Eddie Ford
24/11/2023
La política británica la semana pasada fue, sin duda, muy agitada. Hubo la noticia impactante (que todos esperábamos) del cese de Suella Braverman, la secretaria del Interior. Es difícil estar en desacuerdo con el comentario general de que tuvo mucho más que ver con lo que sucederá después de las próximas elecciones generales que con las propias elecciones generales. En otras palabras, Braverman trata de convertirse en la líder de la derecha conservadora y del propio partido, aunque con qué éxito es otra cuestión, cuando Rishi Sunak se inmole el próximo año después de las elecciones, hacia la que los conservadores "se dirigen como a la crucifixión" (para usar las palabras del gurú de las encuestas Sir John Curtice).
Desde hace algún tiempo, Braverman se ha especializado en la versión más vil de la inmunda política conservadora. Obviamente, Braverman trata de apelar a la sección más intolerante, vengativa y de mente más estrecha de la base social conservadora. Pero es un cálculo arriesgado: ¿quién sabe cuál será la situación después de las próximas elecciones generales? Pero parece estar apostando por asegurarse suficiente apoyo entre los parlamentarios para permitirle apelar a esa circunscripción. Si quiere una idea de la estrategia de Braverman, basta recordar al último líder conservador que hizo lo mismo, que fue Liz Truss, por supuesto, que venció cómodamente a Sunak en las primarias del partido. Braverman cree claramente que la historia se repetirá.
Suella, la cruel
Todos sabemos el tipo de cosas que Braverman ha dicho. Las manifestaciones propalestinas que piden un alto el fuego en Gaza son "marchas de odio", por no decir antisemitas, y por lo tanto deberían prohibirse. ¡Aquellos que viven en las calles de Gran Bretaña en tiendas de campaña o cajas de cartón "optan por un estilo de vida"! Cuando se trata de las cinco promesas de Sunak -sobre todo aquellas que se refieren a las personas que intentan entrar en Gran Bretaña en botes pequeños-, quiere lidiar con ello no simplemente encerrando a la gente en barcazas infernales y campos de concentración reales (ya sea en Ruanda o en otro lugar): quiere que Gran Bretaña abandone el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, lo que pondría al Reino Unido a la misma altura que Bielorrusia y la Rusia de Valdimir Putin, una posición muy incómoda para muchos conservadores, especialmente los veteranos.
Tal vez lo que realmente obligó al primer ministro a hacer algo con su secretaria del Interior, cada vez más asilvestrada, fueron sus ataques públicos a la policía de Londres por "no ser imparcial" hacia los manifestantes pro-palestinos, ¡de hecho, por favorecer a la izquierda en lugar de a la derecha! Cosechas lo que siembras. En la última manifestación nacional propalestina el 11 de noviembre, a la que asistieron hasta 800.000 personas, una turba de derechas liderada por Tommy Robinson luchó contra la policía usando el lenguaje de Suella Braverman. Cantaron "Ya no eres inglés" a los oficiales de la policia londinense, después de haberse reunido para "defender" al Cenotafio (el monumento a los caidos), a pesar de que la ruta principal de la manifestación evitó por completo el área de Whitehall, comenzó a hora diferente y terminó en el lado opuesto del Támesis. Pero eso no impidió que Braverman y la prensa de derecha escribieran todo tipo de tonterías sobre la manifestación, a pesar del hecho de que fue abrumadoramente pacífica. De hecho, si nos fijamos en el número de arrestos ese día, fueron principalmente de la derecha, no porque la policia esté "sesgada" hacia la izquierda (¡debe ser una broma!), sino porque la turba de Robinson se emborrachó y se enfrentó violentamente con la policía... después de hacer suyos los comentarios de la secretaria del interior.
Dada su historia, había muchas razones para cesar a Suella Braverman; algunos informes dicen que en realidad fueron sus comentarios sobre la necesidad de tomar medidas enérgicas contra las personas sin hogar, alegando que "no podemos permitir que nuestras calles sean ocupadas por filas de tiendas de campaña". Pero, cualquiera que sea la causa exacta, obviamente estaba desafiando a Rishi Sunak a cesarla, quería ser cesada, para convertirse en una mártir de la derecha y otra víctima de la élite "liberal" que gobierna Gran Bretaña.
Después de su cese, tuvimos el movimiento lateral - ni ascenso ni descenso - de James Cleverly, que pasó de secretario de relaciones exteriores a secretario del Interior. Naturalmente, su primera declaración formal en su nuevo papel fue sobre barcos pequeños y "hacer el trabajo", aunque la forma en que el gobierno hace el trabajo sigue siendo un misterio. Vale la pena señalar que no habló de que Gran Bretaña abandonara el TEDH, pero tenemos mucha retórica del primer ministro sobre la legislación que anulará las decisiones de la Corte Suprema y básicamente anunciará en la ley que Ruanda es un "lugar seguro" a donde ser deportado.
Según los abogados, esto es el equivalente a que el parlamento anuncie que el negro es blanco y que el mundo es plano. En última instancia, al parlamento se le permite hacer cosas así, pero, sin embargo, desafía todas las pruebas que tenemos ante nuestros ojos, no solo en términos del pasado algo espeluznante de Ruanda, sino también de su presente extremadamente inestable. También ignora lo que sucedió cuando Israel también envió a unos 4.000 de sus propios refugiados eritreos y sudaneses a Ruanda entre 2013 y 2018. Fueron deportados rápidamente a los países vecinos, se les cobró una tarifa por el privilegio, y finalmente terminaron en Europa antes de que se abandonara el acuerdo secreto.1
Dave, el astuto
Tras el sacrificio de Braverman, también tuvo lugar el regreso de verdad sorprendente de David "Dodgy" ("astuto") Cameron como nuevo secretario de Relaciones Exteriores. Sí, él del escándalo de Greensill Capital y los Papeles de Panamá, solo dos años después de que una investigación parlamentaria determinara que había mostrado una "falta significativa de juicio" en relación con una campaña de cabildeo para un banco en el que tenía interés económico personal. Un escándalo que no desaparecerá.
El recto y honrado Rishi Sunak recomendó al "astuto" Dave para un título de nobleza vitalicio -el primer ex primer ministro en servir en un cargo ministerial desde Alec Douglas-Home en 1970 y también el primer ex primer ministro en ser elevado a la nobleza desde Margaret Thatcher. Ahora es Lord Cameron de Chipping Norton, muy impresionante, Dave. Es evidente que esto no formaba parte de algún plan maestro de Sunak. Lo que sabemos de Cameron antes de que se convirtiera en primer ministro es que trataba de justificar unas inexistentes credenciales verdes del Partido Tory. Había fotos de él en el Ártico con huskies y un trineo, un ejercicio de relaciones públicas obviamente cínico y repelente que no engañó a nadie. La otra cosa que todo el mundo sabe de él es, por supuesto, el colapso financiero de 2008, del que culpó por entero a Gordon Brown y más tarde girando a la era de la austeridad, cuando los conservadores abandonaron "toda la basura verde".
¿Qué más se podría decir sobre el "astuto" Dave? Hace solo un mes Sunak pronunció su discurso en la conferencia del Partido Tory. Como la mayoría de los lectores recordarán, se presentó como el Sr. Cambio, el tipo que desafía valientemente el status quo, denunciando a todos los primeros ministros que le antecedieron (excepto Margaret Thatcher, por supuesto), incluido un cierto... David Cameron.
El mensaje de Rishi Sunak y el gobierno conservador en su conjunto es totalmente inconsistente, lo que solo puede llevarlo a concluir que tenemos un gobierno que se limita a leer los titulares de mañana y es incapaz de pensar estratégicamente, o incluso a un mes. Lo único que le preocupa es como escapar del último problema que él mismo ha creado y todo vale, incluso si contradice lo que dijo la semana anterior. ¿A quién le importa? Pero la idea de que la reaparición de David Cameron es un movimiento brillante que cambiará la fortuna electoral de los conservadores es absurda, lo que debería ser evidente, pero claramente no lo es. Nada de todo esto tiene sentido, porque ¿qué significa Cameron para el votante conservador medio o ex votante Tory? No es "basura verde", sino más bien "basura sobrante". No solamente propuso un referéndum sobre la pertenencia a la UE para derrotar la amenaza planteada por Nigel Farage y Ukip, sino que también lo perdió. Lo que significa que nadie toma en serio a Cameron, sea cual sea su opinión sobre el Brexit.
Pero eso es lo que su nombre evocará instantáneamente a un posible votante conservador. No es de extrañar que los parlamentarios conservadores más de derecha estén totalmente hartos de Sunak. Expresando su frustración, Dame Andrea Jenkyns presentó una carta de desconfianza en el primer ministro a los dirigentes del partido y agregó: "Es hora de que Rishi Sunak se vaya y lo reemplace un 'verdadero' líder del partido conservador".
Jeremy, cada vez más desagradable
Más tarde hubo la Declaración de Otoño, con el ministro de economía Jeremy Hunt culpable de algunos mensajes contradictorios. Después de decir que la batalla contra la inflación era su prioridad, no los recortes de impuestos inmediatos exigidos por la derecha, de repente ha encontrado miles de millones como margen de maniobra porque el Reino Unido aparentemente está en camino de pedir prestado menos de lo esperado: la economía del Reino Unido "definitivamente ha girado", declaró, después de la publicación de los datos que muestran que la inflación ha caído al 4,6 % en octubre.
¿En qué los va a gastar? Recortes en el impuesto de sociedades, que se venderán al electorado con el argumento de que estimularán la industria y el comercio, generando así prosperidad. Además tenemos un llamamiento a los votantes sobre el impuesto de sucesiones, con la promesa de abolirlo por completo en el próximo manifiesto conservador.
Lo mismo se puede decir, pero de una manera aún más mezquina, regresiva y egoísta, sobre la idea que Hunt y otros ministros están planteando de recortar los beneficios a los llamados "falsos pobres" que supuestamente se aprovechan del sistema. Por ejemplo, con el fin de hacer que la gente se levante y se mueva, se vuelva trabajadora, tenemos la sugerencia completamente inaceptable de privarles de recetas médicas gratuitas para aquellos que "se niegan a colaborar" con el servicio de empleo, o para las personas con problemas de movilidad y salud mental que no cumplen con "su deber" trabajando desde casa si se les pide.2 El recargo por receta actual es de 9,65 libras esterlinas por medicamento. Si se trata de un recargo único, es asequible para la mayoría de las personas, pero imagínese a alguien que tiene un problema crónico, podría llegar a ser rápidamente muy caro. El mero hecho de que un funcionario público o asesor político pueda incluso sugerir una medida tan vengativa, y mucho menos que Jeremy Hunt pueda asumirla, muestra algo sobre su falta de imaginación y humanidad. No es difícil imaginar que el Daily Mirror o The Guardian, incluso The Sun, consigan entrevistar a alguien con un grave problema de salud mental que le impide conseguir trabajo y se le niega una receta, lo que podría dañarle a sí mismo o a los demás. ¿Qué tipo de titular sería antes de las elecciones generales?
Para explicar por qué Rishi Sunak está entrando en pánico en este momento, haciendo algo tan obviamente estúpido como traer de vuelta a Cameron, todas las encuestas de opinión han pintado el mismo cuadro: los laboristas van por delante 20 puntos y más. Nada de lo que Sunak ha hecho o dicho hasta ahora, ya sea tratando de reinventarse a sí mismo como el Sr. Cambio o como el "amigo del automovilista", ha servido para limitar el ascenso del Partido Laborista. Parece los conservadores solo pueden caer hasta acabar con una gran derrota en 2024.
Blundering Sir Keir
Es verdad que Sir Keir y su equipo todavía pueden fastidiarlo todo. Pero hasta ahora ha logrado mantenerse centrado en lo que siempre quiso: un gobierno laborista y él en el número 10 como primer ministro. Eso ha implicado mantener a Jeremy Corbyn lejos del partido, purgar a la izquierda, mostrar responsabilidad financiera y, lo que es más importante, demostrando su lealtad, servilmente siguiendo a la administración Biden en la sangrienta guerra de Gaza de Israel.
Desafiar a 56 parlamentarios rebeldes, incluso perder a ocho parlamentarios conocidos, en realidad fortalece su pretensión de ser un dirigente de fiar. No se inmutó, no se inclinó. Cierto, algunos en la izquierda piensan que Starmer se equivocó. Pero imagine por un momento que no hubiese seguido la orientación de EEUU debido a la presión de sus parlamentarios y concejales. Todo el infierno mediático de The Sun, The Times, el Daily Mail le caría encima... y tal vez Anthony Blinken hablaría amenazantemente sobre el "retroceso" y la necesidad de otro líder laborista responsable.
No podía suceder. Sir Keir, al menos, no es tan estúpido.
Notas: