Refugiados: “No en nuestro nombre”

Pablo Iglesias

Alberto Garzón

10/04/2016

El lunes 4 de abril comenzaron las expulsiones de 202 refugiados pakistaníes, afganos y de otras nacionalidades de los centros de detención de Lesbos y Chio (ver video). En medio de escenas de gran violencia, fueron conducidos por la policía a los ferrys para su traslado a Turquía. Tras la expulsión de las ONGs y la negativa de las organizaciones humanitarias como ACNUR a participar en las expulsiones, solo Amnistía Internacional ha tenido acceso regular a los centros de detención.

El dispositivo ha tenido que interrumpirse al tercer día por falta de medios y personal, hasta el viernes 8. De los 400 interpretes previstos, solo estaban sobre el terreno 46, aunque si la mayoría de los funcionarios judiciales o de asilo que deben tramitar en dos semanas las peticiones de los refugiados. Pero según Amnistía Internacional, de las 833 solicitudes, solo habían podido procesar 10. Los solicitantes de asilo eran detenidos y trasladados a los centros, contra la normativa internacional. En el campo de Moria 3.083 de los 3.097 detenidos habían expresado el dia 6 su intención de pedir asilo, según ACNUR.

Mientras tanto, la Comisión europea ha tenido dos iniciativas de calado. La primera, una propuesta de reconstruir la política de asilo y refugio de la UE a través de la creación de una oficina central de la UE, que sería responsable de todo el proceso, desde la recogida de las solicitudes hasta el reparto de los refugiados. Ante la escasa receptividad de los estados miembros, el Plan B se reduce a una asignación obligatoria de refugiados. Las críticas no han tardado en llegar, en especial de uno de los principales consultores para el diseño de Dublin III, el profesor Steve Peers (ver aquí).

La segunda iniciativa, es la toma de huellas dactilares a los niños a partir de los 6 años para los visados de corta duración, para su inclusión en el sistema de datos de la UE. Lo que en principio se trata de una medida para garantizar la seguridad de los menores, se puede convertir en un terrible mecanismo de discriminación ligado al problema de los refugiados.

La ola de histeria xenófoba sigue extendiéndose por la UE. Una encuesta del IFOP francés señala que el 72% de los franceses, el 66% de los alemanes y el 60% de los italianos quieren que se restablezcan los controles fronterizos dentro de la zona Schengen. No todo es un problema de actitudes: Turquía ha anunciado que ya ha terminado 300 km de los 911 del muro que separará su territorio de Siria. Y en el campo de detención de Zawiya, Libia (segundo frente de la crisis de refugiados), los guardias dispararon a un grupo de refugiados que intentó huir, matando a cinco e hiriendo a 15.

En el Reino de España, el 6 abril tuvo lugar por fin la comparecencia del presidente del gobierno en funciones, mariano Rajoy, para informar de su actuación en el Consejo Europeo del 18 y 19 de abril, que firmó el acuerdo sobre refugiados con Turquía. Los interesados pueden leer el acta completa de la sesión aquí. Nos limitamos a reproducir las intervenciones de Pablo Iglesias en representación de Podemos y de Alberto Garzón por Izquierda Unida. SP

 

“Ustedes han ido a Europa a exportar la peor imagen de la marca España”

Pablo Iglesias

Señorías, señor presidente en funciones, muchas gracias por comparecer y muchas gracias por citar a Ben Bella, un héroe de la guerra de liberación argelina. La próxima vez que nos veamos le voy a regalar Los condenados de la tierra, de Frantz Fanon, con el permiso, eso sí, de su ministro del Interior, que a lo mejor está preocupado por si lleva usted a cabo lecturas subversivas y, a lo mejor, le pide a algún comisario de policía que le investigue si lee usted a Frantz Fanon o a Ben Bella. El problema es que —estará de acuerdo conmigo, señor presidente en funciones—, después del acuerdo al que han llegado ustedes en Europa, citar a Ben Bella en sede parlamentaria quizá no sea lo más adecuado, por no decirle que quizá tenga usted algo de caradura citando a Ben Bella después del acuerdo al que han llegado. Yo no voy a citar a Ben Bella ni a Frantz Fanon hoy —bien me gustaría—, sino el artículo 14 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que dice algo muy sencillo: En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo y a disfrutar de él en otros países.

Señor presidente, en esta Cámara, que es la sede de la soberanía popular, acordamos una declaración que establecía la posición de nuestro país, la posición de España, en la reunión del Consejo Europeo de 17 y 18 de marzo. Aquella declaración decía —le cito textualmente—: Solicitamos que los acuerdos con Turquía contengan garantías de cumplimiento de la legalidad internacional y del respeto a los derechos humanos. Dicha legislación exige que exista la certeza de que se respete el principio de no devolución. Que las personas puedan solicitar el Estatuto del refugiado y, en caso de ser refugiado, recibir protección con arreglo a la Convención de Ginebra o con garantías equivalentes mediante derecho interno, lo que incluye también el acceso a derechos económicos y sociales garantizados en la convención.

Con todo el respeto, no sé qué parte de la declaración no entendió. Usted ha dicho aquí, en esta tribuna, hace un momento: Con este mandato viajé a Bruselas. Pues bien, parece que no era un mandato. Finalmente, en el Consejo los Gobiernos de los veintiocho Estados miembros de la Unión Europea aprueban por unanimidad un acuerdo con Turquía que, hay que decirlo claramente, es una vergüenza. El acuerdo sigue vulnerando las obligaciones de Europa con la legislación internacional sobre los derechos humanos. El acuerdo supone enterrar definitivamente el derecho de asilo en Europa y da la espalda a miles de personas que, ¿saben de qué están huyendo, señores del Partido Popular? Huyen del terrorismo y de las bombas. Terrorismo y bombas de la misma intensidad, con el mismo valor moral, que los que sufrió París o los que sufrió Bruselas. Esas personas no valen menos que los europeos, señorías.

Se ha tratado de vender este acuerdo como un conjunto de medidas temporales y extraordinarias para preservar el orden público. Sin embargo, hablar de orden público —un término que le encanta a nuestro ministro del Interior, que además de rezar a la Virgen y hablar por teléfono podría leer a Ben Bella y a Frantz Fanon, que no le vendría mal - impone establecer el uso de la fuerza y entender que las vidas humanas son objeto de mercantilización, y esto no es hablar por hablar. Ustedes han puesto precio a las vidas humanas: 3.000 millones de euros a Turquía. Eso es lo que valen las vidas humanas para ustedes de muchos europeos.

El Gobierno de España en funciones ha desantendido el mandato extremadamente claro que dio este Parlamento. Señor Rajoy, usted ha faltado al respeto a la soberanía de nuestro pueblo votando a favor de un acuerdo que contraviene claramente lo decidido por esta Cámara. Este acuerdo no incluye las garantías mínimas exigidas en la declaración institucional que aprobó por unanimidad la Comisión Mixta para la Unión Europea aquí, en sede parlamentaria, el 16 de marzo. Se las voy a recordar, por si las ha olvidado usted. Este Parlamento acordó oponerse de manera clara a cualquier acuerdo con Turquía que permitiera expulsiones colectivas. Estas expulsiones están prohibidas por la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea y por el Protocolo n.o 4 del Convenio Europeo de Derechos Humanos. Esta Cámara, señor Rajoy, exigió que se garantizara el estudio caso por caso de cada persona refugiada. Querría que nos explicara —y esta es una pregunta para que añada usted a las anotaciones que está haciendo— cómo se va a estudiar el caso de cada persona refugiada de manera individualizada en apenas dos o tres días como plantea el acuerdo con garantías suficientes. Señor Rajoy, cómo va a cumplir este procedimiento con la directiva europea y con la legislación internacional de derechos humanos. Me pregunto cómo es posible cumplir con el derecho a abogado y a intérprete, con el derecho a recurrir la decisión del Estado con efectos suspensivos, con el derecho a acceder a organizaciones de derechos humanos que sean agencias especializadas y que no sean los agentes migratorios los que tomen la decisión definitiva sobre el caso de cada persona. Cómo es posible esto en dos o tres días, señor Rajoy, como han acordado ustedes en Bruselas.

La impresión que tengo, señor Rajoy, es que ustedes han ido a Europa a exportar la peor imagen de la marca España, ese modelo de devoluciones en caliente que ha sido vergonzoso y que ha situado a nuestro país en la posición vergonzosa de tener que ser denunciado sistemáticamente por organizaciones de derechos humanos. Me hace sentirme orgulloso de ser español nuestra sanidad pública y los profesionales de la educación, pero me hacen sentir vergüenza las barbaridades que se han hecho en nuestras fronteras con seres humanos que deberían tener los mismos derechos que los españoles. Es una vergüenza que nuestro país exporte devoluciones en caliente en Europa, señor Mariano Rajoy.

Le recuerdo, señor presidente en funciones, que la declaración que establecía la posición de España decía que en las actuales circunstancias Turquía —estoy hay que decirlo muy claro— no es un país seguro. La declaración exigía que Turquía reformara su legislación para respetar la ley y legislación internacional en materia de derechos humanos y de derecho de asilo. ¿Puede usted explicar, señor Rajoy, a qué se ha comprometido Turquía? ¿Ha modificado Turquía su legislación en los tres días que tardó en hacerse efectivo el acuerdo? ¿Puede usted explicarnos cómo es posible que los países de la Unión Europea, que tardaron más de seis meses en llegar a un acuerdo sobre el reparto de refugiados, hayan tardado solo dos días en llegar a un acuerdo con Turquía a cambio de 3.000 millones de euros? Vamos a decir la verdad: Turquía no es un país seguro y la Unión Europea solamente pretende convertir a Turquía en una policía de frontera y al señor Erdogan en un centinela. Eso es lo que han acordado ustedes en el Consejo Europeo, convertir al señor Erdogan en un centinela que trate de representar los intereses y las obligaciones que la propia Europa debería tener con los refugiados. Turquía ha sido denunciada sistemáticamente por organizaciones de derechos humanos y organismos internacionales tan poco sospechosos de radicalismo como Amnistía Internacional o como Acnur, por devolver a personas sirias o iraquíes a sus países de origen, vulnerando el principio de no devolución, exactamente lo que esta Cámara parlamentaria dijo que no se podía consentir. En el acuerdo no aparece ninguna garantía expresa para que Turquía respete ese principio. Esa cláusula estaba en los primeros borradores del acuerdo.

¿Puede explicar, señor Rajoy, por qué ha desaparecido esa cláusula? Turquía ha sido condenada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en más del 93 % de los casos en los que ha sido denunciada y, actualmente, en la frontera turca hay unas 200.000 personas desplazadas que residen en campos de concentración en condiciones atroces: sin agua potable ni saneamiento, con riesgo de secuestros y sin posibilidad de registrarse por miedo a ser devueltos a Siria.

Señorías, quiero dirigirme a todos ustedes, pero en especial al señor Sánchez. En España hace falta un Gobierno comprometido con el derecho de asilo y con los derechos humanos y —se lo digo con toda humildad— quizá eso no sea posible cuando se llega a acuerdos con los que querían negar la tarjeta sanitaria a personas que solamente estaban huyendo de la pobreza, señor Sánchez. Quizá, señor Sánchez, en ese acuerdo con más de doscientas propuestas ustedes hubieran podido tener la oportunidad de decir algo sobre el derecho de asilo, pero parece que el señor Girauta dice que de ese acuerdo no se puede tocar ni una coma porque se levantan de la mesa. Pues bien, yo le digo: con intolerantes, con los que no son capaces de reconocer los derechos humanos es muy difícil hacer un Gobierno progresista, señor Sánchez. Es urgente abrir vías legales y seguras de entrada a nuestro país y a la Unión Europea; es urgente establecer la posibilidad de solicitar el asilo en embajadas y consulados de terceros países. Todos vimos —no se ría, señor Floriano— la imagen de un niño ahogado en la playa. La imagen de ese niño es consecuencia de la política europea que no permitía a su familia solicitar el derecho de asilo en embajadas o en consulados de la Unión Europea por culpa del Protocolo Dublín III. Lo que hace falta es que nuestro país deje de llorar lágrimas de cocodrilo y exija en la Unión Europea que se respeten los derechos humanos y que se respete la legislación internacional en materia de derecho de asilo.

Tenemos que reformar nuestro sistema de asilo y asumir un mayor compromiso en la acogida de personas refugiadas. Actualmente el nivel de concesiones de estatuto del refugiado es muy bajo y hay casos que se quedan en los cajones esperando a poder ser denegados. Eso es algo intolerable en un Estado de derecho. Es imprescindible mejorar los programas de acogida y garantizar que todas las personas refugiadas tengan todos los derechos, y todos son todos, señor Rivera: la sanidad, la educación, una vivienda digna y adecuada.

Permítanme terminar con una reflexión de El Roto: La altura moral de los países es inversamente proporcional a la altura de sus vallas. Ojalá pronto tengamos un Gobierno en España, señor Sánchez, que esté a la altura de los derechos humanos.

 

“Presentaremos mañana una querella contra Rajoy”

Alberto Garzón

Muchas gracias, señor Rajoy, presidente en funciones. Las palabras tienen siempre un significado oculto, siempre son muy tramposas, y usted ha reiterado una que se utiliza mucho en estos momentos que es la de refugiados. Pero la pregunta es por qué se les llama refugiados si la tarea fundamental que está haciendo la Unión Europea es precisamente negarles el refugio, negarles la capacidad de ayuda, negarles el sostenimiento y la defensa de los derechos humanos. Porque lo que está sucediendo en estos momentos en la Unión Europea es gravísimo, es dramático, no solo porque haya ahora mismo más de 50.000 personas desamparadas en territorio europeo, desamparadas por todos los Gobiernos de la Unión Europea, sino que además se trata solo del 10 % de la gente que está huyendo de Siria.

La guerra en Siria, el terrorismo en Siria, ha provocado que más de 5 millones de personas tengan que marcharse de sus casas buscando refugio y se han encontrado con que de repente en la Unión Europea, esa Unión Europea mitificada del desarrollo, del progreso, de los derechos humanos, de la civilización occidental, lo que hace es solo ponerles trabas y mantener actitudes profundamente antidemocráticas y sobre todo contrarias a los derechos humanos. Estas personas están ahora mismo durmiendo hacinadas, durmiendo sobre el barro, sufriendo todo tipo de privaciones fundamentales: de alimentos, de libertad. Están en campos de detención —en campos de detención— de la Unión Europea; y la detención es un concepto contrario al concepto de asilo. Por lo tanto no vale decorar los discursos con palabras grandilocuentes de ayuda de la Unión Europea, vayamos a la realidad concreta. Y la realidad concreta —digámoslo de forma clara— es que usted, como representante del Gobierno en funciones, y otros dirigentes europeos —en definitiva, lo que nosotros hemos considerado como un puñado de burócratas— han firmado un contrato comercial, un contrato mercantil, donde las mercancías son las personas; personas que tendrían que tener derechos humanos y a los que ustedes se los niegan, porque en ese contrato mercantil ustedes han contratado al mismo tiempo a un matón al que pagan para que ustedes y todos los dirigentes europeos puedan mirar hacia otro lado ante el drama de millones de personas que en última instancia sufren el terrorismo y las guerras. Y es un contrato mercantil que claramente además causa clasismo, porque el problema que tiene la Unión Europea es con los pobres, porque a los inmigrantes que vienen con dinero ustedes les abren las puertas, pero cuando son pobres que huyen del terrorismo y de las guerras, ustedes lo que hacen es poner un matón que no solo no les protege, sino que les da palizas, les trata con autoritarismo y al que ustedes además financian. Un país que es miembro de la OTAN —responsable también la OTAN de las guerras de las que están huyendo esas personas— y un país que asesina a los kurdos, que están luchando contra el Estado Islámico, contra el terrorismo bárbaro, que no solo está en Siria sino también, como hemos visto desgraciadamente, en territorio europeo.

Señor Rajoy, señores diputados del Grupo Popular, desde Izquierda Unida-Unidad Popular presentaremos mañana una querella contra el señor presidente del Gobierno en funciones, el señor Rajoy, una querella por delitos de lesa humanidad. Entiendo que les haga gracia porque entre otras cosas parece que ustedes no aprenden de la experiencia. Esa actitud arrogante que acaban de mostrar la tuvieron también cuando nosotros presentamos la querella Bárcenas, y hoy no sonríen tanto después de esa querella. Esta querella es un ejercicio político de dignidad porque los crímenes de lesa humanidad no solo se cometen por dictadores enfundados en trajes militares; muchas veces lo hace también gente con traje y corbata, vistiendo de etiqueta, portando maletines y paseándose por las directrices y las instituciones europeas, porque los delitos de crímenes de lesa humanidad también incluyen la deportación y el traslado forzoso de la población, y eso es lo que están haciendo ustedes, y en particular el presidente en funciones, Mariano Rajoy. Por un ejercicio de dignidad, nosotros decimos claramente que no en nuestro nombre.

secretario general de Podemos y portavoz de su grupo parlamentario.
Portavoz de Izquierda Unida-Unidad Popular en el Congreso de los Diputados.
Fuente:
http://www.congreso.es/public_oficiales/L11/CONG/DS/PL/DSCD-11-PL-7.PDF

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