Murcia: la farsa de una investidura

Óscar Urralburu Arza

30/04/2017

Hegel decía que todos los grandes personajes de la historia se repiten dos veces, a lo que Marx añadió con mucha inteligencia política que la primera vez lo hacían como tragedia y la segunda como farsa. Precisamente, preparando el discurso para el debate de investidura, pensaba en la tragedia social que llevamos viviendo tras los veinte años de Valcárcel y en la farsa de todo lo que vino después de su dimisión y que nos ha traído hasta aquí, a este proceso de degeneración institucional que estamos viviendo en la Región de Murcia en los últimos meses y años.

Con la de esta semana nos encontramos con la tercera investidura a la que la estoica ciudadanía regional tiene que asistir paciente, como sólo el pueblo sabe serlo, desde que Ramón Luis Valcárcel, al que los suyos le pusieron el alias del Faraón, abdicó un 4 de abril de 2014. Cuatro presidentes para cuatro años y siempre bajo la sombra de la corrupción. Ya puede tener cuidado el Sr. López Miras, y puede estar atento al destino de sus predecesores que muy probablemente describe el devenir del suyo.

El primero, el sr. Valcárcel, tuvo que marcharse al destierro dorado del parlamento europeo para prevenir el riesgo de inundación por los lodos provenientes de Novo  Carthago, de la Desaladora de Escombreras y del Aeropuerto de Corvera, entre otros barrizales regionales. También de los nitratos que alimentan el fitoplancton del Mar Menor que tanto le deben a su política de dejación absoluta y que está investigando la fiscalía. A pesar de las resistencias, no tardará mucho en tener que volver para sentarse en el banquillo. El segundo, el Señor Garre, que quiso evitar que le salpicaran los lodos, y al que no le ha quedado otra que abandonar el partido en el que ha militado durante 30 años. Y el tercero, su inmediato antecesor, el Sr. Pedro Antonio Sánchez, que se encuentra hundido hasta el cuello en la podredumbre que inunda todo su partido, imputado en el caso Auditorio e investigado por el Juez Velasco por su relación con la Púnica. Un político literalmente atado a su escaño y al sueldo público del que ha dependido toda su vida, e intentando mantener su aforamiento para que sea un juez amigo el que valore sus presuntos delitos.

Y tiro porque me toca. La insoportable pesadez de la maloliente adicción al dinero de tantos de los dirigentes del PP resulta insostenible. Esta Región y sus buenas gentes no aguantan más y se merecen otra cosa. Desde Podemos, somos conscientes de que esta crisis que es institucional, pero también política, económica, social y, en última instancia moral, ni comienza ni termina en la Región de Murcia, ni va a cerrarse en ningún caso con la investidura del Sr. López Miras, porque con esta investidura se ha convertido en una crisis de legitimidad. La Región de Murcia no puede tener un “presidente por accidente”, como ya se le conoce.

López Miras anuncia continuidad, repetición, compulsión corrupta, porque es parte de esa historia de tragedia y farsa. Está metido hasta el cuello en las mismas prácticas que ya hemos visto que es patrón común en otras CCAA gobernadas por el PP, como Baleares, Valencia, Madrid o la Región de Murcia. Pensemos por un momento en el destino que han tenido los expresidentes Jaume Matas, Camps, Ignacio González o Pedro Antonio Sánchez.

La misma compulsión de repetición que ha afectado a la totalidad de los tesoreros de su partido, la misma que ha enredado en asuntos judiciales al 75% de los ministros de Aznar y persigue al presidente Rajoy y por la que va a tener que testificar en la Audiencia Nacional por la trama Gürtel.

Dicen y repiten que no todos los miembros del PP son corruptos, se ponen muy dignos cuando se les señala con el dedo, pero como decía Martin Luther King lo preocupante no es la perversidad de los malvados, sino la indiferencia de los buenos. Todos los concejales, diputados y cargos del PP, hayan metido la mano o no, han aceptado presentarse en las listas de un partido dopado, financiado ilegalmente, un partido que ha usado dinero negro obtenido presuntamente del saqueo de las arcas públicas para tener ventaja en las elecciones. Todos forman parte, por acción u omisión, de esta trama de financiación ilegal que se investiga en Gürtel, en Púnica y en los papeles del caso Bárcenas.

Una compulsión convertida en modus operandi para delinquir que ya es todo un estilo de la casa y que nos ha ofrecido la secuencia de nombres de operaciones policiales más originales en la historia de la criminología: caso Tótem, caso Umbra, caso Barraca, caso Zerrichera, caso Novo Carthago, caso Valley, caso Roblecillo, caso Auditorio, caso Desaladora, trama Púnica, trama Pokémon, trama Gürtel y esto sólo en la Región… que si nos vamos al conjunto del país la lista de casos ‘aislados’ aumenta.

Los dirigentes del PP son toda una saga de políticos zombis, parecen sacados de The Walking Dead. Zombis que arrastran sus pies del partido al escaño, del escaño al gobierno, del gobierno a los juzgados y de los juzgados a prisión, y todo ello con la misma cadencia, con las mismas miradas y la misma sonrisa cínica de los muertos vivientes.

Y siguen ligando la responsabilidad política a la responsabilidad penal, poniendo el límite de la exigencia ética para los políticos en la comisión de delitos. Nosotros no creemos que sea así. La ética política plantea exigencias a los responsables públicos, el Código Penal establece los límites de lo intolerable para cualquier ciudadano. Con esta filosofía no parece que se vaya a cumplir el deseo del Ministro Catalá de que se vayan a cerrar los líos. Tampoco en la Región de Murcia, porque, desde su única experiencia como fontanero del partido, al Sr. López Miras le va a tocar seguir lidiando con los muchos líos de sus generosos antecesores e intentando tapar mucha de la porquería acumulada en los desagües de la Administración Regional después de 22 años de gobierno.

¿Qué sabe el Sr. López Miras para ser el candidato a Presidente? ¿Qué ha hecho para merecerlo? ¿Tiene algo destacable en su currículo? ¿O forma parte de su currículo oculto y no se puede nombrar? ¿Para qué nombraron al joven FER como Secretario General de la Consejería de Hacienda en el año 2013? ¿Por qué lo nombran comisario político de Hacienda en el último gobierno de Valcárcel, de la mano del Sr. Martínez-Pujalte, y en el gobierno de Garre en los años en los que más avanzaba la investigación de la Gürtel? No creo que fuera sólo para amañar, como se dice por los mentideros, el concurso de la televisión pública regional. Le precede su fama como brazo ejecutor del Sr. Martínez Pujalte y motivador de la dimisión de Cerdá que bloqueó la imputación del Sr. Valcárcel. Buen expediente, a la altura de todo un cargo del PP.

¿Por qué lo cesó Garre? ¿Por qué fue el primer alto cargo cesado en un gobierno del PP? Algún día alguien lo tendrá que explicar, porque ya sabemos dónde está el Sr. Garre, ex-presidente de la CCAA y, ahora podemos comprobar hasta dónde ha llegado el Sr. López Miras.

Podríamos decir, incluso, que con estos datos la investidura que se ha producido esta semana parece más una operación de obstrucción a la justicia. Porque FER, como le llaman los amigos, no viene a gobernar, tiene una responsabilidad más prosaica, más simple: mantener la silla, el sillón caliente y no dejar a nadie utilizar el desatascador, impidiendo que se desborde toda la porquería retenida en su interior que puede mancharlo todo. Vaya un papelón para el nuevo presidente, ser el dique de contención de dos décadas.

Pero no piensen que sólo voy a hablar del PP, de PAS y de FER, porque para que esta farsa se haya podido repetir, para rodar este esperpento y se pueda alcanzar el clímax, se ha necesitado la inestimable colaboración de los agentes especiales del IBEX 35. De sus filial naranja, de su marca blanca, de sus mascotas: Ciudadanos. Un desacuerdo tácito, una discrepancia pactada a través del cual se permiten entregar el gobierno al PP.

Cualquier día aplican la figura penal del “cooperador necesario” a quienes desde la oposición posibilitan el mantenimiento de la rama institucional de la mafia con hechos sin los cuales no podría mantenerse. Dos años llevan cooperando con la corrupción en Andalucía, en la Comunidad de Madrid, en la de Murcia y ya más de seis meses en la Moncloa. Y esto lo terminarán pagando en las urnas, mientras la factura se la pasan a los de siempre. Ciudadanos son los colaboradores necesarios en el mantenimiento de la corrupción, porque sólo mediante aguantando el gobierno puede el PP, como presunta organización criminal, frenar el avance de las investigaciones que desarrollan la policía, la Guardia Civil, los jueces y la fiscalía, porque sólo desde el gobierno se puede disponer de la suficiente información, se pueden hacer las filtraciones pertinentes y se dispone del suficiente poder como para enjugar todas las voluntades necesarias.

Lo hemos visto esta semana cuando nos hemos enterado de que el juez de la Operación Lezo tuvo que poner micrófonos en el despacho del Señor González presidente de la Comunidad de Madrid, porque a éste le pasaban todas las informaciones del desarrollo de las investigaciones. La situación es siciliana, y llevamos años así.

Esta es la crónica de una investidura anunciada, una ficción de regeneración democrática, un intercambio de cromos y de papeles al más puro estilo de la vieja política. No se me ocurre otra manera de considerar esta investidura sino como una puesta en escena, una farsa, una mentira, una ficción, un trampantojo más propio de un sainete que de uno de los actos más trascendentales que se celebran en la sede de la soberanía popular.

Farsa viene del latín ‘farcire’ que quiere decir “rellenar”. No puedo imaginar un concepto más apropiado para el relleno al que hemos asistido esta semana, toda una representación de guiñoles, con personajes que no son de carne y hueso sino marionetas de trapo. Con un candidato que no hubiera pasado nunca por el filtro de unas elecciones… ni fue ni es, ni será el candidato, tampoco lo era de Génova, como tampoco será el Presidente real en esta CCAA.

Como en el teatro de títeres viene relleno por mano de quien de verdad mueve los hilos desde la Presidencia del PP: el Sr. Pedro Antonio Sánchez. Y, lo que es más grave, ahora resulta que, después de dos meses de intensa crisis institucional, con todo el gobierno parado, después de llorar por la dimisión de su jefe y de entregarse a la labor de guardarle fielmente la silla, ahora nos quiere vender un programa político propio. Esto ya no se lo cree nadie.

Y ahí tenemos la segunda escena de esta farsa: la farsa del programa de gobierno propio. “Mi Plan”, se atrevió a llamarlo en su discurso. Un plan que no será otro que el gobierno de Pedro Antonio, que no tenía proyecto, más allá la desregulación económica y de servicios públicos, el capitalismo de amiguetes, la fiscalidad injusta y la privatización completa de la educación pública y la sanidad, es decir, la pérdida de derechos sociales. Y mientras, constatamos como los gobiernos del PP no sólo no han logrado traer ni el AVE, ni aviones, ni el agua, ni más empleo, ni una financiación autonómica más justa, ni una solución para el Mar Menor. Lo que sí han sabido traer es la Púnica, la Gürtel y el caso Auditorio. Ahora tiene proyecto: y se llama FER, el proyecto de mantener bien aislada la información sensible de las investigaciones judiciales.

El mismo día que el INE señalaba que la Región es la tercera más pobre del país y cifraba en un 30% las personas que viven por debajo del umbral de la pobreza con una renta inferior a los 8.273 euros al año. El mismo día en el que se anunciaba que la mitad de las familias no puede permitirse ni una semana de vacaciones, ni hacer frente a gastos imprevistos, o que un 13% de los murcianos y murcianas siguen teniendo problemas para hacer frente a los pagos de su vivienda principal y un 20% no han podido calentar su casa en invierno, ese mismo día nos dijo que la mejor política social es la política de empleo. Pues esa política también es un desastre tal y como señala la EPA del primer trimestre: 20.000 murcianos han abandonado en el último año toda esperanza de encontrar empleo en la Región, 6400 nuevos desempleados engrosaban la lista del paro y más de 45.000 familias tienen a todos sus miembros en paro.

Con su intervención nos dio la sensación de que ni conoce a la Región de Murcia, ni se ha enterado de lo que ha pasado en este Parlamento en los últimos dos meses, ni de la ley de Igualdad, ni de la Ley de Procedimientos de Emergencia Ciudadana, ni de la Ley de Vivienda, que su partido precisamente ha recurrido al constitucional. No debería tener más plan en materia de lucha contra los desahucios o la pobreza energética e hídrica que cumplir las leyes que hemos aprobado los grupos de la oposición, no impugnarlas en el Tribunal Constitucional.

En definitiva, la misma retórica de siempre, el mismo discurso que su antecesor. Este cierre en falso y la investidura de López Miras abren quizá el último capítulo del PP en la Región y probablemente el más funesto. El gobierno que salga de esta sesión de investidura va a ser un gobierno incapaz y débil y, por supuesto, sin más proyecto que el de seguir taponando la suciedad, seguir esquilmando los recursos de todos y todas y seguir lucrándose a costa de nuestros derechos. Por ello, vaticinamos que quedan dos años de inestabilidad gubernamental e institucional. Las tensiones internas por encabezar la lista a 2019 van desgarrar a un PP en el que se ha roto la coalición de intereses. Esa que está más pendiente de los asuntos propios que de los de las murcianas y los murcianos.

Por todo ello, mientras el gobierno sigue entretenido en los juzgados, como “oposición” debemos asumir una gran responsabilidad histórica, pues más que nunca es ahora cuando la Asamblea adquiere una centralidad política desconocida en la historia democrática regional. Por ello, desde PODEMOS en la Región de Murcia nos hemos atrevido a proponer al resto de grupos de la oposición innovar políticamente y realizar una gobierno legislativo desde la Asamblea Regional, un gobierno legislativo que nos permita ofrecer una alternativa al millón y medio de habitantes de esta tierra en el “mientras tanto”, hasta que lleguemos al 2019. Un gobierno legislativo capaz de ofrecer solución a los principales problemas de la Región.

Hemos hecho esta propuesta sobre la base de los muchos acuerdos que hemos alcanzado en los últimos dos años. Porque no podemos quedarnos de brazos cruzados ni limitarnos a realizar la legítima función del control al ejecutivo.

Se abre un tiempo en el que sectores como el de la educación y la sanidad nos exigen que pongamos encima de la mesa soluciones a los problemas que el gobierno se niega a ofrecerles. Tenemos que alcanzar acuerdos como en la Ley para la Regulación de los Conciertos Educativos, registrada en esta cámara por PODEMOS. Tenemos que acabar con la desregulación del mapa educativo. La educación no es un negocio, es un derecho fundamental.

Tenemos que debatir, sin esperar nada de este ejecutivo impotente, de la disponibilidad de centros y aulas, del profesorado y de ratios de niños y niñas, de recursos didácticos y escolares, del mapa escolar, de la corresponsabilidad social y de la apuesta por una verdadera igualdad de oportunidades. Esos deben ser los verdaderos protagonistas. Aquellos a los que el gobierno saliente ha venido recortando en derechos y recursos sistemáticamente.

Tenemos que alcanzar acuerdos en Sanidad para reducir los plazos de las listas de espera usando con carácter preferente los recursos públicos hoy infrautilizados, en lugar de recurrir a la concertación en centros privados y hacerlo por ley.

Tenemos que asumir el liderazgo en la propuesta de reforma del modelo de financiación sanitario, redefiniendo estructural y organizativamente los niveles asistenciales de atención primaria y hospitalaria atendiendo a las necesidades sociosanitarias. Basta ya de hacer un presupuesto que se incumple sistemáticamente y que suma cada año más de 300 millones de euros a la deuda regional.

Les hablo de acordar la aplicación de la cuantía de la Renta Básica de Inserción desde el primer día, sin esperar más, por encima de los 299 euros actuales, la cifra más baja del país. Para ello, necesitamos urgentemente un nuevo modelo de financiación autonómica y estoy seguro que ante la parálisis en los escaños del gobierno podremos encontrar un consenso entre la oposición regional.

Necesitamos una Ley que reforme el Impuesto de Sucesiones que acentúe su progresividad sobre los grandes patrimonios y alivie a los medios y pequeños y no haga tabla rasa para las rentas más altas. El gobierno del PP no tiene un modelo de lucha contra el fraude fiscal, porque está claro que toda lucha contra el fraude fiscal terminaría con investigaciones en las casas y empresas de sus dirigentes y de su partido. Por eso queremos volver a negociar y a debatir la creación de una Oficina Antifraude y esperamos que esta vez encuentre el apoyo de toda la oposición, como esperamos el bloqueo una vez más del PP. Con este control no se hubiera producido ni Corvera, ni Escombreras, ni el despropósito del Auditorio.

Con el Mar Menor ya hemos ensayado esta propuesta. Desde diciembre la Asamblea Regional es la encargada de elaborar una Ley de Gobernanza del Mar Menor. Como no tenemos un gobierno que lo haga, necesitamos una oposición que proteja la laguna y la actividad económica y turística que se desarrolla en torno a ella. Como necesitamos superar los errores históricos en las infraestructuras que tienen a la Región en el vagón de cola. El soterramiento a su paso por Murcia es una quimera a estas alturas y el Corredor Mediterráneo tiene cada año menos presupuesto para su realización, mientras tanto, los trenes de cercanías languidecen.

Agua, Cultura, Renta Básica, Servicios Sociales, política ambiental, energía… se trate de la materia de la que se trate, solo encontramos proyectos fracasados, suspendidos, bloqueados, sin fondos o directamente malas actuaciones del gobierno saliente y del ejecutivo que nombre el señor López Miras. Pero hay muchas propuestas, muchas, y nosotros las hemos llevado a debate y a la cámara y seguiremos haciéndolo con la intención de negociar un programa para un gobierno legislativo, con la voluntad y la generosidad de alcanzar acuerdos y poner fin a las políticas que nos han traído hasta aquí. Y junto a la propuesta del gobierno legislativo, debemos sacar adelante la moción de censura en el Congreso de los Diputados, para ofrecer una opción a la mayoría social de este país.

Desde Podemos somos conscientes de que estamos en el final de una época. Se acabaron las fiestas, el saqueo y el expolio de lo público por parte de la trama del PP, porque el futuro de Murcia y del país no lo puede escribir el partido de la corrupción. Lo tiene que escribir la gente de esta Región.

Secretario General de Podemos en la Región de Murcia. Portavoz Parlamentario de Podemos en la Asamblea Regional
Fuente:
www.sinpermiso.info, 30 de abril de 2017

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