«La contrarrevolución más importante desde hace un siglo». Entrevista

Gérard Filoche

21/02/2016

 

 

Para Gérard Filoche, exinspector de trabajo y directivo del PS, el anteproyecto de ley Macron es un «ataque termonuclear» a todos los derechos de los trabajadores. Entrevista de Julia Hamlaoui para L'humanite.fr

Tras haber leído el anteproyecto de ley Macron, ¿cree que este se apoya en la simplificación de la que hablaba el trabajo de Robert Badinter?

Gérard Filoche: No, es un cambio radical. Valls había anunciado que no quería una reformita, sino una revolución. Nos enfrentamos a la contrarrevolución más importante desde hace un siglo. Este es un ataque termonuclear contra el Estatuto de los Trabajadores. Durante un siglo, la legislación laboral se ha erigido como ayuda para la protección de los empleados contra las exigencias empresariales y económicas. Y hete aquí que ellos hacen justo lo contrario: nos conducen hacia un estatuto de arrendadores de mano de obra, destajistas y sumisos sin ley que los ampare. Es un atraco a mano armada a la larga tradición que reconoce al trabajador como motor de la producción de capitales.

 

El Gobierno había prometido respetar las 35 horas. ¿Qué opina de esto?

G. F.: Que ha mentido, está claro. En este proyecto, las 35 horas no son más que una broma. No se habla de controles sobre la duración hebdomadaria laboral en una buena decena de capítulos. A la gente le costará creerlo, pero se ha puesto por escrito que la duración máxima de una jornada laboral podrá incluso superar las 12 horas, por defecto o negociación, y las 48 semanales podrán llegar a las 60.

 

El Gobierno justifica sus reformas por el aumento del paro. ¿Qué peligros esconde este anteproyecto de ley con relación al empleo?

G. F.: Estas transformaciones aumentarían de forma masiva el desempleo. Se trata de hacer trabajar más a aquellos que tienen trabajo en detrimento de los que no lo tienen. El tamaño de la mentira es escandaloso. Alcanzamos cotas desconocidas de propaganda y contrasentido. ¿Cómo se puede tomar por tontos a millones de trabajadores e intentar venderles que se trata de asegurarles un puesto de trabajo, cuando para muchos supondrá perderlo y para otros, ser explotados? ¿De dónde viene todo esto? Nadie, aparte de Pierre Gattaz, se lo pregunta e incluso él debe de estar perplejo ante tal desfachatez ultraliberal.

 

El Gobierno pretende promover el «diálogo social» mediante el referéndum y los acuerdos empresariales. ¿Qué riesgos entraña?

G. F.: Bien al contrario, supone el entierro del diálogo social. No puede hacerse un referéndum en una empresa, ya que las partes no están en igualdad de condiciones. El asalariado es un subordinado a quien se le apunta con una pistola en la sien cuando tiene que dar su opinión, como ocurrió en Smart. Por otro lado, las disposiciones previstas permiten tantas derogaciones a la ley que ningún aspecto del orden público quedará intacto. Habrá un estatuto del trabajador en cada empresa.

 

¿Pueden apoyar estas medidas los sindicatos y una gran parte de la izquierda?

G. F.: Todo sindicato debería, inmediatamente, hacer una llamada a sus miembros para que salgan a la calle. Han llegado hasta el hueso, es necesario defenderse. En cuanto a esa gran parte de la izquierda, la que yo conozco ha apelado a la reconstrucción y refuerzo del Estatuto de los Trabajadores. Es un rechazo profundo del Gobierno, un ataque contra la propia historia del PS. Los miembros que, previamente, votaron en contra de este proyecto de ley serán examinados por su propia conciencia. Ni siquiera la derecha sarkosiana tenía pensado llegar tan lejos.

 

 

 


 

fue inspector de trabajo
Fuente:
L'humanite.fr
Temática: 
Traducción:
Judith De Diego

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