EEUU: En diez días la economía va a chocar con un iceberg

Jordan Weissmann

19/07/2020

La economía norteamericana parece dirigirse hacia un iceberg para colisionar en poco más de una semana, gracias en parte a un estúpido tecnicismo que el Congreso pasó accidentalmente por alto al aprobar su legislación de ayudas por el coronavirus en marzo pasado.

En teoría, se suponía que las prestaciones federales por desempleo de 600 dólares semanales, que han supuesto una tabla de salvación crucial para las familias a lo largo de la crisis, debían expirar el 31 de julio. Esa era la fecha que la mayoría de los periodistas, personal de la colina del Capitolio y legisladores habían inscrito inicialmente en su cabeza como fecha límite para aprobar otra ronda de ayuda para la pandemia de modo que la gente que está sin trabajo no asista a una caída repentina y masiva de sus ingresos.

Pero resulta que pusimos un círculo en el día equivocado. El problema es que el 31 de julio es viernes, y los estados pagan las prestaciones de desempleo tomando como base las semanas que acaban en sábado o domingo. Como resultado de ello, la última semana de este mes no se verá rematada por los 600 dólares. Los fondos extra desaparecerán después del 26 de julio en cada uno de los estados.

Medios como USA Today y la CBS han ido informando acerca de esto desde por lo menos final de junio, pero no se ha conseguido espolear una acción más rápida en el Capitolio. Para poner peor las cosas, una vez que actúe el Congreso para renovar los pagos, los estados tardarán por lo menos un par de semanas en reprogramar sus viejos sistemas de ordenadores para procesar cualquier prestación nueva que establezca el Congreso, tal como ha explicado Michele Evermore, experta de referencia sobre seguros de desempleo del Proyecto para una Ley de Empleo Nacional. Si las negociaciones se prolongan más allá del 1 de agosto, es posible que algunas familias puedan pasar un mes sin ayuda federal.

Le pregunté a Evermore si había algún modo para que los estados arreglaran este asunto por su cuenta, acaso moviendo las prestaciones semanales a un día anterior, lo que en mi cabeza sonaba como una suerte de solución de sentido común. Respondió que sería esencialmente imposible, tanto por razones técnicas como legales. “La cuestión de las prestaciones semanales es una de las cosas más difíciles de arreglar”, dijo. “En la mayoría de los estados está en la legislación, e incluso donde no lo está, esa clase de cambios centrales en un programa resultan una pesadilla”.

Pese al éxito de conjunto que ha tenido Washington distribuyendo ayuda a los parados a lo largo de la crisis, muchos norteamericanos parecen seguir pasándolo mal. Hay noticias de que hay más gente que tiene dificultades para conseguir lo bastante para comer. Hay hogares que han conseguido demorar el pago de préstamos, y hay muchas personas que están preocupadas porque los EE.UU. puedan estar al borde de una crisis de vivienda este verano, conforme se levante la moratoria de desahucios. Retirarle las ayudas a la gente no hará otra cosa que empeorar esos problemas, al tiempo que empujará a la economía a un agujero mayor. Había 32 millones de personas en las listas del paro, de acuerdo con el recuento más reciente. Si desaparece por completo la ayuda de 600 euros, seguirán recibiendo las prestaciones normales de los estados. Pero sus ingresos podrían reducirse de media a menos de la mitad.

No es que a los republicanos parezca importarles. Buena parte del partido está aparentemente convencido de que el apoyo de 600 dólares está evitando que la gente vuelva a trabajar, una afirmación para la que no hay en absoluto evidencia alguna, y eso se está convirtiendo en algo cada vez más ridículo, cuando los estados cierran negocios como los bares para enfrentarse de nuevo a rebrotes del coronavirus. Y si bien la Casa Blanca ha dado señales de que estaría dispuesta a llegar a un compromiso sobre la cuestión prolongando las prestaciones con una cantidad menor—acaso algo entre 200 y 400 dólares a la semana—, todavía no hay negociaciones de verdad entre los dos partidos en el Congreso. Por el contrario, el líder de la mayoría [republicana] en el Senado, Mitch McConnell ha declarado estar considerando la presentación de un plan a sus colegas republicanos el próximo lunes [20 de julio], y sólo después lo compartirá con los demócratas (una fuente de los demócratas en el Senado confirmó que de momento han recibido “grado nulo de compromiso” de McConnell). Para cuando las dos partes puedan ponerse de acuerdo en algo, hay bastantes posibilidades de que estas prestaciones cruciales hayan caducado, al menos durante algún tiempo. “El rechazo durante meses del Senator McConnell a comprometerse en un diálogo bipartidista sobre la siguiente fase de la legislación de ayudas federales ha creado una incertidumbre y penuria innecesarias para millones de familias que todavía se resienten de las crisis de salud pública y económica”, declaró en un comunicado Chuck Schumer, líder de la minoría [demócrata].

Pues ahí es donde estamos. La economía va camino de su cita con el abismo. Y todo lo que los demócratas pueden hacer de momento es rogar para que los republicanos efectúen un viraje.

responsable de Economía de la revista digital Slate, estudió periodismo en la Northwestern University, realizó sus primeras prácticas en The Birmingham News, Cape Times, Milwaukee Jornal Sentinel y The Washington Post, y ha trabajado en medios como The Atlantic.
Fuente:
Slate, 16 de julio de 2020
Temática: 
Traducción:
Lucas Antón

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