“La situación económica en Rusia es establemente mala”. Entrevista

Vasili Koltashov

22/01/2017

El economista Vasili Koltashov (Novosibirsk, 1979) conoce de primera mano cómo es la situación real de la economía en Rusia. Koltashov es el director del Centro de Investigación Económica del Instituto de la Globalización y los Movimientos Sociales (IGSO) de Moscú y también forma parte del Laboratorio de Política Económica Internacional de la Universidad Plejánov de Economía. “La calidad de vida ha empeorado de manera sensible en Rusia”, advierte. Le entrevistó para la revista La Marea Àngel Ferrero, en Moscú.

En los medios occidentales leemos con frecuencia artículos que hablan de una crisis económica inminente en Rusia, pero ésta parece no llegar. El gobierno ruso, por su parte, tiende a destacar los aspectos positivos. ¿Cuál es el estado actual real de la economía rusa?

La situación es establemente mala. El año 2016 fue relativamente estable: los salarios no cayeron, pero tampoco subieron y, para la gente que buscaba trabajo, fue difícil encontrar uno. En 2015 el salario medio en rublos se redujo de manera considerable: en algunas regiones hemos visto una caída hasta los 27.000 y 20.000 rublos al mes (415-300 euros), en otras hasta los 25.000 (384 euros), 15.000 (230 euros) e incluso los 13.000 rublos  (200 euros) al mes. La calidad de vida ha empeorado de manera sensible. En 2014 y 2015, es decir, en dos años consecutivos, el rublo se ha depreciado.

¿Qué impacto han tenido las sanciones económicas de la Unión Europea y EEUU?

Prácticamente ninguna, en mi opinión. Llueve sobre mojado. Es la segunda onda de la crisis lo que realmente afecta a la economía rusa. No hay sanciones contra Brasil, por ejemplo, y sin embargo su situación es similar a la de Rusia.

¿Está funcionando el programa de sustitución de importaciones del gobierno ruso?  

Muy poco. Incluso en la agricultura, donde hay muchas posibilidades de éxito, sus resultados distan de ser positivos. Se dice que ha aumentado la cosecha de trigo y verduras, pero nadie sabe dónde están porque no hay almacenes adecuados para almacenar la cantidad de alimentos que se declara haber producido. En agricultura se han registrado algunos éxitos en el programa de sustitución de alimentos. En el sector industrial encontramos algunos ejemplos de sustitución de bienes de consumo, pero es un efecto que sólo se debe a la depreciación del rublo. La economía rusa sigue siendo débil como para sustituir todos los bienes que importa.

Otro de los lugares comunes sobre la economía de Rusia es su dependencia de los hidrocarburos. ¿Hasta qué punto es cierto?

La dependencia es enorme. No sólo del petróleo y el gas, sino de la exportación de metales, fertilizantes químicos y otras materias primas. La dependencia sería menor si el mercado interno estuviese más desarrollado, pero la política anticrisis consiste en reducir el poder adquisitivo de los consumidores y recortar los programas sociales. Es una copia de las medidas económicas de la Unión Europea.

Pero en la Unión Europea estas medidas de austeridad no están funcionando…

¿Cómo que no funcionan? Claro que funcionan: son muy efectivas a la hora de llevar a la bancarrota  a la gente [ríe]. El rublo ha sufrido como consecuencia de esta dependencia del precio del petróleo, se ha debilitado directamente tras la caída de los precios de la energía y hay un temor crónico a que una crisis del petróleo arrastre su valor con ella. La elite tiene la ilusión mística de que si los precios del petróleo aumentan de nuevo todos los problemas se resolverán automáticamente. Pero eso, por supuesto, no es así. La crisis económica en Rusia tiene causas tanto internas como externas. Las causas externas son los cambios en los precios de las materias primas y en la demanda. En la economía doméstica es, sobre todo, el sobreendeudamiento de la población por las hipotecas y préstamos para el consumo. Estos créditos sirven para enmascarar los bajos salarios de la población, que han sido reducidos por las empresas. El gobierno y las empresas se han adaptado a las condiciones de crisis a través de la reduccción de los salarios. También los de los funcionarios: por ejemplo, los salarios de oficiales en las regiones eran de 35-40.000 rublos (615 euros aprox.) y ahora pueden llegar a cobrar 15.000 (230 euros). Esto crea una fuerte base para la crisis interna, ya que no hay programas para crear puestos de trabajo de calidad ni estimular los salarios.

En su último discurso a la nación, el presidente Putin pidió un presupuesto más estable y una economía cada vez más autónoma de la exportación de petróleo y gas. ¿Es posible a corto y medio plazo?

Es posible, pero no está ocurriendo. Si persisten en su política neoliberal, no será posible. El presidente no ha hablado de crear un complejo industrial como el que existía durante la Unión Soviética, ha hablado del procesamiento de las materias primas. No se tratará de vender las materias primas, sino de procesarlas primero en Rusia y ya se están construyendo factorías con ese propósito. Esto tiene que ver con el gas, el petróleo y los minerales. Hay grandes planes para construir estas factorías en Siberia. Pero esto no cambia en principio el motor de la economía, por lo que es insuficiente.

El complejo militar-industrial es conocido por ser otro de los pilares del país. ¿Cuál es el estado de este sector?

Su importancia es enorme. Su capacidad de exportación ha crecido considerablemente. Rusia ha conseguido adquirir la reputación de ser un país proveedor que no te invadirá si le compras y que te ofrecerá apoyo diplomático cuando sea necesario. Quienes compraron armas a EEUU, por ejemplo, no recibieron garantías de que algún día podrían ser invadidos. Sucedió, por ejemplo, en Libia: este país importó armas de Reino Unido. Una vez cumplieron con el último contrato, fueron invadidos. En cualquier caso, este sector necesita de un mayor orden: hay demasiada burocracia, una modernización limitada. El dinero del presupuesto para Defensa no sólo se destina de manera ineficiente, sino que también es robado.

China es uno de los países con los que Rusia mantiene una relación económica preferente. ¿Cómo cree que podría evolucionar esta relación?

Rusia se está convirtiendo en un proveedor de materias primas para China, y esta exportación se incrementará. La compleja situación económica en China no está siendo considerada en serio y creen que el crecimiento de la economía china permitirá mantener el ritmo de las exportaciones rusas.

Tanto en China como en Rusia hay mucha especulación con la posibilidad de desacoplarse del sistema dólar.

Pienso que la cuestión es más complicada que eso. El euro se ha depreciado en los últimos años, la libra esterlina también, ahora la pregunta es ¿qué divisa se depreciará antes, el dólar o el yuan? Ésa es la verdadera pregunta. Los debates sobre alejarse del sistema dólar son, por ahora, mera especulación. China busca apoyar la estabilidad del yuan porque si su moneda cae, la crisis en China se manifestará de manera más clara y se extenderá a Rusia, golpeando a su economía. Pero si el dólar baja, el yuan caerá con él. Por ahora el dólar se mantiene, mientras el yuan se deprecia gradualmente. De momento no hay signos de un alejamiento del dólar. Los chinos, en cualquier caso, buscan convertir el yuan en un sistema análogo al dólar. Veamos si ello ocurre. Yo, personalmente, no lo creo.

¿Cómo valora la Unión Económica Eurosiática?  

Está testimoniando una crisis profunda. Como diría un médico: el paciente está más muerto que vivo. El motivo es que Rusia ingresó en la OMC sin crear un mercado protegido en Euroasia. Esto hizo que Ucrania se decantase hacia la Unión Europea y facilitó la victoria de las fuerzas de Maidán.

¿Cuál es la situación económica de Ucrania?

Se ha deteriorado de manera considerable. A nivel doméstico, sólo el sector agrícola es relativamente estable. Podemos hablar de un proceso de desurbanización, no hay suficiente mano de obra en las ciudades. La industria ucraniana es ineficiente, su maquinaria es anticuada y, de hecho, la industria se está muriendo. En algunas partes con lentitud, en otras más rápidamente. El Acuerdo de Asociación con la Unión Europea es una completa catástrofe. Con todo, la crisis habría afectado a Ucrania de cualquier modo.

¿Se busca convertir a Ucrania en un proveedor de materias primas para la Unión Europea?

Sí, eso es lo que ocurre en este momento. La mayoría de la mano de obra, en cualquier caso, trata de emigrar a Rusia. Europa les ha cerrado las puertas.

¿Pero no estarían las empresas europeas interesadas en la mano de obra cualificada ucraniana, como ocurrió antes con la integración de otros países de Europa oriental?

Ya no es así. Incluso si ése era el plan en 2014, en este momento no tienen puestos de trabajo para ofrecer. El objetivo es que las corporaciones europeas controlen las riquezas de Ucrania. Puesto que Rusia desea debatir y negociar la retirada de las sanciones, esto crea las condiciones ideales para que la Unión Europea haga rehén a Ucrania en cualquier negociación. El objetivo de la oligarquía ucraniana era el Acuerdo de Asociación con la UE y, después, acceder como miembro de pleno derecho sin ceder su poder. Ahora mismo no tienen muchas oportunidades.

¿Ve tendencias aislacionistas o proteccionistas a nivel global?

Es probable que veamos en los próximos años una mayor desintegración de los bloques económicos neoliberales y la creación de grandes mercados continentales. El llamado “nacionalismo económico” sólo puede realizarse en grandes naciones con grandes mercados. Los grandes mercados requieren normativas y aranceles, que funcionan como protección contra los competidores. También de una diferente estrategia interna, consistente en un incremento de la demanda interna. La victoria de Trump en EEUU demuestra que una política así sólo será posible si hay una dura lucha política interna.

También se habla de guerras comerciales, especulación de divisas e inclusos nuevas burbujas.

Hay una batalla en curso entre las bolsas china y estadounidense. En Europa hay una burbuja financiera. El crédito barato, como la tasa del 0% del BCE, infla estas burbujas. También hay una burbuja industrial en China, creada después de que el país atrajese al capital especulador internacional con la emisión de bonos. Rusia tiene un sistema parecido. La caída de mercados de materias primas es inminente, al igual que la depreciación del dinero, en particular del euro. El debate sobre una nueva política económica ganará actualidad. La victoria de Donald Trump demuestra que ese debate es posible. Todos los demás están buscando soluciones externas a sus problemas e ignoran sus cuestiones internas, las causas de la crisis. La política de la UE es una expansión de su capital hacia el Este; la política de Rusia es mantener altos los precios de las materias primas y un alto nivel de exportación de las mismas a China; la política de China es encontrar inversiones extranjeras para mantener su burbuja industrial. Estas estrategias no ofrecen ninguna salida a la crisis. Ignoran a los consumidores, a la gente. Lo único que ofrecen son nuevos créditos, y eso no es ninguna solución.

(Novosibirsk, 1979) es el director del Centro de Investigación Económica del Instituto de la Globalización y los Movimientos Sociales (IGSO) de Moscú y también forma parte del Laboratorio de Política Económica Internacional de la Universidad Plejánov de Economía.
Fuente:
http://www.lamarea.com/2017/01/15/la-situacion-economica-en-rusia-es-establemente-mala/

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