Sudáfrica: Los primeros efectos electorales de la crisis del ANC

Richard Calland

Ronnie Kasrils

13/08/2016

Un análisis provisional de las elecciones municipales

Richard Calland

Como en otras áreas de la actividad humana, los análisis provisionales de los resultados electorales rara vez son satisfactorios y se deben evitar a toda costa.  Pero, habiéndose puesto el sol hace más de una hora, el equivalente analítico de un trago de ron está, quizás, justificado.

A mi entender había tres grandes preguntas en estas elecciones.  En primer lugar, ¿hasta que punto se erosionaría el dominio electoral del Congreso Nacional Africano (ANC)?  En segundo lugar, ¿sería capaz la Alianza Democrática (DA) de dar los pasos necesarios para convertirse en una opción nacional creíble, en vez de simplemente regional, que amenace la hegemonía del ANC en el futuro?  En tercer lugar, ¿podrían evitar los Economic Freedom Fighters (EFF) la caída de popularidad típica de las segundas temporadas que ha afectado a todos los demás políticos de nueva creación desde 1994?

Para responder a estas preguntas, había indicadores clave a tener en cuenta en una serie de circunscripciones  especialmente polarizadas.

Si bien los resultados finales, y la asignación precisa de concejalías en los municipios más contestados y simbólicamente más importantes - a saber, los gobiernos municipales de Tshwane, Johannesburgo y Nelson Mandela Bay - no se conocen aun, a las 2 pm del jueves 4 dr agosto, cuando escribo esto, hay suficientes evidencias de un cambio de la situación anterior que permite justificar una respuesta razonada a estas tres preguntas.

Ya está claro, por ejemplo, que Sudáfrica está a punto de entrar en una nueva era de política de coaliciones y forma de gobernar.  Lo que será una fuente interesante de rejuvenecimiento, pero también de incertidumbre – dos cosas que gran parte de la literatura académica sobre la democracia cree necesario para que un sistema multipartidista sea dinámico, así como sensible a las necesidades, las preocupaciones y los intereses de los votantes.

A este respecto, volviendo a la primera pregunta, el electorado, al menos en algunas partes del país, le ha pegado una colleja bastante dolorosa al partido gobernante, cuyo apoyo en los barrios de chabolas (townships) donde vive la mayoría de la clase trabajadora ha caído bastante – con un efecto negativo en el ANC magnificado por el hecho de que la participación electoral fue mayor en las zonas suburbanas donde la oposición es más fuerte.

En la circunscripción número 21 en Mabopane, en la parte noroccidental de Tshwane, por ejemplo, habiendo acabado el recuento de votos seis de los siete colegios electorales, el apoyo al ANC había caído de un 82% en las últimas elecciones municipales de 2011 al 59%, mientras que el voto a la DA se duplicaba hasta un 20% y los EFF cosechaban un meritorio 18%.

Esta tendencia se repite, más o menos, en otras zonas “negras” de clase trabajadora de Tshwane y parece coincidir en gran medida con aquellas zonas donde ha habido conflictos y violencia interna importantes en el apresurado proceso de selección de los candidatos a alcaldes del ANC.

En Nelson Mandela Bay, el ANC parece haber sufrido también una notable erosión de su "núcleo", el voto de la clase obrera urbana negra.  En la circunscripción 56, por ejemplo, en Motherwell, con resultados de tres de los cuatro colegios electorales cerrados, el voto del ANC había caído un 20% -desde el 89% de 2011 al 69% actual- con los EFF logrando el 11% y un nuevo partido regional, UFEC, logrando el 6% (y la DA pasando modestamente del 1,6% al 4%).

La situación en la ciudad de Johannesburgo, la capital económica del país, es más compleja, aparentemente con mayores contrastes entre las circunscripciones.  Pero, hasta ahora, parece probable que el ANC caiga por debajo del 50%, como en Nelson Mandela Bay y Pretoria.  Allí es probable que la DA pueda ser capaz de formar una coalición con partidos más pequeños, como COPE y la UDM, pero en Tshwane parece que Julius Malema, el dirigente de los EFF, será quién dicte los términos de las negociaciones para una coalición.

Independientemente de lo que resulte de estas negociaciones, la noción de que la hegemonía electoral del ANC es impugnable ha saltado en pedazos.  Su control del poder se escapa;  puede ser cuestionado;  los votantes en todo el país están dispuestos a cambiar de bando - a pesar de, o quizás debido a, las tácticas de miedo, muy negativas del ANC en la fase final de la campaña.

Cuando se haya acabado el recuento votos,  parece probable que el ANC caiga por debajo del 60% a nivel nacional - una barrera psicológicamente significativa.

¿Cómo rentabilizarán los dos principales partidos de la oposición estos resultados?  Teniendo en cuenta que tendencias pasadas sugieren que los resultados de las elecciones municipales se "proyecten" en las elecciones nacionales que tendrán lugar dentro de tres años.  En 2011, por ejemplo, la DA consiguió poco más del 23% de los votos en las municipales y obtuvo un porcentaje casi idéntico a las elecciones nacionales de 2014.

La DA puede, una vez más, sentirse un poco decepcionada por sus resultados  en zonas  de clase trabajadora.  Continua creciendo, pero el problema es que, incluso si duplica o incluso cuadruplica su voto, lo está haciendo desde un suelo del 1 o 2%, lo que le impide  romper la barrera del 10%, lo que, a su vez, pone en peligro sus posibilidades de llegar a la barrera, psicológicamente importante, de 30% del voto popular.

A este respecto, los EFF pueden atribuirse un avance mayor.  En algunos lugares, como el colegio electoral 32952753 en Tshwane, obtuvo más del 30% de los votos emitidos.  Sus resultados sorprenderán a muchos, a pesar de que es evidente que tienen una base para trabajar a partir de sus resultados de 2014, cuando obtuvieron más del 20% en los colegios electorales de los alrededores de Johannesburgo y Ekurhuleni.

La pregunta era si podría continuar acumulando fuerzas después de ese prometedor comienzo y la respuesta es claramente afirmativa.  Y, por supuesto, va a aprovechar todas las oportunidades para ser la fuerza determinante en la formación de coaliciones en Tshwane y en otros lugares.

Habrá matices posteriores en este análisis, pero los cambios fundamentales del mapa electoral de Sudáfrica están emergiendo con suficiente claridad.  El ANC, sobre todo, tendrá muchas cosas sobre las que reflexionar cuando se conozcan los resultados definitivos.

Quienes observan Sudáfrica desde el extranjero pueden concluir que están ante una democracia parlamentaria multipartidista llena de vigor.  De cara al futuro, más allá de la emoción de las elecciones y la fascinante perspectiva de una nueva era de gobiernos de coalición, la cuestión más profunda es: ¿se traducirá en un mejor gobierno y mejores perspectivas para la economía y para los miembros más pobres y vulnerables de su sociedad?

http://www.dailymaverick.co.za/opinionista/2016-08-04-lge2016-interim-analysis/#.V6xFv-nVzX4

 

¡Serpientes vivas! El ANC en la cuerda floja

Ronnie Kasrils

La cruda realidad a la que tiene que enfrentarse el ANC, si quiere reformarse (y hay quién opina que la podedumbre es demasiado grande como para que sea posible) es que la iniciativa estratégica que le sobraba en 1994 ha pasado a la DA y los EFF.

Después de haber pasado gran parte de la campaña electoral de las municipales atacando a la Alianza Democrática (DA) como un partido dirigido por serpientes, el presidente Jacob Zuma, como se ha señalado, tendrá que acostumbrarse a dormir en ayuntamientos donde la despreciada oposición está al mando. Y cuando vuelva a su casa-palacio de Nkandla no podrá escaparse, porque los habitantes de esa zona rural han optado de nuevo por el IFP (viejo partido regionalista zulu). Parece que no tiene credibilidad ni en su propio vecindario.

La falta de confianza y de credibilidad les persiguen tanto a él como al aparentemente invencible ANC en todo el país. Desde que Zuma llegó al poder, los resultados electorales del ANC a nivel nacional se han hundido desde su techo en tiempos de Mbeki de casi el 70% en 2004 a los actuales, sin precedentes y alarmante, de un  54% en el Miércoles Negro del 3 de agosto de 2016. En cualquier país democrático normal el dirigente del partido que hubiera sufrido esta debacle habría renunciado sin dudar.

La historia que corre a mi alrededor es que los peces gordos del ANC están echándole la culpa al tiempo. Parece que sólo los votantes del ANC tienen miedo a un poco de lluvia y frio.¡Qué disparate!

Si el ANC quiere poner remedio a su penosa situación actual necesita hacer frente a la realidad o de lo contrario recibirá un varapalo similar en las elecciones nacionales de 2019, incluso si conserva el poder. Va a ser una tarea difícil recuperar el 60%. Cualquier resultado que quede por debajo sería una humillación; un golpe psicológico; la perdida completa del estado de gracia y de su medio de vida de muchos representantes públicos.

Todo el país sabe que el pescado se pudre por la cabeza. Todos los comentaristas que se precian han ofrecido una larga lista de pecados del ANC empezando por la avaricia, la arrogancia y la corrupción del Número Uno y su nombramiento de ministros y funcionarios estatales que están ahí, en posición supina, para hacer su voluntad y contribuir al encubrimiento y alabanza mientras saquean lo que pueden. De los escándalos en serie, las relaciones corruptas, los juicios sin resolver y el caso "Khwezi" por violación hace 10 años, a Nkandlagate, Guptagate y Nenegate, el lodo rezuma como si se hubiera roto una tubería de aguas residuales en la antes venerada organización, en detrimento del país y de la gente, los pobres en particular. Los compinches y aduladores de Zuma tomaron el control de la organización en su golpe de estado en Polokwane en 2007 y la han destruido hasta los cimientos. El mantra de servir al pueblo se ha convertido en servirse a sí mismos y que gane el mejor. Los trabajadores en huelga son asesinados a tiros, las protestas de los pobladores de los barrios de chabolas ahogadas en gas lacrimógeno, los estudiantes golpeados, detenidos por la policía y los más desafortunados son torturados. Las personas no son tontas y no hacen diferencias entre la violencia de estado y el gobierno del ANC.

La cruda realidad a la que tiene que enfrentarse el ANC, si quiere reformarse (y hay quién opina que la podedumbre es demasiado grande como para que sea posible) es que la iniciativa estratégica que le sobraba en 1994 ha pasado a la DA y los EFF.

El ANC ha fracasado estrepitosamente, se regodea en el barro y tiene primero que hicar sus talones si quiere levantarse y recuperarse.

Sus dos oponentes tienen el viento a favor. Basta con mirar el éxito de la DA: dos tercios de los votos de Ciudad del Cabo; victoria en Port Elizabeth; exitos enormes en las zonas metropolitanas de Pretoria y Johannesburgo donde podría hacerse con los gobiernos municipales. Casi lo consigue en Ekurhuleni, y gana en otros lugares, incluyendo Mogale City, Rustenberg y el cinturón de platino, donde los muertos de Marikana y sus viudas e hijos han vuelto para atormentar al ANC.

Los EFF no han ganado un solo municipio, pero han incrementado enormemente su voto. No es nada desdeñable y es un logro notable en su primera participación en las elecciones locales. Ambos partidos han demostrado que disponen de máquinas electorales eficaces, con voluntarios entregados y disciplinados. Los EFF tiene una atracción magnética sobre la juventud y ya había sacudido un Parlamento dócil.

Uno oye cómo las mesas electorales del ANC estaban medio vacias y eran rechazadas en las denominadas zonas mestizas de Ciudad del Cabo y en otros lugares. El ANC se parece cada vez más aun ejercito desmoralizado en retirada. La DA y los EFF han demostrado que el ANC está lejos de ser invencible. En los consejos muncipales donde la oposición tienen ahora la mayoría tienen muchas ganas de demostrar su valía.

La DA ha conquistado una cabeza de playa en numerosos municipios africanos, escupiéndole a la cara a Zuma que no son un grupo de señoronas, reptiles y chorlitos y que tienen apoyo más alla de la linea divisoria racial - más que el ANC, que en otra época podía presumir de ser el único partido inter-racial con las conscuencias morales que ello implica. La DA está obligada a asignar los recursos con astucia para mejorar la prestación de servicios públicos y proporcionar un buen gobierno en los municipios, y conseguir así el apoyo de los gobernados, que se convertirán en sus principales propagandistas. Esto, después de todo, no es una cuestión revolucionaria. El nombre de este juego electoral es reforma electoral y resultados. La DA sería estupida sino redirigiese los recursos.

Al ANC no le será fácil superar sus divisiones y defectos, porque hacerlo requeriría una revolución dentro del que una vez fue un movimiento orgullosamente revolucionario. La tendencia será a un aumento del faccionalismo y una lucha descarnada por los distintos puestos. La busqueda de chivos expiatorios estará al orden del día como ocurrió en la reunión final de la Comisión Electoral Independiente, donde ministros con dos años y medio en el cargo se volvieron brutalmente contra el desafortunado Nosiviwe Mapisa-Nqakula, "jefe de seguridad" de guardia, por no impedir una protesta por las violaciones no denunciadas contra Zuma.

Vaya, si escuchamos las diatribas de los órganos del Estado, ahora resulta que una protesta pacífica de cuatro dignas mujeres jóvenes son una cuestión de seguridad nacional. A menos que el ANC se deshaga de su principal dirigente y problema y de sus amigos – porque no se trata de una sola persona- y consigue limpiar los establos de Augías, seguirá hundido en estiercol.

Los peores elementos de la ANC muy bien podrían utilizar de chivo expiatorio al ANC de la provincia de Gauteng, dados los resultados electorales en el corazón económico del país. Pero eso implicaría tambien cambiar las direcciones provinciales en el Cabo Oriental por la pérdida de la zona metropolitana de  Nelson Mandela Bay y en el Cabo Occidental después del hazmerreir en que se ha transformado allí el ANC, a pesar de ser una provincia que llegó a gobernar. Y ¿qué decir del desastre en los otros lugares?

El suelo está lleno de suciedad y víboras. El tiempo se agota. Quedan sólo 32 meses antes de las elecciones nacionales de 2019 y el próximo concurso de serpientes y escaleras.

Por supuesto, para que se produzca un verdadero punto de inflexión, las relaciones socioeconómicas en el país tienen que cuestionarse. Por desgracia, la izquierda parece haberse estancado y ha fallado hasta el momento a la hora de demostrar que pueden unirse y ser una alternativa. ¿Podrá el tan anunciado nuevo Partido de los Trabajadores despegar antes de 2019? Los EFF al menos hablan de la nacionalización y de reforma agraria. ¿Estarán a la altura del simbolismo de sus boinas rojas?

Si las elecciones son un juego de serpientes y escaleras, el Miércoles Negro del ANC no deja al país ninguna duda sobre quién tiene la iniciativa y quién está en alza.

No creo que la DA pueda en realidad ganar, pero el país ha alcanzado sin duda un punto de inflexión.

¡Serpientes vivas! Los tiempos están cambiando.

http://www.dailymaverick.co.za/opinionista/2016-08-11-snakes-alive-the-anc-is-on-a-slippery-slope/#.V623HenVzX4

Profesor asociado de Derecho Público y director del Departamento de Gobierno Democrático y Derechos Civiles de la Universidad de Ciudad del Cabo-UCT. Es uno de los analistas políticos sudafricanos mas influyentes. Autor de Anatomy of South Africa (2006) y The Zuma Years (2013).
Uno de los principales dirigentes clandestinos de la rama militar del ANC y del PC de Sudáfrica, fue viceministro de Defensa y ministro de Servicios de Inteligencia de Sudáfrica.
Fuente:
Varias
Traducción:
Enrique García

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