Sandra Burchi sobre Non Una di Meno: “Ya no hay una sola manera de hacer huelga”. Entrevista

Sandra Burchi

19/03/2023

“Las mujeres se ven a menudo atrapadas en trabajos que hacen bien, pero que no están adecuadamente remunerados. Quienes trabajan para que la renta básica universal sea una realidad llevan mucho tiempo diciéndolo: no basta con trabajar”. Sandra Burchi, feminista e investigadora académica, autora de Ripartire da casa. Lavori e reti dallo spazio domestico ("Volver a empezar desde casa. Trabajo y redes desde el espacio doméstico", ed. Franco Angeli), entre otras obras, habla con Roberto Ciccarelli, periodista de il manifesto, que recoge sus declaraciones sobre la huelga feminista del pasado 8 de marzo en Italia.

El movimiento transfeminista Non Una di Meno [Ni Una Menos] organiza hoy una huelga en el trabajo productivo y de reproducción social. ¿Qué significa esto?

Significa volver a juntar dos partes del trabajo que normalmente se contemplan como separadas, aunque no sólo conciernen a las mujeres, sino a todo el mundo. Significa unir el trabajo tradicional con otro tipo de trabajo invisibilizado. Significa ampliar la idea de trabajo a todo lo que necesitamos para vivir. Significa cambiar el significado del concepto de "trabajo" para incluir el "trabajo emocional" a través del cual resistimos contra la precarización de nuestras vidas, contra formas gravosas y también sutiles de explotación. En este caso, el trabajo es el esfuerzo por superar el sufrimiento y la tristeza cotidianas, la sensación de inseguridad. El giro feminista se repite así en otro contexto y se amplía con alcance global.

Las mujeres constituyen la categoría más precaria y con menos empleo en Italia. A falta de empleo estable, es difícil llevar a cabo una huelga, al menos en las formas conocidas. ¿Existen otras vías?

Este es el problema que ha afrontado Non Una di Meno. Lo bonito de la huelga actual es que se concibe como un proceso creativo. Ya no hay una sola forma de hacer huelga. Hay que crear nuevas formas. No se pasa por alto ninguna práctica, antigua o nueva. Non Una di Meno habla de hacer huelga de consumo, de tareas domésticas, o incluso de vestirse de una determinada manera cuando en realidad no es posible abstenerse del trabajo. Uno puede unirse a la huelga participando en las manifestaciones de hoy. Y también se puede hacer huelga de género como tal.

¿Qué significa esto?

Podemos distanciarnos de las expectativas de género, es decir, de aquellas cosas que se espera que hagamos en función de nuestro género socialmente reconocido, prescrito o asignado. Este es realmente un momento político importante. En esto la huelga revela su significado de liberación y descubrimiento. A partir de hoy, puedo descubrir que estoy encerrada en una caja en la que ya no deseo estar, y la cuestiono, salgo de ella.

¿La reivindicación de una "renta de autodeterminación" incluida en la plataforma de huelga es una respuesta a la transformación de la "renta de ciudadanía" en una "medida de inclusión activa" (MIA) aún más restringida?

Desde luego que sí. Y es un desafío a la división entre los que se consideran "empleables" y los que son muy pobres. Se trata de una distinción artificial. Sabemos que el 48% de los perceptores de la renta de ciudadanía son trabajadores pobres. También sabemos que los trabajadores pobres no lo son sólo porque realizan trabajos no cualificados. En una región como la Toscana, donde vivo, el riesgo de "pobreza relativa" afecta también a los que tienen títulos superiores, que han recibido una formación seria. Las mujeres se ven a menudo atrapadas en trabajos que hacen bien pero que no están adecuadamente remunerados. Quienes trabajan para que la renta básica universal sea una realidad llevan mucho tiempo diciéndolo: no basta con trabajar.

Según el Informe Plus 2022 de Inapp, una de cada cinco mujeres en Italia abandona el mercado laboral tras el nacimiento de un hijo, y un tercio de ellas tras un despido o la no renovación de su contrato. ¿Cómo calificaría esta situación en la que se encuentran las mujeres?

Es una paradoja. No hay una mano de obra femenina "débil", pero hay una habilidad y una inclinación por parte de las mujeres a hacer cosas que podrían llamarse "trabajo", pero que este tipo de sociedad no reconoce como tal.

¿Por qué?

Hay una voluntad de trabajar, hay habilidades que las mujeres adquieren, pero hay dificultades para accede al mundo laboral. Ahí es donde está la brecha. Algo no se está actualizando en el sistema que rige el equilibrio entre los hombres y las mujeres y el trabajo. Se vuelve a considerar la mano de obra femenina igual que en los años 60, cuando se la denominaba "reserva". Sin embargo, los movimientos feministas no volverán a la imagen convencional de la mujer perpetuamente necesitada o vista sólo desde una perspectiva de necesidad. La realidad es la contraria.

Hay ofertas de empleo que no reciben solicitudes, hay dimisiones voluntarias. ¿Qué está ocurriendo?

Nuestra atención vuelve a centrarse en las condiciones materiales de existencia y, por tanto, en el trabajo, los salarios y los ingresos. La pobreza ya no es una cuestión sociológica abstracta. Cada vez hay más gente que no llega a fin de mes. Hay formas de "NO" que pueden verse en las "Grandes Dimisiones", por ejemplo. Y está el "SÍ" de las pancartas en las que la gente escribe "Queremos una vida buena". No se trata sólo de poder comprar pan y leche, sino también rosas.

teórica y activista feminista, es investigadora del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Pisa.
Fuente:
il manifesto global, 8 de marzo de 2023
Traducción:
Lucas Antón

Subscripción por correo electrónico
a nuestras novedades semanales:

El responsable de tratamiento de tus datos es Asociación SinPermiso y la finalidad del tratamiento es hacerte llegar nuestras novedades. Puedes ejercer tus derechos en materia de protección de datos contactando con nosotros*. Para más información consulta nuestra política al respecto (*ver pie de página).