La tercera captura del Chapo: farsa en medio de la crisis mexicana

Manuel Aguilar Mora

22/01/2016

“Ya lo tenemos, mexicanos”, con este lenguaje eufórico adelantándose a todos los medios en el anuncio de la noticia, Peña Nieto tuiteó a México y a la opinión internacional que Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido mundialmente con su apodo de El Chapo, había sido detenido. Él mismo se congratulaba iniciando su mensaje con la frase de los policías y militares exitosos: “misión cumplida” y anunciaba que el jefe narco más conocido y poderoso volvería a la cárcel del Altiplano de la que huyó hace seis meses. Por todo México y gran parte del mundo la noticia acaparó el viernes 8 de enero los medios y las redes sociales: millones de mensajes, cobertura de los telenoticieros y en la primera plana de los diarios de numerosos países durante varios días, una fotografía reproducida hasta al hartazgo de un Chapo humillado sentado en la cama de un motel con la camiseta sucia con tierra y sudor producto de su arrastrada por las cañerías por las que estuvo a punto de escapársele de nuevo a sus seguidores.

El teatro politiquero

De inmediato la plana mayor de los funcionarios del “gabinete de seguridad” de su gobierno flanquearon a Peña, el secretario de Gobernación a su derecha y el jefe del ejército a su izquierda, en una de esas ceremonias de gala en el Palacio Nacional. Era el desquite añorado después de la fuga que hundió en el hoyo negro por donde se escapó por segunda ocasión El Chapo a ese mismo gobierno cuyos representantes se veían ahora tan satisfechos.

El acontecimiento no tardó ni unas horas para que el gobierno de Peña no lo aprovechara para por lo menos detener la caída de su popularidad que no ha cesado de desplomarse en picada desde 2014. Esfuerzo vano. La recaptura sigue acaparando las primeras planas y no se han producido los resultados deseados y acariciados por Peña Nieto y sus funcionarios como señala la encuesta nacional que una semana después de acontecida fue publicada por el diario Reforma (14.01.2016): a la pregunta de cuál es su opinión del gobierno de Peña Nieto después de la detención de El Chapo, las respuestas fueron las siguientes: Mejoró 23%, Empeoró 31% y Sigue igual 42%.

No sólo eso, las circunstancias reales en que se dio la recaptura siguen sin estar claramente establecidas. Obviamente el mérito principal es atribuido a la marina (y no al ejército) ya que fueron elementos de las filas del primer cuerpo de las fuerzas armadas mexicanas quienes se encargaron del seguimiento del capo después de su fuga. Pero los hechos acaecidos en Los Mochis, ciudad de Sinaloa en que se escondía El Chapo, no dejan muy bien paradas a las autoridades federales. En primer lugar por las circunstancias en las que se dio la famosa y nada favorable entrevista para los gobiernos de México y EUA que El Chapo concedió a los dos artistas de cine, a la mexicana Kate del Castillo (a su vez intérprete de una película sobre una famosa jefa sinaloense narca) y al actor hollywoodense Sean Penn, entrevista efectuada en octubre en las narices mismas de los cientos de militares y policías que seguían al delincuente, cuya vanidad los burló durante varias veces pero acabó por determinar su caída final al permitir a sus perseguidores localizarlo meses después. Pero surgieron otros hechos que las versiones oficiales (pues ha habido varias) no aclaran.

Lo primero que es destacable es que El Chapo estuvo a punto de escapársele nuevamente a los marinos pues logró huir por una cañería y después de salir de ésta y haber robado dos coches, fue detenido finalmente por exceso de velocidad por policías municipales, no por los marinos que habían irrumpido en la casa-escondite minutos antes. Después no está claro cuál fue la decisión que llevaban los militares: ejecutarlo en la acción de la captura, como ha sucedido con otros capos, en especial con el jefe del cártel de los Beltrán Leyva o detenerlo vivo a toda costa. Vivo, aunque bien asegurado, El Chapo es muy peligroso todavía para el gobierno de México. Por eso la extradición se plantea de modo natural para éste. Pero si es extraditado a Estados Unidos como todas las señales apuntan a que lo será, lo más pronto el año próximo o a más tardar en unos cuatro o cinco años, el gobierno de Washington se enterará aún más de muchas de las circunstancias políticas y jurídicas que determinan la guerra contra la drogas en México. Y no es que creamos que no saben ya mucho de dichas circunstancias, simplemente el conocimiento de las agencias policiacas estadounidenses de lo que pasa en en el país vecino sureño se mejorará sustancialmente. Todo depende de la decisión del ejecutivo de la República, o sea de Peña Nieto y en el caso extremo de su sucesor.

Situación económica desastrosa

La tercera captura de El Chapo se dio al término de la primera semana del año, una semana con noticias y hechos desastrosos para la economía y sociedad de México. Una situación en que el país está siendo golpeado devastadoramente por la recesión económica mundial en la que se han desplomado los precios de las comodities, en especial del petróleo: la prensa anuncia estos días que el barril de la mezcla mexicana cayó a 21.5 dólares, su peor nivel en más de diez años. El presupuesto que se aprobó para el 2015 había indiciado el precio del barril entre 60 y 70 dólares. De allí los recortes al gasto público (salud, educación, etc.) habidos en ese año y los que se anuncian para el que se ha iniciado. En el 2015 junto con el desplome del petróleo se ha dado también el del peso: a principios del año la devaluación superó la barrera de los 18 pesos por dólar cotizándose el 11 de enero a 18.30 pesos por dólar, efectuándose así una devaluación del 45.23% con respecto a la cotización de 12.60 pesos por dólar existente en diciembre del 2012, mes del inicio del gobierno de Peña. No es exagerado prever que para 2018, último año del sexenio de Peña, el de la restauración priista, la devaluación pueda llegar a los 20 pesos por dólar.

Las cifras negras de la economía se repiten en otros campos. Por ejemplo en la balanza comercial. Aquí el déficit es terrible marcando un deterioro enorme de la productividad nacional. La diferencia entre las exportaciones y las importaciones en el año que terminó (de enero a noviembre) hace unos días fue de 13 mil 533 millones de dólares (mdd) en comparación al déficit de 2014 (de enero a noviembre) que fue de 3 mil 131 mdd., lo que equivale a un aumento del 332%. (Cifras de Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía). La consecuencia lógica es que se ha disparado el nivel del endeudamiento a cotas mayores: precisamente en estos días se emitió la primera de las muchas emisiones gubernamentales de bonos que habrá este año. Se emitieron bonos por 2 mil 250 mdd con vencimiento a 10 años. Endeudamiento que intenta equilibrar la drástica disminución del flujo de capitales: éstos disminuyeron ente 2014 y 2015 en cerca de 20 mil mdd.

Y así podríamos seguir agregando cifras y datos proporcionados por las mismas fuentes gubernamentales que refutan de plano los anuncios y declaraciones triunfalistas de los funcionarios, empezando por el mismo Peña Nieto. Han disminuido los empleos de calidad y los que aumentan, nunca en proporción adecuada para disminuir realmente el desempleo abierto o disfrazado, son empleos con los sueldos entre los más bajos de América Latina y ante todo que se crean en la informalidad en donde se encuentra el 60% del PEA; en lo que va del sexenio se han producido 1 millón de nuevos pobres anualmente, las jactanciosas actitudes de los “expertos” economistas de Hacienda y del Banco de México sobre la baja de la inflación esconden el hecho de que es producto de una economía estancada y no reconocen ni por acaso que su política de “protección del peso” echó por el drenaje del gasto dispendioso 17 mil mdd sin que la devaluación cambiaria se detuviera. Las “reformas estructurales” engendradas por el Pacto por México apadrinado por el PRI, el PAN y el PRD no han “movido a México” sino a los grandes inversionistas, en especial extranjeros y las tendencias privatizadoras siguen erosionando los servicios públicos en los ramos de la salud (la escasez de médicos y medicamentos se  en el ISSSTE y en el IMS) y de la vivienda. La “reforma educativa” es la cínica maniobra para doblegar al único sector de los trabajadores que se han plantado contra la política gubernamental neoliberal.

En los medios tanto nacionales (prácticamente la mayoría de los “diarios nacionales” y el duo monopólico televisivo) como extranjeros (notoriamente Newsweek) influidos o descaradamente pagados por el gobierno no se informa, ni critica esta situación cada vez más grave por la que se precipita el país. Pero en una minoría de ellos si ha habido francas declaraciones de la gravedad de la situación y algunas sí afectan directamente al gobierno de Peña, como ha sido el caso del New York Times que días antes de estos acontecimientos había sido muy crítico de Peña Nieto. “La captura del Chapo distrae a México de sus problemas reales” reiteró dos días después de su detención.

Panorama social sombrío

Esa misma primera semana del año se había iniciado sangrientamente: Gisela Mota era asesinada por unos sicarios en Temixco, municipio conurbado de Cuernavaca, Morelos al salir de su casa el 4 de enero. Gisela se dirigía a iniciar el primer día de su periodo como alcaldesa recientemente electa de su localidad en un estado gobernado por Graco Rámirez del PRD, partido que también había sido el suyo. Morelos que es el pasaje natural que comunica al Distrito Federal con el estado sureño de Guerrero se ha convertido en la extensión de las pugnas de los cárteles de este último estado que en los últimos años han protagonizado un incremento significativo de la violencia (¡Ayotzinapa!). Guerrero es el productor del 60 por ciento de la amapola que se exporta a EUA y que también cada vez más penetra en un mercado que ha surgido hace poco en la propia capital de la República en donde consecuentemente crece la influencia de los narcos.

Se trata de pugnas que afectan a operadores de grandes sumas de dinero. Hay 1.5 millones de heroinómanos en EUA que gastan diariamente más de 70 dólares diarios. La venta de droga reportó a las finanzas de los cárteles mexicanos y sus aliados colombianos en 2008 entre 20 mil y 39 mil millones de dólares, la mitad de los cuales correspondían al cártel de El Chapo. La revista Forbes calculó en más de mil millones de dólares la fortuna de El Chapo cuando lo incluyó como uno de los nueve mexicanos que están entre los 500 hombres más ricos del mundo en los años de 2009 a 2011, lista de la cual lo eliminó en 2012 pues “no se sabía cómo gastaba el dinero” (¡?!). Obviamente los periodistas de Forbes no están muy enterados o de plano se hacen los que no saben lo que sucede en la política mexicana. No es difícil que esas sumas se acerquen en la actualidad a los 40 y 60 mil millones de dólares. Sumas que, como es público y notorio se sabe que son lavadas en los grupos financieros, representan acervos muy necesarios en estos años de recesión y deflación tan escasos de recursos frescos.

La inseguridad de la violencia de los cárteles que extorsionan, secuestran y asesinan ya no sólo afecta al tráfico de drogas sino que se está expandiendo a toda la vida cotidiana. El poderío que le proporciona la cascada de miles de millones de dólares que reporta el narcotráfico con el mercado de consumo más rico de drogas que constituye el país vecino del norte no es un factor menor para entender la suerte de El Chapo y de los capos que han competido con él y con los que ya se aprestan a sucederlo, pues las medidas a las que ya está sometido el sinaloense anuncian su estancia carcelaria por muchos años. Más si finalmente lo extraditan a EUA.

La política “institucional” o sea la vinculada a los ”partidos registrados” en el INE, de por sí fuente de enormes privilegios encarnados en prerrogativas de miles de millones de pesos es una perfecta fachada para la penetración de los recursos también millonarios de los cárteles que financian candidatos y promueven a personajes directamente vinculados a ellos. Por ejemplo, se sabe que una de las múltiples mujeres de El Chapo es una notoria diputada federal del PAN por su estado natal, Sinaloa. Y en estos mismos días la detención de Humberto Moreira en Madrid acusado de lavado de dinero ha venido a corroborar fehacientemente esa penetración de los recursos financieros en los partidos: Moreira fue gobernador de Coahuila y en 2011 era el presidente del PRI cuando fue destapado Peña Nieto como su candidato presidencial. Y como ya se sabe, el caso de los vínculos del PRD, el tercer partido gobernante, con los cárteles salió a relucir dramáticamente con motivo de la desaparición de los 43 de Ayotzinapa en 2014.

Manuel Camacho Solís, uno de los políticos más conocedores y experimentados, precandidato presidencial del PRI en 1994 y después fundador de un partido centrista y finalmente senador por el PRD, en la última entrevista que concedió antes de su muerte el año pasado, publicada póstumamente, declaró que la política mexicana se encontraba en un auténtico impasse, en el que la economía se derrumbaba y en que la seguridad presenciaba un deterioro constante sin aparente solución a corto plazo. Para él, el año 2018, la cita sexenal de las elecciones presidenciales, siempre un momento cúspide de la política mexicana, le aparecía “como absolutamente impredecible”. (Nexos en línea, consultado el 5 de junio de 2015, http//www.nexos.com.mx?p=25176)

Los oligarcas también lo saben. La tercera captura de El Chapo incluso es considerada por algunos periodistas como una maniobra de un sector del grupo gobernante para relanzar la imagen de Peña Nieto y preparar su sucesión. Pero aquí es cuando surge ese factor “impredecible”: la sucesión con el mismo PRI después del devastador sexenio de su restauración actual con Peña Nieto aparece como extremadamente problemática. Otra línea va en el sentido de que se preparan “candidatos independientes” como el actual gobernador de Nuevo León, estado sede del grupo capitalista mexicano más concentrado y poderoso, con el cual el “gobernador independiente”, un antiguo priista de toda la vida, obviamente está ligado estrechamente.

También en estos días murió a la edad de 91 años el líder de la CTM, la principal federación sindical priista que agrupa al sector organizado de los trabajadores tradicional y férreamente controlado por la casta burocrática-gansteril de los charros más poderosos. Joaquín Gamboa Pascoe el heredero de los líderes “obreros” nefastos que controlaron al movimiento proletario durante décadas, primero Fidel Velázquez y después Leonardo Rodríguez Alcaine, será sucedido por otro dirigente senil de 80 años que anda en una silla de ruedas. Patético el lamentable espectáculo que da ese “movimiento obrero” absolutamente amordazado.

En este México sombrío de la restauración priista se tensan fuertemente las contradicciones que hacen del horror del capitalismo un espectáculo aberrante, provocativo y cada vez más insoportable. La brecha entre la pasividad de las amplias capas de la población y la de los sectores más activos y conscientes necesariamente tiende a cerrarse. ¿Cómo y cuándo ocurrirá la conjunción del espíritu rebelde y contestatario con el sentimiento de odio, desprecio y desesperación de la gran mayoría de la población mexicana? No lo sabemos precisamente, pero lo que sí es claro es que esta conjunción se está dando y se está cerrando la brecha que separa la sensación de impotencia ante tantos crímenes del sistema social actual y la convicción que la acción rebelde para transformar revolucionariamente esta realidad atroz e inhumana se hace cada vez más un imperativo categórico.

historiador y profesor de la UACM, es militante de la Liga de Unidad Socialista (LUS) de México.

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