La gobernanza de la UE o cómo apretar las tuercas en el “Semestre europeo”

Santiago González Vallejo

22/05/2016

Entre los días 26 y 28 del pasado mes de abril se celebró en Madrid un seminario organizado por la Confederación Europea de Sindicatos (CES) sobre el ‘Semestre europeo’.

El ‘Semestre europeo’ es un mecanismo forjado tras la crisis económica por las autoridades europeas que tiene como finalidad declarada la mejora de la competitividad europea y corregir los desequilibrios macroecónomicos que afloraron en ella, como podrían ser el desequilibrio en la balanza corriente o el déficit público. Pero también, la sostenibilidad y composición del Estado del Bienestar.

El problema es que el prisma a través del que se hacen las recomendaciones obedece a una limitada visión dirigida a lograr la competitividad fundamentalmente por la vía de la reducción de costes y el incremento de la llamada flexibilidad, o sea, desregulación y precariedad laboral.

El mecanismo consiste en establecer una escala entre los países europeos en función de los desequilibrios elegidos por la Comisión Europea y ser más rigurosos en los controles de seguimiento con aquellos países con desequilibrios mayores y más y profundos, donde no está la estructura productiva, la densidad de grandes empresas o centros de decisión empresarial o investigadora, etc. España tiene un desequilibrio por su déficit público y con anterioridad a la crisis existía ya un gran déficit de balanza corriente (diferencia entre exportaciones e importaciones y movimientos de capital) que ocasionó que nuestro país y el sector privado pidieran millonarios créditos a la banca exterior (de los países centrales europeos).

Los estados tienen que establecer medidas y políticas económicas de cambios estructurales acordes con la filosofía antes mencionada, lo que se denomina ‘informe país’. A partir de ahí, se justifican la reforma laboral y el intento de descentralizar la negociación colectiva, todo ello con el ánimo de forzar la devaluación salarial.

También se ha incidido en el cambio de los criterios del derecho a las pensiones (alargando la fecha de jubilación y ampliando los años de cotización para la base de cálculo, etc). Y así las ciento y pico páginas de medidas que cada Estado elabora. Teóricamente, los agentes sociales pueden proponer actuaciones y discutir ese Programa Nacional de Reformas antes de que se traslade ese informe al ámbito comunitario y después de que la Comisión Europea mande sus Recomendaciones específicas a cada país, previas a su aprobación definitiva, Y así, cada año. Un semestre de elaboración y un año de ejecución, periodos en los que van mordiéndose los plazos de análisis, discusión y ejecución.

El seminario estuvo presidido por Veronica Nilsson y Montserrat Mir, de la Ejecutiva de la CES, junto a Marco Cilento, coordinador del área que engloba esas cuestiones en la CES, y en él participaron unos 60 sindicalistas de cerca de 20 países europeos. En representación de la Unión Sindical Obrera (USO) estuvieron presentes Marie Homburg y Santiago González Vallejo.

Se constató la importancia de la participación de los sindicalistas en la elaboración de los informes y el que la CES obligue a la Comisión Europea a fijar protocolos de diálogo social real entre los gobiernos y los agentes sociales, y no meras representaciones. También se valoró el que la CES marque una estrategia de reivindicaciones en sus encuentros con los comisarios europeos, donde las reivindicaciones de la mejora de la demanda interna, la mejora de los salarios para que recuperen su peso en la Renta Nacional y la universalización de prestaciones o normas como el salario mínimo formen una agenda común. Además, de estas cuestiones, se hizo énfasis en que la Comisión debería tomar como prioridad la lucha contra la elusión fiscal de las multinacionales y no que tenga prácticamente como leit motiv la reducción del Estado del Bienestar. Es significativo que la Comisión se haya quejado del incumplimiento del déficit presupuestario español y haya reclamado nuevos recortes y, sin embargo, haya mantenido silencio ante la bajada de los tipos de IRPF, lo cual beneficia a las rentas más altas, que llevó a cabo el Gobierno poco antes de la convocatoria electoral anterior, en clara connivencia política.

Por su parte, los sindicatos nacionales entendimos la importancia del semestre europeo como muñidor de normas y políticas que afectan a los trabajadores y a la ciudadanía, así como la relevancia de dedicar recursos al estudio del ‘Semestre europeo’ y a construir contrapropuestas ‘académicas’ y objetivas que hagan frente al neoliberalismo ramplante de la Comisión Europea y de los gobiernos coaligados con ella.

responsable del Área de Acción Internacional de la Unión Sindical Obrera (USO).
Fuente:
www.sinpermiso.info, 22 de mayo 2016

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