Movimiento pionero de los sesenta

Samuel Farber

30/09/2012

Tuve el privilegio de participar en el movimiento "Free Speech Movement" (FSM) de la Universidad de California en Berkeley en el otoño de 1964. Este movimiento jugó un papel clave en impulsar el movimiento estudiantil a través de los Estados Unidos, y pocos meses después contribuyó con cientos de activistas y cuadros experimentados a la lucha contra la guerra de Vietnam en el área de la Bahía de San Francisco.

La Revuelta de Berkeley, traducida al español hace muchos años y recién publicada ahora, en el 2012, contiene una historia detallada de este movimiento y un suplemento, Voces de Berkeley, que incluye documentos y testimonios importantes de esa lucha. La historia fue escrita por Hal Draper, el ideólogo quizás más importante del FSM, quien en los setenta se consagraría como historiador y teórico marxista de primera línea con su colección Karl Marx's Theory of Revolution.

El FSM surgió en septiembre de 1964 cuando las autoridades universitarias aumentaron las ya numerosas restricciones a la actividad política dentro del recinto de Berkeley. Hay quienes sostienen que esta revuelta estudiantil fue motivada por la enajenación y anonimato educacional generado por el gran número de clases con cientos de alumnos en un recinto enorme con 28.000 estudiantes donde había poco contacto con los profesores, muchos de los cuales eran figuras importantes en su campo dedicados a la investigación, a escribir y sin interés alguno en la enseñanza. Sin duda alguna, esto frustró y disgustó a muchos estudiantes. Pero en realidad la revuelta surgió del choque entre la creciente fuerza del movimiento en apoyo a los derechos de los negros que se había extendido a la universidad de Berkeley y las rémoras antidemocráticas que habían sobrevivido a la hegemonía del macartismo de la primera mitad de la década de los cincuentas con sus severos límites a las libertades políticas de los estudiantes dentro del recinto universitario.

En respuesta a las acciones del FSM, se destapó una ofensiva contra el movimiento. El influyente periódico derechista Oakland Tribune, cuyo propietario era el ex-senador Republicano William Knowland, conocido como "el senador de Formosa" (Taiwan) por su apoyo al corrupto dictador Chiang Kai-Shek, jugó un papel importante en esa represión, junto con otros cómo Edwin Meese, en aquel entonces funcionario judicial del condado de Alameda quien mucho más tarde sería el Procurador General de los Estados Unidos bajo Ronald Reagan. Pero también hay que destacar que el entonces gobernador de California, el demócrata liberal Edmund Brown, padre de Jerry Brown, el gobernador actual de dicho estado, jugó un papel aún mas crítico en la represión del movimiento estudiantil al ordenar la intervención de las "fuerzas del orden" en el recinto. Entre las acciones que las autoridades universitarias tomaron, vale mencionar las tácticas dilatorias adoptadas con el propósito de debilitar el movimiento, la creación de un ala "moderada" para dividir al estudiantado en contra de los activistas, y finalmente, aún después de la victoria del movimiento en diciembre de 1964, intentos para disminuir retrospectivamente los logros de éste, los que afortunadamente fracasaron.

Aún así, a pesar de todos los esfuerzos, tanto de la derecha reaccionaria como de los liberales del "Establishment", el FSM logró una gran victoria con la extensión cualitativa de los derechos políticos de los estudiantes dentro del recinto de Berkeley, aboliendo de esa manera tanto las nuevas como las viejas restricciones. Los estudiantes también lograron otras conquistas, como la creación de un sindicato de asistentes de cátedra y de investigación (teaching and research assistants). Eso no quiere decir que el movimiento ascendió de manera continua: tuvo sus altas y bajas, pero el coraje y resolución de los militantes, a veces promovido inesperadamente por los excesos e incompetencia de las autoridades universitarias, culminó en la victoria cuando más de 800 estudiantes fueron arrestados en una ocupación pacífica de Sproul Hall--la sede de la Administración- en la noche del 2 a 3 de diciembre de 1964.

La historia, magistralmente relatada por Draper, es pertinente a algunos debates en torno al movimiento actual de Occupy. En el FSM hubo un alto grado de espontaneidad que a veces resultó hasta un poco caótica. Sin embargo, tuvo una estructura formal bien definida y un liderazgo reconocido, con Mario Savio como la figura pública más importante que representó democráticamente la voluntad de las organizaciones e individuos que integraron el movimiento. Los líderes radicales del FSM tomaron muy en cuenta la conciencia del estudiantado y de los profesores progresistas para evitar cualquier tipo de pronunciamiento o acción que fuera percibido como no justificado en respuesta a las acciones de las autoridades. Este fue un ejemplo de la manera en que una democracia estructurada realmente funciona.

El FSM demostró el gran potencial político de las luchas democráticas que desenmascaran las falsas pretensiones de las autoridades, quienes bajo el manto de la democracia liberal, sólo están interesados en defender al poder establecido. Vale la pena notar que la dinámica del movimiento fue similar a la de los movimientos revolucionarios, en el sentido de que estrategias y tácticas genuinamente radicales señalaron el camino a seguir y en el proceso radicalizaron a los estudiantes liberales. Al mismo tiempo, el profesorado - en este caso análogo a la clase media en los procesos revolucionarios se dividió, con la mayor parte apoyando al estudiantado radical y una minoría que se afincó en posiciones conservadoras. Algunos historiadores del FSM como Robert Cohen se basan en el hecho indudable que la mayoría de los integrantes del movimiento estudiantil eran liberales, por lo menos cuando comenzó el movimiento en septiembre de 1964, para proclamar que el FSM fue un movimiento esencialmente liberal. El análisis de Cohen es erróneo por varias razones pero especialmente porque es estático: no toma en cuenta el hecho que los estudiantes que eran liberales en septiembre de 1964 siguieron la pauta y liderazgo de los líderes radicales del FSM, de esa manera implícitamente rechazando las críticas de los grupos "moderados", y que muchos de los estudiantes liberales se habían radicalizado cuatro meses más tarde. Entre septiembre de 1964, cuando comenzó el FSM, y enero de 1965, inmediatamente después del triunfo, el número de militantes radicales en el recinto académico y la ciudad de Berkeley se había multiplicado por un factor de diez, o sea, había crecido de unas 200 a 2,000 personas.

Draper describe este proceso de radicalización en detalle y señala el papel clave que jugaron en éste los grupos socialistas activos en el recinto y en la ciudad de Berkeley. El movimiento fue excepcional porque el SDS (Students for a Democratic Society)--el grupo de nueva izquierda que fue mucho más importante que los grupos socialistas en el resto de los EU--jugó un papel mucho menor en Berkeley comparado con los grupos socialistas. Estos grupos incluyeron al Dubois Club (el ala juvenil del Partido Comunista norteamericano), Young Socialist Alliance (la sección juvenil del Socialist Workers' Party que representaba al Trotskismo ortodoxo) y el ISC-Independent Socialist Club (un antecesor del ISO), un grupo socialista revolucionario encabezado por Draper.

El ISC, al que yo pertenecí, fue fundado unos días antes que surgiera el FSM, y aunque carecía de un periódico, local o nacional, tuvo una presencia muy visible en el movimiento por su participación y reuniones frecuentes en las que tratamos de educarnos, a nosotros mismos y al resto del movimiento, sobre lo que involucraba la lucha militante contra las prohibiciones políticas de la administración universitaria. En estas reuniones aprendimos a pensar de una manera analítica y global sobre cuestiones estratégicas y tácticas y sobre la política nacional que explicaba el comportamiento tanto de la derecha como de los liberales del "establishment". También publicamos numerosos volantes, a veces con una frecuencia tal, dado el rápido desarrollo de los hechos, que ningún periódico semanal hubiera podido igualar. Mi propia experiencia distribuyendo esos volantes a la entrada principal del recinto fue sumamente educativa en cuanto a poder aquilatar el grado de apoyo y radicalización de los estudiantes, algunos de los cuales se me acercaban y decían que eran miembros de nuestro grupo, lo que a pesar de no ser cierto, manifestaba su acuerdo y solidaridad con nuestra orientación política. El papel que desempeñó Hal Draper en todo esto--y que por modestia a duras penas él menciona en su libro - fue notable. Tuvo un impacto especial con su panfleto, publicado por el ISC, titulado The Mind of Clark Kerr (incluido en el suplemento Voces de Berkeley) donde expone minuciosamente el pensamiento burocrático y tecnocrático del presidente de la universidad y su visión de esa institución como un sirviente de la industria capitalista, del gobierno y otros intereses del poder. Draper también debatió al sociólogo Nathan Glazer, quien más tarde se convertiría en un importante pensador neoconservador, en presencia de unos 600 estudiantes y lo derrotó rotundamente. Ese debate ayudó a consolidar la derrota de la oposición conservadora al FSM dentro del recinto.

En estos tiempos en los que hemos experimentado más derrotas que victorias, es muy aleccionador leer un libro como éste que tan claramente relata cómo ganamos una lucha radical por la democracia.

Samuel Farber nació y se crió en Cuba y ha participado en la política socialista por más de cincuenta años.  Su último libro, Cuba Since the 1959 Revolution. A Critical Assessment, aparecerá en el otoño de 2001, publicado por Haymarket Books.

Traducción para www.sinpermiso.info: Selma Marks

 

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Fuente:
Socialist Worker, agosto y septiembre de 2012
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