Refugiados: De Aylan a Jalid, ¿hasta cuándo?

Jaime Costa

10/01/2016

El 2 de septiembre de 2015 Aylan un niño sirio de 3 años apareció muerto en una playa turca. El 3 de enero de 2016 Jalid, otro pequeño sirio, falleció también ahogado. Cinco meses separan las dos estampas. Llevamos más de cinco meses y más de un año de ineptitud europea, de discursos sobre la acogida de quienes huyen de la guerra, de quienes piden refugio y de una realidad que siempre termina por negar las palabras. Las vallas y muros crecen por Europa, como lo hacen las restricciones y el endurecimiento de las condiciones de acogida hacia los que llegan escapando del horror de la guerra o de la persecución por los múltiples motivos reconocidos en la Convención de Ginebra. Las más de 3.700 personas ahogadas el Mediterráneo durante 2015 o las imágenes espeluznantes de hambre y dolor de los habitantes de la ciudad siria de Madaya demuestran como las autoridades europeas y las de la mayoría de los países que componen la Unión permanecen de brazos cruzados ante la tragedia diaria que ocurre delante de sus ojos.

A día de hoy, las cifras de personas reubicadas son simplemente ridículas: 18 en España de un contingente que debería alcanzar, a finales de este año 2016, una cota aproximada de 17.500. Los propios números de reubicación y reasentamiento de toda la UE, algo más de 140 mil personas en el primer supuesto y de unas 20 mil para el segundo, se encuentran ampliamente superados por la realidad de más de un millón de personas que han llegado a Europa solicitando asilo. Los mecanismos de la UE, su política de fronteras o el Reglamento de Dublín(1) sobre las condiciones de la acogida se ponen en cuestión desde hace ya muchos meses.

Terminar con la actual cascada de muertes, exige medidas esencialmente políticas más que económicas. Se trata, tal como ha señalado ACNUR, de garantizar vías seguras de entrada para las personas refugiadas. Hablamos de visados humanitarios en sus países de origen o en aquellos en los que ahora se encuentren para evitar que deban pagar fortunas a traficantes que, en precarias embarcaciones o vehículos de todo tipo, les empujan a jugarse la vida para arribar a lugares seguros en Europa. Supone también establecer un sistema de salvamento marítimo europeo que de manera activa localice los botes que hallen a la deriva por el Mediterráneo. Actualmente FRONTEX y sus embarcaciones están diseñadas para la protección de las fronteras y solo ayudan a migrantes y refugiados si los encuentran. Implica reformar el actual sistema de distribución de refugiados, comenzando porque las cifras se acerquen a su número real. En resumen, se trata de hacer de los Derechos Humanos la base de la acción política ante una crisis humanitaria de unas proporciones tan enormes, que se desconocían desde la Segunda Guerra Mundial. (2)

Notas:

(1) Reglamento por el cual todo refugiado que llegue a la UE debe ser acogido y permanecer en el país al que llegue no pudiendo ir a otro.

(2) Más información al respecto puede hallarse en el artículo aparecido en Sin Permiso el pasado 6 de diciembre de 2015 http://www.sinpermiso.info/textos/refugees-welcome

 

Activista por los Derechos Humanos
Fuente:
www.sinpermiso.info, 10 de enero 2016

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