Vandalismo en la crisis mundial

Carlos Gabetta

13/01/2013

¿Hay relación posible entre los saqueos en 40 ciudades argentinas y los 1.300 coches incendiados en Francia en Año Nuevo? A priori, no debería. "Inducidos" o no, según se discute en Argentina, los saqueos constituyen la expresión desesperada de los enormes bolsones de pobreza y marginalidad; de expresiones de lumpenización socialtrufada de mafistización política y sindical. La "moda" de quemar coches en Francia, que empezó hace unos años y no cesa de extenderse, más bien parece –en todo caso así lo analiza la prensa y lo encaran los dispositivos de seguridad del Estado- un festejo de niñatos aburridos, maleducados y pasablemente dopados. Algo así como la expresión masiva, a escala de un país, de esas fiestas de fin de curso de nuestros chicos del Nacional Buenos Aires, durante las que suelen destrozar el colegio y hace un par de décadas, en el tumulto, mataron un chancho a patadas.

Pero ambos vandalismos se entrelazan progresivamentede arriba a abajo, desde las clases medias empobrecidas hacia las desamparadas. La primera quema masiva de coches, unos 300,se produjoen barrios de clase media o alta de un par de ciudadades de Francia en la San Silvestre de 2005. Pero ya en 2009 fueron incendiados 1.147 coches y las primeras cifras de este 2013 apuntaban a 1.300. En estos años, la "moda" se extendió a los barrios populares y a muchas ciudades del país, a punto que algunos medios de prensa franceses lo llaman compétition entre villes (ciudades). Con todo, lo que no se suele comentar es que a lo largo de todo el año pasado "se incendiaron" 40.000 coches en toda Francia.

En un artículo anterior (Perfil, 8-12-12), apunté que "en Francia hay actualmente 4,58 millones de desempleados, la cifra más alta desde que existen estadísticas. El 10%, 476.000 personas, sólo cuentan con la Renta de Solidaridad Activa (RSA), provista por el Estado a los ciudadanos franceses, que en general no alcanza para pagar un alquiler modesto. El porvenir del empleo es cada vez más sombrío y el Estado está en crisis. Francia acaba de perder la primera categoría internacional como Estado deudor. En la franja jóvenes 15-29 años, el desempleo alcanzó en 2010 el 32,5% entre los diplomados; el 47,7% entre los que no tienen formación alguna. Total, que el 23% de esos jóvenes son considerados pobres. En Francia, uno de cada cinco niños vive actualmente bajo el umbral de pobreza".

La conclusión es evidente. La "moda" fue arrastrada hacia los barrios populares de numerosas ciudades por el empobrecimiento de amplios sectores medios y altos; por jóvenes que ven un rosado presente en sus computadoras y celulares y no lo encuentran en la realidad. Qué decir de los sectores más bajos, de los desempleados crónicos inmigrantes y franceses, tan "conectados" y mucho más desamparados.

Por supuesto que cada sociedad "se cae" desde donde estaba: el desamparo francés es por ahora la cólera de bolsones de pobreza y lumpenización social, expresada en la "moda" de quemar coches. El Estado, todavía eficaz aunque exhausto y desbordado, aún trata de atender las necesidades básicas más elementales. La tradición asociativa local también hace lo suyo: solo los Resto du coeur ("restaurantes solidarios", fundados en 1985 por el cómico Coluche), alimentaron en 2012 a 870.000 personas, suministrando 115 millones de comidas completas. Los súpermercados, por su parte, han comenzado a curarse en salud: muchos de ellos dejan por la noche en la vereda alimentos para quien los quiera recoger, lo que ya ha comenzado a provocar tumultos.

En Argentina, con un Estado corrupto e ineficaz y una tradición asociativa que aunque rica, se encuentra dispersa, dispone de menores recursos y enfrenta una marginalidad mucho mayor, el vandalismo apunta a la apropiación de alimentos, computadoras, televisores y celulares. El mágico mundo virtual permite soñar y llena los huecos del ocio obligado; la necesidad hace el resto.

Solución global, o regional

La crisis empieza a mostrar su aspecto más complejo y preocupante: global como es, se expresa de distintos modo según los países y sociedades, pero se hace cada día más evidente que necesitará de una solución global, o al menos por regiones. El ejemplo francés es el último en data. El proyecto de aumentar el impuesto a las gananciasde François Hollande resultó desaprobado por elConsejo Constitucional, que juzgó que el nuevo impuesto "viola el principio de igualdad de los contribuyentes ante la ley". Antes de esto, ya el actor Gérard Depardieu y Bernard Arnault, el hombre más rico de Francia, habían instalado  domicilio fiscal en Bélgica y las grandes empresas amenazaban con hacer otro tanto.

España y Grecia se desmoronan; Italia tambalea. Alemania, el país con mejores números de la Unión Europea (UE), dicta la ley del ajuste fiscal a diestra y siniestra, apuntando a cavar su propia tumba: sus exportaciones a los países de la UE están en su punto más bajo en veinte años, según un informe de la Oficina Federal de Estadística de mayo pasado. En 2011 Alemania vendió en la UE el 59,2% de sus exportaciones. Hace cinco años era el 64,6%. O sea que Alemania está empujamdo a la recesión a su principal mercado.

En conclusión, Europa constituye el principal riesgo para la economía mundial, según estimó el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz en un artículo publicado el 2 de enero pasado por Handelsblatt, el principal periódico económico de Alemania. "El verdadero riesgo para la economía mundial se encuentra en Europa (…) no se ve ninguna señal de salida a la depresión de España y Grecia", afirmó. Para salir de la crisis de la zona euro, Stiglitz rechaza la idea del "pacto fiscal europeo" y señala que la compra de obligaciones de Estado por el Banco Central Europeo es "un paliativo temporario" y que si éste prosigue exigiendo políticas de austeridad para esos financiamientos "no hará más que agravar el estado del enfermo".

En cuanto a Estados Unidos, el precario acuerdo fiscal obtenido a última hora de 2012 por el Congreso debe pasar la prueba del tiempo, porque aún no hay acuerdo sobre los recortes sociales, que deberían producirse en los próximos meses. En cualquier caso, hay acuerdo general entre los analistas acerca de que no soluciona los enormes déficits ni el problema de la mostruosa deuda estadounidense: 16.4 billones de dólares. Puesto que la discusión sobre la posibilidad de aumentar el techo de la deuda continúa, viene al caso recordar la advertencia de otro Premio Nobel, Paul Krugman, formulada hace una década (El País, Madrid, 23-2-03): "el gobierno no puede cumplir todas sus promesas y al mismo tiempo pagar intereses sobre su deuda. El temor a que el gobierno resuelva el problema inflando la deuda provocará un aumento de los tipos de interés, lo cual empeorará el déficit, y se producirá una espiral hasta que la situación quede fuera de control".

Habrá que ver qué formas asume el vandalismo en Estados Unidos; cuando y por donde empieza. Si no es que ha empezado ya…

Este panorama internacional fortalece, al menos en teoría, las posibilidades de una región como América del Sur, actualmente un conglomerado político que oscila entre los populismos venezolano, argentino, boliviano y ecuatoriano, de incierta evolución, y los procesos transformadores institucionalistas brasileño, chileno, uruguayo y colombiano, también amenazados por la crisis. Pero las diferencias entre unos y otros, y aún las que distinguen entre sí a los populismos y republicanismos hacen que por el momento "los cambios" y la "unidad regional" resulten más discursivos que concretos. La oportunidad sudamericana es evidente, pero su análisis necesita espacio y será motivo de otro artículo.

Carlos Gabetta es periodista y escritor. Acaba de publicar "La encrucijada argentina: República o país mafioso" (Planeta).

Fuente:
Perfil, 5 de enero de 2013
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