Turquía: Más sangre y lágrimas

Esen Uslu

10/10/2020

El régimen de Erdogan en Turquía trata constantemente de hacernos creer que estamos rodeados por un círculo de enemigos que conspiran para acabar con nosotros, mientras que el heroico gobierno los combate con devota determinación islámica, ayudado por su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) y el aguante de nuestras valientes fuerzas armadas.

Los medios afines, que consisten en canales comprados por un grupo financiado por los mayores contratistas de la construcción y otros empresarios, que se han beneficiado de un trato preferencial en los contratos de obras públicas y están prácticamente controlados por el AKP, salen con el mismo mensaje día tras día. El control de los medios es tan profundo que todos los principales diarios utilizan prácticamente los mismos titulares de primera plana y todos los canales de televisión transmiten continuamente los discursos de Erdoğan, junto con un sinfín de imágenes proporcionadas a los periodistas afines por el ejército de los varios frentes de conflicto. Los únicos programas de actualidad diferentes consisten en presentaciones con la misma linea, con varios investigadores académicos y "expertos" que intentan dar cierta credibilidad a la propaganda del régimen.

Cientos de periodistas han sido encarcelados por atreverse a expresar una línea diferente y, mientras escribo, se acaban de añadir cuatro más a la cuenta. Informaron que una patrulla del ejército arrojó a dos aldeanos kurdos de un helicóptero en la provincia de Van y luego trató de silenciar el caso. Uno de ellos murió después de estar en coma durante 20 días e incluso el funeral fue controlado y atacado por las fuerzas de seguridad. Los periodistas, de la Agencia de Noticias Mesopotamia, habían logrado dejar al descubierto el rastro de evidencia en las redes sociales. Como resultado, ahora se encuentran en la cárcel.

Y ahora acaba de entrar en vigor la nueva ley de redes sociales. Muy pronto, Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y los otros canales que no tienen un status reconocido por la ley turca tendrán acceso restringido por etapas. Como la mayoría de ellos han ignorado la amenaza o han dicho que no se someterán a ella, Turquía podría bloquear todo acceso a los canales de redes sociales en un par de meses.

Además, ahora hay un nuevo caso judicial contra los líderes del Partido Democrático Popular (HDP) pro-kurdo de centro-izquierda, que han sido acusados ​​de incitar a la violencia durante el sitio de Kobanê en 2014. Entre los detenidos se encuentra el alcalde de Kars, una ciudad cercana a la frontera con Azerbaiyán y Armenia, que estuvo previamente encarcelada, pero el Tribunal Constitucional finalmente anuló el veredicto. Pero, no hay problema, la fiscalía ha presentado una serie de nuevos testigos más convincentes. El caso ha sido reabierto.

Un total de 59 de los 65 alcaldes elegidos del HDP en ciudades kurdas han sido reemplazados por funcionarios designados oficialmente. Esta forma de "gobierno directo" en los ayuntamientos, combinada con la legislación presentada al parlamento, de nuevo en funciones, para eliminar la inmunidad legal de los parlamentarios del HDP, parece indicar que el régimen ha decidido finalmente prohibir el partido. La intención de Erdogan parece ser que no haya representación kurda en las próximas elecciones locales y generales.

Y los kurdos del otro lado de la frontera también están en el extremo receptor de la política de gran garrote del régimen. El llamado "cinturón de seguridad" de 30 kilómetros en Irak se considera insuficiente a menos que se asegure la cooperación de las fuerzas del gobierno regional kurdo. Mantener a los Peshmerga controlados ha exigido enfrentar a las dos tribus principales entre sí sin antagonizar a los EEUU. Lo que implica un papel más importante para la inteligencia turca en la ejecución de la política exterior.

Lo mismo ocurre con las zonas ocupadas en Siria. Los yihadistas concentrados en Idlib han sido utilizados como recurso para ser reclutados como mercenarios. Ya entrenados, son enviados a zonas de conflicto como Libia y Azerbaiyán. Sin embargo, la relación de trabajo con Rusia sigue siendo fundamental para mantener una especie de tregua en Idlib a pesar de la presencia de alrededor de 15.000 tropas turcas. Pero las patrullas conjuntas ruso-turcas no han sido capaces de mantener abiertas las carreteras principales, y algunos sectores de los yihadistas han abierto fuego contra las tropas turcas.

El deseo de Erdogan de mantener la tregua y el control sobre la provincia de Idlib durante el mayor tiempo posible sin entrar en conflicto con Rusia es como andar por la cuerda floja. Eso a pesar del rugido ocasional del presidente, exigiendo que los rusos entreguen la zona alrededor de Kobanê a las fuerzas turcas. Ocasionalmente también se hace un llamamiento similar a los Estados Unidos para que dejen de apoyar a los "terroristas kurdos" y, en cambio, apoyen a su viejo aliado y socio de la OTAN. Ambos llamamientos parecen estar orientadas solo a la audiencia nacional, ya que tanto Putin como Trump se han mantenido bastante ocupados por otras preocupaciones.

Chipre

Mientras tanto, en el norte de Chipre se llevarán a cabo elecciones presidenciales el 11 de octubre, pero el candidato apoyado por Erdogan parece necesitar un impulso de última hora para tener alguna posibilidad y evitar la vergüenza de una grave derrota. Ese impulso de último momento se produjo en forma de una decisión fortuita de reabrir finalmente el barrio Varosha de la ciudad chipriota de Famagusta, que ha sido zona cerrada durante 40 años.

La reapertura de este pueblo fantasma se había considerado durante mucho tiempo, y se había dado un paso tentativo con la formación de una comisión conjunta para tratar los complejos problemas de la propiedad inmobiliaria y las compensaciones. Pero no hubo avances reales. Todos en la parte turcochipriota han hablado de cómo dar un nuevo impulso al proceso después de las elecciones.

Sin embargo, no había tiempo que perder para el régimen turco y la repentina decisión dictada a las autoridades turco-chipriotas ha sacudido seriamente el barco: la coalición gobernante se derrumbó debido a la falta de consultas. El presidente, Mustafa Akmei, se había opuesto a tal medida, pero su primer ministro, Ersin Tatar, anunció la decisión de reabrir Varosha mientras visitaba Turquía.

Varosha había sido un patio de recreo de los europeos ricos en los años 60. Pero desde la ocupación de Turquía en 1974, los hoteles y casinos han permanecido vacíos. Hoy se encuentran en estado de abandono y ruina. El área está controlada por el ejército turco. No se permiten civiles. Al parecer, se mantenía como moneda de cambio en las negociaciones para un acuerdo final en toda la isla. Sin embargo, uno de esos lujosos hoteles con su famosa playa se convirtió en un club de oficiales.

La cuestión de Varosha también se ha utilizado como palanca para presionar a los greco-chipriotas. Parecían inflexibles con la nueva alianza establecida con Israel, Grecia y Egipto bajo el patrocinio de Francia para frenar los intentos turcos de apoderarse de la mayor parte de las exploraciones de gas y petróleo en el Mediterraneo oriental. Y ahora se la causa greco-chipriota vuelve a avivarse para reforzar los esfuerzos internacionales para frenar la intervención turca en Libia.

En otras palabras, Erdoğan parece estar dispuesto a actuar sin pensar en las consecuencias. La experiencia reciente ha demostrado que es probable que la parte que tome la iniciativa salga ganando y luego pueda sentarse con esa ventaja y capear la tormenta. Parece una opción realista, que puede repetirse una y otra vez mientras las circunstancias lo permitan.

Y esas circunstancias parecen favorables en la actualidad. La OTAN está aumentando su cooperación naval con los nuevos miembros, Bulgaria y Rumania, en la cuenca del Mar Negro, y con Ucrania. Las fuerzas navales de la OTAN continúan un programa de ejercicios agresivo, manteniendo la flota más grande permitida por la Convención de Montreux en el Estrecho de Turquía. Casi todos los días, los barcos de la OTAN cruzan el Bósforo, por los barcos de la armada rusa con destino al Mediterráneo oriental para abastecer a Siria en sentido contrario.

Turquía y Rusia ya han acabado el gasoducto submarino 'TurkStream', que suministra gas ruso a la parte más occidental de la costa sur del Mar Negro, con miras a exportar a Europa sin pasar por Ucrania. Sin embargo, sigue si aclararse cómo llegará a Europa a menos que mejoren las relaciones de Turquía con Grecia.

Aunque Erdogan está ayudando a Rusia a eludir Ucrania, Kiev se está convirtiendo en un amigo cercano de Turquía. Las fábricas de motores a reacción de Ucrania, anteriormente utilizadas para abastecer a la fuerza aérea soviética, ahora tienen una nueva oportunidad con Turquía, que quiere motores para helicópteros y drones. Aunque no reconoce la incorporación de Crimea y la ocupación de las partes orientales de Ucrania por parte de Rusia, Turquía camina sobre otra cuerda floja, tratando de mantener el equilibrio entre ambas partes y la OTAN contenta.

Futuro incierto

Nuestro recorrido en el sentido de las agujas del reloj por Turquía nos a la región trans-Caucasia, otro punto débil para Rusia. Armenia es miembro de la Comunidad de Estados Independientes postsoviéticos bajo la protección de Rusia, pero durante años Turquía ha estado armando y entrenando a las fuerzas azerbaiyanas, y ahora, como es conocido, ha estallado un conflicto grave entre Armenia y Azerbaiyán. Durante el verano, inmediatamente después de las escaramuzas iniciales, Turquía y Azerbaiyán realizaron un importante ejercicio militar. Y gracias a la fuerza aérea turca, algunos de los yihadistas reclutados en Idlib volaron a Azerbaiyán.

Es meter el dedo en el ojo a Rusia. El fundamentalismo islamista ha sido una obsesión de Rusia desde la guerra de Chechenia. Y la radicalización de Azerbaiyán afectaría inevitablemente a otras poblaciones musulmanas de la región. Pero Erdogan declaró que Turquía apoyaría a Azerbaiyán por todos los medios necesarios e indicó que si se imponía una tregua, debería tener un papel en las negociaciones para encontrar un acuerdo. Turquía parece estar siguiendo un patrón en esto: comprometerse con Rusia para mantener el control de las zonas de conflicto; con creación de estructuras de cooperación similares en Siria y Libia. Ahora parece que Turquía está sugiriendo algo similar en el Caucaso.

Esto inevitablemente preocupará a Irán, que comparte frontera con Azerbaiyán. Enfrentarse repentinamente a yihadistas sunitas en el norte será motivo de preocupación, por decirlo suavemente. Además, el creciente papel de Turquía en el Cáucaso debilita la posición de Irán. Pero Turquía se ha convertido en un socio comercial importante en época de sanciones cada vez más estrictas impuestas a Irán por Occidente.

Así que las cosas no parecen estar tan mal para el régimen turco. Sin embargo, los conflictos bélicos en toda su periferia, así como sus otros compromisos, como entrenar al ejército somalí, mantener una fuerza sustancial en Qatar y un contingente en Afganistán, etc., requieren una economía fuerte, así como el acceso a importantes divisas extranjeras. Pero el dinero que llegaba desde Qatar durante la guerra en Siria ha comenzado a disminuir.

Por otro lado, la economía turca se está yendo rápidamente por el desagüe, y la pandemia se añade al deterioro general. El programa de obras públicas de "impuestos y gastos", que traslada la carga tradicional del endeudamiento estatal al sector privado, gracias a un superávit de crédito fácil, ha llegado a su límite. Y, con él, el llamado 'milagro turco' comienza a esfumarse.

Caminar sobre la cuerda floja, mientras otros poderes están en conflicto entre sí, puede terminar en un desastre. Además, parece cada vez más improbable que Erdogan y el AKP permitan algo que no sean unas elecciones burdamente amañadas. Pero parece haber muy pocas opciones para la coalición turca de políticos islamistas y militaristas nacionalistas.  Perder las elecciones no es una opción, y lo único que quedaría sería el puño de hierro del ejército, lo que significará más sangre y lágrimas en la región.

es un analista político residente en Estambul que contribuye artículos regularmente a las revistas Sercesme y Sakayak.
Fuente:
https://weeklyworker.co.uk/worker/1318/more-blood-and-tears/
Traducción:
Enrique García

Subscripción por correo electrónico
a nuestras novedades semanales:

El responsable de tratamiento de tus datos es Asociación SinPermiso y la finalidad del tratamiento es hacerte llegar nuestras novedades. Puedes ejercer tus derechos en materia de protección de datos contactando con nosotros*. Para más información consulta nuestra política al respecto (*ver pie de página).