la súbita intervención de Putin en el conflicto sirio, la cual ha desencadenado toda una serie de fantasmas que parecían haber desaparecido desde el colapso de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría a fines de 1989. De pronto, en contraposición a las profecías que proclamaban el triunfo absoluto del sistema americano, Occidente descubre que Rusia no solo goza de buen apetito imperial  sino que, y después de Ucrania, esta dando claras muestras de querer volver a ocupar un lugar privilegiado en la política internacional.

Por cierto, comparado con Siria, Irak, Libia, Yemen, Afganistán etc., la situación general en Palestina es relativamente soportable. Un millón de refugiados sirios en Jordania son mas fotogénicos que los palestinos sitiados en Gaza o maltratados en los check point de Cisjordania.  Las agrupaciones islamista extremistas han acaparado la atención internacional y el mundo no tiene la capacidad de ocuparse de tantos conflictos simultáneamente. Y no solo la atención internacional ha disminuido, sino también el apoyo económico, ya que en el curso de los últimos dos años, la ayuda humanitaria europea fluye a Jordania y poco queda para Palestina.  

Precisamente en este momento, a Palestina le vendría muy bien un ataque israelí que los devuelva a las primeras paginas de los noticieros. Pero parece que Bibi Netanyahu no les hará el favor de devolverles visibilidad.  La situación actual es muy favorable para Israel, ya que le permite reforzar la ocupación sin mayor ingerencia extranjera. Para un país convencido que es solo cuestión de tiempo que el mundo se resigne a la ocupación israelí, esto viene como anillo al dedo.

Pero Abu Mazen no debe desesperar: casi diría que ¡no hay mal que por bien no venga!

ISIS ya es un problema europeo, no solo debido a la intervención rusa, a los refugiados que golpean sus puertas, sino porque son miles los voluntarios europeos que luchan en las filas de ISIS y tarde o temprano exportarán el terror islámico a tierra europea, como ya hemos visto en Francia, Inglaterra, España e incluso en los EEUU. Desde esa perspectiva, los islamistas han acortado la distancia entre Oriente Medio y las costas mediterráneas, lo que obligará a estos países a involucrarse en forma pro-activa en el conflicto de Medio Oriente, no solamente bombardeando, sino también generando procesos políticos que desequen el pantano en el cual se reproducen estos fundamentalismos.  

La dirigencia palestina debe tomar en cuenta que el delicado equilibrio de fuerzas en la región ha cambiado. El conflicto sirio no tiene perspectivas de acabar próximamente y las huestes de ISIS se irán expandiendo a los países vecinos. La amenaza se acrecentará  cuando miles de voluntarios jordanos o egipcios que luchan con los islamistas regresen a sus países de origen. Ante esta situación, los palestinos deberán adaptar sus estrategias a los nuevos desafíos que el islamismo esta generando en la opinión publica internacional, acentuando la intima relación existente entre los acontecimientos que azotan la región y el conflicto palestino, especialmente en la explanada de las mezquitas, y demostrar que frente a las amenazas islamistas, es necesario consolidar un eje jordano, palestino, israelí y egipcio, que respalde la estabilidad de la zona. Abu Mazen debe convencer a Occidente que la estabilidad regional es la mejor garantía de que ISIS no se expanda a través de sus aliados locales, ya sea Hamas o los grupos salafistas, que también están levantando cabeza. Ante estas amenazas concretas e inmediatas, Abu Mazen deberá declarar que a la par de la lucha abierta contra ISIS,  Occidente debe necesariamente reforzar al ala moderada en el mundo árabe; y para ello es imprescindible llegar a un acuerdo de  paz regional, que incluya también a la Liga Árabe.  Esta coalición de moderados, no traerá "la paz eterna” al Medio Oriente: la tensión entre sunitas y chiítas continuará vigente pero adquirirá dimensiones tolerables y, tal vez, la reinserción de Irán en el concierto internacional produzca cambios internos importantes en el país de los ayatollahs. 

Este mensaje, tan básico para los analistas imparciales,  es incomprensible para Israel dado que "los  Territorios" son mas importantes que la paz y la estabilidad.  Pero Europa y los EEUU son capaces de comprenderlo y dado que esto dejó de ser un problema palestino-israelí para convertirse en un problema europeo, deberían volver a presionar a Israel para que salga de su caparazón reaccionario y reinicie negociaciones de paz basadas en la propuesta de la Liga Árabe: pero esta vez, de buena fe. 

 

miembro del Consejo Editorial de Sin Permiso, reside en Jerusalén, donde es un activo militante del campo por la paz israelí.
Fuente:
www.sinpermiso.info, 4 de octubre 2015
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