Reino de España: "Merecer el odio de la oligarquía será la mayor de nuestras honras"

Pablo Iglesias Turrión

Xavier Domènech

Alberto Garzón Espinosa

Alexandra Fernández Gómez

29/10/2016

Reproducimos las intervenciones de los cuatro portavoces del grupo parlamentario Unidos Podemos el pasado 26 de octubre en el debate de investidura del candidato del Partido Popular, Mariano Rajoy, a la presidencia del gobierno del Reino de España. Tras la anunciada abstención mayoritaria y división del grupo parlamentario del PSOE, Unidos Podemos se ha convertido en portavoz de la oposición y de la resistencia social. Quienes estén interesados pueden consultar las intervenciones y el debate en su totalidad en el Diario de Sesiones (1 y 2). SP

Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea tiene la palabra el señor Iglesias Turrión.

El señor IGLESIAS TURRIÓN: Gracias, señora presidenta.

Saben ustedes, señorías, que me gusta homenajear desde esta tribuna a los luchadores por la democracia y por la libertad en nuestro país, aquellos que me hacen sentir orgulloso de ser español. Se conmemora en estos días el 80.o aniversario de la llegada a nuestra patria de las brigadas internacionales. A los pocos que quedan vivos y a los que han mantenido la llama de su memoria encendida gracias por venir a nuestra patria a combatir el fascismo. (Aplausos.—Rumores).

La señora PRESIDENTA: Un segundo, señor Iglesias. Silencio, por favor. Adelante.

El señor IGLESIAS TURRIÓN: El orden reina en Madrid. Ha costado, pero finalmente lo han conseguido. Lo que no consiguieron en las urnas, parece que lo van a conseguir mediante lo que algunos llaman ya el abstencionazo: una triple alianza va a hacerle presidente, señor Mariano Rajoy, y parece que esta investidura es un trámite; un trámite para ustedes, un trámite desagradable para Ciudadanos, y un trámite vergonzoso para el Partido Socialista. Pero créanme que esta investidura es muy importante. Esta investidura señala un antes y un después en la historia política de nuestro país, y les pediría que no tuviéramos un debate convencional, porque hoy se está haciendo historia en esta Cámara. Hoy en esta Cámara lo que representó el pasado de nuestro país da lugar a algo que será completamente distinto, y estoy convencido de que efectivamente el tiempo pondrá a cada uno en su lugar.

El carácter histórico de esta investidura se ve en algunos hechos obvios. El primero es que el Partido Socialista va a hacer presidente al candidato del Partido Popular. Ello rompe algo fundamental en nuestra historia democrática, que era el reparto simbólico de posiciones entre dos formaciones políticas que, como decía el señor Mariano Rajoy, podían estar de acuerdo en cosas muy importantes como la economía o la relación con Europa pero que representaban culturalmente dos mundos y eso, de alguna manera, explicaba nuestra democracia. Eso hoy ha terminado. Hay un tercer actor en esta triple alianza que, a mi juicio, hoy agota su función histórica. Lo dijo el presidente del Banco Sabadell, hace falta un Podemos de derechas, hace falta un Podemos de los bancos. Al final, parece que para lo que ha servido Ciudadanos es para que el peor PSOE siga gobernando en Andalucía, para que el peor Partido Popular siga gobernando en Madrid y para que, finalmente, el señor Mariano Rajoy siga siendo presidente del Gobierno. Hay más señales inequívocas del carácter histórico de lo que estamos viviendo aquí. Esa triple alianza tiene detrás nada más y nada menos que 15 millones de ciudadanos que les han votado —eso es muy importante—, pero da la impresión de que ustedes se dejan fuera tres cosas. Se dejan fuera a las naciones sin Estado de este país plurinacional que es España, se dejan fuera a los menores de cuarenta y cinco años y se dejan fuera a las grandes ciudades. Hay un enorme contraste entre el pasado que representan ustedes y el futuro. Seguramente, el tiempo pondrá a cada uno en su lugar.

Decía antes que es histórico que el Partido Socialista les vaya a entregar a ustedes el Gobierno, es histórico que otro partido vaya a permanecer en el bloque de la oposición y es histórico que el partido de los socialistas de Cataluña haya decidido votar no. Para los que dicen que España no es una realidad plurinacional y que Cataluña no tiene un ecosistema político propio, para muestra un botón. Por último, es histórico que haya un espacio político, Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, con más de 5 millones de votos detrás, que no vaya a pasar por el aro y que asuma ser oposición de verdad, porque es muy difícil decir que se es oposición después de entregar el Gobierno al Partido Popular. (Aplausos). Lo que va a ocurrir hoy pone fin al sistema político que sucedió a nuestra transición. Ironías de la historia, parece que el único partido político tradicional que sale indemne de lo que ha ocurrido en España es el PNV. A día de hoy, las dos instituciones tradicionales a prueba de crisis son la monarquía y el Partido Nacionalista Vasco, bien unidos por la cruz de Borgoña. Se sonríe el señor Aitor Esteban, que sabe lo que significó la cruz de Borgoña para los viejos ‘gudaris’ vizcaínos; el señor Rivera a lo mejor lo busca en Google. (Risas). Muy importante para España la cruz de Borgoña. (Aplausos).

El sistema político que surgió de la transición... (Rumores). La señora PRESIDENTA: Un segundo, señor Iglesias.

Ruego silencio a sus señorías.

El señor IGLESIAS TURRIÓN: El sistema político que surgió de la transición tenía dos grandes partidos y una tercera fuerza arrinconada por el sistema electoral, construyendo una geografía cerrada muy parecida a la de algunos países de Europa, con un centroizquierda y un centroderecha. Eso ya no existe, se acabó. El sistema político que surgió de la transición se organizó bien con Cataluña. Después de derrotar al ‘suc’ existía Convergència i Unió, que aseguraba una gobernabilidad tranquila, entre comillas, en Cataluña y que apoyó a gobiernos del Partido Popular y del Partido Socialista. Entonces el PSC era un partido importante en Cataluña, que gobernaba nada más y nada menos que la alcaldía de Barcelona. Hoy, la alcaldesa de Barcelona se llama Ada Colau, En Comú Podem ha ganado las dos últimas elecciones generales en Cataluña y una alianza en el pasado inimaginable entre dos fuerzas políticas que ahora defienden abiertamente la independencia ganó las últimas elecciones catalanas. El mundo político catalán posterior a la transición ya no existe, es diferente, y tres partidos del inmovilismo —que, con todos los respetos, son subsidiarios en Cataluña— difícilmente van a poder responder a algo tan importante para nuestro país como es la plurinacionalidad del Estado. (Aplausos). En el País Vasco ocurrió lo mismo con el PNV, que favoreció la gobernabilidad de los partidos tradicionales españoles. El PNV resiste bien pero las dos últimas elecciones generales las ganó Podemos y Unidos Podemos y allí el Partido Socialista y el Partido Popular son los últimos partidos, ocupan la cuarta y la quinta posición y Ciudadanos es extraparlamentario. ¿De verdad creen ustedes que están preparados para asumir los desafíos que tienen que ver con la plurinacionalidad de nuestro Estado si se mantienen en posiciones inmovilistas que les han hecho ser marginales en Cataluña y en Euskadi? Contraste entre pasado y futuro.

El sistema electoral diseñado en 1977 —porque en este país tenemos un sistema electoral preconstitucional, aunque después se convalidara— estaba diseñado básicamente para dificultar la llegada de la izquierda al Gobierno. No lo digo yo, lo decía un tal señor Wert en un paper de la Fundación FAES del año 2001. Los efectos que pretendía ese sistema electoral ya no se producen. Somos la primera fuerza de oposición en Baleares, en Comunidad Valenciana, en Madrid, en Navarra y en Galicia. Somos segunda fuerza en ciudades como Madrid, Bilbao, Coruña, Santiago, Vigo, Cádiz, Gijón, Oviedo, Palma de Mallorca, Santa Cruz de Tenerife, Valencia, Castellón, Alicante o Iruña. Ganamos las elecciones generales en Euskadi y en Cataluña y en las ciudades más importantes de España, así como en los tres consells insulares de Baleares, no gobiernan partidos tradicionales surgidos del sistema político del setenta y ocho. De verdad, les pido que tengamos un debate a la altura del momento histórico. El contraste que hay entre esta investidura y la realidad de nuestro país, entre futuro y pasado, les debería hacer reflexionar sobre que, efectivamente, el tiempo pondrá a cada uno allí donde le corresponda. (Aplausos).

Hay dos claves para entender lo que ha ocurrido. Una no es nueva, es la plurinacionalidad de nuestro país, algo que la triple alianza se empeña en despreciar. Ustedes se bunkerizan negando lo que a los ojos de todo el mundo es evidente. Hay una segunda que tampoco entendieron nunca: lo que significó el 15M. Ustedes tuvieron la arrogancia de decir a esa gente que se manifestaba: Pues monten un partido político y preséntense a las elecciones. Creo que hoy algunos se arrepentirán de haber sido tan arrogantes en aquel momento. Lo que ustedes no entendieron es que el 15M inauguraba una nueva transición en España; una nueva transición en la que el miedo había dejado de ser un operador político. Se nos ha repetido hasta la saciedad que en la transición española había miedo a una nueva guerra civil. Yo creo que miedo a eso no porque en aquellos tiempos únicamente había un bando que hubiera podido guerrear, pero claro que había miedo. Había miedo a ese ejército, había miedo a las élites políticas del franquismo que fundaron su partido, había mucho miedo a los cuadros de mando de la dictadura. Bueno, ese mundo se ha terminado. Los jóvenes españoles no tienen miedo; el miedo no va a volver a ser un operador político que condicione el comportamiento de nuestro país y la mejor prueba de que eso es así es que nosotros estamos aquí. Contraste entre futuro y pasado, señorías. (Aplausos). Los únicos que tienen miedo en España son las élites y sus papagayos; por ejemplo, convierten una protesta estudiantil en violencia, después en fascismo, después en ETA y, finalmente, dicen que la hemos montado nosotros. Ahora parece que en una democracia consolidada el que la gente ejerza sus derechos civiles de reunión y manifestación es algo muy peligroso, al igual que es muy peligroso que los sindicatos puedan entender que quizá haya reformas laborales que puedan merecer una huelga general. Esos son los únicos que tienen miedo en este país. La gente en este país no tiene miedo a ejercer sus derechos civiles y la gente en este país no tiene miedo a que las cosas puedan cambiar. La mejor prueba es que nosotros ya gobernamos en las principales ciudades de este país, y ustedes decían que iban a dejar de tragar agua las alcantarillas y que iba a llegar el caos, pero no solamente les hemos demostrado que podemos ganar sino que cuando gobernamos, lo hacemos sin miedo y mejor. (Aplausos). La ‘brunete’ mediática existe, pero ya no asusta, da risa. Cuando las editoriales de periódicos que también competían en ese reparto simbólico de posiciones, rivalizan por ver quién nos insulta más, no asustan, hacen el ridículo. Cuando hoy escuchamos a diputados que dicen Venezuela, que dicen Cuba, no dan miedo, hacen el ridículo. (Rumores.—Aplausos). Señorías, hace más de cien años, Ramón María del Valle-Inclán decía que para entender la situación de crisis de nuestro país había que reflejar a los héroes clásicos en los espejos cóncavos. Hoy, por desgracia, no tenemos ningún Valle-Inclán y sí mucha prosa cipotuda (Rumores) y hemos llegado al punto de que el humor sirve mejor para entender la realidad de nuestro país. Leer El Jueves, Mongolia o ver El Intermedio o Polonia nos acerca más a la realidad que muchos editoriales. Les propongo un ejercicio. Cojan ustedes a José María Aznar, a Felipe González y a Juan Luis Cebrián, llévenles al callejón del Gato y póngales enfrente de los espejos cóncavos. Esa es la realidad del pasado de nuestro país, señorías. (Aplausos).

Señor Hernando, ha llevado usted a cabo aquí una proyección de miedos. Ha dicho usted que esto no es un acuerdo de legislatura. Ha dicho usted que cuidado con el abrazo del oso. Ha dicho usted: somos diferentes, somos diferentes, somos diferentes. Le recomiendo a usted una lectura de Georges Lakoff, No pienses en un elefante. (Risas). Acudir a los principios centenarios tiene sus riesgos. Decía usted que renunciaron al marxismo. Pero hubo un marxismo al que ustedes se abrazaron, el de Groucho Marx: Estos son mis principios, pero si no les gustan tengo otros. (Rumores). Y le pediré una cosa: no manche usted el nombre y la memoria de los viejos socialistas. Mi abuelo era uno de esos, de los que cumplió con sus responsabilidades y acabó en la cárcel, de los pocos que militaban en su partido durante la dictadura y todos los primeros de mayo estaba frente a la tumba de Pablo Iglesias. No se comparen ustedes con ellos porque no tienen nada que ver. (Aplausos.—Un señor diputado: ¡Muy bien!). Por cierto, ha dicho usted que el tiempo les daría la razón. Que fue muy duro renunciar al marxismo, pero que el tiempo les dio la razón. Que fue muy dura la reconversión industrial, pero que el tiempo les dio la razón. Que fue muy dura la entrada en la OTAN, pero que el tiempo les dio la razón. Le ha faltado a usted decir: Fue muy duro descabalgar a Pedro Sánchez y seguir de portavoz, pero el tiempo me dará la razón. (Aplausos.— Rumores).

La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.

El señor IGLESIAS TURRIÓN: La situación de bloqueo político que se vivió en nuestro país tuvo que ver con un problema en el Partido Socialista, un problema que va mucho más allá de ese partido, porque hablar de la crisis del Partido Socialista es hablar de la crisis del sistema político español. Ustedes han sido el partido más importante en los últimos 35 años; el partido de la modernidad; el partido que estaba asociado a las esperanzas de progreso de buena parte de los sectores medios; el partido que más se parecía a España. Por eso su crisis es la crisis de un sistema político. Había dos bandos en su partido; uno que dijo desde el principio, con Felipe González a la cabeza, pongámonos de acuerdo con el Partido Popular; y otro que quería repetir elecciones a ver si se podían despertar de una pesadilla y aparecer en 2013. Lo que demuestran ustedes hoy aquí es algo muy claro y es que ustedes, aunque les cueste reconocerlo, están más cerca del Partido Popular que de nosotros. Ciudadanos saca pecho al decir que está más cerca del PP que de nosotros; a ustedes les avergüenza. Pero el problema no es ese, el problema es que es un contraste entre el pasado del sistema político en este país y el futuro que está por llegar. Estoy convencido, señor Hernando, de que, efectivamente, el tiempo pondrá a cada uno en su lugar. (Aplausos).

Percibo cierta nostalgia por una izquierda de orden. En anteriores investiduras se defendió la figura de Santiago Carrillo. A Santiago Carrillo le perdonaron todo, hasta que se reuniera con Stalin. A nosotros en cambio no nos perdonan que les digamos lo que son y que les digamos lo que fueron. Quizá a Carrillo no le quedó más remedio que decirles a ustedes que sí a todo. ¿Saben cuál es la diferencia con nosotros? Que nosotros les decimos tranquilamente y sin miedo que no, que nosotros no pasamos por el aro, que no somos una izquierda de su orden, que queremos un orden diferente y que queremos cambiar las cosas; sin ningún miedo, señorías. (Aplausos). El nuevo modelo que van a intentar ustedes lo describía hace poco un periodista poco sospechoso de radicalismo, que decía: garrotazos en el Congreso por la mañana, pactos estratégicos por la noche. Es la cruda realidad. Lo vimos la semana pasada. La semana pasada tuvimos la oportunidad de cambiar aquí una Ley Electoral injusta. De nuevo Ciudadanos y el PSOE votando con el PP. Tuvimos la oportunidad de cambiar la Ley de Estabilidad Presupuestaria. En los temas estratégicos, Ciudadanos y el PSOE votando con el PP. Es falso que se pueda gobernar desde el Parlamento. Es falso y lo han dicho ustedes mismos: el Gobierno tiene capacidad de veto, el Gobierno controla la Mesa del Congreso. Es mentira que se hubiera podido construir un Gobierno parlamentario. Además, yo pregunto: ¿si efectivamente puede haber mayorías parlamentarias que hagan leyes que no le gusten al Partido Popular, entonces no había una mayoría alternativa de Gobierno? Claro que la había. El problema es que ustedes están más cerca del Partido Popular que de nosotros. (Aplausos).

Lo que va a salir de aquí en los próximos días es más Partido Popular, más corrupción, más inmovilismo, más ineficacia económica. Su ineficacia se mide en datos. Desde que ustedes gobiernan aumenta el número de ciudadanos en riesgo de pobreza, aumenta el número de hogares que no llegan a fin de mes, ya casi la mitad de las familias —según datos de la Fundación Foessa de este año— no se pueden permitir ni una semana de vacaciones. Ustedes han hecho recortes en educación, en sanidad, en las partidas destinadas a controlar y a proteger la violencia machista y en las partidas destinadas a políticas de igualdad. Ustedes han empeorado las condiciones de trabajo y han contribuido a que disminuyan los salarios. Los niveles de paro en este país por culpa de sus políticas siguen siendo escandalosos, en particular entre los jóvenes. Estamos en el grupo de cabeza en los países europeos con más desigualdad. El número de millonarios en España no ha dejado de crecer al igual de los sueldos de los ejecutivos de las empresas del Ibex 35. Desde que se aplican políticas de austeridad en España tres millones de compatriotas se han caído de la clase media. ¿Y ahora nos van a contar que este Gobierno, con Mariano Rajoy al frente, va a ir por un camino diferente? No, va a ser más de lo mismo.

En lo que se refiere a la corrupción, ¿ustedes piensan que se puede combatir la corrupción en este país con el señor Mariano Rajoy de presidente del Gobierno? En estos días están juzgando a los responsables de la Gürtel ¿y ustedes y ustedes (señalando los escaños del Grupo Parlamentarios Socialista y los escaños del Grupo Parlamentario Ciudadanos) le van a hacer presidente? En este país no se combate la corrupción adecuadamente si gobierna el Partido Popular. Pero es que hay otra corrupción mayor, la de los consejos de administración. Ya parece que los políticos no militan en partidos, militan en consejos de administración. Ahora parece que Borrell se postula en el Partido Socialista. Abengoa contra Gas Natural o contra la Endesa de José María Aznar. Eso es corrupción legalizada y mientras el PP mande —y ustedes se lo permiten— eso va a continuar. (Aplausos). Nosotros, señorías, somos una fuerza política de orden, nos gusta el orden. (Rumores).

La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.

El señor IGLESIAS TURRIÓN: Déjenme que les explique algo. Lo que en estos años ha defendido la gente en las movilizaciones es el orden, porque la gente humilde, la gente que no está en consejos de administración, la gente que no tiene aliados multimillonarios solamente tiene las instituciones para que les protejan; esas que ustedes convierten en sus cortijos privados, que privatizan o donde campa a sus anchas la corrupción. Las movilizaciones por la educación pública, por la sanidad pública, por el derecho a una vivienda digna son movilizaciones de los que defienden las instituciones frente a los antisistema que se sientan en el Parlamento. Dicen que han movilizado ustedes a quinientos policías. Hay más delincuentes potenciales en esta Cámara que ahí afuera, señorías. (Aplausos.—Protestas.—Varios señores diputados pronuncian palabras que no se perciben).

La señora PRESIDENTA: Señoría, un segundo. (Continúan las protestas). Señorías, guarden silencio.

Señor Iglesias... (Protestas). ¡Señorías, les ruego por favor que guarden silencio! No lo puedo decir más alto ni más claro. Señor Iglesias, le recuerdo el cumplimiento del Reglamento en lo que tiene que ver con el honor de la Cámara y el honor de las señoras y los señores diputados. (Aplausos.—Rumores).

Señor Iglesias, tiene que ir concluyendo.

El señor IGLESIAS TURRIÓN: Gracias, señora presidenta, voy concluyendo.

Permítame decirle que me debo al honor de mi patria y de los ciudadanos de mi país, no al honor de esta Cámara. (Protestas.—Aplausos). Va a ser divertido si después algunos diputados exigen turno de palabra por alusiones después de hablar de potenciales delincuentes. Será una excelente manera de retratarse para algunos. (Risas.—Protestas).

Señorías, concluyo ya.

La señora PRESIDENTA: Silencio.

El señor IGLESIAS TURRIÓN: Concluyo con una frase del primer socialista de España, que dijo: Merecer el odio de las oligarquías será la mayor de nuestras honras.

Muchas gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, puestos en pie).

La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor Domènech Sampere.

El señor DOMÈNECH SAMPERE: Una cuestión previa porque me he quedado fuertemente impactado, casi como historiador, también como ciudadano, ante aquella ordenación de temas que el señor Hernando decía que no habían sido fáciles para los socialistas. No había sido fácil decir primero a la OTAN «de entrada, no» y finalmente sí a la OTAN; no había sido fácil hacer reformas laborales; no había sido fácil —supongo que no lo ha dicho— aprobar los desahucios exprés; no había sido fácil hacer todo aquello; y todo aquello que no había sido fácil les ha llevado a una cosa que sí es fácil: a sacar los peores resultados electorales de toda su historia. La historia no les da la razón y, como sigan así, la historia los expulsará de esta Cámara. (Aplausos). Porque el sábado vamos a ver otra cosa. Hay cosas que no serán fáciles de olvidar, ha dicho el señor Hernando. Yo creo que lo que no va a ser fácil de olvidar, no ya para nosotros, no ya para todos esos ciudadanos a los que han dejado huérfanos de representación en esta Cámara y que les votaron a ustedes para echar al Partido Popular y se han encontrado con que son ustedes quienes van a dar el Gobierno al Partido Popular, sino incluso para su grupo parlamentario lo que no va a ser fácil de olvidar es lo que van a hacer el sábado, y lo saben perfectamente cada uno de ustedes. Por tanto, no nos reproche la falta de una alternativa que en realidad mataron ustedes. Nadie más que ustedes acabó matando esa posibilidad de una alternativa al Partido Popular. (Aplausos).

Dicho esto, porque es cierto —ahora esto es irrelevante, tan irrelevante como la irrelevancia a la que han condenado a sus votantes—, toca hablar de la propuesta de investidura del señor Mariano Rajoy. Uno casi tendría que felicitarle ya que usted ha conseguido hacer algo increíble porque no es de su tradición política, pero parece que su acción política es aquella de: resistir es vencer. Es decir, vamos aguantando, aguantando y aguantando hasta que finalmente, sin hacer nada, le den el Gobierno. Pero usted no ha conseguido el Gobierno porque haya utilizado este año para regenerar su partido ya que sus casos de corrupción no son de ayer ni de anteayer; son de hoy. Usted no tiene este Gobierno por su capacidad de resolver los problemas de este país, que se han agravado; usted no tiene el Gobierno por su capacidad de convencer, de proponer. Usted tiene el Gobierno básicamente por dos cosas: por el temor de una serie de partidos a unas terceras elecciones y por la implosión de una parte del sistema político. Usted lo dijo muy elegantemente ayer: han cambiado las circunstancias políticas. Como si no hubiera pasado una cosa ‘muy elegante’, que fue el asesinato en el Comité Federal, uno de los episodios más increíbles de la historia política de este país. Por eso va a tener el Gobierno, pero un Gobierno no se tiene por el temor, tampoco por la capacidad de resistir ni por la amenaza; un Gobierno se construye desde el proyecto y desde la propuesta, de lo que no habló ayer. Un Gobierno que solo pretende sostenerse sobre el temor y sobre la amenaza es un Gobierno que no tiene futuro. Ustedes constituirán el sábado un Gobierno del pasado, no un Gobierno del futuro; un Gobierno de los resignados, de aquellos que se presentaron a las elecciones diciendo que iban a regenerar el sistema político español y han acabado votando a Mariano Rajoy; de aquellos que se presentaron a las elecciones diciendo que eran la alternativa al Partido Popular, y han acabado votando al Partido Popular; de aquellos resignados que no construyen alternativa porque no saben cómo hacerlo. Esta es, prácticamente, la historia de los últimos años en este país. Estaban aquellos que se resignaban; que se resignaban a plegarse, a doblegarse y a hacer que todos nos doblegásemos ante los grandes intereses de los mercados financieros; se resignaban a decir que no había alternativa al artículo 135; se resignaban a decir que no había alternativa a los recortes de los derechos sociales. Y de tanto y tanto resignarse, se han resignado a ustedes. La resignación es la figura del caballero de la triste figura llamado Mariano Rajoy, pero no es un honor suyo, es un demérito de los resignados. Frente a ellos estuvieron los que se indignaron y ocuparon las plazas, los que se indignaron y conquistaron las principales capitales del Estado, los que se indignaron y construyeron una alternativa que acabó con el bipartidismo, los que construyeron también una alternativa de gobierno que no ha podido ser ahora, pero que seguro lo será en un futuro. Estos son la oposición real de este país; desde aquí, desde las calles y desde un millón de lugares más; los que nunca nos hemos resignado y los que tenemos la capacidad, por ello, de echarle a usted. Porque vamos a ser oposición, pero vamos a ser también alternativa; una alternativa que reconozca a Cataluña no como un problema, que reconozca su derecho a decidir. Una alternativa que no se enfrente a aquellos que no piensan igual utilizando la Constitución como una piedra con la que golpear la cabeza de los ciudadanos; una alternativa que no se construya enviando a la gente a la judicatura como única propuesta; una alternativa que no se construya condenando a uno de cada cuatro catalanes a vivir bajo la pobreza y a 13 millones de ciudadanos del Estado a vivir bajo la pobreza; una alternativa que no condene a un millón de catalanes y catalanas a la pobreza energética y a 5 millones de ciudadanos del Estado a la pobreza energética; una alternativa que, desde En Comú Podem, la fuerza que ha ganado las elecciones en Cataluña, junto a nuestros hermanos y hermanas de los diversos pueblos del Estado, será el principal muro de contención que tendrán ustedes delante, y no solo un muro de contención sino que construiremos el gran bloque histórico del cambio que va a hacer posible echarles finalmente a ustedes del poder. Esta alternativa la construiremos los que sabemos que esta investidura, su investidura, no se construye sobre un proyecto, se construye sobre una farsa, se construye sobre la traición a unos votantes. Esta investidura se construye sobre una farsa, pero vive en medio de una tragedia; la tragedia que vivimos los ciudadanos de este Estado por sus políticas y los que sabemos realmente que resistir es el primer paso para desafiar y finalmente para vencer y que, frente a un nuevo orden edificado sobre arena, fuimos, somos y seremos o, como dicen en mi tierra (Continúa su discurso en catalán). Hoy no les hemos ganado, pero les ganaremos.

Gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, puestos en pie).

La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor Garzón Espinosa.

El señor GARZÓN ESPINOSA: Muchas gracias, señora presidenta.

La verdad es que si uno contempla esta investidura intentando abstraerse del ritmo frenético de la coyuntura, creo que cualquier analista encontrará una cierta paradoja de enorme magnitud, y es el hecho de que Mariano Rajoy haya subido en las dos últimas ocasiones a esta tribuna con un espíritu triunfalista, con el espíritu con el que se ha presentado como candidato a la investidura de presidente del Gobierno y, encima, con la posibilidad prácticamente ya ratificada de que lo va a conseguir. Digo que es una paradoja porque realmente el Partido Popular, en dos años, ha perdido 3 millones de votantes y más de 40 diputados en esta Cámara. (Protestas).

La señora PRESIDENTA: Un momento, señor Garzón. Señorías, guarden silencio.

El señor GARZÓN ESPINOSA: Están hoy los diputados del Partido Popular extraordinariamente sensibles y debe ser porque no están acostumbrados a tantas verdades en el día de hoy; debe ser por eso. (Aplausos).

Fíjense si he sido benévolo que he hablado de las últimas elecciones, no de las del 20 de diciembre, donde ustedes cayeron todavía más y fueron la fuerza que más cayó de todas las que se presentaron a las elecciones. Y no lo digo por abundar en datos que ya conocemos sino por señalar la paradoja de que se presente como triunfante quien realmente ha perdido más en estos años. Es verdad que es una pérdida relativa, es verdad que ganaron las elecciones, pero no olviden que si Mariano Rajoy consigue ser presidente al final de esta semana no va a ser por su capacidad de persuasión ni por la capacidad de mantener su base electoral de los últimos años: va a ser, extraordinariamente claro, porque ha habido una intervención en el Partido Socialista por parte de Felipe González y Susana Díaz que ha permitido que el Partido Socialista cambie de posición, en contra de las campañas electorales e incurriendo, por tanto, en lo que claramente es un fraude electoral a sus votantes. Gracias a eso, no a la política del Partido Popular, no a la capacidad de persuasión del señor Mariano Rajoy, va a haber un Gobierno del Partido Popular; gracias a un motín oligárquico en el Partido Socialista.

Se ha repetido aquí que necesitábamos un Gobierno. Nosotros somos conscientes de que es necesario un Gobierno, pero no cualquier Gobierno. Por eso, esta obsesión por las formas y no por la esencia, esta obsesión por los procedimientos —por la apariencia en vez de por la esencia— es verdaderamente una excusa de tamaño notable. Imagínense, señores diputados del Partido Socialista, que en vez del señor Mariano Rajoy aquí se sentara —dentro de la misma formalidad— el señor Donald Trump o el señor Al Capone. (Rumores). ¡Imagínense ustedes! ¿Usando las excusas procedimentales también apoyarían ese Gobierno? (Aplausos). Porque da la sensación de que ustedes se han olvidado de las políticas que ha aplicado el Partido Popular, da la sensación de que con esta decisión se está intentando blanquear toda la política del Partido Popular. Por eso esa contradicción, por eso ese argumento incoherente.

Pero, ¿qué buscaban realmente Felipe González y Susana Díaz? En primer lugar, evitar un Gobierno alternativo donde la izquierda tuviera influencia; así de sencillo. Y no ha sido en octubre, no ha sido en septiembre; fue ya claro el 20 de diciembre cuando una parte del Partido Socialista, que representa realmente a las grandes empresas y a la oligarquía de este país, dejó muy claro que el espacio político de Unidos Podemos no podía tener influencia en el Gobierno. Así lo dejaron. La batalla se prolongó mucho tiempo, pero finalmente tuvo que mediar algo que el Partido Socialista no ha dicho en su intervención: ese motín oligárquico. ¿Y cuál es el contenido y la sustancia que perseguían Susana Díaz y Felipe González? La otra cuestión: continuar la hoja de ruta de los recortes —así de sencillo—, la hoja de ruta de las reformas estructurales que comenzaron con algo que también se le ha olvidado al señor Hernando: la modificación del artículo 135 de la Constitución española. Esa hoja de ruta. (Aplausos).

Una hoja de ruta caracterizada por la precariedad, por los recortes, por las privatizaciones, por los recortes en sanidad y en educación. Creo que no hace falta abundar en datos, porque los diputados de esta Cámara conocen exactamente esa hoja de ruta. El Fondo Monetario Internacional en el año 2013 dijo que las reformas estructurales estaban en peligro por dos riesgos: el primero, la movilización social, frente a lo que recomendaba sencillamente represión, y el segundo, la pérdida de peso del bipartidismo. Creo que Felipe González ha salido a salvar estas reformas estructurales, que son las mismas que le permiten al Partido Popular sacar pecho y decir que su política es correcta. Y es verdad, su política es correcta; es correcta para Felipe González, es correcta para las grandes empresas y es correcta para el IBEX 35, pero ahí fuera hay mucha más gente que no se siente representada y que es víctima de esas mismas políticas. Nosotros vamos a mantener una política de defensa coherente de nuestro programa, porque nos debemos a nuestros votantes y a un proyecto de país que creo que merece justicia, a diferencia de otro proyecto de país que creo que no la merece, como es el del Partido Popular.

Muchas gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, puestos en pie).

La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra la señora Fernández Gómez.

La señora FERNÁNDEZ GÓMEZ: Gracias, señora presidente.

Señoras y señores diputados, ¿conocen ustedes cuál es la reacción instintiva de un organismo vivo cuando se siente amenazado? Su reacción es el repliegue, la retracción, hace de su cuerpo un ovillo y espera tiempos mejores. Eso es exactamente lo que está haciendo el régimen del 78, que muchos de ustedes representan hoy aquí. Durante cuatro décadas la maquinaria del bipartidismo, del turnismo heredado de la primera restauración borbónica, funcionó sin grandes obstáculos, pero en este momento el organismo único que constituyen los poderes económicos, mediáticos y políticos del Estado español empieza a plegarse sobre sí como una ameba a la que se le pincha con una aguja, y lo están haciendo por miedo a la democracia. Porque no es más que democracia el hecho de que los que antes no contaban con altavoces lo suficientemente potentes para que se les tuviese en cuenta, hoy sí se vean representados aquí y dispongan de ese altavoz.

Usted, señor Rajoy, será investido como resultado de un golpe parlamentario a raíz de la intervención de un partido político, cocinado a fuego lento durante diez interminables meses para anular los resultados del 20 de diciembre, los resultados de unas elecciones en las que la mayoría del electorado votó a favor de la regeneración ética, de las políticas de bienestar social y de los derechos de los pueblos como sujetos políticos. No había ningún bloqueo institucional, no había bloqueo. Lo único que pasó aquí es que se puso fin al turnismo de los partidos del régimen y que se abrió un escenario de alternativa de Gobierno, de izquierda plural y con reconocimiento a la plurinacionalidad del Estado. Pero eso para ustedes era intolerable porque para los intereses de los poderes que ustedes sirven, los intereses antitéticos a los de la ciudadanía del común, eso era insoportable. Así que maniobraron para provocar la situación en la que estamos. La situación es: el partido único como síntesis del fallecimiento del bipartidismo. El miedo de ustedes tuvo su primera manifestación en 2011, cuando en el 15-M se llenaron las plazas bajo el grito de ‘Democracia real’. Así que este partido único que componen ustedes hizo tres grandes jugadas: la primera consistió en promover de inmediato la sucesión en la jefatura del Estado; la segunda de esas grandes jugadas fue la reforma constitucional del artículo 135, para dar amparo legal a las exigencias de la troika, y la tercera de esas jugadas, el último espasmo de la ameba, ocurrió recientemente en la sede del Partido Socialista, en Ferraz, donde se demostró que para dar un golpe palaciego hoy en día resulta más fácil organizar la retirada forzosa de un dirigente político que introducir a un señor con bigote y tricornio en el Congreso. (Aplausos).

El movimiento democrático, que no se encuentra cómodo en este corsé del 78 tiene, como es lógico en un Estado plurinacional como el español, diferentes expresiones en los distintos sujetos políticos, sujetos con dinámicas sociopolíticas diferentes, como en Galicia. El primer síntoma en Galicia de esta nueva respuesta ciudadana lo vivimos en 2003. Ese año la ciudadanía gallega percibió con nitidez que el Estado no estaba allí para socorrerla el día en que el Prestige arruinó nuestras costas. ¿Se acuerda usted señor Rajoy, verdad, de los hilillos, como los de la corrupción? Una ciudadanía viva que a lo largo de estos años protagonizó manifestaciones históricas en defensa de la sanidad pública, de la educación contra la Lomce, en defensa del sector lácteo, del sector pesquero y del naval y que tiene como traslación política que, ante el partido único, En Marea sea hoy quien lidere ya la oposición en Galicia y quien haga frente desde los concellos a las políticas de austericidio.

Voy acabando ya. Nos encontramos ahora con un Partido Socialista que abdicó de su papel de oposición para evidenciarse como integrante de pleno derecho de ese partido único y de un previsible próximo Gobierno que va a volver a aplicar sumisamente los recortes ordenados por la Unión Europea, que impedirá a los pueblos del Estado que puedan decidir soberanamente y que tratará de prepararnos el nuevo plazo precocinado del consenso de las élites. Ese es el menú que nos trajo ayer Rajoy y que va a cumplir este partido único. Pero esta vez, señores y señoras diputados, existe una gran diferencia con los años setenta, en esta ocasión no podrán contar con la oposición claramente depositada en En Marea y en las fuerzas del cambio para legitimar este golpe de régimen. No contarán con nuestro apoyo. La demanda de democracia real ha llegado para quedarse y tengan por seguro que En Marea hará una oposición contundente y que traerá a esta Cámara la alternativa que demanda la ciudadanía.

Muchas gracias.

Politólogo. Secretario general y portavoz parlamentario de Podemos.
Historiador. Portavoz parlamentario de En Comú Podem.
Economista. Coordinador federal y portavoz paramentario de Izquierda Unida.
Arquitecta. Portavoz parlamentaria de En Marea.
Fuente:
http://www.congreso.es/public_oficiales/L12/CONG/DS/PL/DSCD-12-PL-13.PDF

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