Renta Básica y derecho a la existencia: una propuesta para Timor Oriental (y 2)

Julie Wark

Daniel Raventós

David Casassas

16/03/2008

Segunda parte (para ver la primera, pulse AQUí)

La financiación de la RB en Timor Oriental

Hay diversas opciones para financiar una RB. Mencionaremos tres. La primera consiste en cambiar las prioridades presupuestarias; la segunda implica reformas en la estructura del impuesto sobre la renta, y la tercera es incrementar el IVA y el impuesto sobre bienes de lujo como los coches, el alcohol, el tabaco, etc. Estas opciones no son mutuamente excluyentes y, en Timor Oriental, una combinación entre la primera y la tercera podrían ser la opción más viable actualmente.
Cambiar las prioridades presupuestarias afectaría necesariamente a los ingresos petrolíferos y gasísticos, en la medida que suponen una gran parte del presupuesto. En el presupuesto de 2006-07, los ingresos petrolíferos representaban el 92% del total, de una suma de aproximadamente 400 millones de dólares americanos. Sin embargo, el ingreso esperado de las actividades petrolíferas es de alrededor el 215% de los gastos planeados, generando, por tanto, una amplia plusvalía.(21) El East Timor Petroleum Fund Quarterly afirmó recientemente que el 31 de diciembre de 2006, el fondo tenía un activo neto de aproximadamente 1300 millones de dólares americanos. Tanto el saldo fiscal como de cuenta en 2006 registraron plusvalías de más del 100% del PIB no petrolífero y se espera que aumenten en 2007-08, lo que refleja un amplio y creciente ingreso de actividades ajenas a los sectores petrolífero y gasístico.(22)
Un ejemplo pertinente de financiación de una RB mediante un fondo petrolífero es, por raro que parezca, Alaska. En 1976 se creó el Fondo Permanente de Alaska.(23) Desde 1982 toda persona con más de seis meses de residencia legal en el Estado de Alaska ha recibido mensualmente una RB (actualmente un total de 700.000 personas). El principal promotor de la RB de Alaska fue Jay Hammond, gobernador del Estado durante ocho años (1974-1982). Alaska es rica en petróleo, el yacimiento de la bahía de Prudhoe es el mayor de los Estados Unidos, y Hammond propuso que esta riqueza beneficiara a la población, presente y futura, mediante un fondo consistente en parte del ingreso petrolífero. La RB de Alaska es un dividendo que corresponde a la parte del rendimiento medio de los últimos cinco años de este fondo permanente. El Fondo ha sido objeto de numerosas modificaciones y actualmente consiste en una cartera que ha sido diversificada a escala mundial. La RB de Alaska representaba en 2000 un total de 2.000 dólares americanos por residente. Si en las décadas recientes en Estados Unidos se ha visto una redistribución constante de la riqueza a favor de los miembros más ricos de la sociedad, Alaska se sigue moviendo en dirección opuesta, hasta el punto de ser el más igualitario de todos los estados de Estados Unidos.(24)
Las otras dos opciones para financiar una RB, reformas en la estructura del impuesto sobre la renta e incrementos del IVA y los impuestos sobre consumos específicos, implican que los mayores ganadores y gastadores soporten los costes de los beneficios para los pobres. Esta última opción en particular tiene sentido en una economía dual como la de Timor Oriental, con un sector de alto gasto expatriado, que se ha vuelto a incrementar con el desarrollo de la misión de la ONU. Éste debería ser considerado como el contexto del hecho de que, entre 2002 y finales de 2006, Timor Oriental recibiera 3500 millones de dólares americanos en ayuda de la ONU y organismos internacionales. Sin embargo, el grueso del dinero fue a sueldos para los administradores de la ayuda, gastos de asesoramiento y contratos con compañías de los países donantes, que, según los criterios del Banco Mundial, se utilizaron básicamente para proporcionar infraestructura y servicios para empresas e inversores extranjeros. Financiar parcialmente una RB con un IVA ―salvo para bienes necesarios― e impuestos sobre consumos específicos mayores podría frenar el flujo de recursos a manos de extranjeros, contrarrestando las políticas del Banco Mundial, el Banco de Desarrollo Asiático y el FMI, que, como señala Tim Anderson, amenazan con minar la independencia económica de Timor Oriental y "lo que Xanana en la ONU llamó una visión popular del desarrollo para los próximos 20 años, como se expresa en la nueva constitución y en el Plan Nacional de Desarrollo".(25)
En Cataluña, un concienzudo estudio ha demostrado convincentemente la simplicidad de usar un sistema basado en el IRPF para obtener una RB generosa para todos los ciudadanos que favorecería particularmente a los estratos más pobres.(26) En términos generales, los modelos de financiación de base impositiva implican la integración de la estrategia de financiación de la RB dentro del sistema fiscal, ya mediante la reforma de los impuestos existentes, desplazando la carga de unos impuestos a otros, ya mediante la creación de nuevos impuestos. En suma, significa tomar mediante impuestos más dinero de los miembros más ricos de la sociedad de lo que éstos reciben a través de la RB. Algunos de los ciudadanos de renta media podrían pagar algo menos en impuestos, pero seguirían beneficiándose en general, mientras que los más pobres se beneficiarían por completo. Nadie viviría por debajo del umbral de pobreza.
Más pertinente en términos de viabilidad para países pobres es la propuesta de RB de base impositiva para Namibia.(27) A pesar de que en 2006 el PIB era de 37.000 millones de dólares namibios (5.300 millones de dólares americanos), la mayoría de sus dos millones cincuenta mil habitantes viven en una pronunciada pobreza a causa del desempleo a gran escala. La propuesta namibia es de 70 dólares namibios (unos 10 dólares americanos, aproximadamente) mensuales,(28) muy por debajo del umbral de pobreza, de aproximadamente 212 dólares namibios (30,47 dólares americanos) per cápita mensuales en precios de 2003. En Namibia, el 53% de hogares y el 65% de individuos vive por debajo de este umbral de pobreza. A pesar de que la propuesta namibia no reúne las condiciones de nuestra definición, según la cual la RB debe superar el umbral de pobreza para satisfacer adecuadamente las condiciones de existencia material de todos los ciudadanos, se sigue esperando que reduzca los niveles de pobreza absoluta, la desigualdad y, en particular, ayude a los más necesitados sin imponer una estructura administrativa complicada, sea sostenible y asequible, no entorpezca al crecimiento económico y evite las consecuencias negativas de las estrategias alternativas de reducción de pobreza. El sistema funciona como sigue: si cada namibio consigue una subvención estatal de 70 dólares namibios mensuales y paga un 6,7% adicional en impuestos indirectos, se sigue que cada namibio se beneficia de la subvención y contribuye a ella. Sin embargo, no todos lo hacen en la misma proporción. Los que más gastan contribuyen a través de impuestos indirectos a la financiación de la subvención y se benefician menos de ella. Los que gastan menos contribuyen menos a la financiación de la subvención y se benefician más de ella. Nuestro modelo de financiación muestra que los más ricos subvencionarán a los pobres en una muy significativa medida.(29)
Se calculó que un incremento del IVA de alrededor de un 6,5% financiaría la RB-subvención namibia, si bien éste podría reducirse a un 4,5% incrementando los impuestos sobre consumos específicos e introduciendo un impuesto turístico. Namibia tiene unos niveles muy altos de desigualdad, con un coeficiente Gini del 0,68, de manera que las opciones del IVA y consumos específicos parecen lógicas. La cifra Gini para Timor Oriental en 1999 era de 0,31, pero la situación ha cambiado mucho con la afluencia de ayuda extranjera y trabajadores de la ONU y el índice de Gini ha subido abruptamente. Una RB en Timor Oriental financiada parcialmente mediante impuestos en bienes no imprescindibles actuaría como saludable correctivo, a pesar de que para financiar una RB para todos hubiera, ciertamente, que recorrer al fondo petrolífero.
El coste total de la propuesta namibia de RB de 70 dólares namibios anuales es de 1.156 millones (166.123.000 dólares americanos) al año, una presión fiscal bruta semejante. Pero si el 85% de namibios recibieran más de lo que aportan, la suma total que recibirían por encima de lo que aportan sería de 522 millones de dólares namibios (alrededor de 75 millones de dólares americanos), una nueva presión fiscal que recaería sobre el 15% de los ciudadanos más ricos, aquellos que gastan más de la suma "ni gana ni pierde" de 1.040 dólares namibios (150 dólares americanos) mensuales. Los autores del informe sobre Namibia apuntan que "aunque un incremento de los impuestos indirectos es habitualmente regresivo, en la medida en que los pobres gastan una proporción mayor de su ingreso que los ricos, el impacto neto de la subvención combinado con un incremento de los impuestos indirectos es claramente progresivo. […] Aquellos que más se beneficiarán serán los cuatro o cinco deciles de población más pobre, que tienen un gasto mensual por persona más bajo".
Qué proporción del ingreso fiscal de Timor Oriental podría destinarse a pagar una RB universal de 30 dólares americanos (coste total de 432 millones) quedaría más claro con un análisis del esfuerzo fiscal que evalúe la capacidad imponible del país a partir de las características estructurales de la economía y su capacidad para recaudar impuestos. De nuevo deben reunirse tres condiciones administrativas para poner en práctica una RB para todos los ciudadanos. La primera es el mantenimiento o (mejor) la mejora de la eficiencia del sistema fiscal existente. La segunda es la implantación de un sistema de identificación de cada ciudadano o residente acreditado. Y la tercera es un sistema de reparto de la RB sin problemas y rentable. Esto puede ser complejo, pero lo es mucho menos que tratar la sangría de problemas sociales y económicos crónicos de pobreza e inseguridad alimentaria persistente mediante programas condicionados, muy costosos en términos administrativos, que estigmatizan y paralizan a los "beneficiarios" y que, al no ser preventivos, sólo crean problemas adicionales en su intento de curar, como, por ejemplo, la célebre "trampa de la pobreza".
Una alternativa diametralmente opuesta a la RB es el plan del presidente José Ramos Horta de establecer un régimen libre de impuestos en el área de Hong Kong (30) para allanar el camino a los inversores extranjeros. Ramos Horta, indiferente ante las evidentes diferencias entre Hong Kong y Timor Oriental, propuso utilizar el patrimonio común de los ingresos petrolíferos y gasísticos para crear condiciones atractivas para los inversores extranjeros, estableciendo de ese modo una economía capitalista más propia de una antigua-ciudad-estado-comercial-financiera-tecnológica-ahora-región-de-administración-especial que de una república democrática independiente.
Las opciones para Timor Oriental son difíciles, entre el crudo modelo capitalista el-ganador-se-lo-lleva-todo y otro más respetuoso con los principios democráticos consagrados en su constitución, principios cuyos orígenes se remontan a la república democrática griega clásica y que han surgido de anhelos humanos universales y de las aspiraciones de libertad, autorrealización y coexistencia pacífica en la vida civil. Claro como está todo esto, cuando el control de la actividad económica queda confinado a las decisiones de unos pocos, la imposición de relaciones de mercado estranguladoras de la libertad se convierte en la máxima prioridad en la organización de la vida social. Lo peor que podría ocurrirle a Timor Oriental es que sus líderes optaran por el modelo neoliberal vorazmente expropiador que defiende su presidente, aun cuando la Constitución siga sosteniendo la optimista promesa de un futuro diferente. Es esperable que algunos líderes timorenses se esfuercen por realizar las promesas de su constitución y de algunas declaraciones universales, como por ejemplo la Declaración de Viena de la Conferencia sobre Derechos Humanos de 1993, según la cual "la pobreza es una negación brutal de los derechos humanos" y "garantizar la dignidad humana exige la erradicación de la pobreza humana y de la exclusión social" (31).
La RB no es ninguna panacea que vaya a solucionar todos los problemas sociales y económicos de Timor Oriental, pero creemos que la independencia material que conferiría una RB a todos sus ciudadanos incrementaría sus opciones para llevar ―como individuos y como miembros de comunidades, como la de Uatulari― unas vidas más libres y autónomas. Implicaría mayores oportunidades en el ámbito productivo, mayor inclusión social en el marco de comunidades locales reforzadas, mayor participación política y erradicación de la pobreza y problemas conexos. Además de defender la necesidad de adoptar una idea de libertad basada en la independencia material de la gente, especialmente en los países en vías de desarrollo, hemos intentado arrojar algo de luz sobre las nuevas posibilidades y soluciones a problemas estructurales que puede ofrecer la RB en Timor Oriental. Por encima de todo, es el derecho a la existencia material, y no caridad, lo que pedimos.

NOTAS (1) El Índice de estados fallidos de 2002 elaborado por el Fondo por la Paz de Washington y publicado en Foreign Policy situaba a Timor Oriental en el vigésimo lugar de la categoría de alerta, justo después de Etiopía (18) y Burundi (19) y por encima de Nepal, Uzbekistán y Sierra Leona (21, 22 y 23, respectivamente). (2) Para este apartado nos hemos inspirado en el artículo "Republicanism and Basic Income" de Antoni Domènech y Daniel Raventós para la conferencia "Towards a Basic Income Society?", del Centro por la Justicia Social de la Universidad de Oxford, que se celebrará los días 26 y 27 de octubre de 2007, y en los artículos, ya conjuntos, ya individuales, de David Casassas, Daniel Raventós y Antoni Domènech. Véase también Antoni Domènech (2004): El eclipse de la fraternidad, Barcelona: Crítica, y Daniel Raventós (2007): Las condiciones materiales de la libertad, Barcelona: El Viejo Topo. (3) Aristóteles: Política, 1279b 39 – 1280ª 1-3; 129b 8-13. (4) Véase, por ejemplo, la defensa de Aristóteles de la politeya o el De Oficiis de Cicerón. (5) Thomas Paine: "Agrarian Justice" (1796) en P. F. Foner: The Life and Major Writings of Thomas Paine, Secaucus NJ: Citael Press. (6) Maximilien Robespierre (1958-1967): Ouvres, París: Société des Études Robespierristes. (7) Martin Luther King (1967): Where Do We Go from Here: Chaos or Community, Nueva York: Harper & Row. (8) Véanse en particular: parte II, título III, apartado 50.1 (derechos de género); parte II , título III, apartado 50.15 (cooperativas y  negocios familiares); parte III, título II, apartado 63.2 (derechos civiles y políticos); parte IV, título I, apartado 139.1 (uso equitativo de los recursos nacionales), y parte IV, título II, apartado 142 (provisión de recursos financieros para el desarrollo económico). (9) Las cifras del umbral de pobreza, basadas principalmente en estimaciones del Banco Mundial, son objeto de fuertes controversias. Por ejemplo, Sanjay G. Reddy y Thomas Pogge, en el estudio de la Universidad de Columbia "How Not To Count the Poor", hacen notar que la aproximación "dinerométrica" del Banco Mundial para construir el umbral de pobreza internacional ignora las necesidades reales de los seres humanos, emplea un concepto confuso de equivalencia de poder adquisitivo que es inadecuado para medir la pobreza y usa datos limitados, circunstancias todas que su comprensión del grado de pobreza global obvia. (10) Estamos en deuda con Liem Soie por esta observación (conversación privada, Barcelona, 17 de agosto de 2007). (11) Amartya Sen (1999): Development as Freedom, Nueva York: Random House. [Vers. cast.: Desarrollo y libertad, Barcelona: Planeta, 2000, trad. E. Rabasco y L. Toharia.] (12) Entre 2009 y 2018 se espera que los ingresos del Mar de Timor lleguen a los 2.400 millones de dólares americanos. (13) Véase http://www.tl.undp.org/undp/for_download/NHDR2006/TL-2006-Final.pdf (consulta de 26 de julio de 2007). (14) En 1999 la violencia de las milicias destruyó unas 90.000 viviendas. En las tensiones de 2006, más de 100.000 personas se habían quedado sin hogar. El número total de personas desplazadas internamente ascendía a un total de 70.000 en Dili y alrededor de 85.000 en otras zonas del país. Véase International Red Cross Report: "Timor-Leste: Appeal No. MAATP001 Report, 2006-2007". (15) Este año Timor Oriental ha perdido el 30% de sus cultivos, con la sequía, las plagas y las langostas como causas inmediatas (aún deben tratarse las causas históricas de producción insuficiente, cosa que se haría con una RB). El país sufrirá un déficit alimenticio de 86.000 toneladas en los próximos meses, de las cuales 72.000 se suministrarán mediante importaciones comerciales. Una quinta parte de la población (220.000) pasará hambre o morirán salvo que se les dé esta ayuda. Véase: "East Timor Needs 15,000 Tons of Emergency Food Aid, UN Agency Says", DPA, 27 de junio de 2007. (16) Véase Charles Scheiner: "Drilling East Timor: Australia's Oil Grab in the Timor Sea", Multinational Monitor, enero-febrero de 2006, vol. 27, núm. 1. (17) Según el PDNU sobre Timor Oriental, Human Development Report 2006. (18) Tim Anderson: "Food Security and Agriculture in the Australia-East Timor Relationship", en Damien Kingsbury and Michael Leach (2006): East Timor: Beyond Independence, Melbourne: Monash Asia Institute Press. (19) Véase el informe del Banco Mundial sobre Timor Oriental de septiembre de 2006. (20) Committee for Community Change, Washington, citado en Harper's Index, marzo de 2004. (21) Véase un cálculo del gobierno australiano en. (22) Véase World Bank: East Asia, abril de 2007. (23) Véase Alaska Permanent Fund Corporation (1988): "Wealth Management: A Comparison of the Alaska Permanent Fund and Other Oil-Generated Savings Accounts around the World", Trustee Papers, 5, abril. (24) Para más discusiones sobre la RB de Alaska, véase la página web de la Corporación del Fondo Permanente de Alaska. (25) Véase Tim Anderson (2002): "The IFI Threat to East Timorese Economic Independence", Aid Watch, 23 de octubre de 2002. (26) Véase Jordi Arcarons, Àlex Boso, José Antonio Noguera y Daniel Raventós (2005): La renda bàsica de ciutadania. Una proposta viable per a Catalunya. Barcelona: Mediterrània / Fundació Jaume Bofill. (27) Gran parte de la siguiente discusión se basa en la meticulosa investigación de Claudia Haaman y Dirk Maarman (2005): The Basic Income Grant in Namibia Resource Book. Desk for Social Development (DfSD) of the Evangelical Lutheran Church in the Republic of Namibia (ELCRN). (28) Existe una propuesta ulterior de 100 dólares namibios; véase: Z. Kameeta, C. Haarman. D. Haarman y H. Jauch: "Presentation to the United Nations Commission for Social Development", 7-16 de febrero de 2007. (29) Ibid. (30) Véase Geoff Thompson: "Ramos Horta Pushes for Tax-Free E. Timor", ABC News, 30 de junio de 2007. (31) Citado en Building Blocks for a Nation, informe del UN Country Team, noviembre de 2000, p.33.


David Casassas
y Julie Wark son miembros del Consejo Editorial de Sin Permiso, y Daniel Raventós es miembro de su Comité de Redacción y autor de Las condiciones materiales de la libertad

Traducción para www.sinpermiso.info y www.redrentabasica.org/: Daniel Escribano

Fuente:
www.sinpermiso.info, 16 marzo 2008

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