Renta básica y crisis económica. Entrevista

Daniel Raventós

04/10/2009

La revista Fusión entrevistó a finales de septiembre a Daniel Raventós. La entrevista la realizó Mariló Hidalgo.

Fue una propuesta innovadora y revolucionaria en su momento. Hoy, hablar de la Renta Básica (RB) en el contexto de la crisis que padecemos, despierta el interés de un gran sector social. Nadie mejor que el economista, Daniel Raventós, presidente de la Red Renta Básica para aproximarnos al tema.

-Háblame de la propuesta de “Renta Básica” en el contexto de crisis económica que actualmente vivimos. ¿Qué simplificaría y qué cobertura tendría? 

-Empezaré por el final de la pregunta, la cobertura. Por definición una RB tendría una cobertura universal en el lugar geográfico donde se implantase. La cobertura abarcaría a toda la ciudadanía y residentes desde la cuna a la tumba. Si no fuera así estaríamos hablando de otras propuestas, quizás interesantes también, pero no de la RB. Lo que la RB simplificaría depende de la forma de cómo se financiase. Una RB puede financiarse de distintas maneras y, en realidad, a lo largo de los últimos 20 años ha habido propuestas al respecto de lo más variadas. Pero una forma de financiación que creo realmente interesante porque contribuía junto con otros compañeros a diseñarla es a partir de una reforma del IRPF. Se simplificaría muchísimo en un sentido muy preciso: el IRPF sería diáfanamente claro hasta para la persona más alérgica a querer entender el sistema impositivo, se ahorrarían algunos costos administrativos y se simplificaría la tremenda maraña de subvenciones. 

-¿Qué  aportaría la RB en un momento como éste? 

En un contexto de crisis económica como la que ya vivimos desde hace dos años, algunas de las características generales de la RB cobrarían mayor relieve. Me referiré para abreviar a tres aspectos. En primer lugar, si se pierde el puesto de trabajo pero se dispone de una RB, la situación se presenta de forma menos inquietante. Si bien, ésa es una característica destacada de la RB para cualquier coyuntura económica, en una de crisis, en donde la cantidad de desempleo es mucho mayor (la cifra de 5 millones de posibles parados oficiales no está lejana), cobra mayor importancia social.

En segundo lugar, la RB supondría, en caso de huelga, una especie de caja de resistencia incondicional, cuyos efectos para el fortalecimiento del poder de negociación de los trabajadores son fáciles de calibrar. Efectivamente, el hecho de que en caso de conflicto huelguístico los trabajadores dispusiesen de una RB permitiría afrontar las huelgas de una forma mucho menos insegura: a día de hoy. Dependiendo de los días de huelga, los salarios pueden llegar a reducirse de forma difícilmente soportable si, como acostumbra a ocurrir para la inmensa mayoría de la clase trabajadora, no se dispone de otros recursos. La actual crisis económica puede desembocar en un gran retroceso de conquistas sociales duramente conseguidas. La RB puede ser vista en este punto como el medio material para buena parte de la clase trabajadora para resistir a este retroceso. 

En tercer lugar, como es sabido, el porcentaje de pobres en el Reino de España no ha cambiado significativamente en las últimas décadas hasta el inicio de la crisis económica. Cuando el crecimiento económico ha sido importante, y en ocasiones muy vigoroso, la proporción de personas pobres, casi un quinto exacto del total de la población, no ha variado a lo largo de las últimas décadas. La crisis económica está comportando, en contraste, un aumento rápido y significativo de la pobreza. Así, mientras que tasas de un crecimiento económico substancial han sido necesarias para mantener la proporción de pobres, unas tasas negativas o positivas muy pequeñas comportarán un crecimiento espectacular de la pobreza.  

-¿Podría entonces ayudar a frenar el índice de pobreza? 

-Una RB equivalente al menos al umbral de la pobreza sería una forma de acabar con la pobreza, si no completamente, cuanto menos de dejarla en porcentajes muy marginales. En una situación de depresión económica la pobreza aumentará mucho, y pronto se llegará a una proporción de un pobre cada cuatro habitantes (antes de la crisis era de uno a cinco). La RB representaría un buen dique de contención de esta oleada de pobreza que crece y crecerá.  

-¿Cómo calcular esa cantidad? 

-La cantidad de la RB y la forma de financiarse son indisociables. Puede financiarse una RB a costa de la sanidad y educación públicas, por poner el peor modo de hacerlo en mi opinión. Puede financiarse una RB bajando los salarios, por citar otra forma que consideraría políticamente horrible. Y puede financiarse la RB de forma que haya una distribución de la renta de los ricos a los pobres. Para mi ésta es la forma que considero políticamente interesante. La cantidad exacta propuesta depende del criterio que elijamos. Se han propuesto, a lo largo de los últimos años, distintos criterios: umbral de la pobreza, 90% del salario mínimo interprofesional, pensión media, etc. Todas estas referencias que, como puede observarse, variarían de un año a otro (efectivamente, el umbral de la pobreza o la pensión media varían cada año aunque no de forma muy marcada) han sido defendidas con argumentos más o menos sólidos. Personalmente, creo que un buen criterio es el del umbral de la pobreza. 

-Ese salario ¿no alteraría el mapa del mercado productivo? ¿Qué sentido tendría el trabajo? ¿Trabajar para qué? 

-Podría alterar el mercado de lo que llamas “mercado productivo” y, no tengo la menor duda, para mejor. Algunos aspectos de alteración a buen seguro serían los siguientes que en mi libro Las condiciones materiales de la libertad (El Viejo Topo, 2007) explico con cierto detalle. En las economías capitalistas, las personas que no disponen de la propiedad de tierras o de medios de producción deben vender su fuerza de trabajo en el mercado laboral a un propietario de tierras o de medios de producción, llamado empleador, para poder adquirir todos aquellos medios que permitirán su subsistencia. Esta situación ha recibido el nombre de “mercantilización de la fuerza de trabajo” (a veces, directamente, “mercantilización del trabajo”), puesto que esta capacidad de trabajar de los que no tienen otra propiedad que les permita eludir el trabajo asalariado, es tratada como una mercancía. Los trabajadores pueden tener sus necesidades de subsistencia cubiertas fuera del mercado mediante algunos mecanismos de provisión social. En este caso, su fuerza de trabajo es desmercantilizada. Podemos así hablar de grados distintos de mercantilización (y de desmercantilización) de la fuerza de trabajo. La RB tendría un efecto importante como herramienta para la desmercantilización de la fuerza de trabajo, siempre que fuera al menos de una cantidad que permitiera “la libertad de no ser empleado”, por utilizar una expresión afortunada de la filósofa Carole Pateman.  

-Esa cantidad de dinero también daría más libertad a la persona a la hora de negociar en el mercado de trabajo... 

-La RB tendría otro interesante efecto sobre la clase trabajadora: el aumento del poder de negociación frente al empresario o empleador.  
La seguridad en los ingresos que la garantía de una RB comportaría, impediría que los trabajadores se viesen impelidos a aceptar una oferta de trabajo de cualquier condición. Desde el momento en que su salida del mercado de trabajo resultara practicable, supondría una posición negociadora (o de resistencia, como a veces se ha llamado) mucho mayor que la que los trabajadores poseen ahora. No es lo mismo llevar las negociaciones laborales al límite de la ruptura cuando se cuenta, como es el caso de los empresarios, con la posibilidad real de reemplazar a los trabajadores contendientes por maquinaria o por trabajadores actualmente en paro -los que engrosan las filas del otrora llamado “ejército industrial de reserva”-, que hacerlo a sabiendas de que la subsistencia depende de forma directa, y prácticamente exclusiva, de las retribuciones obtenidas de los individuos sentados en el otro lado de la mesa de negociación, como les ocurre a los trabajadores y trabajadoras hoy en día. La relación laboral bajo el capitalismo es, por decirlo eufemísticamente, claramente asimétrica. Una RB haría practicable no sólo la posibilidad de negarse de forma efectiva y convincente a aceptar situaciones no deseadas por parte de muchos trabajadores, sino también plantearse formas alternativas de organización del trabajo que permitieran aspirar a grados de realización personal más elevados.  

-Estás hablando de una forma más amplia de entender el concepto trabajo... 

-No hay espacio para desarrollar lo que simplemente dejo indicado. Cuando hablamos de trabajo, si lo hacemos con propiedad, debemos hacerlo al menos abarcando tres tipos: el remunerado, el doméstico y el voluntario. Pensar y actuar como si el único trabajo existente fuera el remunerado es un grave error.  

-¿Hay algún país que haya puesto en marcha la RB? 

-En Alaska y desde 1982 existe una RB. Toda persona que lleve residiendo legalmente en Alaska un mínimo de 6 meses recibe una RB desde hace más de un cuarto de siglo. Los resultados han sido tan buenos que ni tan sólo sus más fervientes críticos de sus inicios se aprestan ahora a pedir la supresión de la RB. Lo interesante es que esta simple medida ha comportado para los residentes en Alaska una distribución de la riqueza muy diferente a los otros Estados de EEUU. Alaska es hoy el Estado menos desigualitario de aquel país.  

-Llevas varios años apostando por esta idea y muchos os siguen tachando de utópicos o locos. ¿Desde entonces han cambiado en algo las cosas? ¿En qué situación se encuentra este debate? 

-La acusación de “locos” a los defensores de la RB no la profiere hoy en día nadie que esté mínimamente informado de la propuesta de la RB. Y si alguien lo hace, se expone al ridículo. Por cierto, mayor “locura” que la que se ha practicado en el mundo a lo largo de estos últimos lustros, provocando la actual crisis económica, mayor locura que ésta, digo, es difícil de imaginar.  

Sí, las cosas han cambiado a lo largo de los últimos años en relación a la RB. Sería difícil exponer en pocas palabras la situación actual del debate pero me limitaré a indicar que hace tan solo 7 años, había cinco secciones de la asociación internacional Basic Income European Network, entre ellas la nuestra, la Red Renta Básica (www.redrentabasica.org). Y todas eran europeas. Actualmente, ya somos 16 secciones oficiales repartidas por varios continentes, mayoritariamente por América y Europa.  

En las Cortes se ha creado una subcomisión parlamentaria -ya hace algunos meses- para estudiar la viabilidad de la RB. No se ha puesto aún a trabajar, pero es un síntoma del interés por la propuesta. La reforma fiscal que acaba de realizar el Gobierno a finales de septiembre hubiera podido ser mucho más interesante y beneficiosa para la mayoría de la población si hubiera estudiado la posibilidad de la RB, junto con otras medidas fiscales, pero se ha desperdiciado una gran oportunidad.

Daniel Raventós es profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona, miembro del Comité de Redacción de SINPERMISO y presidente de la Red Renta Básica. Su último libro es Las condiciones materiales de la libertad (Ed. El Viejo Topo, 2007).

Fuente:
revistafusion.com, septiembre 2009

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