La furia de la derecha española

Maurizio Matteuzzi

04/03/2007

El Partido Popular, la derecha española, no ha llegado nunca ha aceptar la inesperada derrota electoral del 14 de marzo de 2004, ni a reconocer la legitimidad del gobierno socialista de Zapatero, ni a actuar como “leal oposición de laCorona”, moviénose en cambio como un toro enloquecido y furioso contra cualquier cosa que hiciera o dijera Zapatero.

Desde el jueves tiene un pretexto para más –sobre un nervio vivo como es el del “terrorismo vasco”— para cargar rabiosamente contra el gobierno a la espera de recoger los frutos en las elecciones municipales de mayo.

El jueves fue el día en que el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, asumió y firmó la “controvertida” decisión de conceder “prisión atenuada” al etarra Iñaki de Juana Chaos, un terrorista de la ETA sin remordimientos ni arrepentimientos condenado por 25 homicidios. De Juana, detenido en Madrid en 1987, fue condenado por esos crímenes a miles de años de cárcel, aun a pesar de que, de acuerdo con el Código penal español, no se pueden cumpli realmente más de 30 años. Tras casi 20 años pasados en cárcel, tenía que salir en 2005. A fin de impedir su liberación, fue condenado a otros 12 años, pero esta vez por un delito de opinión (dos artículos en el cotidiano radical vasco Gara, en el que amagaba amenazas a dos jueces y enaltecía a la ETA). 12 años que, aunque luego reducidos a 3 [por el Tribunal Supremo], llevaron a De Juana a una huelga de hambre total, y a los jueces, a ordenar su alimentación forzosa. El etarra, convertido así en un símbolo en el País Vasco, corría, tras 115 días de huelga de hambre, corría el riesgo concreto e inminente de morir. Con consecuencias fáciles de imaginar, ya en Euskadi, ya en lo tocante al complicadísimo proceso de paz entre el Estado español y los nacionalistas vascos (no sólo los de la izquierda abertzale, sino tambiénb los moderados del PNV que están en el poder en la Comunidad Autónoma vasca), uno de los caballos de batalla de Zapatero. Un proceso terminado tras el atentado, estúpido encima de criminal (dos emigrantes ecuatorianos muertos), firmado por la ETA el diciembre pasado en el aeropuerto de Madrid. Más que terminado, suspendido, porque el enredizo vasco en el que desde hace 40 años anda enmarañada España sólo puede desanudarse mediante una negociación –con la ETA—, visto que todos los intentos de atajarlo con el ejército y la policía, o con la guerra sucia (el GAL durante el gobierno socialista de Felipe González), han resultado fallidos. Esto lo saben Zapatero, toda España y también el PP de Aznar y ahora de Rajoy, quien denuncia a voz en grito la “cesión del Estado al chantaje de los terroristas”. Y dispuesto a todo, con tal de que descarrile Zapatero.

Tampoco ayer la reacción de los populares, de la derecha y de sus periódicos dejó lugar a dudas.

Mariano Rajoy aulló contra “el gobierno que cede al chantaje después de 30 años de resistencia”, anunciando próximas movilizaciones de masas; la presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid –la popular Esperanza Aguirre— dijo que la liberación de De Juana (la prisión atenuada significa en la práctica arresto domiciliario) es “lo más grave desde el golpe del 23 de febrero del 81” (olvidando de barato que el coronel Tejero, condenado a 30 años, fue puesto en libertad tras cumplir 10); el arzobispo de Toledo –el ultraconservador cardenal Antonio Cañizares— ha pontificado que si el gobierno es tan sensible a la vida de un terrorista, “entonces que derogue la ley del aborto”; ABC –el diario de la vieja derecha— se ha lamentado de la “humillación del estado”; El Mundo –el diario de la nueva derecha (y de los populares)— ha acusado al gobierno de “pagar un precio político a ETA”.

Enfáticas palabras sueltas, a las que ayer –mientras De Juana, acogido como “un héroe” al ingresar en Hospital Donosti de San Sebastián, ha vuelto a alimentarse con ingesta de caldos— respondieron tanto Rubalcaba como la combativa vice de Zapatero, María Teresa Fernández de la Vega, resaltando los fundamentos “humanitarios y legales” de la decisión y calificando las posiciones del PP (que en la época de Aznar liberó “por razones de salud” a decenas de etarras) de “indedcentes e hipócritas”, “ignominiosas y obscenas”. La única alternativa era o la excarcelación de De Juana o la muerte de De Juana. Con la inevitable beatificación del martirio.

Ahora la la pelota lanzada por Zapatero vuelve al alero de la ETA (se espera una señal que decrete el fin de la violencia). Porque es lo cierto que la única vía recorrible es la de la negociación, con relativos precios políticos. Como ocurrió en la guerra IRA-gobierno inglés en el Ulster.

Mauricio Matteuzzi es el editorialista de política internacional del cotidiano comunista italiano Il Manifesto.

Traducción para www.sinpermiso.info: Leonor Març

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Fuente:
Il Manifesto, 2 marzo 2007

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