Los bancos de Wall Street podrían lucrarse con millones de dólares de la muerte de sus empleados por coronavirus

Pam Martens

Russ Martens

19/04/2020

Si suena macabro es porque es macabro.

Algunos de los mayores bancos de Wall Street han estado intimidando a sus agentes de Bolsa para que vuelvan al trabajo, pese a una orden ejecutiva del gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, que estipula que la gente se quede en casa durante el brote de coronavirus, a no ser que trabaje en establecimientos esenciales como tiendas de alimentación, farmacias y hospitales.

El estado de Nueva York, sede de Wall Street, es hoy el epicentro del brote de coronavirus en los Estados Unidos con 5.489 muertes a fecha de hoy [7 de abril], el 44 % de todas las muertes de coronavirus en el conjunto de los Estados Unidos.

Ahora bien, parece ser que, aunque los agentes de bolsa de Wall Street han corrido mayor riesgo sanitario de contagiarse de coronavirus al viajar en medios de transporte públicos y trabajar en un edificio potencialmente contaminado, algunos de los mayores bancos recibirían indemnizaciones por defunción si sus empleados mueren a causa del virus.

Los bancos de Wall Street son propietarios de una forma de seguro de vida que se llama BOLI, siglas de Bank-Owned Life Insurance (Seguro de Vida de Propiedad Bancaria). La indemnización por defunción se paga al propietario empresarial de la póliza, en este caso los bancos, no el empleado o su familia. Puesto que se trata de una póliza de seguro de vida, tiene un montón de bonitas ventajas para el balance de los bancos. La indemnización en metálico de la póliza se acumula libre de impuestos mientras la póliza sigue en vigor, y la indemnización por fallecimiento se paga libre de impuestos sobre la renta federales. Se supone que el banco obtiene el permiso del empleado antes de proceder con la póliza, pero hay pocas pruebas de que los empleados sepan lo que están firmando cuando les ponen delante una enorme pila de papeles el día que les contratan

El volumen de activos de BOLI en manos de los bancos figura en el Formulario RC-F de informes trimestrales (Call Reports) que archivan los reguladores federales. A fecha de 31 de diciembre de 2019, cuatro de los mayores bancos norteamericanos, JPMorgan Chase, Bank of America, Wells Fargo y Citibank, de Citigroup, poseían en conjunto 58.440 millones de dólares en activos de BOLI. Estos se reparten del siguiente modo: Bank of America, 22.550 millones, Wells Fargo,19.000 millones, JPMorgan Chase, 11.660 millones, y Citibank, 5.230 millones.

Activos BOLI en los bancos con mayores seguros federales a fecha 31 de diciembre de 2019 (Fuente: FFIEC Call Reports)

Pero las indemnizaciones por defunción representan un enorme múltiplo de la cantidad de inversiones que suponen las pólizas. Los expertos sugieren que 58.440 millones de dólares en activos de BOLI podrían representar aproximadamente 584.000 millones en futuras indemnizaciones por fallecimiento, o más de medio billon de dólares.

En 2003 y 2004 la GAO (Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno - Government Accountability Office) investigó esas medidas por cuenta del Congreso. La GAO descubrió que algunas grandes empresas mantenían el seguro de vida en vigor después incluso de que el empleado hubiese dejado la compañía, invalidando así cualquier posibilidad de considerarlo, a él o a ella, “clave” para la empresa. La GAO escribió: “A menos que lo prohiban las leyes de los estados, las empresas pueden mantener la propiedad de estas pólizas, independientemente de si ha concluido la relación de empleo”. La GAO descubrió también que multiples empresas tenían pólizas de seguros de vida del mismo individuo.

Puesto que los empleados de Wall Street se mueven con frecuencia entre bancos, podríamos tener una situación en la que múltiples bancos cobran indemnizaciones por defunción del mismo trabajador….al que se intimidaba, poniéndole así en peligro, tanto a él como a su familia.

En 2006, el Congreso aprobó la Ley de Protección de Pensiones [Pension Protection Act], que incluía una sección sobre estas pólizas. En lugar de proscribir la BOLI y su hermana empresarial, la COLI (Seguro de Vida de Propiedad Empresarial - Corporate Owned Life Insurance), el Congreso prohijo todos los millones de pólizas anteriormente emitidas, a la vez que establecía unos cuantos cambios en las normas fiscales y de información.

Un fundamento del derecho de seguros que se remonta al siglo XIX es que una parte ha de tener un interés asegurable en la vida de otra persona para poder obtener una póliza de seguros. El Tribunal Supremo norteamericano falló en el caso Warnock versus Davis en 1881 que “debe haber en todos los casos una base razonable, cimentada en las relaciones de unas partes con otras, ya sean pecuniarias o de sangre o afinidad, para esperar algún beneficio o ventaja de la continuidad de la vida del asegurado. De otro modo, el contrato es una simple apuesta por la cual la parte que contrata la póliza se encuentra directamente interesada en el temprano fallecimiento del asegurado. Esas pólizas tienden a infundir el deseo del suceso. Se condenan, por tanto, independientemente de cualquier legislación sobre el asunto, como contrarias a las disposiciones públicas”.

Si bien resulta enormemente cuestionable que los empleados de a pie sean “claves” para el éxito de una empesa, desde luego no cabe duda de que su aportación a la empresa concluye cuando termina su empleo. Y sin embargo, en cierto modo se permite a los bancos cobrar indemnizaciones por defunción de trabajadores con los que se ha finalizado en las mismas narices de los reguladores de seguros del estado. De acuerdo con nuestras fuentes, los bancos hacen barridos de los listados de la Seguridad Social, para controlar a los antiguos empleados, descubrir quién se ha muerto y luego presenter reclamaciones de indemnización por fallecimiento.

Wall Street On Parade presentó una petición de Ley de Libertad de Información en 2014 ante la OCC (Oficina del Auditor Financiero - Office of the Comptroller of the Currency), regulador federal de los grandes bancos, para conseguir datos granulares sobre el BOLI de JPMorgan Chase. Se nos comunicó por carta que la OCC tenia 450 páginas de material sensible, pero que no se iba a publicar ni para nosotros ni para el público (véase la Respuesta de la OCC a la Petición de Wall Street relativa a las opciones en caso de defunción de banqueros de JPMorgan).

En nuestro recurso del 12 de mayo de 2014 al fallo de la OCC, hacíamos las siguientes disquisiones:

“Desde diciembre de 2013, JPMorgan Chase ha sufrido cinco fallecimientos inusuales de trabajadores en activo en la treintena y un deceso inusual de un antiguo trabajador de 28 años, cuyo hermano trabaja actualmente para JPMorgan y que fue citado por su nombre en el informe sobre el desastre bursátil del London Whale de JPMorgan elaborado por el Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado norteamericano…”

“Tres de las seis muertes relacionadas con JPMorgan citadas en el artículo al que se hace referencia más arriba provenían presuntamente de saltos desde edificios en Londres, Hong Kong y Manhattan, respectivamente. Ninguno de los bancos del ramo de JPMorgan — tales como Citigroup, Morgan Stanley o Goldman Sachs – ha informado públicamente de suicidios en los últimos seis meses, que seamos nosotros conscientes. Un examen de doce meses de las notificaciones públicas de fallecimientos entre los empleados de Citigroup no reveló ningún cúmulo de muertes de jóvenes en la treintena (JPMorgan tiene, según las informaciones, 260.000 empleados, frente a los 251.000 de Citigroup.)…

“Por qué están muriendo jóvenes en la treintena en JPMorgan, pero no en bancos de su ramo, es una cuestión de salud pública y una preocupación de seguridad cruciales. Va contra las disposiciones públicas mantener registros en secreto. Tal como establece en su página digital el médico forense jefe de Connecticut (donde tuvo lugar una de las muertes): ‘Las investigaciones medico-legales protegen también la salud pública: diagnosticando enfermedades de las que antes no se tenia noticia, identificando situaciones de riesgo ambiental en el puesto de trabajo, en el hogar y en otros lugares, reconociendo tendencias como cambios en cifras de homicidios, muertos en accidentes de tráfico y muertes relacionadas con drogas y alcohol, e identificando nuevos tipos y formas de drogas que aparezcan en el estado, o drogas/substancias ya existentes que se convierten en nuevo foco de consumo’”.

Se denegó nuestro recurso y se sucedieron más muertes extrañas en JPMorgan Chase.

El viernes pasado, el Wall Street Journal informó de que JPMorgan Chase había sufrido un brote de coronavirus en su parquet con más de dos docenas de empleados enfermos y varias docenas más en cuarentena. Pese a ello, hoy [7 de abril] informaba Bloomberg News de que se sigue presionando todavía a los empleados bursátiles para que vuelvan a trabajar, y uno de cada cinco agentes de Bolsa ha vuelto al parquet.

Está claro que los reguladores federales no tienen ningún interés serio en poner coto a los abusos de Wall Street. Acaso el gobernador Cuomo juzgue oportuno investigar este asunto de forma completa como asunto de protección de la salud de todos los neoyorquinos.

economista, responsable de la página Wall Street on Parade.
economista, responsable de la página Wall Street on Parade.
Fuente:
Wall Street on Parade, 7 de abril de 2020
Traducción:
Lucas Antón

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