Paraguay: ¿Habrá una explosión en el mes de la guerra?

Paulo César López

31/03/2017

Un Consejo ad hoc sesionó fuera del hemiciclo tomando por asalto la presidencia del Congreso, asignándola al vicepresidente segundo, para flexibilizar reglamentos internos con el fin de habilitar la reelección vía enmienda.

En la antigua Atenas, el Consejo de Areópago fue un órgano político con amplias atribuciones que, tras permanecer bajo la égida del rey, sucedió a la monarquía en el gobierno de la polis. El punto geográfico donde celebraba sus sesiones era proporcional a su poder político. Las deliberaciones transcurrían en lo alto de una colina donde, según las leyendas helénicas, tuvieron lugar emblemáticos juzgamientos, entre estos el proceso al matricida Orestes, quien vengó el asesinato de su padre, Agamenón, y resultó absuelto con el voto de desempate de Atenea.

Las diversas penalidades y peripecias que atravesó Orestes varían según la historia sea contada por Eurípides, Sófocles o Esquilo. (En el célebre prólogo a la cuarta edición de “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”, Friedrich Engels esboza un pionero ensayo de sociología del arte analizando las tragedias griegas desde un enfoque materialista).

Pasando al tema que nos atañe, la noche del lunes ya rumoreaba algunos presagios. La sede del Congreso fue cercada por las fuerzas policiales y, según las denuncias, no se permitió el ingreso a los legisladores que se oponen al proyecto de enmienda para habilitar la reelección presidencial y se mantienen en la postura de que el procedimiento es la reforma.

En la tarde del martes, un Consejo ad hoc devenido en pleno sesionó en una oficina contigua al hemiciclo. Pasando por alto al presidente del Congreso, Roberto Acevedo, y al segundo en la línea de sucesión, Eduardo Petta, el vicepresidente segundo, Julio César Velázquez, presidió una reunión de tipo clandestina en la que veinticinco senadores modificaron reglamentos internos flexibilizando disposiciones relativas al quórum para el tratamiento y aprobación de leyes. De esta manera, se bajó la altura de los caños para que el proyecto de reelección vía enmienda saque ventaja en la carrera de obstáculos.

El senador colorado Juan Darío Monges, citado por el diario La Nación (propiedad del Grupo Cartes), expresó que la manera en que se llevó a cabo la sesión extraordinaria fue a consecuencia de que el presidente del Congreso ignoró al menos dos pedidos de convocatoria. Además de ello, a fin de poner orden –continúa el reporte reproduciendo las declaraciones de Monges–  el vicepresidente segundo del Senado, Julio César Velázquez, “se tuvo que hacer cargo de la indisciplina y griterío, y tuvo que dar entrada al documento”.

Con relación al proyecto de enmienda que tienen planeado presentar, afirmó que es un texto distinto al rechazado en agosto de 2016. Por ello, según Monges, en este caso no rige el impedimento constitucional que veta por el periodo de un año el tratamiento de las propuestas de enmienda que hayan sido rechazadas por una de las Cámaras del Congreso. Como detalle final del cuadro, el diario presidencial ilustra la nota tomando como una de sus fuentes la cuenta de Twitter del Frente Guasu.

Por su parte, el grupo de catorce senadores encabezados por Acevedo, cuya presidencia fue desconocida por el Consejo ad hoc, presentó una denuncia ante el Ministerio Público por los “hechos punibles contra la constitucionalidad del Estado y usurpación de funciones públicas”, informó el sitio oficial del Senado.

En el escrito se sostiene que “se han cometido delitos de extrema gravedad contra la integridad democrática de la República del Paraguay en sede del Congreso Nacional”. Agrega que un grupo de senadores solicitó una sesión extraordinaria para el tratamiento de modificaciones al reglamento interno, pero el presidente de la Cámara rechazó el pedido arguyendo que no reunía requisitos como la inclusión del proyecto de resolución.

La reproducción de la nota prosigue narrando que la Presidencia del Congreso convocó a una sesión extraordinaria para el 30 de marzo con base en el plazo de 48 horas que le otorga el reglamento para analizar las solicitudes. Posteriormente detalla que, hacia las 10:40 horas, sin que se haya dado inicio a sesión alguna, el senador Velázquez “se autoproclama” presidente del Congreso. En su petitorio, Acevedo y los demás firmantes piden al Ministerio Público que requiera el desafuero de los partícipes del hecho y formule imputación contra los mismos.

El mes de la guerra

El nombre del tercer mes de nuestro calendario proviene del latín Mars (Marte), el dios romano de la guerra. En medio de esta coincidencia, cabe plantear la interrogante sobre por qué la movida oficialista se ejecutó precisamente en los días en que la Federación Nacional Campesina (FNC), un movimiento contrario al proyecto de reelección, realiza su vigésimo cuarta marcha anual del campesinado pobre, bajo la consigna de que “Sin reforma agraria no habrá paz”.

Al igual que en años anteriores, se prevé una importante convocatoria y un masivo acampe frente al Congreso agitaría y volcaría a las calles a otros sectores descontentos con la gestión presidencial.  La organización campesina congregada en la capital forma parte del Partido Paraguay Pyahurã (PPP), cuya demanda es la renuncia de Cartes, de toda su línea sucesoria y la conformación de una Junta Patriótica.

En marzo de 1999, la marcha de la FNC coincidió con las protestas que forzaron la renuncia del presidente Raúl Cubas Grau tras la muerte de siete personas. Los hechos estuvieron precedidos por el asesinato del entonces vicepresidente Luis María Argaña, ocurrido el 23 de marzo de ese mismo año.

Por el lado del Frente Guasu, la única intención sería habilitar la candidatura de Fernando Lugo para los comicios de 2018, por lo que no existiría un plan para poner en aprietos al Ejecutivo. Bajo el icónico mes de marzo como fondo, el búmeran del juicio político podría iniciar su trayectoria de regreso.

Como fundamento de su pacto con el cartismo, los propulsores de la candidatura de Lugo sostienen que este es el único con posibilidad de derrotar al candidato del Partido Colorado y que amplios sectores de la sociedad, en especial los más empobrecidos, claman por el retorno del mandatario depuesto en 2012 tras los sucesos de Curuguaty.

En efecto, los últimos sondeos difundidos por medios de prensa ubican a Lugo como favorito con vistas a las generales de 2018. Las consultas también revelan los altos niveles de rechazo a la gestión del presidente Cartes, por lo que se vaticina una masiva deserción de sus votantes en caso de que se postule para pugnar por otro mandato. En tanto, los liberales –dispersos y tanteando en varios frentes– tampoco llegan sin una coalición en la que, según se muestran las cosas, deberán resignarse nuevamente a la Vicepresidencia.

¿Cuándo sí y cuándo no?

¿Existe una violencia “buena” y una violencia “mala”? A criterio de este comentarista, sí. No podríamos comparar a aquel caballero que tomó las armas asumiendo la misión de desfacer agravios y enderezar entuertos con aquellos que hacen estrellar sus misiles contra hospitales.  Por extensión, nos preguntamos si existe una violación “buena” y una violación “mala” de la Constitución. Aunque de hecho ya estamos inmersos en el fango del vale todo y la Carta Magna es violada todos los días, insistir con la enmienda a como dé lugar ahondaría e incluso podría terminar por rematar la crisis generalizada que vive el país. Esto no necesariamente debe ser tomado como algo malo, pues de la explosión también puede nacer lo nuevo.

No obstante, cabe advertir en contra de la eclosión de un relativismo de dimensiones tales que ya nada significa nada. Podríamos, por ejemplo, volver a las viejas discusiones sobre si la realidad existe o es solo una representación de la conciencia. Con todo, la realidad se empeña en existir y la verdadera dicotomía no radica en un enfrentamiento entre defensores y violadores de la Constitución.

Para ser más precisos, el espectáculo del que somos testigos son meras escaramuzas entre bandos indefinidos que se componen, disgregan y recomponen según las circunstancias, las más de las veces por razones ajenas al rol que les asigna el régimen de democracia representativa. Finalmente, tal como lo idearon los poetas malditos –que en sus testamentos consignaron que sus tumbas sean asiento de cultos nocturnos– al interior del plato volador no se entrevén más que pactos promiscuos y contubernio de pícaros.

escritor y periodista paraguayo.
Fuente:
E´a.com.py 29 de marzo, 2017

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