Reino Unido: ¿Remodelación? Centrémonos mejor en el fracaso de los conservadores en salud, vivienda y educación

Jeremy Corbyn

17/01/2016

El líder del Partido Laborista británico acaba de remodelar el llamado “gabinete en la sombra”. En este artículo expone en detalle sus prioridades programáticas y de oposición a las medidas políticas más destructivas de los “tories”.  

Nuestra democracia se ve sistemáticamente minada por el gobierno de David Cameron. Después de haber ganado por estrecho margen las elecciones generales, los conservadores tratan ahora de amañar el sistema político para mantenerse en el poder y debilitar a la oposición, tanto dentro como fuera del parlamento.
Introduciendo un nuevo programa de inscripción de votantes que le dará un tajo al número de votantes jóvenes y de barrios marginales, a la vez que recorta el número de escaños parlamentarios, los conservadores están manipulando el sistema electoral para sacarle partido.

Al atacar directamente la financiación laborista mediante el proyecto de ley sindical y recortar el apoyo con fondos públicos a las investigaciones de  los partidos de oposición, tienen la intención de debilitar la rendición de cuentas democrática de su propia administración.  

Añádase a eso que su “ley mordaza” de cabildeo y transparencia, que impide que entidades benéficas, sindicatos y centros de estudios participen en el debate político, sus patentes amenazas a la renovación de la carta de la BBC para segar su independencia, el que hayan llenado la Cámara de los Lores con pares conservadores, y sus maniobras para proscribir que los ayuntamientos promuevan boicots contra gobiernos opresivos: todo ello se suma a un grave ataque a los derechos y libertades democráticas.

Está claro que al primer ministro no le gusta no salirse con la suya. En lo que respecta al resto de nosotros, de todos los partidos, hay que resistirse a esta apropiación del poder por parte de los “tories”. Todo líder político ha de ser consciente de cómo se lograron nuestros derechos y de nuestro deber de defender la democracia. Pero la responsabilidad de conducir una oposición eficaz a este gobierno, que se ha mostrado tan distraído con nuestras libertades democráticas, recae en el Partido Laborista.   

Que es exactamente lo que vamos a hacer. Pese a todo el sonido y la furia mediáticos, la remodelación del gabinete en la sombra [del laborismo en la oposición] nos ha transformado en un equipo directivo más fuerte, más plural y más coherente. Junto al enorme crecimiento de la militancia de nuestro partido en los últimos seis meses, contribuirá a hacer del laborismo un defensor más eficaz de la gente que nos necesita para que le demos voz, para ganar elecciones y cambiar nuestro país a mejor.

Este gobierno le está fallando al país y a la mayoría de su pueblo. Está llevando a cabo la mayor venta de saldo de activos públicos en un temerario intento de un arreglo fiscal a corto plazo, mientras apuesta por una deuda creciente de los hogares para mantener la economía a flote.

Le da tajos a los servicios públicos, sobre todo a escala local, y a quienes dependen de ellos para su seguridad y una vida decente. Está empujando al NHS [la sanidad pública] y la atención social a una crisis, a la par que acelera la privatización y desintegración de nuestros servicios de sanidad y educación. Se muestra incapaz de invertir en la economía del futuro. No es extraño que George Osborne salga primero con excusas acerca acerca del  “cóctel de amenazas” a nuestra economía.  

Le exigiremos cuentas al gobierno de Cameron: sobre la austeridad contraproducente, su redistribución a los más ricos, su forma de avivar la inflación del precio de la vivienda, que está alimentando la escasez de casas, su amenaza al NHS, la atención social y la educación, su ataque a los derechos laborales, su incapacidad de invertir en todo, desde las defensas contra las inundaciones y las artes a la produccióin industrial y la infraestructura verde.

Ya hemos puesto de manifiesto que los excesos de este gobierno puede contenerlos una oposición decidida. Les derrotamos en el caso de los créditos fiscales al trabajo, en los recortes al servicio policial y en el escandaloso acuerdo penitenciario con Arabia Saudí [por el que Reino Unido formaría a los funcionarios de prisiones saudíes].

Pero también ofreceremos una alternativa real. Mi liderazgo se basa en tres pilares principales. El primero se centra en una nueva política que ofrezca voz a la gente en las decisiones que les afectan, en comunidades y lugares de trabajo, así como un control más directo sobre sus propios servicios. Queremos asistir la democratización de la vida pública desde abajo.

El segundo es una nueva economía que ponga la inversión a la cabeza y en el centro del escenario: en ciencia y tecnología y en los sectores verdes del futuro. En lugar de la casa económica que Osborne construye sobre arena, nosotros nos centraremos en la reindustrialización de Gran Bretaña para la era digital, impulsada por un banco nacional de inversiones como motor de modernización y un crecimiento sostenible que haga que se reduzca la factura de Bienestar en ese proceso.

El tercero es un tipo diferente de política exterior, basada en una relación nueva y más independiente con el resto del mundo, y en la que la guerra sea el último recurso. Durante más de un decenio, Gran Bretaña ha estado en el centro de una sucesión de guerras desastrosas que han hecho aumentar y no disminuir las amenazas a nuestra seguridad nacional. El laborismo nunca dejará sin protección a Gran Bretaña, pero pondremos la paz, los derechos humanos y la verdadera seguridad en primer lugar.

Lo mismo vale para las opciones a las que nos enfrentamos en el próximo año, más o menos, en Europa. Estamos decididos a crear en toda Europa alianzas a favor de una reforma progresista para hacer que la UE obre en favor de los trabajadores.

El laborismo respalda que Gran Bretaña continúe siendo miembro de la UE como mejor marco para el comercio y la cooperación en la Europa del siglo XXI, junto a la defensa de las convenciones europea de derechos humanos. Pero tenemos que conseguir que la UE proceda a una mayor rendición de cuentas al pueblo y situé el empleo y el crecimiento en el centro de la política europea, fortalecer los derechos de los trabajadores en una verdadera Europa social, y acabar con las presiones para privatizar servicios.

Estamos trabajando ya para convertir esos tres principios amplios en medidas políticas: desde una alternativa económica que cumpla con la mayoría a unos ferrocarriles de propiedad pública, al control democrático de la energía, una atención social y sanitaria integrada, un servicio de formación para toda la vida, atención universal a la infancia y un programa a gran escala de construcción de vivienda.

Pero estas medidas políticas se desarrollarán mediante la participación democrática de nuestro propio partido y partidarios, inmensamente incrementados. Tenemos que contar con la experiencia, conocimiento y talentos de nuestras comunidades, trabajadores y especialistas. Eso forma parte del modo en que podemos reconstruir la confianza de los votantes que necesitamos para elegir un gobierno laborista en 2020.

Los conservadores no arrasaron electoralmente en mayo, obteniendo el apoyo de menos de un cuarto de todos los votantes. Y la victoria laborista el mes pasado en las elecciones parciales en Oldham, donde incrementamos notablemente nuestra proporción del voto, demostró que ya nos estamos moviendo en la dirección correcta.    

Sin embargo, sabemos que el laborismo tiene que subir una montaña electoral. En mayo pasado no logramos convencer a los votantes de que ofrecíamos una alternativa auténtica y nuestro apoyo se fragmentó en todas las partes del país.

Pero si lo centramos todo en las necesidades y aspiraciones de los votantes de medios y bajos ingresos, y si demostramos que podemos desarrollar una alternativa viable a la insegura economía del gobierno, impulsada por el crédito, estoy convencido de que podemos construir una coalición de apoyo electoral que pueda vencer a los conservadores en cuatro años.

La Gran Bretaña media de verdad – la del autoempleo inseguro, las pensiones privadas que son una estafa, las deudas cada vez mayores por las tasas de matrícula [de la enseñanza universitaria] y una atención social lastrada por la crisis – está pidiendo a gritos un gobierno laborista comprometido con reformas fundamentales. Hay millones de autónomos tan explotados como los empleados, y con menos prestaciones.

Mi elección como líder laborista representaba un arraigado deseo de cambio y de un nuevo rumbo en nuestra política. Apenas si cabe sorpresa en que algunos encuentren difícil ajustarse a este giro. Pero mantendremos un liderazgo de amplia base, con espacio para un extendido abanico de puntos de vista y para todos los talentos.  

En realidad, hay hoy de hecho un mayor consenso laborista sobre política interior y económica del que ha habido en ningún periodo de mi vida. Hasta en el caso de la política exterior y de seguridad, en el que las diferencias han sido más agudas, el debate sobre Siria de la semana pasada demostró que existía una clara mayoría en cada una de las partes de nuestro partido a favor de oponerse a la campaña de bombardeos de Cameron.

Para ganar en 2020 y llevar a cabo los cambios para el siglo XXI que necesita Gran Bretaña, tenemos que construir una amplia alianza para el cambio progresista que cuente con la participación e ideas de todas aquellas partes que componen nuestra sociedad.

El laborismo defiende la justicia social y la prosperidad para todos. Existe para proporcionar los empleos, la seguridad, los servicios y las oportunidades que se les niegan a tantos. Para eso sirve el laborismo y por esa razón estamos construyendo la auténtica alternativa democrática que los conservadores están decididos a sofocar.

veterano diputado por el distrito londinense de Islington Norte, es desde el pasado 12 de septiembre líder del Partido Laborista británico.
Fuente:
The Guardian, 9 de enero de 2016
Traducción:
Lucas Antón

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